Conversación con A. Andrino sobre desinformación y salud sexual y reproductiva
«No vacunan a sus hijas contra el VPH porque dicen que es como el Gobierno esteriliza a las niñas»
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Conversamos con Alejandra Andrino, ginecóloga y obstetra, en nuestro último directo de TikTok. En esta publicación, destacamos alguna de la información clave que la especialista dio sobre desinformación y salud sexual y reproductiva.


Alejandra Andrino es ginecóloga y obstetra. A finales de 2019 abrió una cuenta en Instagram y otra en Facebook y empezó a compartir información sobre salud sexual y reproductiva. 

En videos cortos, explicaba de una manera directa y fácil de entender, cómo ponerse un condón, cuándo hacerte una prueba de embarazo o por qué sangran las mujeres la primera vez que tienen relaciones sexuales.

Luego vino YouTube y TikTok. Con la pandemia de la COVID-19, en marzo de 2020, sus videos explotaron. Hoy en Instagram y TikTok acumula millones de vistas. A finales de marzo de 2023, su video más popular de YouTube estaba cerca de los 2 millones de reproducciones.

Aunque las mismas plataformas han cerrado su cuenta un par de veces por compartir información sobre sexualidad, Andrino suma más de 850 mil seguidores entre todas sus redes sociales. 

La médica abrió su propia clínica en la zona 9 de Ciudad de Guatemala, donde hoy trabaja con otras dos ginecólogas.

Los videos de Andrino son un foco informativo en unas plataformas en las que los bulos circulan sin control. De eso hablamos con ella en nuestro último directo de TikTok, el 27 de marzo de 2023. 

Andrino explicó que hay desinformaciones que están tan interiorizadas desde la niñez y la adolescencia, que cuesta mucho que las personas las desaprendan, aunque tengan datos verificados a la mano.

También habló de la responsabilidad de los medios para no seguir replicando información no contrastada y de la necesidad de que las mujeres tengan acceso a servicios ginecológicos cercanos para resolver dudas. 

¿Hay alguna desinformación que perciba en sus consultas como la más común entre las pacientes?

Hay muchos temas. Por ejemplo, hay mucha desinformación sobre las vacunas del Virus del Papiloma Humano (VPH). También hay mucho estigma; pensar que sólo gente promiscua se tiene que hacer su papanicolau, o solo personas con hijos… 

Increíble, pero todavía hay gente que cree que se tiene que lavar la vagina y se mete los dedos para lavarse con jabón.

Y desinformación sobre los anticonceptivos, como que no se puede usar la T de cobre si no has estado embarazada, por ejemplo.

Vamos desgranando estos temas. ¿Por qué no solo las personas promiscuas o con hijos deben hacerse el papanicolau? 

El papanicolau es una toma de muestra del cérvix para poder determinar si tenemos lesiones precancerígenas. 

Todas nos lo tenemos que hacer iniciando la vida sexual. No todo el cáncer de cérvix está asociado al VPH (que se contagia a través del contacto sexual), pero sí la mayoría. Por eso asociamos el inicio de la vida sexual con el cáncer (de cérvix). 

Lo ideal es de uno a tres años (después de haber empezado a tener relaciones sexuales) se empiece a hacer el papanicolau.

Está documentado que hasta el 80% de la población sexualmente activa, y algunos mencionan incluso hasta más, llegamos a tener contacto con el VPH. Entonces, si tenemos una pareja que ya tuvo otra pareja antes, puede ser que tenga el virus y nos lo contagie, sepámoslo o no. 

La mayoría de la gente tiene la idea de que necesitamos tener muchas parejas para contagiarnos de una infección de transmisión sexual, pero con una ya es suficiente. 

La mayoría de las personas lo tiene y no lo sabe. 

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Eso pasa también con otras enfermedades o infecciones. Una de las desinformaciones que circula mucho es la de «no tengo ninguna enfermedad, porque si la tuviera, lo notaría», ¿cierto?

Sí. Por ejemplo, la clamidia; un 70% de las personas infectadas, más que todo mujeres, no tenemos síntomas. Entonces, solo lo podemos saber por medio de un examen específico. Que a veces también se cree que con el papanicolau es suficiente, y si sale normal significa que no hay nada. Y no.

El papanicolau es específicamente para buscar lesiones precancerígenas, no infecciones de transmisión sexual, que es un mito que la mayoría cree. 

Sobre la vacuna VPH ha circulado mucha desinformación. Como, por ejemplo, que tiene muchos efectos secundarios, o que si te vacunas después de haber iniciado a tener relaciones sexuales, ya no tiene el mismo efecto. ¿Qué tan cierto es esto y qué otras desinformaciones circulan sobre esta vacuna? 

Algo que se dice mucho es que las vacunas sólo van a hacer más promiscuas a las niñas, lo cual no es así. Realmente igual van a tener vida sexual y para tener hijos, las mujeres deberán tener relaciones sexuales y ya vemos que con una sola pareja que tengan, pueden tener VPH. 

Aquí en Guatemala costó mucho, y todavía cuesta, que se quiera vacunar a las niñas, y eso que es gratis para las niñas. En lo privado vale entre Q1,500 y Q 2 mil. En los centros de salud la ponen gratis y no quieren vacunar a las niñas porque dicen que es la forma en la que el Gobierno quiere esterilizar a las niñas. 

Por eso se iban a perder un montón de vacunas hace un par de años y la comenzaron a poner en mujeres de mayor edad, sólo para que no se perdieran. 

Es importante decir que, como tratamiento, la vacuna del VPH no sirve. Pero te protege contra próximas infecciones. Es como las personas que tienen COVID-19. El que ya te haya dado, no significa que no te vacunes, porque te puedes volver a contagiar. En algún momento el virus lo podemos eliminar, pero también podemos volver a contagiarnos. Tiene beneficios, pero es cara; es de las más caras que hay. Pero también es la única que protege contra el cáncer.

Otra de las desinformaciones que mencionó es que el Dispositivo Intrauterino (DIU) o T de cobre sólo lo pueden usar las mujeres que pasaron por un embarazo. ¿Por qué esto no es así?

Antes era uno de los mitos, porque el útero es un poco más pequeño cuando no hemos tenido embarazos, pero no está contraindicado. Sólo no mencionan el DIU de cobre como primera opción en mujeres que no han estado embarazadas. Pero se puede colocar perfectamente. 

Mencionaba también el tema de que no se debe lavar la vagina. ¿Por qué? 

El primer error viene de que no saben el nombre de los genitales. La vulva es la parte externa, la vagina es la parte interna. La parte externa se puede lavar con un poco de agua. No recomiendo usar jabones porque algo del jabón se puede meter en la parte interna. 

La vagina no se tiene por qué lavar porque tiene sus propias bacterias, los lactobacilos, que producen ácido láctico, que nos defiende de las infecciones vaginales, de bacterias que no deberían estar, de hongos… 

Entonces, si lavamos, el jabón no diferencia cuáles son las bacterias buenas y las malas. Nos queda desprotegida la vagina y es más fácil que un hongo o una bacteria de las que no debería haber se empiece a reproducir más. Y ahí es donde tenemos infecciones vaginales.

Aquí, en Guatemala, la sociedad es bien machista, entonces desde pequeñas son cosas que nos van metiendo, como que la vulva es sucia, que hay que lavarse… Nos hacen creer que la vagina es un lugar sucio, así que inconscientemente nos queremos lavar. Hay algunas mujeres que psicológicamente no se sienten bien si no se lavan la vulva porque creen que está sucia. Pero no lo está.  

Este tipo de desinformaciones, que nos instalan desde la infancia o la adolescencia ¿es más difícil combatirlas? ¿Cómo lo ha visto con sus pacientes?

Sí, e incluso no es que no me crean, porque sí me creen, sólo les cuesta cambiar ciertos hábitos, porque ya lo traen desde pequeñas. 

A veces, aunque las personas traten de estar informadas sobre salud sexual y reproductiva, la información con la que se encuentran es confusa. Por ejemplo, después de que se ha dicho que los anticonceptivos orales (la píldora anticonceptiva) no produce cáncer de mama, hace unos días varios medios de comunicación recogieron los resultados de un estudio y que daba cifras muy alarmantes sobre el riesgo de padecer este cáncer si se consumían estos medicamentos. ¿Qué información debemos creer?

Hace muchos años se creía que aumentaba mucho el riesgo. Y hay médicos que siguen diciendo que sí, otros que no… Pero realmente lo que está bien establecido es que el riesgo de cáncer sólo por usar pastillas anticonceptivas es extremadamente bajo. 

Usualmente deben tener otros factores de riesgo asociado, que las pacientes no lo toman tan en cuenta y no le tienen tanto miedo, como la obesidad, el sedentarismo, el tomar bebidas alcohólicas, el comer mal… Todo eso también nos afecta muchísimo y hace que aumente el riesgo de cáncer de mama, pero sólo nos enfocamos en los métodos anticonceptivos.

¿Cuál ha sido su experiencia tratando de combatir la desinformación en redes sociales? 

Hacer vídeos en redes sociales cuesta mucho porque la gente no retiene. Se aburre y cambia, entonces no entienden el mensaje que a veces uno quiere dar. 

En consulta es mucho más fácil explicarles. La mayoría de pacientes que vienen aquí conmigo entienden bastante bien por qué hay que dejarles pastillas anticonceptivas, hormonas… o por qué no. Y ahí lo hablamos entre la paciente y yo.

Pero, ¿qué pasa en un país como Guatemala, en el que los servicios públicos están muy limitados, los privados no los pueden pagar todas las mujeres y a eso se suman los prejuicios que pueden tener las mujeres para no querer ir a un servicio ginecológico?

Es complicado porque la gente vive a horas de un médico general, no digamos de un especialista. Hay muchas ONG que siempre ayudan. El problema es que la gente no sabe cuándo consultar. Lo toman como normal. Por ejemplo, «es normal que no me baje la menstruación en seis meses». Entonces no se preocupan en buscar. Lo primero es informarnos. Ya informándose, buscar ayuda. Tengo pacientes que vienen de lejos porque vieron un TikTok mío y ahí se enteraron de que lo que tenían no era normal. Vienen conmigo la primera vez y luego ya les refiero con un doctor más cercano. Pero el hecho de estar informados, ya les brincó la alarma.

¿Sabemos cuántas mujeres van al ginecólogo en Guatemala? 

La estadística en Guatemala es muy complicada, sobre todo en salud. Te lo digo de primera mano. Yo estuve en el Hospital Roosevelt y sinceramente había muchas estadísticas que eran un poco al cálculo, porque nos costaba mucho llevarlo. Si así es en un hospital grande, imagínate cómo será en centros de salud, que a veces cuesta mucho llevar las estadísticas. Pero el número de mujeres que va al ginecólogo es bajo, seguro.

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¿Qué podríamos hacer desde el periodismo y desde la ciudadanía para contribuir a que la gente esté más y mejor informada sobre salud sexual y reproductiva, para llegar a más gente, de manera más efectiva?

Yo creo que lo primero es seguir a gente que sí esté informada. Idealmente profesionales de la salud. Y compartir la información que al final compartimos los profesionales, de medicina o de lo que sea.
Y a veces puede pasar que demos (yo me incluyo) información que no esté bien, porque nos puede pasar a cualquiera, pero va a ser menos probable con alguien que sí sea profesional que con alguien que no.

También, evitar compartir información de experiencia, que se suele hacer muy viral. Por ejemplo, alguien en TikTok, diciendo «con este método me pasó esto». Bueno, esa es tu experiencia, no sabemos por qué te pasó y puede que estés generalizando. El tomar eso de referencia me parece que es uno de los mayores riesgos de desinformación que hay.

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