Tras unas elecciones atropelladas y bajo la persecución política del sistema de justicia, Bernardo Arévalo, de Movimiento Semilla ganó la presidencia de Guatemala con un 61 por ciento de los votos válidos. El socialdemócrata competía por primera vez por la presidencia, contra Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), quien pierde por tercera ocasión en una segunda vuelta electoral.
«Le están dando una nueva vida a Guatemala, gracias por no perder la esperanza, gracias por no rendirse ante los corruptos», gritó Bernardo Arévalo desde la cornisa del Hotel Las Américas, ante cientos de simpatizantes que, como si se tratara de una final de fútbol, celebraban con vuvuzelas, silbatos, gritos y banderas de Guatemala el triunfo del partido Movimiento Semilla en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
César Bernardo Arévalo de León y Karin Larissa Herrera Aguilar ganaron la presidencia y vicepresidencia con el Movimiento Semilla, un partido socialdemócrata, modesto en cuanto gasto electoral, que nació en las protestas de 2015 y tiene por leit motiv el combate a la corrupción Llegan a la presidencia en el contexto de una grave regresión democrática y una crisis institucional, en uno de los países de Latinoamérica con algunos de los más altos niveles de desigualdad, pobreza, violencia e impunidad.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirmó que el binomio presidencial de Movimiento Semilla ganó las elecciones con un 58% de todos los votos, y un 61% de los votos válidos, es decir sin contar nulos y en blanco
«Pueblo decente de guatemala, gracias muchas gracias», decía un emocionado Arévalo a la multitud. Cientos de personas celebraron su victoria en la calle, afuera del hotel, en la Avenida de las América, y en el Obelisco, uno de los espacios favoritos cuando se celebra algún triunfo del fútbol guatemalteco. . «¡Sí se pudo!», coreaban. A ratos la consigna cambiaba a «el pueblo unido, jamás será vencido» o a una ensordecedora mezcla de gritos, silbidos y vuvuzelas
El presidente electo no hizo el tradicional ritual de visitar los sets de los medios de comunicación en el centro de cómputo del TSE. Arévalo y Herrera decidieron festejar junto a las personas que le dieron su voto en estas elecciones.
📢 La celebración fuera del Hotel Las Américas es ensordecedora cuando Bernardo Arévalo y Karin Herrera se asoman a saludar desde el balcón. 🌱
— Ocote (@AgenciaOcote) August 21, 2023
📹 @LilianaVillat pic.twitter.com/9J6Gbxbxzn
Arévalo, de 64 años, es diputado por el partido Movimiento Semilla. El sociólogo, doctor en filosofía y diplomático fue viceministro de Relaciones Exteriores y también desempeñó cargos diplomáticos entre 1987 y 1996. Es hijo del expresidente Juan José Arévalo Bermejo, quien llegó a la presidencia luego de la revolución de 1944, que marcó el comienzo de un cambio político y social que puso fin a la dictadura militar.
[Te puede interesar: Karin Herrera, una científica quiere ser vicepresidenta]
Herrera, de 56 años, es química bióloga, doctora en ciencia política y sociología. Tiene más de 30 años de trayectoria en la docencia universitaria y la investigación científica. Hace siete años,se involucró en política universitaria en la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) y ahora dio un salto a la política partidista.
El Movimiento Semilla y Arévalo venían de una campaña modesta y frugal. De su trabajo en el Congreso junto a otros seis legisladores, que en minoría se enfrentaba a un bloque legislativo cercano al oficialismo y los grupos de poder. Estas elecciones el partido alcanzó 23 diputaciones en este proceso electoral.
Mientras, el partido ganador celebraba, en Sandra Torres, la experimentada contrincante, guardó silencio, y no reconoció el triunfo. La celebración que tenían preparada fue cancelada tras conocerse los resultados preliminares.
Esta es la tercera vez que Torres pierde unas elecciones presidenciales. La candidata fue capturada en 2019 acusada por financiamiento ilícito, pero la jueza Claudette Domínguez cerró el proceso judicial en su contra el año pasado. En la actual campaña electoral, Torres acentuó un discurso conservador, confrontativo y populista, mientras se mantuvo rodeada de personas señaladas de corrupción.
[Lee también: baile, plátanos, promesas y dudosas amistades en el Porvenir de los Obreros]
Natalia Gámez, comunicadora de la Misión de Observación Electoral de Guatemala (MOE-GT), dijo que la jornada electoral se realizó en un ambiente pacífico. «La MOE-GT no tiene ningún elemento que ponga en duda los resultados del sistema de transmisión de resultados electorales preliminares», aseguró Gámez en el centro de cómputo del TSE.
«La ciudadanía nos abrazó abrumadoramente» dijo a Ocote la diputada electa de Movimiento Semilla, Andrea Reyes Ceceña, quien comentó que esperaban un escenario más fatalista, dados los ataques que mantienen al partido bajo investigación del Ministerio Público, durante las votaciones de segunda vuelta, aunque sí preveían un resultado favorable .
Después de alcanzar el segundo lugar el 25 de junio, el apoyo popular hacia Semilla aumentó paulatinamente y de manera orgánica mientras continuaba la persecución encabezada por el fiscal de la Feci, Rafael Curruchiche, por un supuesto caso de afiliaciones irregulares que aún no se resuelve.
«Gracias por no rendirse ante el miedo y la intimidación, gracias por confiar en nosotros» cerraba su discurso Bernardo Arévalo para dar paso al mensaje de Karin Herrera, quien dijo: «gracias por demostrarnos que aún hay esperanza y que vale la pena dar ese paso al frente como ustedes también lo han dado».
Mientras tanto, en el Centro Nacional de Información, el magistrado del TSE, Gabriel Aguilera, enfatizó en la transparencia de las elecciones. «En Guatemala no puede haber fraude porque los que custodian el voto son ustedes, son los ciudadanos, ustedes son la mayor garantía», recalcó durante la conferencia de prensa donde se a oficializó la victoria del partido Movimiento Semilla.
