Sayaxché: el lugar con más niñas embarazadas
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En Petén, al norte de Guatemala, hay un pequeño municipio que registra el número más alto de niñas embarazadas. Sayaxché es un lugar abandonado por el Estado, con unos índices altos de analfabetismo, de pobreza y de desnutrición, donde la educación apenas llega a las aldeas más remotas y cualquier intento de explicar a los alumnos la sexualidad es anulado por el pensamiento conservador de familiares y líderes religiosos.


Un profesor abusó de una estudiante en su escuela, en la única que había en la aldea, en la que no había ningún otro maestro. La embarazó. 

Una adolescente tuvo gemelos y su novio la abandonó cuando aún no daba a luz. Se fue a Estados Unidos. 

A una joven, su papá la violó. Ella fue con su madre a denunciarlo, pero las autoridades no lo capturaron hasta un año después. Durante todo ese tiempo vivió con ellas y el bebé en la misma casa. 

Las tres son historias que relatan habitantes de Sayaxché. Las cuentan cuando se les pregunta si conocen a niñas y adolescentes que resultaron embarazadas; si son comunes estos casos en el municipio. 

No es raro que estas historias surjan aquí: Sayaxché es el municipio que ha registrado la mayor cantidad de niñas embarazadas en los últimos tres años

Del 1 de enero de 2020 al 31 de diciembre de 2022, el Ministerio de Salud ha contado 214 casos. Le sigue Cobán (187) y Ciudad de Guatemala (179), pese a que los dos tienen una población mucho mayor que Sayaxché: Cobán tiene el doble de habitantes y la capital once veces más. 

Para entender por qué en un municipio tan pequeño hay tantos casos de embarazos infantiles, hay que conocer cómo es Sayaxché. 

Vista aérea de Sayaxché. Fotografía: Carlos Alonzo

La pandemia de los embarazos infantiles

Sayaxché está ubicado a 213 kilómetros de Ciudad de Guatemala, en el departamento de Petén. A una media hora en vehículo del sitio arqueológico Aguateca y a una hora del Cráter Azul, dos lugares turísticos del norte de Guatemala.

La carretera de asfalto para llegar desde Flores, la cabecera departamental, termina frente al río La Pasión. Sayaxché está del otro lado de sus aguas. Los vehículos que vienen del norte lo cruzan sobre un ferry de metal corroído. También hay una veintena de lanchas que trasladan diariamente a las personas. 

Vehículos en el ferry para cruzar el río La Pasión. Fotografía: Carlos Alonzo

Fue en este río donde hace unos años, en 2015, ocurrió un ecocidio que mató a toneladas de peces. 

[Lee aquí: Grupo HAME, ocho denuncias por delitos ambientales y más de una década de impunidad]

Pocas calles están pavimentadas en Sayaxché. La mayoría son de terracería. Se estima que aquí viven 101 mil personas. El 61% es q’eqchi’. Solo 15 de cada 100 pobladores viven en el área urbana. El resto viven en pequeñas aldeas —algunas muy alejadas, a dos, tres horas— rodeadas de plantaciones de palma africana. Muchas de las casas son de madera y tienen techos de láminas oxidadas. 

En el centro de Sayaxché está la Dirección del Área de Salud de Petén Suroccidente. Ahí trabaja el psicólogo Jorge Méndez, el encargado del área de salud mental. Trabaja con personas de este municipio, de La Libertad y de Las Cruces. Entre otras funciones, capacita sobre salud reproductiva a profesores, adolescentes y adultos. También lleva el registro de niñas embarazadas. 

Entrada a la Dirección de Área de Salud de Sayaxché. Fotografía: Carlos Alonzo

«Esta semana reporté tres casos de menores de 14 años. En lo que va del mes (enero) llevamos cuatro. Tres de ellas son q’eqchi’es», dice después de chequearlo en la hoja de Excel en la que lleva el control. 

El año anterior, 2022, el Ministerio de Salud registró los embarazos de 64 niñas de 10 a 14 años en Sayaxché. Fue el municipio de Guatemala con la mayor cantidad de casos. La dinámica fue la misma que en años anteriores: siguió Cobán con 61 y la Ciudad de Guatemala con 55. 

En todo el país, en total, se registraron 1,832 embarazos de niñas durante el 2022, según datos preliminares que entregó el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social a Ocote. En adolescentes (entre 15 y 17 años), la cifra se dispara en Sayaxché: 7,519. Solo hay un municipio con más casos: Ciudad de Guatemala.

En un mapa de calor se puede observar que la mayoría de embarazos de niñas se dieron en el noroccidente de Guatemala.

Según Jorge Méndez, la mayoría de niñas y adolescentes embarazadas en Sayaxché son q’eqchi’es y viven en el área rural. Se solicitaron estos datos al Ministerio de Salud, pero no envió la información con ese nivel de detalle. 

Méndez explica que a la mayoría de ellas se les registra porque asisten a su primer control de embarazo en los centros de salud o los hospitales del Ministerio de Salud. A otras, porque una comadrona lo informa. A un tercer grupo, porque el Ministerio Público (MP) notifica algún caso de violación que investiga.

Las niñas y adolescentes que no se cuentan 

El personal del Ministerio de Salud de Sayaxché confirma que hay un subregistro de niñas y adolescentes embarazadas, y tienen una explicación para ello. 

Según la Ley Contra la Violencia Sexual y la Trata de Personas, si una niña menor de 14 años está embarazada, se considera que es víctima del delito de violación.

Así que, como parte de los protocolos para la atención de niñas embarazadas menores de 14 años, el Ministerio de Salud debe notificar a la Procuraduría General de la Nación (PGN) sobre las pacientes que reciban en hospitales, centros o puestos de salud.  

Según Roy Flores, jefe de la dirección de salud del área suroccidente de Petén, esto debería implicar que la PGN rescate a la niña o adolescente y se empiece una investigación penal que puede concluir con la captura del hombre que embarazó a la niña.  

Por eso, muchas familias no llevan a sus hijas a los establecimientos de salud. No quieren que se las lleven, ni que los hombres enfrenten un proceso penal. 

Hospital Distrital de Sayaxché. Fotografía: Carlos Alonzo

En todo 2022, la PGN inició este proceso de protección con 12 adolescentes embarazadas de Sayaxché, de entre 12 y 16 años. Según la institución, en los casos de niñas menores de 14 años se notificó al MP.

Se consultó a la PGN qué seguimiento le dio a las niñas que no llevaron a casas de protección. La entidad solicitó las preguntas por escrito, pero al cierre de esta edición no había enviado sus respuestas ni concretado fecha para una entrevista. 

Yuliana Mazariegos, coordinadora de salud reproductiva del Ministerio de Salud en Sayaxché, asegura que ha sabido de casos en los que los hombres que las embarazaron amenazan a las comadronas para que no informen sobre las niñas y adolescentes embarazadas. 

Eso no solo hace que el caso no aparezca en las estadísticas; además, implica poner en riesgo la salud de las niñas, al no asistir a control prenatal. Mirna Montenegro, directora del Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (Osar), recuerda que sus cuerpos no se desarrollaron lo suficiente para soportar un embarazo y menos un parto. Además, muchas de ellas sufren desnutrición y necesitan más atención.

Una mujer camina con un niño cerca del río La Pasión. Fotografía: Carlos Alonzo

El olvido del Estado

«Somos de los municipios más abandonados», dice Roy Flores, jefe del área de salud, para empezar a explicar qué hace a Sayaxché el municipio con más niñas y adolescentes embarazadas. 

No solo se refiere a la falta de personal, de equipo y de presupuesto en el sistema de salud (hasta el año pasado solo había dos personas contratadas en la unidad de servicios de salud reproductiva). También a la falta de acceso a la educación y la pobreza en el municipio. 

Según el Censo Nacional de 2018, en Sayaxché, 87 hogares de cada 100 cocinan con leña y solo 65 de cada 100 cuentan con energía eléctrica. El resto se las arregla con paneles solares o candelas. En el municipio, la mitad de la población no tiene agua entubada. Además, 25 de cada 100 personas no saben leer ni escribir. 

De acuerdo con datos del Sistema de Información Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, en este municipio se registraron 108 niños menores de cinco años que padecían desnutrición aguda en 2022. Son niños cuyo peso es tan bajo que corren el riesgo de morir. 

Una mujer camina con un niño por las calles de terracería de Sayaxché. Fotografía: Carlos Alonzo

Aunque es el médico a cargo de los controles prenatales quien determina si una niña o adolescente sufre de desnutrición, para el personal de salud reproductiva del MSPAS es evidente que algunas de las pacientes embarazadas que atienden la sufren. Aun así, en los centros de salud solo les entregan hierro y ácido fólico. El Ministerio de Salud no cuenta con ningún programa de alimentos.

El único en su tipo, que funcionaba en Baja Verapaz para mujeres embarazadas y madres lactantes, fue eliminado el año pasado por el gobierno de Alejandro Giammattei.

Lee aquí: [Los recortes de fondos para embarazadas y lactancia en el gobierno de Giammattei

En Sayaxché es difícil que las niñas y niños lleguen al diversificado. Apenas hay dos institutos del Ministerio de Educación (Mineduc) que dan ese nivel académico. En el municipio hay 22 colegios privados.

En los otros niveles educativos, el Estado tiene más presencia. El Mineduc tiene 156 escuelas primarias y 59 de educación básica en Sayaxché. La Universidad de San Carlos solo tiene una sede en todo Petén. Está en Flores. 

La pobreza y la falta de oportunidades en esta región hace que las personas migren a Estados Unidos o a otros municipios de la región, para estudiar o trabajar. 

Un profesor calcula que en la escuela primaria donde trabaja, 15 de cada 100 estudiantes abandonaron los estudios en 2022 porque migraron con sus papás a ese país. 

«Mis alumnos me escriben en Facebook cuando ya están en los Estados. Me mandan una foto y me dicen: “Profe, ya llegué”», dice uno de sus colegas. 

Entrada del municipio de Sayaxché, Petén. Fotografía: Carlos Alonzo

Los dos profesores con los que se habló no quisieron que su nombre apareciera en este texto. Creen que podrían tener represalias del Ministerio de Educación. 

Ambos relatan un panorama oscuro de la educación en Sayaxché. «Hay escuelas en las que solo hay un maestro. Acá es un milagro que un estudiante se gradúe del diversificado», afirma uno de ellos. 

Y es difícil, dicen, que una niña o adolescente embarazada continúe con sus estudios; menos después de tener a un bebé. La vida escolar para ellas acaba. No recuerdan alguna que haya retomado sus estudios. 

En toda Guatemala, entre 2020 y 2022, el Ministerio de Educación contabilizó 684 casos de alumnas de 10 a 17 años que abandonaron las clases por un embarazo. 18 de ellas eran de Sayaxché. 

De nuevo, los profesores saben que hay un subregistro. No siempre se reporta que dejaron los estudios por esa causa. Algunos maestros solo envían cifras generales sin especificar los motivos. Dicen que no hay criterios unificados de cómo registrar los datos

Un programa ineficiente

En Guatemala existe un bono para las niñas que quedaron embarazadas o tuvieron hijos tras una violación. La transferencia económica se hace a únicamente a menores de 14 años.  

El bono de Q1,500 es ejecutado por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y es conocido como Programa Vida. El acuerdo con el que se creó no específica un periodo de entrega y ha quedado a discreción de la institución. Desde 2018 se ha dado entre tres y cuatro veces al año.

El programa es insuficiente. Desde que se puso en marcha hace cinco años sólo ha beneficiado a 642 niñas. En ese mismo periodo, el Ministerio de Salud reportó 3,767 embarazos en ese rango de edad. Es decir, que solo se ha beneficiado a 17 de cada 100 casos.

Y aunque Sayaxché es el municipio con más embarazos de niñas en los últimos tres años, el Programa Vida solo ha alcanzado hasta ahora a dos adolescentes de este municipio.  

Además, el presupuesto del programa disminuyó para 2023. De 1.8 millones en 2022, se pasó a 1.5 millones en este año. 

La entrega de niñas 

Jorge Méndez, el psicólogo del Ministerio de Salud, cree que los embarazos en niñas y adolescentes están normalizados en las comunidades de Sayaxché y la gente no se escandaliza. No lo ven como un problema. 

Dice que es común que las niñas se unan desde muy temprana edad. Aunque también habla de otra realidad. A veces, los padres de las niñas y adolescentes las entregan a hombres adultos. Sus compañeros del área de salud lo confirman.  

En San Francisco, un municipio a 40 kilómetros de Sayaxché, fue capturada una mujer que entregó a su hija de 9 años a un hombre de 41. Según la Policía, él había abusado sexualmente de ella. La madre fue arrestada por el delito de abandono de niños y personas desvalidas y el hombre por violación y sustracción propia.   

Una mujer y una niña camino de un molino en Sayaxché. Fotografía: Carlos Alonzo

Helen Leiva, directora de Tan Ux’il una organización que trabaja a favor de la educación sexual y reproductiva en Petén, confirma lo que cuenta Méndez. En Sayaxché hay niñas y adolescentes que han sido entregadas a cambio de terrenos, quintales de maíz, vacas o porque les ofrecen un futuro económico más próspero. 

El estudio Me cambió la vida, publicado en 2016 por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), muestra que esta dinámica se ha repetido en otras regiones de Guatemala. «En el Occidente es posible que se genere trueque; dan a sus hijas a cambio de terrenos, casas, trabajo o animales», dice el documento.

El informe explica que estas prácticas fueron instaladas durante la época colonial, cuando mujeres ladinas pobres e indígenas del área rural debían realizar trabajos de servidumbre en casas patronales y fincas cafetaleras.  

«Yo creo que hubo un tiempo en que disminuyó, porque ya no se oía hablar de eso, pero ahora siento que se están retomando esas costumbres antiguas de entregar a las niñas», dice una trabajadora del Ministerio de Desarrollo Social que suele viajar a las aldeas para la entrega de bonos sociales. Esta trabajadora también pidió que se omitiera su nombre para evitar problemas en el Mides.

Después de dar acompañamiento psicológico a las niñas del municipio, Jorge Méndez, del MSPAS, llegó a la conclusión de que la mayoría tienen normalizado que a su edad alguien se convierta en madre. Es una constante en su entorno.  

Personal de la Dirección de Área de Salud de Sayaxché. Fotografía: Carlos Alonzo

La iglesia evangélica y el «no» a la educación sexual  

Para el personal de salud del Ministerio de Salud, la educación sexual debería ser la herramienta principal para reducir los embarazos en niñas y adolescentes. Pero en Sayaxché uno de los obstáculos que impide que llegue a una cantidad mayor de pobladores son las iglesias evangélicas. 

Lo dicen no solo los funcionarios de salud, también lo aseguran los dos profesores, la trabajadora del Mides y la directora de Tan Ux’il.

Roy Flores, el director del área de salud, explica que el MSPAS realiza capacitaciones —sobre higiene sexual, prevención de embarazos, métodos anticonceptivos y prevención de enfermedades de transmisión sexual—  a maestras y maestros de educación primaria y secundaria. Pero estas resultan infructuosas porque los papás de los estudiantes se oponen a que los profesores den talleres sobre el tema, sobre todo los que profesan la religión evangélica. 

Roy Flores, director del Área de Salud en Sayaxché. Fotografía: Carlos Alonzo

Dos profesores explican que, antes de impartir charlas de salud sexual y reproductiva a sus estudiantes solicitan el aval de sus padres para darlas, y así evitarse problemas con ellos. 

El problema es que la mayoría se opone. Los dos aseguran que sus propios colegas se rehúsan a recibir las capacitaciones del Ministerio de Salud, a pesar de que la educación sexual forma parte del Currículum Nacional Base.

Los maestros y el personal de salud aseguran que es común escuchar de ellos que se debe respetar la voluntad de Dios y que se deben tener todos los hijos que él permita. Eso implica que las capacitaciones sobre la prevención del embarazo y el uso de métodos anticonceptivos sea algo contrario a sus creencias . 

«En la escuela, cuando he intentado hablar sobre el tema, los mismos niños me han dicho que hablar del tema es pecado. Luego vienen las quejas de los padres», afirma un profesor. Esto, dice, es porque se cree que con la educación sexual únicamente  incentiva a los niños y adolescentes a mantener relaciones sexuales. 

«Acá en Sayaxché, la sexualidad es un tema tabú, a la gente mayor le da pena hablar sobre el tema. Y si a eso le suma que los pastores de la iglesia dicen que es pecado que se le den clases a los niños sobre el tema, ¿Qué se puede esperar qué pase?», dice la trabajadora del Mides. 

La funcionaria afirma que las iglesias tienen mucha influencia en Sayaxché. Una muestra de ello, explica, es que es común que los pastores les hagan creer a las madres y esposas de migrantes que tienen visiones negativas sobre sus familiares en el extranjero. A cambio de que esas predicciones no ocurran, les piden dinero para orar por ellos.

Ocote consultó a la Alianza Evangélica de Guatemala si tenía alguna postura acerca de esta realidad. Pidieron hacer una solicitud de entrevista por correo electrónico, pero al cierre de edición de este texto no habían respondido.

Yuliana Mazariegos, la coordinadora de la unidad de salud reproductiva, también ve un rechazo a los métodos anticonceptivos. Es común que las mujeres busquen estos servicios sin informarles a sus esposos porque ellos se opondrían a su uso. «Acá hay mucho machismo», dice. 

Una mujer con una niña y un niño en Sayaxché. Fotografía: Carlos Alonzo

En Tan Ux’il imparten talleres sobre higiene y alimentación y ahí incluyen temas de salud sexual y reproductiva. Pero hay lugares donde han rechazado de tajo que la organización llegue a capacitar a la gente en sus comunidades porque saben que tocarán estos temas. En otros, donde aceptan recibir los talleres, los líderes de las comunidades piden estar presentes para evitar que se hable de sexualidad.

Según Leiva, ese liderazgo en las comunidades está cambiando. Antes la autoridad recaía en los ancianos, pero algunos pastores evangélicos han empezado a ocupar esos puestos.

***

Para este reportaje, se buscaron entrevistas con representantes del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, del Ministerio de Educación, de la Procuraduría General de la Nación y del Ministerio Público para cuestionarles acerca de los datos de niñas embarazadas en Sayaxché; de la atención y el apoyo a estas niñas y adolescentes; de investigaciones y casos abiertos por secuestro o compraventa de menores de edad y del nulo acceso a la educación integral en sexualidad. Al cierre de edición del texto no habían respondido las solicitudes.

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