Y sin embargo, se mueve
Todo el silencio, toda la rabia
Por:

El 16 de abril de 2015 se destapó un caso de corrupción que hizo temblar las estructuras criminales de Guatemala. Algunos ciudadanos convocaron por Facebook a una manifestación pacífica para exigir la renuncia del presidente Otto Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti. Sería la primera de muchas marchas. Las protestas en la Plaza de la Constitución reunieron a miles de personas en un momento de hartazgo y de rabia para exigir un cambio en el sistema. Este es el primer episodio del especial “Y sin embargo, se mueve”.



Este es un episodio de podcast. Para escucharlo, dale play al enlace de abajo


Música: Mabe Fratti

Si quieres leer la transcripción de este episodio, la dejamos aquí:


Narradora: El 16 de abril de 2015 la Comisión Contra la Impunidad en Guatemala y la Fiscalía Especial contra la Impunidad, conocida como FECI, presentaron un caso que revelaba los engranajes de un sistema corrupto. Un caso que sacudió a las estructuras criminales instaladas en el Estado de Guatemala.

La investigación desveló una red de defraudación aduanera y evasión fiscal llamada «La Línea». El caso involucró a empresarios, funcionarios y también a altos cargos del Gobierno: el presidente Otto Pérez Molina y su vicepresidenta, Roxana Baldetti.

Cuando se hizo pública la investigación, las redes sociales bullían. Había asombro, indignación y rabia. Lo que siempre se sospechaba, ahora se demostraba con pruebas.  Décadas de abuso encendieron la rabia. Había que buscar alguna forma de canalizarla. Pero ¿cómo?

Gabriel Wer: Hice una publicación donde cuestionaba eso: ¿Cómo puede ser que esté pasando esto y no estemos haciendo algo?

Narradora: Él es Gabriel Wer. Gabriel es director ejecutivo y cofundador del Instituto 25A, una organización dedicada a investigar, analizar y a promover el aprendizaje colectivo y el pensamiento crítico en la ciudadanía.

En 2015 tenía 33 años. Había pasado un tiempo fuera de Guatemala, estudiando y trabajando en Europa. Gabriel es administrador de empresas y su formación académica estaba muy alejada del tema social. Hasta que regresó a Guatemala.  

Gabriel Wer: Una amiga de mi familia de muchísimos años, de toda la vida, que se llama Lucía Mendizábal, ella vió mi publicación y me agregó a un evento que estaban organizando en Facebook para una manifestación.

Narradora: El evento tenía un nombre muy largo y no tenía ningún elemento visual que lo distinguiera. Además, la convocatoria se había fijado para el 18 de abril, la misma semana en la que la Cicig había presentado el caso.

A Gabriel le pareció una buena propuesta, pero sentía que le faltaba algo. Necesitaba un nombre y una imagen atractivos. También un poco más de tiempo para planificarse bien.

Gabriel Wer: Entonces ahí fue donde yo me puse a garabatear en mi cuaderno y digo: bueno, un hashtag creo que puede ser una buena opción, porque de alguna forma le da un sentido de consigna. En ese entonces, también los hashtags eran percibidos de otra manera, no era algo muy utilizado la verdad. Y bueno ahí es como llego al hashtag #RenunciaYa.

Narradora: Así, con la iniciativa de Lucía y el rebranding de Gabriel nació RenunciaYa. El primer sismo social contra el gobierno de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti se programó para el 25 de abril de 2015.

Soy María Olga Domínguez, periodista de Ocote y estás escuchando el primer episodio del especial “Y sin embargo, se mueve”. Una miniserie de Radio Ocote Podcast que narra cómo, a pesar de la oscuridad y del miedo, siempre hay personas que no callan, que protestan, que se aferran a la esperanza… y se mueven.

Una advertencia, este episodio contiene lenguaje que podría ser malsonante para algunas personas y para las infancias. Continuamos…

Cuando Lucía le mandó el enlace del evento en Facebook a Gabriel, apenas había un poco más de 50 personas confirmadas. Pero, se corrió la voz. En las siguientes horas, el número de participantes aumentó.

Gabriel Wer: A las horas, un medio, que en ese entonces era también muy distinto, que era Siglo21, compartió. Hizo screenshot de la publicación y puso una nota donde «ciudadanos convocan a manifestar». Y eso también empezó como a hacer rodar la pelota. A partir de esa publicación, empieza la gente a dar «confirmar, confirmar, confirmar». Luego otros medios hicieron lo mismo, entonces más gente empieza a llegar al evento para confirmar y a las 24 horas teníamos casi 10 mil personas confirmadas. Entonces yo ahí ya me asusté.

Narradora: Empezaron a preocuparse de que se les fuera de las manos y de que el hecho de organizar esta acción pudiera traerles consecuencias, en sus trabajos o en sus vidas privadas. Muchas de las personas que estaban ahí habían crecido en el silencio y miedo de los 36 años de conflicto armado en Guatemala, que había terminado hacía apenas un par de décadas.

Sabían que, en aquel entonces, la organización y la expresión libre de ideas podían pagarse con un precio alto; el de la vida. Ese miedo seguía latente.

El caso de corrupción que se había desvelado tocaba actores muy poderosos. Gabriel no era el único que temía, así que decidieron reunirse en casa de otra de las organizadoras para coordinarse.

Era una mañana fresca de abril, justo una semana antes de la manifestación. Se sentaron alrededor de una mesa. Todas personas de Ciudad de Guatemala, todas mestizas, con trayectorias diferentes pero ideologías similares.

Gabriel Wer: Nos presentamos entre todas las personas que estábamos ahí. Cada quien habló un poco de sí mismo. De dónde venía y qué hacía, y por qué estaba ahí. Por qué le estaba entrando a esto. Coincidíamos mucho en una sensación de hartazgo, así como de: «No puede ser, no puede ser que estemos en estas y que no estemos haciendo algo y que no esté pasando aparentemente nada».

Narradora: En esa reunión acordaron que sólo informarían de sus acciones a través de comunicados anónimos. El colectivo quería mantener el perfil bajo. Decidieron que en ese momento no hablarían con medios de comunicación ni tendrían una vocería. En redes sociales ya circulaba la noticia de que un grupo de ciudadanos convocaba a manifestar el sábado 25 de abril a las tres de la tarde en la Plaza de la Constitución.

En paralelo, otras personas empezaban a organizarse. El lunes 21 de abril, algunas personas convocaron a un plantón frente a Casa Presidencial, en la Sexta Avenida de la zona 1. Los reunió esa misma sensación de hartazgo y desesperación que describe Gabriel.

Frente al edificio, unas 15 personas se empezaron a juntar.

El sonido, taladrante, de una paleta de madera contra un sartén, marcaba el ritmo de las consignas.

Brenda Hernández: Me recuerdo que ese primer día, de hecho, con el acelere, qué sé yo, o sea, yo una sartén de la cocina de la oficina fue lo que me jalé y llegué con el sartén. Ahí empezamos a hacer la bulla.

Narradora: El utensilio, improvisado, cobraría protagonismo en los siguientes plantones y marchas.

Brenda Hernández: Ese sartén se volvió famoso porque lo destrocé en todo el proceso de las movilizaciones. Y ya al día siguiente pues otros compañeros llevaron otras, latas y hacíamos bulla y empezamos con las consignas.

Narradora: Los plantones frente a Casa Presidencial, que llamaron «Plantones por la dignidad» iniciaron cinco días después de las primeras detenciones del caso La Línea.

Brenda Hernández: Empezamos con la decisión de que vamos a estar aquí; plantón. Toda la semana, al mediodía y al final de la tarde, porque muchas de las personas que trabajaban en el sector, cerca, etcétera…. Y así arrancamos.

Narradora: Ahí, frente a Casa Presidencial también nació la Batucada del Pueblo.

Con tambores, redoblantes y megáfonos, un grupo de personas ponía el ritmo, durante horas, a unas protestas que cada vez convocaban a más gente.

Brenda Hernández: Antes del 25 nosotros ya habíamos posicionado, porque pasaba gente grabando y los medios nos estaban cubriendo bastante. Y habíamos posicionado las consignas de “Baldetti cabrona, sos una ladrona”. O sea, ya cuando llegó la gente de ese 25, ya la gente se las sabía.

Narradora: Para ese momento había pasado menos de una semana desde que la CICIG y la FECI habían destapado el caso de La Línea. El 21 de abril de 2015 la jueza Marta Sierra de Stalling ligó a proceso a 16 de los 22 implicados. 

Mientras, la organización de la manifestación #RenunciaYa seguía en marcha.

Gabriel Wer: Toda esa semana nos pasamos hablando por chat con el resto del grupo. Moderando comentarios, diciéndole a periodistas: «No nos hablen, ahí están los comunicados». Y luego viendo todo el tema de la PDH, de la Cruz Roja, o sea, esta preocupación de seguridad de qué podía pasar.

Narradora: El 25 de abril de 2015, el mundo, o una parte del mundo, puso los ojos sobre Guatemala. Las 10 mil personas que habían confirmado en el evento de Facebook se quedaron cortas.

Una manifestación masiva pidió al unísono la renuncia del presidente y de la vicepresidenta. No sabían que eso podía ser una realidad en un país como Guatemala. Te cuento más después de la pausa.

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Narradora: El sábado 25 de abril, en el cielo no había señales de que fuera a llover. A eso de las dos y media de la tarde las personas comenzaron a llegar a la Plaza de la Constitución con vuvuzelas y pancartas. Mensajes como «No más corruptos», «No renuncian, el pueblo los despide» y «Aquí se respira lucha» llenaron poco a poco el lugar. El sonido de tambores, silbatos y murmullos se volvió poco a poco más fuerte.

Gabriel caminaba en dirección al Palacio Nacional. Escuchaba el ruido de lejos, sin saber muy bien con qué se iba a encontrar.

Gabriel Wer: Recuerdo que yo llegué a la Sexta y me fui caminando toda la Sexta con dos amigos y me llamaron la atención dos cosas. Uno, que mientras íbamos acercándonos a la plaza empezamos a ver gente que iba caminando hacia la plaza con banderas.

Narradora: Banderas de Guatemala, blancas y azules, algunas de un tamaño considerable, cargadas al hombro.

Gabriel Wer: Yo no me podía creer eso, así como: no puedo creer, era raro como ir caminando y ver gente que iba con carteles y banderas caminando hacia el mismo lugar que yo. Y lo otro, que fue la primera sensación así fuerte, fue cuando como dos cuadras antes de llegar, que ya empezaba a escuchar a la gente en la plaza.

Narradora: Gabriel estaba atónito. Cuando llegó a la Plaza de la Constitución calcula que había ya más de 200 personas.

La gente gritaba las consignas, al unísono, con rabia. Otros soplaban con fuerza las vuvuzelas que vendedores ambulantes se encargaron de vender en la plaza. No había espacio para el silencio. Hubo alguien que, en medio de los gritos, decidió cantar el himno. Y le siguieron.

Gabriel Wer: Nos acercamos al Palacio y ahí había unos señores pidiendo coperacha para alquilar sonido. «Que tiene que poner sonido, esto no puede ser, no sé qué, no podemos estar callados, no podemos estar cantando el himno todo el tiempo». En eso recuerdo ver a Brenda Hernández, que yo no la conocía y pasó mucho tiempo hasta que la conociera, pero estaba con un sartén…

Brenda Hernández: Cuando llegamos fue de verdad una   emoción, felicidad, porque este país ha sufrido tanto, y había habido tanto silencio en el área urbana… Como para llegar y estar ahí con la gente, y expresar toda la rabia contenida de todos esos años, porque fue una explosión realmente, de expresiones individuales que colectivamente gritaban algo.

Narradora: Los y las estudiantes también se hicieron presentes. Habían salido de la Universidad de San Carlos de Guatemala un par de horas antes. A las tres y media de la tarde entraron en caravana por la Séptima Avenida. Las personas que llevaban desde temprano en la plaza los recibieron con gritos de alegría. Les hicieron un pasillo para entrar y corearon las consignas que cantaban.Saltaban, gritaban, ondeaban banderas que decían «USAC es pueblo». Pararon frente al Palacio Nacional y alguien quemó cohetes.

Gabriel Wer: Recuerdo muy bien, una señora al lado mío, que solo se puso a llorar. Entonces la señora se puso y: «Mira, ay, no traen capucha, ¡qué viva la USAC!». Empezó a gritar la señora, mientras lloraba. Y eso nos mató, o sea yo solo volteaba y no había ojos secos ahí. Ya estamos todo el mundo llorando así como ¿qué estamos viviendo? ¿qué es esto?

Narradora: La furia no era solo de la capital. En otras ciudades como Cobán y Quetzaltenango también hubo manifestaciones ese 25 de abril.

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Aurora Nohemí Chaj, arquitecta y cantautora k’iche’, estuvo en los primeros plantones en Quetzaltenango.

Aurora Chaj: No recuerdo qué convocatoria de qué colectivo o de qué persona fue la primera que yo vi, porque eran muchas convocatorias a nivel individual. La gente convocaba a nivel individual. Me acuerdo que fue algo que empezamos a ver por todas partes. Fue también un de boca en boca.

Narradora: La manifestación del 25 de abril fue el inicio de muchas. Cada sábado, durante meses, las personas se reunían en la Plaza de la Constitución de la capital y en decenas de plazas de otros municipios para pedir la renuncia del presidente y la vicepresidenta. Hasta que sucedió.

Otto Pérez Molina (archivo): Bueno, muchísimas gracias a todos ustedes por estarnos acompañando esta tarde. Primero quiero decirles que tengo la obligación y la responsabilidad de informar a la ciudadanía que hace unos momentos he sido notificado de la renuncia por parte de la señora vicepresidenta Ingrid Roxana Baldetti Elías.

Narradora: El 6 de mayo de 2015, Roxana Baldetti presentó su renuncia. Para quienes habían estado en la Plaza desde el 25 de abril, ésta suponía una gran victoria. Algo que quizás nadie se esperaba que pudiera pasar en Guatemala. Algunos, románticos, le llamaron la Primavera guatemalteca.

Pero la cadena de sucesos no se rompió con la renuncia; meses después, a finales de agosto, detuvieron a Roxana Baldetti y luego de unos días, un Paro Nacional convocaría a miles de personas en todo el país.

El 27 de agosto de 2015 se convocó a una manifestación masiva. Las principales universidades dieron el día libre. Negocios pequeños y grandes empresas como McDonalds y Domino’s Pizza anunciaron que no abrirían para solidarizarse. Otras se fueron sumando al paro a lo largo del día. Movimientos campesinos como el Comité de Unidad Campesina y los 48 cantones se unieron a la protesta y llegaron a Ciudad de Guatemala.

En otros municipios también se hicieron manifestaciones. Totonicapán, Quetzaltenango, Antigua Guatemala, Jalapa, Jutiapa, Chiquimula, Huehuetenango, Zacapa…

Sólo pasó una semana desde este Paro Nacional hasta la orden de captura de Otto Pérez Molina.

Narradora: El impulso de esa efervescencia ciudadana hizo que algunas personas que participaron en las manifestaciones consolidaran después movimientos sociales. Por ejemplo, el Instituto 25A, que Gabriel dirige, toma su nombre de la primera manifestación del 25 de abril.

Aunque no todas las personas siguieron.

Gabriel Wer: Pero ahí es cuando se termina de fragmentar el grupo. Ya sólo quedamos siete personas, porque el resto dijo: «Yo no voy a seguir». «Eso es sedición». «Eso es, no sé qué». Había mucho miedo, mucho miedo a pesar de las victorias tan rápidas y sorprendentes que habíamos tenido.

Narradora: Pero Gabriel, junto con otros miembros del grupo, como Álvaro Montenegro decidieron seguir. Después fueron llegando otras personas convencidas de que querían hacer algo más, como Andrés Quezada, Briseida Milián y Natalia Pérez. Así nació Justicia Ya.

Gabriel Wer: Y recuerdo muy bien que llamé a Álvaro,  y le dije, mira, mira, yo quiero seguir, no puede ser que no sigamos. O sea, esto no puede ser que dejemos ahí tirado todo esto que hemos empezado. Estamos empezando apenas. Mira todas las demandas que hay en la plaza respecto a tantos temas. La gente quiere seguir saliendo a manifestar.

Narradora: Andrés Quezada, uno de los integrantes de Justicia Ya, y que fue parte del movimiento de 2015, comparte lo que dice Gabriel.

Andrés Quezada: Al fin encontrar un grupo donde podés hablar las cosas que tenés adentro, al fin encontrar un grupo donde no tienes que esconder lo que pensás o no tenés que modular tus creencias para convivir, sino que donde puedes plenamente decir.

Narradora: En otros departamentos de Guatemala también surgieron movimientos. Por ejemplo, en Quetzaltenango, los artistas que se reunieron para esas primeras manifestaciones de abril, en las que participó Aurora Chaj, crearon un colectivo. Desde el arte, el grupo Maix siguió protestando contra la corrupción y la impunidad.

Brenda Hernández, que ya había participado de organizaciones como Otra Guatemala Ya, y también había trabajado en espacios por la defensa de los derechos siguió, y sigue, hasta hoy.

Brenda Hernández: Y eso permite… es que estar en las calles te permite organizarte, permite articularte. Las calles sirven para eso. Ahí llegas a conocer gente hay un montón de gente que se conoció en el 2015 y después continuó con sus dinámicas.

Narradora: A las investigaciones contra el presidente, el caso de corrupción y las movilizaciones ciudadanas masivas, en 2015 se sumó otro elemento: fue año electoral en Guatemala. Aunque muchas personas gritaban que en estas condiciones de inestabilidad y corrupción se negaban a votar por un nuevo presidente, un nuevo Congreso y nuevas alcaldías, las elecciones se celebraron en septiembre, días después de la detención de Otto Pérez Molina.

Los comicios los ganó Jimmy Morales. Un outsider que se vendía como «ni corrupto ni ladrón», que terminó declarando non grato al comisionado de la CICIG, Ivan Velasquez. En medio de su mandato concretó la salida de Guatemala de la comisión de Naciones Unidas y eligió a una fiscal general, Consuelo Porras, que detendría varias investigaciones iniciadas por la CICIG y sería incluida por Estados Unidos en su lista de actores corruptos.

Hoy, ocho años después de estas primeras manifestaciones, de las renuncias, las investigaciones y los procesos abiertos, la situación en Guatemala es distinta. En los últimos años, el país ha dado grandes pasos hacia atrás en materia de derechos humanos y libertades.

Durante el gobierno de Alejandro Giammattei, que empezó en 2020, la violencia policial contra manifestantes y la represión contra pueblos originarios ha aumentado. Se ha criminalizado a artistas y activistas y se ha perseguido a periodistas y medios independientes.

Gabriel Wer: Creo que eso, lo que se dio en el 2015, puso en alerta a ciertos grupos como las élites empresariales, militares, políticos, exmagistrados, funcionarios, personas señaladas en los casos de corrupción que de alguna manera logran articularse y poner en marcha una estrategia de proteger sus intereses, protegerse a sí mismos de la justicia y de alguna manera asegurar que esa estrategia sigue en marcha.

Gabriel Wer: Y eso ha implicado una estrategia fuerte de venganza hacía quienes estuvimos involucrados desde diferentes dimensiones, desde la dimensión obviamente judicial también la periodística, el activismo de sociedades sociedad civil, etcétera…

Narradora: Según Brenda, la organización de los más jóvenes será clave para lograr un cambio de rumbo ante esta realidad que describe Gabriel.

Brenda Hernández: No hay una organización estudiantil fuerte. Realmente esa es la movilización que de manera organizada puede hacer cosas. Y no hablo solamente de la universidad. En este país las transformaciones más importantes las han llevado a cabo los más jóvenes.

Narradora: La organización, la clave.

Brenda Hernández: Pero es necesario retomar las calles. No les podemos permitir callarnos, porque ahí está la consigna: «No nos callarán». Y si callan a las calles, nos vuelven a silenciar, así como lo hicieron durante todos esos años, tras el terror de la guerra, ¿verdad? No, no, no les podemos permitir eso.

Andrés Quezada: Hemos avanzado como con más paciencia sabiendo que puede, que lo que nos exige estos tiempos de oscuridad son mucho del trabajo que quizás no se ve. Del  trabajo que parece que se valora poco, que es el trabajo de las conversaciones en los espacios pequeños, del entendimiento de nuestra historia que se hace a partir de acercarnos a la memoria.

Gabriel Wer:  Que la plaza no esté llena no es síntoma de que a la gente no le importa y tampoco es síntoma de que no esté pasando algo ¿verdad? Si no es una cuestión de saber en qué momento toca, toca hacer lo que toca hacer. Y creo que aunque la noche parece larga en este momento, no es eterna y no será eterna. Y creo que para mí el 2015 pues se encendió esa esa lucecita que sigue ahí brillando a pesar de los pesares.

***

Narradora: El guión y las entrevistas de este episodio las hice yo, María Olga Domínguez Ogaldes. La edición es de Carmen Quintela. La música original es de Mabe Fratti. Isaac Hernández realizó el montaje y la producción sonora y musical con la asistencia de José Manuel Lemus. La ilustración de portada es de Óscar Donado.

Ixmucané Us es coordinadora de comunidad y audiencias de Ocote. La voz institucional de Radio Ocote Podcast es de Lucía Reinoso Flores. Julio Serrano Echeverría es el coordinador creativo. Alejandra Gutiérrez Valdizán es la directora general y editorial de Ocote.

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