¿Por qué está haciendo tanto calor?
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Guatemala alcanzó temperaturas extremas en junio de 2023. Se espera que se vuelvan a registrar temperaturas históricas entre noviembre de 2023 y enero de 2024. Según especialistas, esto tiene dos causas: el fenómeno de El Niño y el cambio climático.


El 11 de junio de 2023, la temperatura en Petén llegó a 41.6 grados. Ese día se considera, hasta ahora, el más caluroso registrado en la historia de Guatemala. 

Los demás días de junio y de lo que va de julio no han registrado temperaturas mucho más bajas. En varios departamentos, el promedio se ha mantenido por encima de los 30 grados en este último mes.

Solo en Petén, Escuintla y Retalhuleu la máxima ha estado arriba de los 34 grados. En Suchitepéquez ha sido de en 33 grados.

La causa: el fenómeno de El Niño. 

El Niño y las olas de calor

El Niño es un evento atmosférico que existe desde hace al menos 40 mil años. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), se forma por «la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera». 

El 8 de junio, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, (NOAA por sus siglas en inglés) anunció que las altas temperaturas registradas podían asociarse a El Niño.

La Organización Meteorológica Mundial declaró el inicio del fenómeno a principios de julio.

Según los científicos del Centro de Predicción Climática de la NOAA, tras analizar las condiciones y los patrones del fenómeno, la probabilidad es que su mayor impacto sea entre noviembre de 2023 y enero de 2024, meses considerados de invierno en el Hemisferio Norte del planeta.

«Este fenómeno tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo», asegura la OMM, entidad especializada de las Naciones Unidas. 

Los registros de las últimas décadas reflejan que El Niño más fuerte ha ocurrido en los períodos de 1982-1983, 1997-1998, 2014-2017 y NOAA pronostica, con base en sus datos históricos, que 2023-2024 también lo será.

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El efecto del cambio climático

Además de El Niño, existe otro fenómeno atribuido al cambio climático, que ha calentado las aguas del océano Atlántico, en el norte del planeta. Este ha provocado condiciones extremas en el norte de América y de Europa en los últimos meses.

«Este raro calentamiento del Atlántico norte nos agrega complejidad», explica Diego Pons, experto en climatología aplicada e investigador del Centro de Estudios Ambientales y Biodiversidad del Instituto de Investigaciones de la Universidad del Valle. «Hay conversaciones entre los científicos del clima sobre si es la primera vez que estamos viendo la interacción entre modulaciones del cambio climático y de sistemas naturales». 

«Y sí, nos estamos preguntando cuáles podrían ser los resultados de esa interacción», añade  Pons.

De momento los efectos ya se sienten. El 3 de julio expertos estadounidenses de la universidad de Maine registraron el día más caluroso en la historia del planeta, desde que en la década de 1970 se inició con estos registros. 

Ese día, el promedio mundial de la temperatura más alta fue de 17.01 grados. El registro histórico anterior era de 16.92, en agosto de 2016.

Pero un día después (el 4 de julio) se volvió a romper el récord y se llegó a los 17.18 grados promedio. Al día siguiente (5 de julio) llegó a los 17.23, según los monitoreos en la universidad de Maine.

«Dichos récords son la consecuencia predecible de un aumento de temperatura de El Niño a corto plazo, que se suma a la tendencia del calentamiento global a largo plazo», según explica en su cuenta de Twitter el físico estadounidense Robert Rohde.

El impacto en Guatemala

Según el Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), Guatemala se va a ver afectada por estos fenómenos. 

Una gráfica histórica del Insivumeh refleja que junio de 2023 no solo ha tenido el día más caluroso, sino también el promedio de más días con altas temperaturas. El día de junio más caluroso en Ciudad de Guatemala fue el 9 de junio, con 32 grados. 

Para encontrar registros de meses de junio con temperaturas tan altas hay que irse a 1998 y a 1983. 

El hecho de que junio —un mes que por lo general no registraba temperaturas tan altas— haya alcanzado estas cifras, tiene implicaciones en las cosechas. Junio, julio y agosto son meses de germinación del maíz, recuerda Diego Pons.

«Todavía no se conocen las causas de por qué este calentamiento del océano, pero sabemos que existe y sus efectos son muy diversos», confirma.

«La gente en el campo está diciendo: “Perdí todo mi maíz por sequía”, y uno se va a ver el registro de precipitaciones y se da cuenta de que lo que llovió en el mes fue con dos tormentas durante dos días y el resto no llueve nada», añade el experto.

Según el Programa de Maíz, del Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA), en Guatemala los cultivos de maíz se realizan en pequeñas áreas de terreno y los productores están concentrados principalmente en Petén, el más afectado por la ola de calor. Le siguen Alta Verapaz y Quiché que, aunque no hayan alcanzado tan altas temperaturas, las que están registrando sí son mayores al promedio en sus territorios, según el informe del ICTA.

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