El sábado 25 de junio se celebró en Guatemala el desfile de la Diversidad Sexual e Identidad de Género. Cientos de personas se manifestaron por los derechos de la comunidad LGBTIQ+. Algunas llegaron de lejos, de departamentos de Guatemala donde, en muchos casos, no sienten la libertad de mostrarse como son. En esta fotogalería, la fotógrafa Sandra Sebastián retrató a algunas de estas personas.
Daniela vive en La Libertad, un barrio en el municipio de Cobán, en Alta Verapaz. Es una mujer trans, de origen q’eqchi’ y asegura que está orgullosa de eso.
Tiene 18 años y hace tres que empezó a participar en sus primeros desfiles, con 15 años. “Vengo porque quiero que nos miren”, dice, durante el desfile de la Diversidad Sexual, en Ciudad de Guatemala. “Yo me acepto y animo a las compañeras a que se acepten también”, sonríe, mientras sus amigos, también q’eqchi’es, le acomodan el corte.
Del otro lado del Parque Central, en la zona 1 de la capital, con una corona sobre su cabeza, está Libnny, de 24 años. Es tz’utujil y nació y creció en Santiago Atitlán, en Sololá. “Ser gay en una comunidad es muy difícil. No me aceptaban. Me fui para buscar lo que yo era”, cuenta.
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A los 16 años, Libnny migró a la capital para trabajar y estudiar. También para encontrarse. “Ya sé quién soy, y con eso también mi familia me acepta”, comparte.
Este es el séptimo desfile en el que Libnny participa. Para ella, estar aquí es una forma de expresarse, de exigir los derechos negados a la comunidad LGBTIQ+ y de demostrar que están organizados.
Alrededor de las nueve y media de la noche, los presentadores empiezan a despedirse de los asistentes que aún se encuentran en la plaza. Son los últimos que quedan del gran despliegue multicolor, que empezó el sábado por la tarde en la zona 4 de la capital, y que avanzó por la ciudad hasta el Centro Histórico.
Empieza el frío y Mónica Chub se cubre con el rebozo. Es una mujer trans q’eqchi’, de San Pedro Carchá, en Alta Verapaz. Ayer llegó a la capital. Mónica tiene 30 años, es activista y defensora de derechos humanos.
Para ella, estar en el desfile es una forma de mostrarle a la sociedad guatemalteca que también existe. “Venimos desde nuestros territorios para recordarle al Estado y a la sociedad que no solo existimos este día. Que vivimos 365 días de muchos años”.
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“Estamos aquí para defender nuestros derechos, y manifestar que necesitamos vivir sin violencia. Tenemos derecho a vivir, derecho a tener educación, salud integral y un trabajo. Salimos porque necesitamos que nos miren. Somos visibles. Y desde los lugares de donde venimos estamos luchando y resistiendo”, concluye.
Daniela, Libnny y Mónica, igual que otras personas que fueron al desfile el 25 de junio, aseguran que tuvieron dificultades en sus comunidades. Por tratarse de espacios donde prima un pensamiento conservador y machista, fue común para ellas sufrir discriminación. Las tres coinciden: al organizarse, con amistades y organizaciones, han encontrado un respaldo para sentirse más seguras.