Política Falaz
Bolsonaro ataca a un país imaginario al desinformar sobre América Latina
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Los principales objetos de la retórica engañosa del expresidente son adversarios ideológicos como Venezuela, Cuba y Argentina.



Texto: Amanda Ribeiro y Luís Felipe dos Santos

Ilustración: Miguel Méndez


Un país en el que ya no hay perros: todos fueron devorados por los habitantes hambrientos. El aborto es libre, es posible casarse con adolescentes, las drogas son libres y ya no hay nadie en la cárcel. El presidente incendió el metro y sólo fue elegido porque más de la mitad de la gente no participó en las elecciones. Brasil pagó un metro en la capital de este país, pero el préstamo se pagó en cigarros. Contra este escenario de terror sólo hay una salvación: el gobierno de Jair Bolsonaro, presidente brasileño que hace poco buscó pero no logró reelegirse.

Ninguna de las informaciones citadas arriba es cierta, pero todas fueron dichas por Bolsonaro en sus cuatro años de gobierno. Aos Fatos ha comprobado al menos 382 acusaciones que desifnroman citadas por el presidente que implican a países latinoamericanos, desde las más prosaicas, como la supuesta inexistencia de mascotas en Venezuela, repetida 27 veces, hasta las más graves, como la acusación de vandalismo a Gabriel Boric, presidente de Chile.

En Argentina, la elección como desencadenante

Los países más citados en estos argumentos desinformadores son Venezuela, con 85 menciones, Argentina, con 83, y Cuba, con 53. Estas tres naciones hoy son lideradas por los rivales ideológicos de Bolsonaro, lo cual es el principal detonante para que el presidente dispare mentiras. Venezuela y Cuba, lideradas por Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel, son objetos persistentes, pero Argentina fue atacada más a menudo cuando cambió de presidente en 2019: Alberto Fernández, un peronista de centro izquierda, asumió el poder en diciembre de ese año y Bolsonaro no asistió a su toma de posesión.

La escalada de desinformación es visible tras la ascensión de Fernández. Cuando Macri era presidente, sólo hubo siete frases de Bolsonaro con mentiras o inexactitudes. Después, hubo 76.

Los temas varían: en junio de 2021, Bolsonaro dijo que Argentina era el país “que más se había cerrado en el mundo” y “uno de los países en los que más personas mueren por millón de habitantes”, para criticar las restricciones de circulación para evitar la propagación del Covid-19. Ambas afirmaciones eran falsas: Argentina ocupaba el octavo lugar en un ranking de restricciones a la actividad elaborado por la Universidad de Oxford y el vigésimo tercero en la lista de mortalidad por millón de habitantes de Our World In Data, por debajo de Brasil, que ocupaba el décimo lugar.

Dada la cercanía de Fernández al que entonces era el oponente de Bolsonaro en las elecciones, el hoy presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva (PT), el presidente intensificó sus ataques desinformadores contra el país vecino en 2022. En agosto mintió sobre la pobreza argentina cuando dijo que el 40% de la población estaba por debajo del umbral de la pobreza—era el 8,2% en los últimos datos disponibles en ese momento, lo que representaba un descenso respecto al 10,2% del último trimestre del gobierno de Macri. Bolsonaro también lamentó la “oficialización del lenguaje incluyente” en el país, cosa que nunca ocurrió.

Vacunas y retirada del embajador en Chile

En Chile no se repitió ese aumento en desinformación tras el resultado electoral negativo para Bolsonaro. Durante el gobierno de Sebastián Piñera, Bolsonaro había atacado al menos diez veces la vacuna CoronaVac, producida por el laboratorio chino Sinovac, utilizando como argumento datos falsos del país andino.

En julio de 2021, por ejemplo, Bolsonaro dijo que la vacuna “no funcionaba” en el país, a pesar de que se había producido un descenso del 20,84% en las muertes de personas mayores de 90 años en los tres meses anteriores a la alocución del presidente, y un descenso del 4,35% entre los ancianos de entre 80 y 89 años. En ese momento, Chile estaba más avanzado que Brasil en vacunaciones con el inmunizador chino.

Sin embargo, Piñera no era el oponente ideológico de Bolsonaro, como lo sería Gabriel Boric, elegido en diciembre de 2021. En ese momento, el presidente brasileño puso en duda la participación popular en las elecciones, con la falsa acusación de que más de la mitad de los votantes no habían acudido a las urnas: incluso siendo el voto opcional, la participación fue del 55,4%. Bolsonaro evitó críticas más duras hasta agosto de 2022, cuando, en un debate electoral, dijo: “Lula también apoyó al presidente de Chile. El mismo que le prendió fuego a trenes subterráneos allá en Chile. ¿A dónde va nuestro Chile?”

Pero Boric nunca había sido acusado de incendiar el metro en el país que ahora gobierna. Bolsonaro se refería a los daños sufridos por el transporte urbano de Santiago durante las protestas de 2019, que llevaron a la detención de Daniel Bustos Trabols, de 23 años. En su momento, el Ministerio Público chileno consideró que no había ningún vínculo político detrás del delito. Indignada por las declaraciones de Bolsonaro, la canciller chilena, Antonia Urrejola, convocó al embajador de Brasil en Santiago para aclarar el asunto.

“Consideramos que estas acusaciones (de Bolsonaro) son muy graves. Obviamente son absolutamente falsas y lamentamos que en un contexto electoral se exploten y polaricen las relaciones bilaterales a través de la desinformación y las noticias falsas”, dijo Urrejola.

Según Carlos Gustavo Poggio, profesor de relaciones internacionales en el Berea College de Estados Unidos, el discurso de Bolsonaro difiere mucho del tradicionalmente adoptado por la diplomacia brasileña. “El uso despectivo de referencias a países latinoamericanos no es habitual en la diplomacia brasileña. Es ver la política como una relación ‘amigo-enemigo’. Él no se fija en las relaciones geopolíticas ni en cómo fortalecer las relaciones entre estados de Brasil. Es un ideólogo y se ve a sí mismo como líder de un movimiento”, dice.

En Colombia, incluso el discurso en la ONU se convirtió en objetivo

Como en el caso de Argentina, en Colombia la elección de un opositor ideológico fue el principal detonante de la desinformación. Cuando Bolsonaro asumió el cargo, el presidente colombiano era Iván Duque, con quien el presidente brasileño tenía una buena relación, con encuentros bilaterales y palabras amistosas. Durante el mandato de Duque, Bolsonaro sólo desinformó sobre Colombia en cuatro ocasiones, todas ellas apuntando a una inexistente relación de la antigua guerrilla de las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) con el Foro de São Paulo, un grupo que reúne a partidos y movimientos de izquierda en América Latina.

Este panorama cambió cuando Gustavo Petro asumió la presidencia de Colombia. Como en los casos de Fernández y Boric, el presidente brasileño no asistió a su toma de posesión, y comenzó a usarlo como blanco en sus discursos, de manera más dura que la aplicada con otros mandatarios.

“Cuando dejé la tribuna de la ONU, hablé de Brasil, ¿no es así? Petro, el recién elegido presidente de Colombia, apoyado por Lula, subió y defendió la legalización de la cocaína”, dijo Bolsonaro el 29 de septiembre de 2022. Se refería al discurso en la Asamblea General de la ONU, en el que Petro no abogó por la legalización generalizada de la cocaína, sino que criticó la “guerra contra las drogas”, calificándola de fracasada y proponiendo un nuevo enfoque.

“Para disminuir el consumo de drogas no hacen falta guerras, sino construir una sociedad mejor, más solidaria, más afectiva, donde la intensidad de la vida nos salve de las adicciones y de las nuevas formas de esclavitud. ¿Quieren menos drogas? Piensen en menos codicia y más amor. Piensen en un ejercicio racional del poder”, dijo.

Esta no fue la única vez que Bolsonaro distorsionó las posiciones de Petro. El mandatario brasileño también dijo que el colombiano pretende “liberar a los encarcelados”, cuando éste en realidad se refería solo a los detenidos durante las protestas políticas de 2021; también dijo que pretendía acabar con el Ministerio Público, cuando en realidad había criticado la actuación de la Fiscalía General del país, diciendo que hace persecuciones políticas y no enfrenta casos de corrupción. Aos Fatos ha constatado 14 declaraciones falsas de Bolsonaro sobre Colombia, diez de ellas posteriores a la toma de posesión de Petro.

Cuba y Venezuela, principales objetivos

Los objetivos favoritos de Jair Bolsonaro a lo largo de su gobierno fueron los dos principales referentes de los regímenes socialistas en América Latina: los gobiernos de Cuba y Venezuela. Las mentiras sobre estos países fueron una constante durante todo el mandato presidencial del jefe de Estado brasileño.

En cuanto a Cuba, las acusaciones desinformativas más frecuentes tuvieron que ver con el programa Mais Médicos, creado por el PT para atraer profesionales de la salud a zonas desatendidas de Brasil, un acuerdo con el país caribeño que Bolsonaro suspendió inmediatamente después de su victoria en 2018.

Bolsonaro repitió nueve veces que casi todo el salario del profesional cubano que trabaja en Brasil quedaba confiscado por el gobierno local, lo que no ha sido posible comprobar con los datos disponibles. También afirmó que no eran médicos, sino “agentes” de la nación comunista, lo cual es una teoría conspiratoria: eran, de hecho, profesionales de la salud.

Los acuerdos del BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) con los países vecinos también fueron objeto de ataques con desinformación. El presidente brasileño repitió trece veces que Brasil recibió cigarros como garantía en las negociaciones del préstamo para el puerto de Mariel, lo cual es falso: según la prensa brasileña, el contrato preveía, como garantía, “flujos internos de créditos generados por la industria tabacalera cubana”. En otras palabras, si Cuba no devolvía el préstamo del BNDES, el banco recibiría los ingresos generados por la industria cubana del tabaco, no los productos.

El BNDES también dio pie a que Bolsonaro mintiera al menos trece veces sobre la construcción de un metro en Caracas, Venezuela, que, en palabras suyas, se habría construido con dinero del banco, mientras que la ciudad brasileña de Belo Horizonte no tenía el mismo medio de transporte. En realidad, la obra fue financiada por Odebrecht durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (PSDB), en 2001, y la capital del estado de Minas Gerais tiene metro desde 1986.

En otras ocasiones, Bolsonaro también engañó al atribuir a Lula la frase “en Venezuela puede faltar de todo menos democracia”, que es una tergiversación de un discurso del hoy presidente en 2004. Además, exageró el número de venezolanos que llegan a pie a la frontera de Pacaraima (RR), que son 239 por día, y no 600.

Sin embargo, la acusación más repetida es: “En Venezuela ya no hay cachorros, ni gatitos. Se lo han comido todo”. Es una tergiversación de un discurso de Ramón Muchacho, alcalde de Chacao y opositor al régimen de Nicolás Maduro, en el que advirtió que la gente estaba “cazando perros y gatos para comer”, pero no dijo que los animales domésticos hubieran sido eliminados en el país. Esto no impidió que Bolsonaro repitiera la mentira al menos 27 veces, en transmisiones en vivo, discursos y entrevistas.

Para el profesor Poggio, del Berea College, muchos de los daños causados por Bolsonaro en las políticas diplomáticas de Brasil aún no han sido explorados en su totalidad porque hay un “compás de espera” con relación a las elecciones de 2022. “Fue un proceso de destrucción de la política exterior brasileña que estuvo relativamente bien hecho. No les quedan aliados. Bolsonaro va a Europa y visita Hungría, porque no les queda nadie. El acto de no llamar siquiera para felicitar al presidente electo de Argentina, con la que el país tiene relaciones históricas, es una política bastante disgregadora”, dijo.

Las desinformaciones de Bolsonaro en español

Las desinformaciones más repetidas de Bolsonaro tuvieron un impacto pequeño por fuera del ecosistema de redes brasileño. Rastreamos si las 10 mentiras más repetidas por el presidente brasileño en su programa tuvieron impacto en español y encontramos pocas publicaciones, usualmente con pocas interacciones.

Sin embargo, en algunos pocos casos los temas que mencionaba Bolsonaro ya eran populares en las redes hispanoparlantes de derechas desde antes de que el mandatario las mencionara — más bien, parece que el saliente presidente brasileño hubiera querido montarse a esas olas. Este es el caso, por ejemplo, con sus mentiras sobre las Farc y el Foro de São Paulo y sobre los médicos cubanos.

En el primer caso, encontramos más de 24.000 menciones en español sobre el tema en Twitter entre el 1 de noviembre de 2021 y el 1 de noviembre de 2022. El día en el que más publicaciones al respecto encontramos fue el 19 de junio de 2022, el día en el que Gustavo Petro (quien fue miembro de otra guerrilla, el M-19) ganó la presidencia en Colombia.

En el segundo caso, encontramos que desde 2020 se han publicado más de 500 posts en Facebook con la misma falsedad que dijo Bolsonaro en varios países a los que han llegado médicos cubanos, como Argentina o México. 

Por otra parte, encontramos que en junio de 2019 el Panam Post, un sitio de derecha, replicó las mentiras de Bolsonaro respecto al BNDES. La publicación fue compartida en 23 grupos de derecha de Facebook de diferentes países de la región y casi 2.500 veces en perfiles privados.

Política Falaz

Política Falaz es una investigación del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) con Animal Político (México), Aos Fatos (Brasil), Bolivia Verifica (Bolivia), Chequeado (Argentina), ColombiaCheck (Colombia), Efecto Cocuyo (Venezuela), y Ocote (Guatemala).
El Veinte y la Fundación Karisma contribuyeron a estos reportajes con revisión o información especializada.

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