Las Recias
Las Recias // En la Música // Sara Curruchich, Rossana Paz y Rebeca Lane
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Tres músicas guatemaltecas, de orígenes y géneros diferentes, pero con historias, luchas, retos y triunfos similares.

La cantautora kaqchikel Sara Curruchich, narra cómo le hizo frente al racismo, cómo asumió su identidad de mujer indígena, cómo, desde la música, ha compartido en sus giras comunitarias y por el resto del mundo, mensajes de feminismo, de defensa del ambiente. Luego la chelista y directora del Sistema de Orquestas de Guatemala (SOG), Rossana Paz, nos comparte de su formación, de la fortaleza de su abuela, su mentora, cómo fue afrontar el machismo del ámbito musical en Guatemala y cómo cada día renueva su convicción de que el arte es una herramienta de transformación social. La rapera y activista Rebeca Lane de la literatura que la formó, del rap y de cómo es ser música en un medio conservador como el guatemalteco.

La música de Las Recias es de la saxofonista guatemalteca Dina Ramírez.


Bienvenidas y bienvenidos al primer episodio de la primera temporada de Las Recias. Hoy escucharán la historia de tres mujeres músicas, de ámbitos y géneros diferentes, pero con luchas similares. Son tres guatemaltecas que componen, graban, suben a los escenarios y se convierten en referente de muchas otras. Son, ellas tres recias que luchan por los espacios que ocupan con más frecuencia y más facilidad los hombres. Recias, que se pronuncian contra el machismo, el racismo, la discriminación, los convencionalismos sociales. Recias, talentosas y profesionales.

Soy Melisa Rabanales, periodista de Agencia Ocote. Acompáñame a conocer más de la compositora y activista kaqchikel Sara Curruchich, a la chelista y directora del Sistema de Orquestas de Guatemala (SOG), Rossana Paz; y a la socióloga, rapera y activista, Rebeca Lane. Tres mujeres músicas fuertes y recias, muy recias. Hoy hacemos una travesía por sus vidas, y también por el pop, el folk, la canción de protesta, la música clásica y el rap.   Ellas nos contarán sobre sus inicios, cómo es sobresalir en un ambiente racista y patriarcal; y sobre sus proyectos.

(Cortina musical)

Sara Curruchich Hubo un lapso de tiempo que marcó mucho mi vida y fue en el 2011 que en la cotidianeidad era mucho más frecuente encontrarme con situaciones en las que era rechazada por ser mujer indígena. Y hubo un tiempo en el que sentía que fue demasiado, demasiados insultos, demasiadas palabras muy ofensivas, también muchos asaltos. Y entonces comencé a dejar de utilizar mi traje, dejé de hablar mi idioma y me di cuenta que al hacer eso empezaba a ser aceptada en los grupos.

Sara Curruchich
Ilustración: Maritza Ponciano

Narración: Ella es Sara Curruchich. Nació en San Juan Comalapa, Chimaltenango en 1993. Tiene 26 años. Es cantante kaqchikel, conocida por sus canciones ‘Resistir’ y ‘Chu’uti’ xtän’. El año pasado lanzó su disco debut ‘Somos’. Ha dado conciertos en toda Guatemala. De Patzicía a Santiago Atitlán, de Momostenango a San Juan Ostuncalco, y ha hecho giras en Estados Unidos y Europa. Sara es una de las cantantes más populares de la lucha de los pueblos indígenas en Guatemala y América Latina, pero admite que, por racismo, su carrera pudo terminar antes de empezar. Un racismo que la persigue desde pequeña, aunque en ese tiempo no lo llamara así. 

Sara Curruchich Y ya al crecer, por ejemplo, yo cuando yo iba la escuela (…) muchas veces yo iba en los básicos, yo iba a la escuela, al instituto con dos trenzas entonces me gritaban mis propios compañeros, “Ah, la india María, la india María”. Y entonces, a mi me caía mal que me dijeran eso, pero (…) y me caía mal porque, ¿qué tiene de mal que yo esté con dos trenzas? ¿No?

Narración: Recuerda también una vez que su mamá llegó a la casa con una canasta llena de pan; algo poco común, muchas veces no tenían el dinero para comprar pan. Su mamá les dijo… 

Sara Curruchich “Es que fíjense que los niños que reparten el pan, que traen en las canastas, en bicicletas, se cayeron, entonces todos los panes se quedaron tirados en la calle. Y yo iba pasando y habían dos señores ahí y me dijeron, ‘Sht, vos María, recogé los panes’. Y los recogí”.  Y mis hermanas, “ah, qué bueno, ya tenemos panes”. Y entonces yo le digo, “Mama, pero, ¿esos señores te conocían?” Y ella, “No, saber quiénes son; ellos ni siquiera son de aquí”. Y yo, “Y entonces, ¿por qué te dicen María?” Y justamente mi mamá se llama María. Pero no entendía por qué le decían María cuando ni siquiera la conocían, ¿no?

Narración: Recordamos, como ejemplo, el caso de la tienda “María Chula”. En el 2017 la Comisión Contra la Discriminación y el Racismo en Guatemala, CODISRA, denunció a “María Chula”, una tienda virtual que vendía prendas elaboradas con tejidos mayas, por su nombre. “María”, decía el comunicado de CODIRSA, “es un término peyorativo utilizado para nombrar a las mujeres indígenas que portan su indumentaria maya, anula su identidad individual”. Sara empezó entonces a hablar con su mamá y sus hermanas mayores, sobre la discriminación y los comentarios hirientes que recibían en la calle, en la escuela, en la capital. La mamá de Sara, durante su juventud, iba seguido a la capital, a vender adornos a la terminal.

Sara Curruchich: Mis hermanas me contaban, “No, es que a veces allá en la capital la gente te mira feo, o te habla mal, o te dice cosas”. Y yo decía, y miraba que sí se sentían mal y entonces yo decía, “Bueno, si yo voy a la capital, yo no voy a permitir, no voy a dejar que me hablen de esa manera”.

Narración: Y, precisamente en el 2008 con quince años, llegó a la capital para hacer el examen de admisión en la Escuela Normal Para Maestros de Educación Musical Jesús María Alvarado. En el 2009 empezó a estudiar. Y dos años después, en el 2011, Sara dejó de usar su indumentaria maya.  

Sara Curruchich: Yo no quería que la gente se diera cuenta que yo era mujer indígena, aunque es bastante difícil por mi físico. Pero sí hubo un cambio de cómo me trataban identificándome como mujer indígena y de cómo me trataban cuando no me identificaba como mujer indígena.

Narración: Sara asegura que el asedio disminuyó. Y se sentía, digamos, bien. O al menos no tan vulnerable. Los siguientes meses los pasó así, escondiéndose de su propia identidad. En el libro “La metamorfosis del racismo en Guatemala”, la socióloga, politóloga e historiadora Marta Elena Casaús, presenta la definición de racismo del escritor y ensayista francés, Albert Memmi. Él la define como, “la valorización generalizada y definitiva de unas diferencias biológicas y culturales reales e imaginarias, en provecho del acusador y detrimento de su víctima, con el fin de justificar una agresión, una explotación, una humillación o un sistema de dominación”. En ese entonces Sara aún no escribía canciones. Pero la música siempre fue parte de su vida y de su familia.

Sara Curruchich: Los días pasaban y sí era algo casual, no, de la música, era parte de su cotidianeidad y la composición de alguna manera también lo era, aunque no tuviera ese nombre. Mi mamá canta. Mi papá era el los instrumentos, era el de la guitarra y él junto con su hermano y otros amigos tenían un grupo que le llevaba serenatas a las mujeres.

Narración: Nueve meses pasó Sara sin usar el güipil bordado y el corte de su natal San Juan Comalapa. Pero Sara siempre pensaba en sus raíces. Sabía que era indígena. No podía esconderlo.

Sara Curruchich: Entonces, a finales del 2011, pues volví a reconocerme como mujer indígena, fue un proceso bastante doloroso también y bastante difícil también, para mí, pero ya para el 2012, empezaba a escribir mis canciones sí desde un inicio tuve presente que quería escribir algo que, o hacer algo, sobre todo, que casi no sonaba en la radio, ¿no? Hablar de la tierra, hablar de los pueblos, de las mujeres. Pero hablar de las mujeres, no de esa manera objetivizante, ¿no?, y cosificante que se escucha tanto en las radios, sino de que (…) de una manera más apegada a la sabiduría a lo que las mujeres construyen y entonces desde un inicio comencé con esa idea de hacer música y también de empezar a hablar mi idioma, como esa manera de reafirmación y de reivindicación de mi identidad y de mi idioma.

(EMPIEZA “Ch’uti’ xtän”)

Narración: Escuchamos Ch’uti xtän, el primer sencillo de Sara. Ch’uti xtän, musicalizado por la Orquesta Filarmónica de Dresden, Alemania y producido por el director de la orquesta, Markus Rindt, a la fecha acumula más de dos millones de reproducciones en todas las plataformas de streaming.

Sara Curruchich: Y sonó por un montón de radios de la capital, sobre todo, en la Tropicálida, en la Mega, en radio que yo jamás hubiera imaginado.

Narración: Sara empezaba a darse a conocer. (EMPIEZA “Resistir”) Después, en el 2016, Sara lanzó “Resistir” una canción que escribió inspirada por las mujeres de San Juan Sacatepéquez y la resistencia pacífica de La Puya, y fue grabada en el estudio de los músicos guatemaltecos Franc Castillejos y David Suárez. En ella escuchamos su ya particular pop latino, acústico, arropado por letras de protesta. Y si bien la canción recibió menos atención de los medios, la carrera de Sara despegó. Empezaron los videos, los conciertos, los viajes, las giras. Colaboró con otros artistas como el rapero Kontra y Malacates. En el 2017 lanzó “Ralk’wal Ulew”, canción que grabó para la película documental “500 Años”, de la cineasta estadounidense Pamela Yates. Y el año pasado, tras dos años de grabación, lanzó su primer disco titulado “Somos” con canciones dedicadas o inspiradas en Comalapa, en los pueblos indígenas, los abuelos y la tierra.

(SILENCIO)

Narración: Hablamos con Sara el año pasado, poco después del lanzamiento de “Somos” durante la Feria Internacional del Libro de Guatemala. El salón de la feria estaba abarrotado. Una Sara rockera saltaba y bailaba desenfadada, se apropiaba del escenario una profesional rodeada de la que ya es su banda. Le preguntamos, ¿qué significa para ella llegar al escenario?, ¿qué significa para ella compartir con activistas de otros países?

Sara Curruchich: Primero el saber que puedes llegar a algún espacio, eso me ha pasado casi siempre, llego a un escenario o el lugar donde voy a tocar y yo digo, ¿cuántas mujeres indígenas debieron haber estado aquí, también? Me hace pensar bastante en las mujeres que fueron silenciadas, sobre todo durante la guerra, durante los años fuertes, los años ochentas. Entonces estar en otros países, estar en el contexto guatemalteco, sí me hace sentir que no estamos solas en una lucha para buscar un equilibrio de participación de las mujeres en esos espacios artísticos. Y también que la lucha por nuestra voz, por nuestra memoria, por nuestra historia pues es una lucha que, aunque estemos separadas por mares, por ríos, son muy similares. Y entonces sí me hace sentir también con más responsabilidad de poder, de querer aportar, sobre todo, un poquito más a la construcción de (…) para abrir camino, para abrir espacio como otras mujeres lo hicieron conmigo, para las niñas, por ejemplo.

Narración: En menos de cinco años Sara se ha convertido en una de las referentes de la música en Guatemala; cada mes atrae cientos miles de escuchas en sus plataformas, la siguen invitando a festivales en Sur América y Europa. Pero ella reconoce que no lo hizo sola. Otras la han inspirado. El héroe kaqchikel Kaji Imox, la activista de Derechos Humanos Rosalina Tuyuc, la líder comunitaria María Morales, la también activista y Premio Nóbel de la Paz Rigoberta Menchú. Sara también menciona a Rebeca Lane, otra de Las Recias que escucharán en este episodio. La inspiraron, la convencieron de que ella también lo podía hacer. Y así como la inspiraron a empezar, la inspiran a seguir, a luchar contra el racismo, a inspirar a otras, a abrirle las puertas a la próxima generación de cantautoras.

Sara Curruchich: Muchas veces me han escrito, por ejemplo, que me regrese a mi barranco, que me vaya a tortear, o que me vaya a vender tomates, por ejemplo. Y son cuestiones que sí, como, que me hacen, quizá, entender que no solo en Guatemala, sino en todo el mundo, las mujeres indígenas, la demás gente cree que las mujeres indígenas solamente tenemos ese tipo (…) deberíamos tener ese tipo de espacios y cuidado si hablamos de tema de, de otro tipo de temas políticos, como el racismo y la discriminación porque hablar de eso es tratar de buscar, de dividir el país, ¿no? Entonces creo que el futuro de las niñas indígenas puede que sí vaya (…) yo sí siento que sí va cambiando, que sí cambia de a poquitos, que es un proceso que sí va teniendo sus frutos porque, por ejemplo, ahora, en el lado de la música yo he recibido fotos, he recibido videos de niñas indígenas o mensaje que dicen, “Es que yo quiero cantar ahora”. O están cantando alguna canción o de alguna otra persona, o alguna canción mía y son niñas indígenas que saben que tienen el derecho de cantar, un derecho que sus mamás no tuvieron, o que se les fue negado.

***

Rossana Paz
Ilustración: Maritza Ponciano

(EMPIEZA SINFONÍA SOG)

Rossana Paz: Sí, mi familia siempre ha escuchado mucha música académica. Nadie de mi familia es músico, pero a mi abuelita le gustaba mucho y a mi papá. Entonces eso me interesó desde pequeña y que mi abuelita me regaló mi chelo que es el instrumento que toco. Ella era doctora. No le gustaba como la gente ociosa. A los quince empecé en la Escuela Municipal de Música, que estaba aliada con el sistema de orquestas. Antes había recibido unas clases privadas, pero, pues siempre a nivel de hobby. Ya a los quince fue cuando me empecé a dedicar a la música.

Narración: Ella es Rossana Paz. Como ya escucharon, es chelista y es, además, directora del Sistema de Orquestas de Guatemala desde el 2014. Rossana tiene 26 años y desde los quince toca el chelo. Pero… antes de seguir hablando de Rossana, hablaremos de su abuela, Ana María Paz.

Rossana Paz: Mi abuelita fue de las primeras doctoras mujeres en Guatemala, la primera oftalmóloga. Y creo que a ella sí le costó mucho más. Imaginate, fue hace más de cincuenta años. Era un ambiente mucho más hostil para las mujeres y en el gremio de médicos no querían a ninguna mujer estudiando medicina, verdad. Y sí, pues le costó bastante, pero creo que yo desde chiquita lo vi natural.

Narración: Rossana dice que de pequeña no sabía del machismo. No solo del concepto. Sino que, por crecer con una mujer tan fuerte como su abuela, ella sabía que era capaz de hacer lo mismo que los niños, que los hombres. Sus maestras también alimentaron esa fortaleza.

Rossana Paz: Yo recuerdo que mi primera maestra de chelo es mujer, Lourdes López, y ella me contaba muchas historias de machismo. No, lo que pasa es que de por sí el instrumento, el chelo había sido considerado solo para hombres hasta bastante reciente. Por ser un instrumento que se toca entre las piernas y tienes que abrir las piernas, era prohibido para mujeres, en realidad, o tenían que tocarlo de lado. Creo que por eso mismo hay cierta discriminación y cierta tendencia a decir que no hay buenas chelistas mujeres, aunque sí las hay.

Narración: Rossana tuvo la oportunidad de compartir con otras músicas. Guarda un largo listado de músicas a las que admira:

Rossana Paz: Pues he tenido maestras que me han (…) como Lucía Zicos que es directora latinoamericana, Ligia Madillo que es (…) la vi una vez así, en Venezuela y es impresionante.

Narración: Siempre se rodeó de mujeres fuertes que la inspiraron. Pero reconoce que el medio musical guatemalteco, por tradición, es sumamente machista.

Rossana Paz: La historia de la música en Guatemala tiene muchos tintes militares. La formación del conservatorio, por ejemplo, antes era militar. Y creo que hay una línea heredada de machismo.

(INICIA LA “MARCHA DE RADETZKY” DE JOHAN STRAUSS)

Narración: En los años 40, el presidente Jorge Ubico, quien además simpatizaba con el fascismo de Europa y Alemania, trajo músicos alemanes, como el director Hans Fünstück, para formar a los intérpretes guatemaltecos. Estos músicos eran parte de la Banda Marcial de Guatemala y se presentaban frente a la Casa Presidencial como parte de las celebraciones de cumpleaños del dictador.

Rossana Paz: Pero según lo que yo tengo entendido fue un conservatorio militar, como un internado. Ubico fue quien más como que le metió e invirtió, como presidente, era como algo bastante de dictadores el querer tener tu súper orquesta o bandas marciales. Reclutaban a gente de todo el país, para internarla en el conservatorio. Y sí era una formación bastante rígida. Como, no muy pedagógica en los términos actuales, verdad (ríe). Mucha humillación. Creo que independientemente (…) me imagino que esa época no habían muchas mujeres, pero a los hombres también los trataban bastante mal por lo que sea, con golpes, gritos.

Narración: Esa misma humillación y maltrato también la vivió Rossana. Especialmente en la Escuela Municipal de Música. Esa formación militar, abusiva, sobrevivió por más de tres generaciones.

Rossana Paz: Creo que todavía hay una visión, no en todos los maestros porque no se puede generalizar, pero todavía hay una visión de que para hacer crecer a alguien musicalmente lo tienes que humillar. Y es triste porque la música, al igual que cualquier otra cosa que aprendas, debe ser un proceso mayoritariamente feliz, al menos. Entonces creo que, en ese entonces, pues al menos con lo que observo de mi experiencia, pero la mayoría de la orquesta estudiaba por (…) para que no la humillaran, no por el interés y el afán de crecer, estudiar y aprender, verdad.

Narración: Y a esto se suma la actitud de algunos hombres, e incluso de los medios de comunicación, al ver mujeres avanzar en los espacios musicales de Guatemala.

Rossana Paz: Tal vez una sobreprotección a veces, verdad. Que veo que a otros directores le tienen como que más confianza y a veces a uno lo tratan como con pinzas, ¿no? Como, “Uy, cualquier cosa la voy a ofender”.

(AUDIO DE VIDEO INTRODUCTORIO DE SOG) 

Narración: El Sistema de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles de Guatemala, del cual Rossana es directora desde el 2014, ofrece clases de música a niños y jóvenes por una donación voluntaria mensual de Q.25. Pero, el SOG, es más. Es un hogar lejos casa. Es un lugar donde los niños pueden desarrollar su talento creativo, dar clases a los más pequeños, a presentarse a nivel nacional. Escuchemos a Rossana.

Rossana Paz: El programa es totalmente inclusivo y gratuito, entonces llegan todos los niños que quieran y realmente no hay filtro, no es como que yo discrimine a un chico o no. Vamos armando distintas plataformas de orquestas por niveles. Entonces yo ahorita trabajo con la orquesta avanzada pero ahí hay chicos que tienen ya los siete años de tocar con nosotros, otros que acaban de empezar, pero ya tienen el nivel avanzado, entonces ellos son los que trabajan directamente conmigo. Pero hay otras plataformas de orquesta que igual están en el programa, infantil o intermedio. En realidad, no hay mayor filtro más que quieran estar y que tengan el nivel de la orquesta avanzada.

(Empieza AUDIO SubSinfónico y continúa detrás de narración)

Narración: Y así, el Sistema de Orquestas de Guatemala ha participado en los tributos sinfónicos de Soda Stereo, Héroes del Silencio, Adele, Selena, Pink Floyd y el año pasado, en 2019, tocaron en el “Bohemia Suburbana SubSinfónico”. 

(SILENCIO)

Rossana Paz: Para mi debiese ser igual, si dirijo bien o mal, si fuese hombre debiesen juzgarme igual. A veces da como una sensación (…) porque no ves a muchas mujeres dirigiendo, como cierto sensacionalismo, hacia los medios que pueden pensar, “Wow, hay una mujer y por eso es impresionante.” O sea, yo no quisiera méritos por ser mujer; quiero que reconozcan mi labor igual como si fuese hombre.

Narración: Le preguntamos a Rossana qué les dirías a las niñas que les interesa la música, pero tal vez les intimida que es un medio tan dominado por hombres.

Rossana Paz: Uy. Pues lo mismo que le diría a cualquier niña que está buscando algún sueño, o cumplir una meta en cualquier ámbito, solo que sigan adelante y que no se predispongan que las van a tratar mal, solo es de darse a respetar como hombre a como mujer.  

***[Pausa de Radio Ocote]*** 

Rebeca Lane
Ilustración: Maritza Ponciano

(EMPIEZA CANCIÓN DE REBECA LANE “Ni una menos”)

Narración: Rebeca Eunice Vargas Tamayac, mejor conocida como Rebeca Lane, ha lanzado cuatro discos como solista y dos más, uno con el colectivo Última Dosis y otro con el también rapero Kontra. No es solo una de las raperas más populares de Latino América, sumando millones de reproducciones en sus videos y canciones, sino que incansablemente acompaña y amplifica causas sociales y el feminismo latinoamericano. Pero, dejamos que hable ella.

Rebeca Lane: Pues yo crecí en una casa donde, digamos, en mi familia había bastantes estímulos respecto a la literatura y a la música. Pues ninguno de mis dos (…) ni mi mamá ni mi papá se dedicaban a eso, digamos, verdad. Pero sí les gustaba muchísimo leer, les gustaba muchísimo la música, entonces fue parte importante en nuestra formación, verdad. Mucho más allá de la educación formal, en la casa había libreras, habían muchos libros accesibles.        

(EMPIEZA AUDIO DE MIGUEL ANGEL ASTURIAS LEYENDO)

Narración: Dice, la rapera, que los libros que más la impactaron, de adolescente, fueron los de Gabriel García Márquez, Isabel Allende y a quien escuchan de fondo, Miguel Ángel Asturias.

Rebeca Lane: Miguel Ángel Asturias realmente me abrió muchísimo la mente, porque además empecé a estudiar mucho la historia de Guatemala a través de los libros. Como que me interesó entender los tiempos históricos en que esos libros estaban escritos y realmente mi papá y mi mamá como que no sé, nos facilitaban mucho esta información, nos hablaban mucho. Y escuchábamos música en mi casa; se escuchaba de todo. Pero creo que una cosa que se escuchaba en aquellos momentos y tenía que ver con el posicionamiento político de mis papás era música trova, nuevo canto, música de protesta y eso fue lo que yo crecí escuchando. (EMPIEZA A SONAR CANCIÓN DE LA TONA) Incluso, por ejemplo, todas mis amigas, iban a discotecas y (…) no sé estaban en su rollo como de fiesta, no sé qué, a mi lo que me gustaba era ir a los conciertos de La Tona. Definitivamente que para mi formación familiar ha sido como vital, porque tuve acceso a mucha información, a mucha formación y también como a mucha consciencia. (CORTE) Una vez a mi papá le robaron el carro del radio y me recuerdo que nosotras estábamos como muy impactadas, verdad, porque, le habían robado algo y él nos dijo, “Miren, si en este país no hubiera pobreza, no habría gente que tenga necesidad de hacer esto, así que espero que la persona que se lo haya robado le sirva para alimentar a su familia”. Y me recuerdo que fue una respuesta que yo no esperaba y que me hizo pensar en eso, así como (…) Y así nos ponían a pensar cosas.

Narración: Un tema también importante, pero que trataremos brevemente pues Rebeca nos dijo que a veces prefiere no hablar de ello, es la desaparición de su tía, la también poeta y guerrillera Rebeca Eunice Vargas. Y la rapera recuerda que fue hasta que se firmaron los acuerdos de paz que su familia, y especialmente su abuela, contaron realmente qué había pasado con ella. Pero, Rebeca niega haber querido hace arte explícitamente para protestar.

Rebeca Lane: No es que yo haya dicho, estos son mis ideales políticos y quiero ponerlos ahí fuera y voy a utilizar esta herramienta artística para hacerlo. Si no, más bien que yo empecé a explorar artísticamente la poesía, el teatro, el performance, y fue a través de contar mi propia historia que estas cosas fueron saliendo. O sea, era para mi una válvula de escape para el dolor, verdad. Cómo poder traducir, cómo poder crear desde mi dolor para poder sanarlo, entonces lo que salió definitivamente hablaba de mi generación, hablaba de lo que vivimos las mujeres, hablaba de lo que vive esta generación de “entre guerra”.

(EMPIEZA A SONAR “Canto”)

Narración: En el 2013 Rebeca publica su primer disco solista, “Canto”.

(CONTINÚA “Canto”)

(SILENCIO)

Rebeca Lane: Yo siento que la música me ha permitido sintetizar la poesía y el ritmo. Y un fuerte discurso político, social y de compromiso. Y para mi la música, y el arte general, yo hago música porque es mi aptitud, pero en general yo creo que hay una (…) tiene una conjunción impactante el arte en el sentido que crea un lazo de comunicación sensorial, verdad. Pero para mí eso tiene la música y el hip hop, es decir, vos estás sacando de ese espacio que ha inferiorizado el saber occidental, los saberes populares. Y se está haciendo desde una forma que es accesible para la gente, que no es solo para gente que ha leído libros, que ha ido a la universidad, que tiene un bagaje cultural que le permita apreciar un arte que es inaccesible para la gente. Sino que realmente estamos haciendo que es desde nuestra propia vivencia, desde lo popular, para la gente que vive, camina este lugar.

Narración: A través de los años Rebeca Lane ha compuesto sobre la violencia doméstica, la política guatemalteca y la memoria histórica. “Plan Sofía lo decía, hay que matar mayorías”, rapea en “La Cumbia de la Memoria”; “No quise maquillarme las heridas en la cara”, canta en “Este cuerpo es mío”. “No tienen eficacia las falsas elecciones, del falo que gobierna solo son las erecciones”, acusa en “La reina del caos”. “Por tener cuerpo de mujer me creen tierna, pero me dicen perra si en la calle enseño pierna”, dice en “Mujer Lunar”. Y las mujeres la corean. Ha tocado en Alemania, Austria, Suiza, España, México, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Chile, Perú, El Salvador, Costa Rica. Pero…y es que siempre hay un pero, ¿no?

Rebeca Lane: O sea, yo no la voy a contratar a ella porque ella incomoda a la gente y acá la gente viene a pasársela bien. Entonces de entrada yo tengo cerradas las puertas a estos festivales más grandes de música que se hacen aquí, siendo que en otros países la que está invitada a estos festivales soy yo. Ahora que tuvimos esta última gira europea estuvimos en unos festivales impresionantes y estuvimos de headliners. Pero aquí somos incomodas, somos pleitistas, la gente quiere a írsela a pasársela bien, no a escuchar de política, etc.

Narración: A estas dificultades Rebeca añade la falta de una industria musical independiente.

Rebeca Lane: ¿Qué es lo que te toca hacer aquí si vos querés hacer un concierto y por eso yo casi no toco aquí, porque es super cansado? Tenés que buscar desde el agua que te vas a tomar, el sonido, la tarima, la luz, la publicidad, el lineup, hacer las cuentas y no sé qué, para, al final, ganarte una miseria. Verdad. O séa, hay que invertir demasiado y no recibís casi nada de vuelta. Porque el sector en donde nosotras estamos cantando y estamos produciendo, es un sector que no tiene la capacidad adquisitiva de sostener las carreras de nosotras. Entonces, tenemos que acceder a fondos, hacer alianzas con organizaciones para hacer eventos que es lo yo he estado haciendo últimamente, verdad. Y bueno, el machismo no digamos, o sea es sumamente difícil ser artista en un país tan machista. Entonces yo creo que lo que se dificulta es a nivel de industria musical es que los productos hechos por mujeres tienen que ser hablando del amor romántico, vos tenés que vender tu cuerpo también, o sea, tenés que mostrar carne, y además tenés que estar así bien buenota, o sea, tenés que ir al gimnasio y tenés que alimentarte bien. Y no sé que (…) un montón de cosas, te digo, lo que te decía, por mil pesos que te ganás en un concierto, no podes hacer eso y muchas no queremos, verdad, entrar dentro de eso.

(EMPIEZA A SONAR “Quisiera olvidarme de tu nombre”)

Narración: Escuchan “Quisiera olvidarme de tu nombre”, el más reciente sencillo de Rebeca lanzado en 14 de enero de este año 2020; una crítica dolida al gobierno saliente, un gobierno que, según sus palabras, “nos devolvió a tiempos de violencia e impunidad”; y al gobierno entrante. Rebeca la escribió entre viajes, en una pausa en Guatemala. 

Rebeca Lane: Entonces como que sentí en algún momento, “Ay, será que leo noticias o será que no leo, porque igual vengo a Guate solo una semana y para qué me voy a amargar leyendo noticias si igual ya me voy a volver a ir”. Entonces en pensar en, “Púchica, esta sí que es una relación tóxica, verdad”, porque es como (…) y además que yo tengo el como privilegio de poder decir, “Ay, bueno, no voy a leer noticias esta semana y me voy a volver a ir, y ya, porque no me quiero involucrar emocionalmente con este país, con las cosas que están pasando”.

Narración: Pero Rebeca prospera, guerrea, continúa, innova. Nos explica qué viene ahora.

Rebeca Lane: Pues mirá, justamente a donde estoy ahorita, en la encrucijada que estoy es: ya saqué cuatro, cinco discos, ya ni sé cuántos son (ríe). Y siento que ya dije mucho de lo que quería decir y lo he dicho de muchas formas. Entonces a dónde estoy apuntando ahora, digamos, verdad, es lo que quiero es hablar de feminismo desde lo popular. Digamos que, siento que sí, las mujeres estamos como, las mujeres en lo urbano, este sector como más universitario y en estos sectores en donde el feminismo está creciendo mucho. A veces sí que estamos muy alejadas de las luchas territoriales de las mujeres y me refiero a las luchas de las mujeres indígenas, a las luchas de mujeres rurales, a las luchas de mujeres campesinas, a las luchas de las defensoras del territorio. Entonces como que quiero hacer un trabajo de investigación, desde feminismos y desde luchas de las mujeres mucho más populares.

(SILENCIO)

Periodista: ¿Qué le dirías a las niñas y jóvenes guatemaltecas que quieren usar su voz para hacer un cambio?

Rebeca Lane: Bueno, yo les diría que no es necesario pensar en todo lo que yo he dicho en esta entrevista para poder expresarse. Claro, yo ya pienso en producción, pienso en inversión, pienso en esto porque esto es mi profesión, porque yo ya me dedico a esto y es lo que me da a mi de comer. Pero que cualquier puede sacar su voz a través de un poema, a través de una canción, a través de una pintura, a través de un baile, un performance y para eso no necesitás más que tu cuerpo y la exploración de tus sentimientos y la exploración del lenguaje poético en que tu te querrás expresar. Entonces yo creo que de todas las dificultades que yo he mencionado, no deben pensar nunca que eso va a ser una dificultad que ellas van a tener para poder expresarse. Creo que las dificultades vienen cuando quieres hacer de esto una profesión. Y afortunadamente hay muchas mujeres que nos han venido abriendo el camino y habemos otras que les estamos abriendo el camino a otras también. Y que en ese proceso de expresarnos nos vamos encontrado con otras, verdad. También les diría que no vean a las otras mujeres que se dedican a lo que hacen que no las vean como competencia, que realmente estamos en un momento en el mundo donde trabajar juntas tiene resultados concretos en nuestras vidas, verdad. Nos hace más fuertes y además estamos creando un espacio en el que se nos quiere escuchar.

Créditos

Con el apoyo de Radio Sónica

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