Elecciones 2023
«Nuestra confianza está en ustedes»: así creció la campaña orgánica de Semilla
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Antes del 25 de junio nadie, o muy pocas personas, vaticinaban el resultado de la primera vuelta electoral. Nadie, quizás ni el mismo Movimiento Semilla, apostaba por el triunfo que los apartaría del pelotón para llevarlos al balotaje en que se decidirá si su candidato, Bernardo Arévalo, alcanza la presidencia.
En esta crónica exploramos el crecimiento de la campaña orgánica del modesto y novato partido político durante la segunda vuelta.


Es 16 de agosto de 2023, el cielo está nublado y la mayoría de habitantes de la capital de Guatemala aún no termina su jornada laboral. A las cuatro de la tarde, en la sexta Avenida de la zona 1, cerca de la Plaza Central se escuchan tambores y trompetas.

La sexta, el paseo peatonal del Centro Histórico, está muy transitada, como es usual. Pero, algo hace detenerse a las personas que caminan por ahí.

–A ver, a ver, ¿quién vino? ¡La alegría! –se escuchan, a lo lejos voces jóvenes.   

Un grupo circense canta, baila y hace malabares. Llevan trajes de colores estridentes, y agitan brazos y pies al ritmo de una batucada. 

Desde las banquetas algunas personas observan y otras graban con su celular. Una mujer se une al grupo y comienza a bailar. 

–¡Vino la alegría! ¡ya vino la alegría! –La consigna se hace más y más fuerte. Es una fiesta. No es un miércoles cualquiera, al ruido de los carros y las bocinas, se agrega la música y los gritos.

El grupo se dirige al Festival de la Primavera, el cierre de campaña de Bernardo Arévalo y Karin Herrera, el binomio del partido Movimiento Semilla que competirá en segunda vuelta por la presidencia y vicepresidencia de Guatemala. 

Un grupo de niños realiza carteles durante el cierre de campaña de Semilla en la Plaza Central. Fotografía: María Olga Domínguez Ogaldes.

La Plaza comienza a llenarse y a las cinco de la tarde  ya es difícil andar entre tantas personas. 

«Parece el 2015», le dice una chica a otra mientras caminan hacia el centro del parque. La comparación es innegable, la escena y los sonidos evocan aquellas  manifestaciones sabatinas, ocho años atrás, cuando el caso de corrupción contra Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti ( el binomio presidencial de entonces)  hizo de la Plaza una fuerza centrípeta para una ciudadanía hastiada que salió a exigir renuncias y justicia.

 [Escucha: Todo el silencio toda la Rabia] 

Esta vez no se piden renuncias, se busca elegir a un nuevo presidente 

En la plaza central hay una tarima y dos torres con sonido y cámaras. Es una gran producción. A las cinco de la tarde, las banderas con el logo de Semilla ondean al ritmo de las canciones de Tijuana Love. 

Otros artistas se presentarán en ese escenario, muy distinto al del modesto y frugal cierre de campaña de la primera vuelta. Se cierran dos meses trepidantes en que el partido ha estado bajo ataque constante, pero también marcado por la multiplicación de seguidores y entusiastas “semilla lovers”. 

¿Cuál fue el secreto del partido político que nadie veía venir? ¿Cómo adquirió encanto desenfrenado un candidato que por su mesura parecía condenado al olvido? ¿Cómo lo lograron sin el derroche de regalos y otras prácticas que caracterizan a la política tradicional? 

Justo Pérez, es el jefe de campaña de Semilla y afirmaba cuando las encuestas no los veían como posibles contendientes: “venimos a ganar las elecciones, no las encuestas”.   

Ahora sabemos, de acuerdo a la encuesta de la Fundación Libertad y Desarrollo que el 21% de las personas encuestadas decidió  por quién votar en la primera vuelta, una semana antes de la elección o el mismo día al estar en las urnas. 

Para Andrea Reyes, diputada electa, lo que pasó fue que: «masivamente los jóvenes hablaron con sus papás, con su familia». Recuerda que antes de la primera vuelta la sensación era distinta, aunque las encuestas no lo reflejaban, el apoyo de las personas se sentía, pero nunca creyó que ese apoyo les llevaría a dónde están ahora.  

Para Daniel Hearing, investigador y analista político, el contexto fue importante. El TSE había eliminado candidaturas importantes como la de Thelma Cabrera y Carlos Pineda. «Semilla, no llegó ahí solito y si hubiese sido un proceso electoral sin bloqueos y sobre todo sin los bloqueos sistemáticos que hubo, seguramente el resultado sería muy distinto», menciona Hearing. 

«Hay una semilla plantada y hay que cuidarla»

«Vamos a llegar y no se van a dar cuenta», decía Bernardo Arévalo tras conocer que pasaban a segunda vuelta. Y todo cambió en esa segunda vuelta. 

Aunque hubo donaciones significativas, lo más importante, aseguraba Pérez durante el cierre de campaña, ha sido el apoyo de las personas. «La gente está asistiendo y de forma muy genuina haciendo sus pancartas, haciendo su contenido, digamos de cariño, hacia Bernardo y hacia Karin».

Eso se reflejaba en los mítines y en la Plaza. La organización iba surgiendo voluntaria y se sostuvo durante los casi dos meses que pasaron entre la primera y la segunda vuelta.

Uno de estos grupos, “Hormiguitas de Karin”, autogestiona sus propios fondos para apoyar los mítines alrededor del país. Son sancarlistas que durante toda la segunda vuelta apoyaron a la vice presidenciable de Semilla, y que la siguen de plaza en plaza cual groupies a su banda favorita.

[ Lee más en: «Arévalo en tierra de Arévalo]

María Valdez es una de ellas y cuenta que se ven reflejadas en Karin Herrera: «es como una luz el saber que alguien parecida a mí, porque yo también me dedico a un área científica, se le está dando esta oportunidad y me llena de esperanza». 

En su espacio, en la Plaza,  hubo “pintas caritas”, dibujos y hojas para que niños y niñas pintaran sus carteles. Repartieron  stickers con la caricatura de Karin y las leyendas “Ciencia a la vicepresidencia” y  “Por la niñez y las mujeres”. 

“Hormiguitas de Karin” es un grupo de sancarlistas que se ha organizado para apoyar a la candidata vicepresidencial. Fotografía: María Olga Domínguez Ogaldes

«Si Karin llega a la vicepresidencia, esperamos sigan teniendo esta preocupación y aparte de la preocupación, empiecen a tomar cartas en el asunto para recuperar la Universidad de San Carlos» dice María.

[Lee también: «Karin Herrera, una científica quiere ser vicepresidenta»]

También los vecinos de Ciudad Nueva se unieron para apoyar a Semilla. Después del 25 de junio, al inicio de la segunda vuelta, se organizaron para hacer y repartir volantes y mantas en su colonia. Y la organización no es exclusiva de la capital, en otros departamentos también surgió espontánea.

Karyn Choy, una de las voluntarias que ha apoyado la campaña de Semilla en San Andrés Semetabaj, Sololá, planeaba el cierre en su municipio a 143 kilómetros de la ciudad. Después del 25 de junio, Karyn, junto con Flor, Reyna, Juan, Neftalí, Nidia y una red de voluntarios que coordinaron*, se organizaron para hacer la propaganda de Semilla ahí. Durante varias semanas se dedicaron a pintar mantas, repartir bolsitas con semillas y vocear, con una bocina pequeña y desde una moto, el plan de gobierno de Semilla. 

La red de voluntarios está ilusionada con la posibilidad de que ganen Bernardo y Karin. Aunque hay miedo a que los decepcionen, se aferran a esa ilusión y están dispuestos a seguir apoyando. «No vamos a ver cambios tan drásticos de aquí a cuatro años, pero ya se marca un hito que queremos que siga, seguramente varios de los que estamos aquí vamos a seguir involucrados porque ya hay una semilla plantada y hay que cuidarla», expresa Neftalí, uno de los voluntarios.

El merchandising que germinó con Semilla

Jenifer y Ashley, dos hermanas una de 28 y la otra de 17, venden sombreros, gorras y cintas de tela con el logo de Semilla durante el cierre de campaña. Esto es una anomalía del sistema. Era usual, hasta ahora, que los productos los pusieran sobre todo los candidatos y los partidos, o que se vendan sobre todo en conciertos. Aquí no. El público compra la mercadería que representa a Semilla.

Los precios varían, el sombrero  cuesta 30 quetzales, la cinta 20 y las vuvuzelas 25.  «Ya habíamos hecho esto antes, para otros partidos, pero jamás se nos había vendido tanto» menciona Jenifer. Ellas no saben mucho del partido, pero por lo que escuchan creen que algo puede cambiar si gana Arévalo, o al menos eso esperan. 

Camisetas y sombreros de Movimiento Semilla a la venta durante un mitin en Taxisco, Santa Rosa. Fotografía: Christian Gutiérrez.

Cerca de uno de los faroles que hay en la Plaza, bajo un barrilete gigante y colorido que dice Movimiento Semilla, Leonel y Rocío, venden  diseños inspirados en Semilla. Hay playeras con dibujos de gatitos “Semichi”, otro hit más para el imaginario Semilla, que los mismos usuarios de redes sociales se encargaron de hacer viral y marcar tendencia.

Laysa Palomo, comunicadora social con experiencia en relaciones públicas y comunicación institucional, menciona que entender cómo usar las tendencias de redes sociales fue un gran acierto por parte del equipo de Semilla. 

Rugus es uno de los emprendimientos que vende productos relacionados con Movimiento Semilla. Fotografía: María Olga Domínguez Ogaldez

Otro gran acierto, fue explotar el concepto familiar que se creó alrededor del partido y del mismo candidato a la presidencia. Un hombre cercano a su equipo y que proyecta familiaridad, hasta llegar al punto de que le llamen tío. 

Silvio Gramajo, profesor universitario e investigador, coincide en que la estrategia en redes fue fundamental, ante la falta de recursos. «Se juntaron el hambre con las ganas de comer», dice Silvio, haciendo referencia a que desde un inicio Semilla se mostró crítico de los medios tradicionales como canales de televisión y emisoras radiales. 

La estrategia de redes consistió en subirse a las tendencias, hacer filtros, hablar de Taylor Swift y K-Pop, subirse a la adictiva ola de TikTok

Y sirvió, ya que según un informe de Free Press, en Guatemala las audiencias se informan de preferencia en periódicos digitales y televisión, seguido por redes sociales.

El día del cierre de campaña, alrededor de las 7 de la noche, la Plaza estaba atiborrada y las redes también. La transmisión alcanzó 3 millones de ‘me gusta’ tan solo en TikTok  y 7,000 me gusta y 9,000 comentarios en Facebook.

***

–¡Se ve se siente, Arévalo presidente! –corea al unísono la Plaza, en el cierre de campaña de Semilla.

Bernardo levanta las manos, saluda y sonríe 

–¡Te quiero, tío Berni! –se escucha a lo lejos. 

Los drones sobrevuelan y recogen imágenes para las redes sociales. La plaza está desbordada.

La Plaza durante el cierre de campaña de Semilla. Fotografía compartida en redes sociales por Samuel Pérez.

«En esta misma plaza se materializó ese anhelo, que luego se convirtió en organización», dice Bernardo recordando la creación de Semilla. 

En su discurso recuerda la primera vuelta y repite algo que ya habían dicho: «vamos a ser la sorpresa, un pueblo que reclama su dignidad no puede ser detenido». El último gran esfuerzo, dice el candidato, es llegar a las urnas para derrotar a los mismos de siempre. Sabe de lo que habla, sabe a quién le habla.

—No soy mi padre —vocifera Arévalo— no soy mi padre, pero recorro el mismo caminó que él construyó. Se refiere a Juan José Arévalo, una figura histórica que se ha vuelto a posicionar.

Para Silvio Gramajo, Semilla logró atar la figura de Juan José Arévalo con la figura representativa de un ejemplo de democracia, la democracia de 1944. «Me parece conveniente la unión de esa narrativa, de meternos en la cabeza que la buena fue la democracia del 44 y no la de Portillo, Colom o incluso Cerezo», agrega.

Desde el partido también lo han percibido como una forma de intercambio intergeneracional, Andrea Reyes menciona que han visto cómo, los más jóvenes han podido compartir su afinidad con Semilla, con aquellos adultos que pudieron vivir la época en la que Juan José Arévalo fue presidente. 

«Ese intercambio para nosotros fue una de las cosas más lindas de la campaña. Digamos que realmente existe este grupo de gente que quiere que Guatemala cambie y que sabe dónde buscar ese cambio», dice Andrea. 

«Unidos forjaremos una nueva primavera» grita Arévalo para finalizar su discurso. 

Los fuegos artificiales no acallan los gritos del público. La plaza se ilumina mientras suena «la cumbia de Arévalo» y algunos comienzan a cantar el pegajoso estribillo «Arévalo, que viva Arévalo».  

Una pareja cerca de la fuente se abraza para bailar. Un hombre transmite en vivo desde su Facebook y alguien más hace una videollamada con un familiar y le muestra lo que sucede. Están extasiados. 

Poco a poco la multitud toma sus carteles y pancartas, caminan y se alejan  de la Plaza. «Semilla, Semilla, hasta ser mayoría» se escucha en las enormes bocinas. El canto se diluye. La campaña ha terminado. 

Esa misma noche Prensa Libre presentó su encuesta en el noticiero Guatevisión La intención de voto para Bernado Arévalo es del 64.9% y la de Sandra Torres alcanza el 35.1%. En 36 horas, no podrán publicar en redes, ni hacer ningún gesto que ponga en riesgo un éxito, que si no estuviera amenazado por quienes pretenden cancelar el partido, declarar una elección fraudulenta, ponerle zancadilla a Semilla, estarían casi, cantando el triunfo.

Las expectativas son altas, quizás demasiado, para un Estado cooptado y endeble como el que se encontrará el próximo binomio presidencial.  Hay mucha ilusión, se percibe. Para Laysa Palomo la estrategia y campaña de Semilla quedará para estudiarla, así como cuando en 2008 Obama utilizó Internet para llegar a más votantes en su campaña.  

Para Luis Mack, analista político, las personas no han votado por Semilla, han votado  la ilusión de un cambio. «Es un voto de rechazo a las burdas maniobras que está utilizando la oposición y el sistema para descalificar a Semilla». Pero, menciona, así como la esperanza es grande también lo son las expectativas.

Hearing opina, que en un  99% el éxito de Semilla se debe a las pobres decisiones que ha tomado la clase política del país los últimos diez años. «Si piensan que aquí hay una conspiración internacional o que en Semilla son unos genios estratégicos o que aquí ha habido algún tipo de fraude están engañándose…». Para él la clase política está perdiendo por su propia cuenta.

Si llega Semilla, impulsado por ese entusiasmo ciudadano, el reto es cuesta arriba según Mack.

«Tiene en sus hombros una responsabilidad del tamaño del mundo», agrega.


Nota de edición: El jueves 14 de septiembre a las 6:00 am se corrigió una imprecisión acerca del equipo de voluntariados que trabajó en San Andrés Semetabaj.

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