Virus del papiloma humano
Vacunas contra el VPH: una administración desordenada y sin campañas
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Ante la proximidad de que vacunas contra el virus del papiloma humano caducaran en Guatemala, el Ministerio de Salud abrió la vacunación a adolescentes y adultas en noviembre de 2021. Esto implicó que estas personas tuvieran acceso a una vacuna que en el sector privado puede superar los mil quetzales por dosis. Pero también que el grupo objetivo (niñas de 10 a 14 años) no recibiera todas las dosis.


El virus del papiloma humano (VPH) es un virus de transmisión sexual que causa infecciones en el aparato reproductor y que, sino se detecta a tiempo o se previene con una vacuna, puede causar lesiones precancerosas, cáncer cervicouterino y verrugas genitales.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) contabiliza más de 100 tipos de VPH y 14 son catalogados como de alto riesgo. Según la OPS, el 99% de los casos de cáncer cervicouterino son provocados por el VPH.

Mirna Montenegro, directora del Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (OSAR) explica que, en Guatemala, la vacunación contra este virus empezó en 2018. Desde entonces, se realiza en centros educativos, con el objetivo de prevenir el contagio en niñas de 10 a 14 años.

“En países como Brasil, Panamá y Colombia también se vacuna a los niños, porque tienen posibilidad de ser portadores del virus”, comenta Montenegro. La OMS incluso señala que existen pruebas que asocian los VPH con cánceres de ano, vulva, vagina, pene y garganta. Sin embargo, las consecuencias de la enfermedad resultan más severas para las mujeres y por eso las niñas son el grupo prioritario.

En febrero de 2020, debido al cierre de establecimientos educativos para la prevención de contagios por la pandemia COVID-19, dejó de aplicarse la vacuna en escuelas e institutos de Guatemala y se empezó a aplicar en los centros y puestos de salud del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS).

A pesar de esto, el Ministerio de Salud no ha realizado campañas de información o publicidad sobre la aplicación de esta vacuna.

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Consultada al respecto, la ginecóloga Claudia Camel, representante del Programa de Salud Reproductiva del MSPAS, explicó a Fáctica que el contexto de la pandemia de COVID-19 ha dificultado la planificación de campañas de vacunación. “Antes se visitaban establecimientos educativos y ahora el reto es informar a los papás y mamás para que lleven a sus hijas a vacunar”, comenta.

Como consecuencia de esto, las vacunas se empezaron a acumular. El 13 de agosto de 2021, la oficina del Procurador de los Derechos Humanos (PDH) alertó de que un lote de 249,419 vacunas contra el VPH vencerían en febrero de 2022. Según el Programa de Salud Reproductiva no habían sido administradas por el contexto de la pandemia.

Tres meses después de la alerta, todavía no habían sido aplicadas. Sin una campaña de comunicación efectiva, las madres y padres no llevaban a las niñas a los puestos y centros de salud.

Así que en noviembre de 2021, el Ministerio de Salud anunció una nueva estrategia para administrar todas las vacunas antes de febrero de 2022: ampliarían el rango de edad a adolescentes y adultas.

Definieron cuatro grupos prioritarios: niñas entre 10 y 14 años (el grupo objetivo inicial); víctimas de violencia sexual o mujeres positivas al virus de inmunodeficiencia humana (VIH) de hasta 26 años; personal de salud que aplica tratamientos de VPH; y adolescentes y mujeres entre 15 y 47 años como un “grupo alterno”.

Aun así, según el MSPAS, no se planteó un sistema por fases (como se hizo con la vacunación contra la COVID-19), sino como una convocatoria abierta para los cuatro grupos.

Claudia Benavente, coordinadora de comunicación del Ministerio de Salud, aseguró a Fáctica que aunque la prioridad son las niñas entre 10 y 14 años, las 29 áreas de salud de Guatemala a donde se han distribuido las vacunas, son autónomas en decidir a qué grupos vacunar.

Se intentó contactar a varios centros de salud de Ciudad de Guatemala para preguntarles por la dinámica de vacunación, sin embargo no se logró comunicación con los mismos. En uno de ellos indicaron que era el equipo de comunicación del MSPAS el que debía resolver las dudas.

Después de ampliarse este rango, en las últimas semanas, cientos de adolescentes y adultas llegaron a puestos y centros de salud para recibir de manera gratuita la vacuna contra el VPH. Esta misma vacuna, en centros privados, cuesta entre 800 y mil quetzales cada dosis. Para completar el esquema de vacunación, las niñas de entre 10 a 14 años necesitan dos dosis (con un intervalo entre dosis de 6 a 12 meses), mientras que adolescentes y adultas precisan tres (con un intervalo primero de un mes y después de tres meses).

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La Dirección de Comunicación del MSPAS explicó que, después de implementar esta estrategia, al 8 de diciembre de 2021 aún tenían 70,708 dosis disponibles del lote que vence en febrero de 2022. Aseguró que a todas las mujeres a quienes ya se les había aplicado al menos una dosis, “se les debe asegurar completar su esquema de vacunación”.

Mirna Montenegro, del OSAR, señala que hasta ahora (mediados de enero de 2022) sí se ha cumplido con las segundas dosis y se espera que a finales de enero y durante febrero acudan el resto de mujeres adultas para continuar con el esquema de vacunación. “El Ministerio tiene guardadas esas dosis que ofreció”, asegura.

Montenegro es enfática en señalar que el total de vacunas contra el VPH en Guatemala se debería aplicar a las niñas, antes de ampliar las edades de vacunación: “Estos grupos responden a terminar con las dosis que están próximas a vencer, pero que no llegan a la población objetivo, que son las niñas. Lo malo es que aunque se están agotando las vacunas, el Ministerio no llega a las niñas que son su grupo prioritario”, explica.

“Muchas mujeres adultas, al tener una vida sexual activa, ya han tenido contacto con el virus del papiloma humano y una vacuna podría darles falsas esperanzas —añade Montenegro—. El esfuerzo para las mujeres adultas debe estar en los tamizajes y la detección temprana del virus para su tratamiento”.

Lejos del objetivo

Para 2030, la estrategia para la eliminación del cáncer cervicouterino de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció un objetivo global de alcanzar el 90% de la vacunación contra el VPH en niñas de hasta 15 años, tener un 70% de cobertura en la detección del virus y un 90% de tratamiento en lesiones precancerosas.

Según el OSAR, Guatemala ha alcanzado un 40% en vacunación de niñas entre 10 y 14 años, un 16% en tamizajes, y entre un 3% y un 8% en tratamientos para población diagnosticada. Son cifras muy alejadas de los objetivos que plantea la OMS. Según el MSPAS, en 2021 se alcanzó el 36% de las niñas entre 10 y 14 años.

Desde que inició la vacunación contra el VPH en Guatemala, en 2018, hasta el 13 de enero de 2022, habían sido administradas 1,412,158 de dosis en niñas y mujeres de 10 años en adelante. De este total, 910,935 niñas han sido vacunadas con al menos una dosis.

Según el MSPAS, al 13 de enero había 49,702 dosis para ser aplicadas con fecha de vencimiento al 31 de enero de 2024.

Para este año, según información que el MSPAS entregó al OSAR, se ha presupuestado la compra de 100 mil dosis de vacunas contra el VPH. Claudia Camel, la representante del Programa de Salud Reproductiva del MSPAS, asegura que esperan ampliar la compra a 350 mil dosis, que les permitiría completar el esquema de dos dosis de 175 mil niñas. Según Camel, el ministerio estima que 200 mil niñas cumplirán 10 años en 2022.

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