*Este reportaje se realizó en el marco del Proyecto Guate Diversa e Inclusiva, implementado por Hivos y financiado por la Embajada de Suecia en Guatemala. Agencia Ocote analizó datos proporcionados …
*Este reportaje se realizó en el marco del Proyecto Guate Diversa e Inclusiva, implementado por Hivos y financiado por la Embajada de Suecia en Guatemala.
Agencia Ocote analizó datos proporcionados por el Ministerio de Salud sobre cuatro métodos y procedimientos anticonceptivos de larga duración que brindan en sus establecimientos: el implante subdérmico, el dispositivo intrauterino (DIU); y los permanentes: ligadura de trompas y vasectomía.
Desde marzo hasta junio de este año, se registró que 7,195 personas optaron por uno de estos anticonceptivos. Esa cifra apenas representa el 52% del total de personas que lo hicieron en ese mismo periodo en 2019. El año pasado, la cartera registró en ese lapso a 13,826 pacientes.
El inicio de la caída del uso de los métodos anticonceptivos en el sector público coincide con el mes en que se confirmó el primer caso de COVID-19 en Guatemala. En marzo hubo 2,448 intervenciones y en abril esa cifra se redujo a 1,229, es decir una disminución del 50%.
Embed:De los 22 departamentos de Guatemala, en Suchitepéquez es donde más descendió el uso de los anticonceptivos. Durante este mismo periodo, solo 59 personas los han requerido, mientras que el año pasado lo hicieron 357, una baja del 83%.
La implementación de los anticonceptivos también se redujo en el departamento de Guatemala. De marzo a junio del 2019, fueron 3,208 personas quienes optaron por alguno de estos, mientras que en el mismo periodo de este año, apenas lo hicieron 1,059.
Varios factores han causado la disminución en el uso de los cuatro métodos anticonceptivos: la suspensión de los servicios de salud por la pandemia, el miedo a infectarse con COVID-19 en los establecimientos y la falta de transporte público para llegar a los centros de atención. Así lo explica Mirna Montenegro, directora del Observatorio de Salud Reproductiva (OSAR).
––Estos cuatro métodos anticonceptivos son de larga duración y por esa razón necesitan de un espacio y personal especializado para ser colocados o practicados. Es necesario el traslado de la persona hacia un establecimiento de salud. Pero en estos momentos las familias tienen miedo de acercarse a los hospitales y si se acercan no hay personal––, dice Montenegro.
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Eliú Mazariegos, director general del Sistema Integral de Atención en Salud de la cartera, asegura que los servicios de salud reproductiva han disminuido porque las personas han dejado de asistir por el miedo a contagiarse de COVID-19 y también porque el personal que presta los servicios se ha infectado.
A eso se suma que 153 de los 1545 establecimientos del Ministerio de Salud han cerrado por algún motivo relacionado con la pandemia, según datos entregados por la cartera. En todos estos centros las mujeres y hombres pueden acceder a los servicios de planificación familiar, de acuerdo con el departamento de comunicación social de la cartera.
Aunque a nivel nacional hubo una disminución, en dos departamentos hubo un incremento en el uso de los cuatro métodos de planificación familiar: en Huehuetenango pasaron de 794 a 1,041 personas que eligieron uno de estos en comparación con el año pasado y en Chiquimula de 100 a 302 personas.
Karem Morales Castañón, técnica normativa de planificación familiar del Ministerio de Salud, afirma que en estos dos departamentos hubo un incremento porque, a diferencia de los departamentos del occidente, los pobladores no residen en zonas lejanas. Además, afirma que desde el año pasado se ha incrementado el número de trabajadores de salud reproductiva y sexual en ambos departamentos, aunque no especifica de cuántos se trata.
Morales afirma que en la actualidad los integrantes del Programa Nacional de Salud Reproductiva de la cartera buscan acercarse a líderes comunitarios y medios de comunicación locales para promover el uso de métodos anticonceptivos para contrarrestar la baja de los últimos meses.
Alejandro Silva, Oficial de Salud Sexual y Reproductiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) afirma que, si bien la reducción está relacionada con la llegada de la pandemia, existen barreras previas que dificultan el acceso a los servicios de salud reproductiva: una cobertura insuficiente y la falta de educación sexual.
Karin Slowing, analista independiente e integrante del Laboratorio de Datos GT, señala que el machismo es otro obstáculo que impide que una mujer tenga acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva en Guatemala, pues socialmente se ha establecido que deben contar con el permiso de su esposo o pareja para optar a algún método anticonceptivo.
En cuatro meses, ocho vasectomías
Aunque las cifras del acceso a los métodos anticonceptivos han disminuido en medio de la pandemia, hay algo que no cambia: las mujeres siguen siendo a quienes más se someten a cirugía para, de forma permanente, evitar embarazos
Entre marzo y junio de este año, a 524 mujeres les fue practicada la anticoncepción quirúrgica voluntaria, más conocida como ligadura de trompas. En ese mismo periodo del año pasado este procedimiento les fue realizado a 1,052.
En el caso de los hombres, el Ministerio de Salud registró que, entre marzo y junio del año pasado, les fue practicada la vasectomía a 60 de ellos. Mientras que, en ese mismo periodo de 2,020, apenas le realizaron esta intervención a ocho en todo el país.
Más muertes maternas
Montenegro, la directora de OSAR, explica que la baja en el uso de estos anticonceptivos implicará un incremento de embarazos en y un aumento de muertes maternas, aquellos fallecimientos de mujeres relacionados con el estado de gestación. Debido a que en la actualidad las mujeres no reciben la atención adecuada durante su estado de gestación por dos aspectos: la irregularidad en la prestación de servicios de salud debido a la pandemia y el miedo a contagiarse en los establecimientos.
––Las mujeres por la pandemia tienen miedo de acercarse a un hospital y por eso deciden quedarse en sus comunidades siendo atendidas por comadronas, y el problema es que ellas no cuentan con los insumos para detener una hemorragia y para llegar a un hospital deben recorrer un trayecto de cuatro o cinco horas, y para entonces ya es tarde-–, dice Montenegro.
De enero a abril de 2019, el Ministerio de Salud registró 124 muertes maternas en todo el país y en el mismo periodo de este año contabilizó 101 casos.
Aparte de las muertes maternas, Montenegro también señala otros problemas que desencadenará la reducción del acceso a estos métodos anticonceptivos: violencia, desnutrición y pobreza.
––Algunos hombres violentan a las mujeres cuando quedan embarazadas porque era algo que no deseaban. Luego los niños sufren de desnutrición porque su mamá y su papá no cuentan con los recursos para alimentarlos. Además, que haya otro integrante en la familia significa distribuir los pocos recursos entre más personas. Es decir más pobreza. Todo está relacionado––, dice Montenegro.
El panorama no es esperanzador. Los servicios públicos de salud continuarán brindándose de manera irregular. El Ministerio de Salud en su intento de evitar más contagios de COVID-19 y de proteger a sus trabajadores, ha dejado a un lado a las mujeres embarazadas y aquellos que buscan algún método anticonceptivo.