#Subjetividades
Lumpen-país
Por:

Una fiesta clandestina en una mueblería despertó la indignación de muchas personas, incluida una adolescente que habla y reclama junto a la voz de su madre ante la injusticia y la desigualdad.


Llueve afuera. Llueve adentro también. Estamos encerrados viendo pasar la lluvia. Algo así como el Lumpen-Poema de Luis de Lion: Y, / entonces, / me dan deseos de invadir la casa / de enfrente, / de echar a los habitantes de esa / covachita / e instalarme detrás de sus balcones, / de sus vidrios y sus celosillas, / a mirar caer el agua en su jardín, / a mirar para acá como ellos me miran, / con un qué me importa / y sin mojarme. / Pero esa casa está cerrada por el sistema.

Somos afortunadas, les repito a mis hijas constantemente, mientras el colibrí en mi ventana nos da el espectáculo por el que todos los días me asombro. Los acontecimientos y las noticias corren sin descanso: protestas en autos de lujos, racismo, abusos de poder, acosos sexuales a las trabajadoras del hospital, personas queman a una persona viva… Mientras, la rabia se asoma y las preguntas empiezan su orquesta: Mamá, ¿porqué la gente protesta desde un carro de lujo? Mamá, ¿de qué libertad hablan? Mamá, ¿no se dan cuenta de la gravedad del asunto? Mamá, ¿lo quemaron porque creyeron que era brujo? Mamá, ¿en qué año estamos, pues?

Difícil responder todas esas preguntas que además, yo también me hago todo el tiempo. La rabia y la indignación crecen con cada noticia. Y de pronto la noticia de la fiesta en la famosa mueblería. La adolescente pregunta, investiga, lee y nos pide información. La veo inquieta, callada, contenida, no se ha querido manifestar. Da vueltas sobre sí misma sin decir mayor cosa. De pronto, con el llanto en la garganta y como una ráfaga se expresa: “Nada de que son niños, mamá, no está bien justificarlos así. En ese caso yo tengo la misma edad que ellos, mamá, y tengo tres meses encerrada acá sin ver a mis amigos, sin ver a mi novio, sin poder salir, sufriendo ataques de ansiedad, extrañando a mis abuelos a quienes no he podido ni siquiera abrazar en todo este tiempo. Además, esta gente seguro tiene un séquito de empleados a quienes seguro contagiarán. A su vez, estos empleados, que trabajan por necesidad, tienen familia que cuidan, que tienen que mantener, y que seguramente, de salir contagiados, no tendrán lugar en las camas de los hospitales ya colapsados. No se vale, mamá. Lo peor es que no les harán nada porque en este país nunca pasa nada. Queman, matan, aplastan, roban, abusan. Y no, no pasa absolutamente nada”.

Silencio total.

Yo también tengo rabia. Yo también pienso en que esto es una escupida en la cara a todos nosotros, pero sobre todo a la gente que está al frente, dando su vida y la de los suyos por todos nosotros. También quiero llorar. No sé qué responderle. Siento un peso en el pecho. Ahí está la desigualdad, la brecha cada vez más grande mostrando sus vísceras desde lo más profundo. Esas vísceras que se nos estrellan en la cara a cada rato, en cada esquina. Con un golpe seco mi hija entiende que no hay nada qué hacer. Pero me detengo y pienso: quizá sí podamos hacer algo. Al menos no quedarnos calladas. Antes, le explico, desaparecían a los que pensaban diferente y lo manifestaban, como al poeta Luis de Lion. Ahora, responde, te queman vivo, como a Domingo Choc, o a las 56 niñas del Hogar Seguro. El fuego ardiendo y quemando como respuesta ante todo. Pero nosotras también somos fuego, pienso, y desde nuestros pequeños espacios podemos también quemar todo generando conciencia a través del arte, a través del cine, a través de la música y a través de la poesía. El agua cae / sigue cayendo, y aplaca un poco este fuego.


Pamela Guinea es productora de cine, ha producido, entre otras películas, Las Marimbas del InfiernoTesoros y Nuestras Madres. Actualmente, desde su empresa Cine Murciélago desarrolla diversas películas en la región. Es presidenta de la Asociación Guatemalteca del Audiovisual y la Cinematografía, AGACINE.


Las opiniones emitidas en este espacio son responsabilidad de sus autores y no necesariamente representan los criterios editoriales de Agencia Ocote. Las colaboraciones son a pedido del medio sin que su publicación implique una relación laboral con nosotras

TE PUEDE INTERESAR

Subir
La realidad
de maneras diversas,
directo a tu buzón.

 

La realidad
de maneras diversas,
directo a tu buzón.