En una entrevista realizada en Guatevisión, Carlos Raúl Morales, exvicepresidenciable de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), afirmó en el minuto 44:45 que en Guatemala es falso que exista …
En una entrevista realizada en Guatevisión, Carlos Raúl Morales, exvicepresidenciable de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), afirmó en el minuto 44:45 que en Guatemala es falso que exista un corredor seco. “En este país llueve y llueve bastante agua. Lo que pasa es que no tenemos la capacidad, porque no lo hemos hecho, de cosechar esa agua, de hacer reservorios de agua, de guardarla y construir sistemas de microrriego”, agregó.
El “corredor seco” en Guatemala es el nombre con el que se conoce a la región árida ubicada en el oriente del país, en zonas de los departamentos de Quiché, Baja Verapaz, Guatemala, Jalapa, Jutiapa, Chiquimula, El Progreso y Zacapa. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (conocida como FAO) nombra a esta franja como Corredor Seco Centroamericano que va desde la “costa pacífica de Chiapas (México) hasta el oeste de Costa Rica y provincias occidentales de Panamá”.
Raúl Maas Ibarra, investigador del Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (Iarna) de la Universidad Rafael Landívar (URL) lo define en términos biogeográficos (físicos y naturales) como un sitio en el que llueve poco, y donde lo que llueve se evapora y se transpira por los seres vivos que allí habitan. “En estas regiones las plantas han cambiado sus hojas por espinas al tener déficit hídrico (insuficiencia de agua). Jutiapa, Jalapa, Zacapa y Chiquimula son los más afectados. El sitio es producto de la interacción de los vientos, la humedad y las montañas”, explicó.
Sin embargo, aunque sí exista una zona árida en donde el acceso a agua es casi nulo, Maas asegura que la expresión de “corredor seco” fue acuñada como un término político por medios de comunicación, instituciones de gobierno y la opinión pública, para referirse a una zona con problemas como desnutrición crónica, falta de acceso a agua y poca producción agrícola para la alimentación.
Rosario Gómez, jefa del Departamento de Climatología del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala (Insivumeh) afirma que este término aunque es comúnmente utilizado, es errado para referirse a esta zona desde el estudio del clima. Agrega que además no solo abarca Guatemala, sino territorio de varios países de Centroamérica.
Fáctica se comunicó con Morales para conocer el fundamento de su declaración y aseguró que “es una vergüenza decir que hay corredor seco porque lo que hay que hacer son reservorios de agua para que la gente viva mejor”. Al reiterar en preguntarle el por qué de su negación a la existencia de un corredor seco, explicó que “allí en esa zona llueve durante el invierno, pero no hay agua por la falta de capacidad de todos los gobiernos para cosecharla. A eso me refiero”, aseguró.
Maas explica que el Estado de Guatemala no tiene las condiciones políticas para responder a las familias más pobres. Coloca ejemplos como Israel y España, donde la respuesta a enfrentar las condiciones de vivir en zonas áridas es más eficiente. Respecto a las lluvias, asegura que el periodo es muy corto. “Llueve entre mitad de mayo y principio de junio, algo en septiembre y algo en octubre”, explicó.
César George, meteorólogo y jefe de pronósticos del Insivumeh explicó que este año la canícula (disminución en lluvias) se adelantó a la última semana de junio. “Por experiencia sabemos que en Zacapa, Chiquimula, Jutiapa y Jalapa las lluvias son escasas. Al año, en esta zona árida llueve de 650 a 800 milímetros por metro cuadrado”, explica. Un milímetro de lluvia equivale a un litro de agua por metro cuadrado.
“Donde más llueve es en la boca costa. Se alcanzan los 3500 milímetros por metro cuadrado. Y en la capital llueve 1100 milímetros al año”, agregó.
Morales acierta cuando habla de la nula capacidad para reservar el agua de las lluvias en Guatemala. “Mucha del agua que cae en el país se pierde. El 45% de esa agua termina en México por el sistema de drenaje natural. Otra parte va a Honduras, otra a El Salvador, otra al océano Pacífico y otra al Atlántico. Probablemente menos del 20% de esa agua se queda acá”, explica Maas.
La propuesta del partido UNE es llevar agua a las familias pobres que habitan esta región seca del país.
“El ser humano se ha adaptado a las condiciones ambientales históricamente. Una familia chortí en Camotán, Chiquimula, que es área seca, mantiene un estilo de vida diferente al de una familia q’eqchi’ en el sur de Petén”, explica Maas. “El problema es para la gente pobre que vive en esta zona. Hay gente con mucha plata (dinero) que vive tranquilamente allí”.