Bernardo Arévalo rebasa por la derecha al sistema
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Después de cinco meses de un proceso electoral cargado de anomalías, en medio de un retroceso democrático, el partido Movimiento Semilla y su candidato presidencial Bernardo Arévalo, logran pasar a segunda vuelta, tras una modesta campaña y un giro inesperado a la trama que parecía consumada. Ahora competirá por la Presidencia de Guatemala contra Sandra Torres, del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). Esta es la crónica de unas elecciones accidentadas, en un país en crisis, con unos resultados sorprendentes.


La mañana del domingo 25 de junio, Bernardo Arévalo se puso su saco azul marino sobre una camisa blanca. Salió de su casa, la misma residencia de la zona 2, en la ciudad de Guatemala, donde vivía su padre: el expresidente Juan José Arévalo Bermejo. 

Bernardo Arévalo acudió a votar al colegio La Patria, de la zona 2, un área tradicional de clase media. Él empujaba la silla de ruedas de su madre, de 97 años, para llevarla hasta la mesa de votación.

El candidato, de 64 años, es sociólogo, profesor y diputado. Fue viceministro de Relaciones Exteriores (1994-1995) y también desempeñó cargos diplomáticos entre 1987 y 1996.

Bernardo Arévalo en el centro de cómputo del TSE durante la noche del 25 de junio. Fotografía: Christian Gutiérrez.

Movimiento Semilla y Arévalo venían de una campaña modesta. De su trabajo en el Congreso junto a otros seis legisladores. Dos volvieron a postularse en estas elecciones por el mismo partido y otros dos dejaron la bancada para intentar reelegirse con otras agrupaciones.

Desde el centro de votación, el candidato hizo un llamado a la población para que saliera a votar. Algunos medios de comunicación documentaron el momento en que el candidato emitió su voto. 

La atención y el foco estaban puestos sobre los punteros, los que según las más confiables encuestas y los más serios analistas daban por ganadores. Esos llamados punteros: Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE); Edmond Mulet, del partido Cabal; y Zury Ríos, del partido Valor en alianza con Unionista; habían llegado triunfales a votar, seguidos de cerca por decenas de periodistas.

El mediático ritual en el que candidatas y candidatos gastan sus últimos encantos para convencer a las personas indecisas. La última encuesta de ProDatos y Prensa Libre, la que algunos decían que no fallaba mostraba que Torres, Mulet y Ríos lideraban la intención de voto entre las candidaturas presidenciales. Arévalo se encontraba en el octavo puesto de intención de voto, con apenas 2.9%. 

Sandra Torres emite su voto en el colegio Valle Verde, zona 15. Fotografía: Christian Gutiérrez.

Pero, tras el cierre oficial de las urnas, a las 6 de la tarde, cuando empezaron a sumarse a cuentagotas los votos, el hilo argumental de estas elecciones reventó. 

La profecía que auguraba la continuidad de los partidos del sistema UNE, Valor-Unionista o Vamos –aliados en el Congreso como una aplanadora del sistema- o, en todo caso, la posible llegada del diplomático Edmond Mulet, que se dibujaba como un posible freno a la ola autoritaria dio un viraje.

Y es ahí, donde es necesario recordar cuáles son los antecedentes y el contexto donde suceden estas elecciones.

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Un proceso electoral marcado por la exclusión

«Guatemala está al borde de una deriva autoritaria», señalaba Juan Pappier, subdirector de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW), una organización no gubernamental dedicada a la investigación y defensa de los derechos humanos 10 días antes de las elecciones.

Pappier indicó a Ocote que observaba con preocupación las exclusiones arbitrarias de candidaturas y las debilidades institucionales para empadronar a muchos jóvenes. En efecto, alrededor de 1 millón de jóvenes quedaron fuera del padrón electoral, según estimaciones de la organización Diálogos. 

Así fue como tres binomios presidenciales no pudieron participar en el proceso electoral por decisiones del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la Corte de Constitucionalidad (CC). 

Thelma Cabrera y Jordán Rodas, del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), fueron excluidos, bajo el argumento de que había una anomalía en el finiquito Rodas. Roberto Arzú y David Pineda, del partido Podemos, quedaron fuera por incurrir en campaña anticipada. 

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A Carlos Pineda y Efraín Orozco, de Prosperidad Ciudadana, les fueron revocadas sus inscripciones por irregularidades en una asamblea del partido. Esta exclusión ocurrió semanas después de que se publicara una encuesta de Prensa Libre, que ubicaba a Pineda liderando la intención de voto entre las candidaturas presidenciales.

«Hay enormes desafíos para que los guatemaltecos puedan ejercer su derecho a participar en elecciones justas y libres. En estas elecciones se juega buena parte del futuro del país y se pone a prueba si es posible seguir llamando a Guatemala una democracia», apuntaba ya Pappier.

El subdirector de HWR mencionó, en entrevista antes de las elecciones, que este proceso se enmarca en un contexto de desmantelamiento del Estado de Derecho y persecución sistemática en contra de operadores de justicia y periodistas, que con sus investigaciones han dejado al descubierto la corrupción y el abuso de poder en el país.

Thelma Cabrera acudió a votar en la escuela de la aldea Sibana, en El Asintal, Retalhuleu. Fotografía: María José Longo

Irregularidades y escasa credibilidad 

Esta persecución ha costado el exilio de decenas de personas, entre ellas Juan Luis Font, cofundador de ConCriterio y exdirector de elPeriódico, uno de al menos 22 periodistas perseguidos y exiliados, según documentó HWR.

«La elección no puede resolver la cooptación que existe en todas las instituciones. Esa cooptación es fuente y al mismo tiempo consecuencia del autoritarismo que priva en el país. El proceso electoral tiene escasa credibilidad. Está demasiado viciado, demasiado manipulado para que pueda reflejar realmente la voluntad popular», afirmaba Font. 

El panorama no era alentador, la Misión de Observación Electoral de Guatemala (MOE-GT) en su último informe publicado el 20 de junio, cinco días antes de la primera vuelta electoral, declaró: «El proceso electoral 2023 está inmerso en irregularidades y en una creciente judicialización, que debilita su integridad y legitimidad, así como la de las autoridades competentes».

A los cuestionamientos sobre la credibilidad del proceso electoral que se venían discutiendo desde hacía meses, el 22 de junio se sumó el señalamiento de un posible soborno a magistrados del Tribunal Supremo Electoral. 

The New York Times publicó que Blanca Alfaro, magistrada del TSE, acudió a la embajada de Estados Unidos para presentar un paquete con 50 mil quetzales (unos $6 mil dólares) que supuestamente Miguel Martínez, operador cercano del presidente Alejandro Giammattei, entregó a la funcionaria en nombre del mandatario para influir en las elecciones. Un día antes de la publicación, Martínez había salido a negar la acusación. Mientras Alfaro, en la misma publicación, negaba haber protagonizado la denuncia.

Un día después, el diario salvadoreño El Faro agregó datos: tres fuentes confirmaron que la reunión en la embajada estadounidense ocurrió, como lo explicó NYT. Una de las fuentes, presente en la reunión, aseguró que la visita a la embajada ocurrió el 22 de marzo de 2022. 

La embajada respondió a los medios que publicaron las revelaciones y a Ocote, una similar y escueta respuesta: «No confirmamos la existencia de supuestas reuniones, ni discutimos el contenido de conversaciones diplomáticas». Una declaración similar a la que dieron al medio estadounidense. «Siempre que recibimos información que cumple las normas legales estadounidenses para evidencia sobre casos de corrupción, actuamos mediante los mecanismos existentes para designar o sancionar a individuos conforme a la normativa y la legislación estadounidenses».

Luego de las nuevas acusaciones contra el TSE, Natalia Gámez, vocera del MOE-GT, indicó que «consideramos que deben realizarse las investigaciones correspondientes y que, de ser ciertas las declaraciones, estarían evidenciando ataques graves a la independencia del TSE». 

Esa desconfianza sobre el sistema y el proceso electoral de expertos y organizaciones se veía reflejada también en la opinión ciudadana. La última encuesta de Prensa Libre indica que el 75% de la población entrevistada mostraba desconfianza en el proceso electoral. Un descenso de 18% con relación a las elecciones anteriores. 

Represión agudizada 

Durante el gobierno de Alejandro Giammattei, aumentaron las agresiones a defensores de derechos humanos.

La Unidad de Defensoras y Defensores de Derechos Humanos (Udefegua) reportó un alza en las denuncias recibidas en 2022, la cifra se triplicó en comparación con el año anterior. En 2021 documentaron 1,009 agresiones, el año pasado reportaron 3,573. 

Udefegua contabilizó 2,913 agresiones de enero a marzo de 2023. En tan sólo tres meses de este año electoral casi se alcanzó el total de denuncias registradas el año pasado.

El mismo Santos, director de Udefegua, y una de las figuras emblemáticas de la defensa de los defensores de derechos humanos, ha sufrido criminalización. La última, durante el proceso judicial en el que fue denunciado por el testigo que acusó a Zamora.

«Esta criminalización forma parte de esa estrategia de venganza que es el resultado final de la cooptación absoluta de las instituciones del Estado guatemalteco», expuso Santos. 

Las acciones represivas no se limitan al gobierno de Giammattei. En los últimos siete años, según un recuento elaborado por Ocote a septiembre de 2022, al menos 86 fiscales, jueces, periodistas y ciudadanos han sido amenazados, denunciados y perseguidos penalmente por el Estado de Guatemala. 

El exfiscal Juan Francisco Sandoval es uno de los 23 extrabajadores de la FECI perseguidos. Luego de que el Ministerio Público (MP) anunciara su despido en 2021, Sandoval salió del país.

«En Guatemala hay un deterioro de la situación de derechos humanos que ha sido plenamente documentada por organismos internacionales. La persecución ilegítima e ilegal en mi contra y en contra de operadores de justicia y de periodistas independientes no va a tener solución en estas elecciones. Es un proceso a largo plazo», expresó Sandoval.

Ataques a la prensa y libertad de expresión

En enero de 2023, la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG) denunció las reiteradas acciones del poder público para censurar, criminalizar y atacar a periodistas y medios de comunicación.

Durante tres años del gobierno de Giammattei, el Observatorio de los Periodistas de la APG registró 404 agresiones contra la prensa. En 2022 documentaron 117 agresiones. Entre las cuales destacan 12 actos de acoso judicial, que incluyen acciones de censura y la interposición de denuncias, 36 casos de limitaciones para realizar coberturas periodísticas y dos casos de exilio o desplazamiento forzado. 

En el mismo sentido, el informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh) documentó 38 ataques contra personas trabajadoras de medios de comunicación, periodistas y contra nueve medios en Guatemala durante 2022.

Durante la administración de Jimmy Morales, la APG contabilizó 218 denuncias y durante la gestión de Otto Pérez Molina se reportaron 258. En comparación con los últimos gobiernos, en el mandato de Giammattei se han reportado más ataques a la prensa. 

El periodista José Rubén Zamora camina en Torre de Tribunales, escoltado por guardias del Sistema Penitenciario. Fotografía: Christian Gutiérrez.

El 14 de junio de 2023, 11 días antes de la primera vuelta electoral, un tribunal condenó al periodista y fundador de elPeriódico, José Rubén Zamora. El Ministerio Público había solicitado 40 años de prisión por los delitos de lavado de dinero, chantaje y tráfico de influencias. Pero el tribunal decidió condenar a Zamora sólo por lavado de dinero y por la pena mínima de seis años.

[Lee más detalle: Condenan a 6 años de prisión a José Rubén Zamora y lo liberan de dos cargos] 

El periodista Juan Luis Font también es perseguido. El exministro de Comunicaciones, Alejandro Sinibaldi, exprófugo en casos de corrupción, señaló al periodista de haber recibido sobornos a cambio de «buena prensa». Font decidió salir al exilio, debido a que no cree que se le garantice el derecho a defensa en Guatemala.

«Después del esfuerzo que se hizo con CICIG y el Ministerio Público, en tiempos de Claudia Paz y Paz y Thelma Aldana (exjefas del MP), lo que hemos visto ha sido una regresión gigantesca que nos tiene en este punto, en que condenan a un periodista galardonado y muy reconocido en el país», expone Font.     

Este era el escenario al 25 de junio de 2023. El día de las elecciones.

Un sorpresivo timonazo

Las elecciones transcurrieron en relativa calma. El MOE-GT registró 43 incidentes de conflictividad electoral y 14 reportes de violencia, entre los cuales documentaron 7 ataques verbales, dos golpizas, una destrucción de bienes materiales y una amenaza.  Gustavo Berganza, director de Doses y miembro del MOE-GT, considera un número de incidentes dentro de la media. 

Cerca de la media noche, Bernardo Arévalo llegó al centro de cómputo TSE. Un enjambre de periodistas se abalanzó para recibirlo, preguntarle y fotografiarlo. Lo rodeaba y lo escoltaba en ese ritual de visitas que hacen los candidatos a los stands de los medios de comunicación. Arévalo llegó justo cuando, en conferencia de prensa, los magistrados leían los resultados preliminares con un 30% de las actas procesadas. Información que siempre se pudo leer en la pantalla de su escenario.

La tendencia continuaba sin variaciones: Arévalo y Torres llegarían a segunda vuelta. Pero, aún faltaban varias horas para que el Tribunal declarará un resultado irreversible.

«Los guatemaltecos dieron un mensaje claro de rechazo al sistema, de rechazo a la corrupción. Si uno suma los votos que nos están dando a nosotros y los votos nulos es que los guatemaltecos están esperando una transformación profunda del sistema», expresó Arévalo a periodistas en el centro de cómputo del TSE. 

El que fuera diputado en la primera legislatura del Movimiento Semilla, insistió en cada entrevista, que la explicación de su resultado es el hastío de la ciudadanía ante el sistema corrupto. Ese mismo hastío que movilizó a la población en 2015 y de la que, justamente, surgió el mismo partido Movimiento Semilla. Resaltó también esa necesidad de reconstruir: quienes están en el exilio, volverán.

Bernardo Arévalo llega al centro de cómputo del TSE. Fotografía: Christian Gutiérrez.

Los resultados definitivos, por ahora 

Desde el comienzo del escrutinio, Torres y Arévalo lideraron el conteo de votos. Con el 98.9% de las actas procesadas por el TSE, ahora se confirma que competirán por la presidencia en la segunda vuelta electoral del próximo 20 de agosto. 

Torres es una política persistente. Participa por tercera ocasión en un proceso electoral. Es reconocida como la primera dama de Álvaro Colom (2008-2011), para luego lanzarse en una carrera en solitario, con el mismo partido. En 2019, Torres fue detenida y señalada por financiamiento electoral ilícito, tan sólo unas semanas después de perder en la segunda vuelta electoral contra el actual presidente Alejandro Giammattei.  A finales de 2022, la jueza Claudette Domínguez cerró el proceso penal en contra de Torres. 

Mientras tanto, Bernardo Arévalo compite por primera vez en unas elecciones presidenciales, es hijo del expresidente Juan José Arévalo Bermejo, un educador, diplomático y político que lideró el país tras la revolución de 1944. Bernardo Arévalo llegó al Congreso en 2019, es diputado por el Listado Nacional en representación del partido Movimiento Semilla. 

Ahora, ambos candidatos emprenden el camino hacia una segunda vuelta en este proceso electoral que no ha dejado atrás las irregularidades previas al día de las elecciones, con un Tribunal Supremo Electoral que no se ha pronunciado por las denuncias de sobornos y corrupción.

Que alguien nos explique 

Aunque ambos candidatos continúan en la contienda, la realidad es que el voto nulo se llevó el primer lugar en estas elecciones, alcanzando un 17.3% de los sufragios, por encima de Torres (15.8%) y Arévalo (11.7%). 

Tres presidenciables expulsados del proceso electoral llamaron a la población a votar nulo: Roberto Arzú, Thelma Cabrera y Carlos Pineda. 

Este llamado podría haber influido en que se registraran 953,413 votos nulos. O reflejan también el descontento y la indignación ciudadana a un sistema cooptado. En 2019, el TSE reportó 208,726 en la primera vuelta electoral, alcanzando solamente un 4% de votos nulos. El porcentaje aumentó un 13.3%.

«Hay un voto nulo que tiene fuerza, nosotros le tenemos un profundo respeto, porque es un voto nulo que está manifestando ese rechazo al sistema», dijo Arévalo en una entrevista a Noti7 a la 1 de la madrugada en el centro de cómputo del TSE.

La explicación hasta ahora, de esa sorpresiva remontada, es que Movimiento Semilla, fue la opción para una población hastiada del cinismo de la corrupción y los excesos del poder. Basta recordar al actual presidente, Alejandro Giammattei, con los bajos niveles de popularidad que reflejan las encuestas ciudadanas. 

Movimiento Semilla, desde su surgimiento en 2015 se declara abiertamente anticorrupción. El partido prefiere no identificarse de manera oficial con una etiqueta ideológica, pero se nombran como un partido democrático y plural, que busca la equidad y la igualdad ante la ley. Bernardo Arévalo, sí se ha definido como socialdemócrata. 

Pocos apostaban por Arévalo para pasar a segunda vuelta, o que Movimiento Semilla tuviera un arrasador tercer puesto en el Congreso, debido también a los pocos recursos que utilizaron en campaña. En la ciudad plagada de vallas con los rostros de los candidatos, apenas se veía a Semilla.

Andrea Reyes, diputada recién electa de Movimiento Semilla, según resultados preliminares de estas elecciones, estima que la campaña del partido no sobrepasó los 200 mil quetzales. 

Según el TSE, en mayo, los partidos reportaron Q14.4 millones en gastos de campaña. Las agrupaciones políticas que habían registrado mayor financiamiento privado en ese mes eran Valor-Unionista, Cabal y Vamos. David de León, vocero del TSE, indica que todavía no tienen información de los gastos de junio, los partidos deben reportar los datos actualizados en la primera quincena de julio. 

«Fue una campaña muy artesanal. Nuestra arma secreta fue el uso de las redes sociales. Hay una cuestión que nosotros no entendíamos del todo al principio de la campaña, pero después se nos fue dando de forma muy natural, que fue entender TikTok», afirma Reyes. 

En la red social de TikTok, Bernardo Arévalo tiene 342 mil seguidores. La campaña de Movimiento Semilla es clara contra la corrupción, agresiva contra el sistema y utiliza las estrategias de las narrativas digitales: humor, bailes, memes y sus candidatos repitiendo su consigna antisistema.

Entre ellos, el sistema mediático de la televisión, consolidado en el monopolio de la televisión abierta. Y así lo hicieron al intentar hackear el sistema con un video que los mismos canales del monopolio debían transmitir.

El spot no se transmitió por decisión de las televisoras, y se trasladó a las redes. 

@samuelpz_ El video que nos censuraron los canales nacionales. Votemos Semilla 🌱 #Elecciones #SamuelPerez #Semilla #censura #albavision #corrupcion #medios #Guatemala #VotaDiferente ♬ sonido original – Samuel Pérez Alvarez

Reyes también menciona que en esta campaña electoral asistieron a espacios donde no llegan o no los invitan, como el foro de presidenciables «Yo soy Samuel», organizado por un grupo de pastores de iglesias evangélicas. 

«El foro fue clave para desmitificar que a pesar de que es un foro conservador y de incidencia evangélica, también (Arévalo) puede llegar a la gente que tiene esta fe, pero que tiene el interés de una Guatemala mejor», afirma Reyes. 

La politóloga Marielos Chang opina que los resultados de la primera vuelta electoral son históricos, porque rompen la fórmula que se creía necesitar en las elecciones: campañas millonarias, alta exposición en los canales de la televisión abierta y la bendición de las élites económicas. 

«Si nos hubieran dicho hace tres meses que Bernardo Arévalo iba a pasar a segunda vuelta, nadie lo hubiese creído», afirma Chang. 

Chang considera que la exclusión de candidatos que promovieron votar nulo, los rumores sobre un fraude y la cercanía de Zury Ríos con la Fundación contra el Terrorismo hizo que las personas decidieran votar nulo, el gran ganador de las elecciones, y otras apoyaran al candidato Arévalo como una opción diferente. 

Daniel Haering, analista y coordinador de Formación de la organización Diálogos, señala que la manipulación del proceso electoral, las irregularidades y las expulsiones de candidatos, orillaron a la población a votar nulo y a que un 11% le diera la oportunidad a Arévalo. 

«El voto urbano interior y el voto metropolitano fueron fortísimos, dado la fragmentación, la desafección, el hartazgo. Es un chiripazo. Con todo el respeto del mundo, no fue por la maravillosa campaña de Semilla, fue porque todo se dio y llevaron a la gente a este punto», opina Haering. 

Haering cree que parte de la población indecisa o que pensaba votar nulo podría haber decidido votar por Arévalo y eso explicaría su salto de casi 9% en la encuesta de intención de voto. 

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Bernardo Arévalo, diputados y correligionarios de Movimiento Semilla convocaron a la población para encontrarse el lunes siguiente a las elecciones por la tarde, en la Plaza Central, de la zona 1 de la ciudad de Guatemala.

«Volvemos a donde empezamos», publicaron en redes sociales, en alusión a las manifestaciones de 2015. 

Unas protestas ciudadanas que surgieron para manifestar contra la corrupción, tras los casos revelados por la CICIG y que alcanzaron al entonces binomio presidencial: Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti. Ambos condenados y en prisión por el caso La Línea. 

«Gracias Guatemala. Ha ganado la ilusión y la confianza en un futuro diferente», dijo Arévalo. Decenas de personas, allegadas al partido, ondeaban banderas, parecían felices, triunfantes, esperanzadas.

Recordaba la atmósfera de la que algunos optimistas llamaron «la primavera democrática». 

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