Seguridad pública y ciudadanía
El uso de gases lacrimógenos está prohibido en zonas de guerra
Por:

A pesar de estar clasificada como un arma no letal, la exposición prolongada a los gases lacrimógenos, como los que utilizó la Policía Nacional Civil durante las manifestaciones del 21 de noviembre, puede provocar problemas de salud. Tanto así que el uso de estos gases está prohibido en zonas de guerra. Aquí te damos algunas explicaciones sobre su uso y cómo actuar en caso de exposición.


Las imágenes de la manifestación en el centro de la capital de Guatemala muestran a las personas a las que alcanzó el gas, llorando y con el rostro enrojecido. Además, dos hombres perdieron un ojo al ser impactados por los proyectiles: Santos Manuel González y Kenneth Gamaliel López Miranda.

El químico más comúnmente usado para producir gases lacrimógenos es el clorobenzilideno malononitrilo conocido como Gas CS. Este causa discapacidad temporal. Sus efectos inmediatos son irritación en ojos, nariz y boca; lagrimeo, tos, quemazón y dificultad para respirar. A pesar de ser considerada un arma no letal, diversas investigaciones y organizaciones ponen en duda la clasificación. La exposición prolongada a los gases lacrimógenos puede provocar problemas a la salud como conjuntivitis, bronquitis y daños respiratorios, según el doctor Jorge Solares Ovalle, Director Ejecutivo del Hospital San Juan de Dios.

El médico agrega que la reacción inflamatoria en los bronquios puede ser tan grande que puede provocar asfixia e, incluso, la muerte. Amnistía Internacional indica que un impacto directo de los cilindros de gas, disparados usando un cañón o bocacha, también pueden causar la muerte.

Este tipo de gases son clasificados como armas químicas. Y, a pesar de esto, son utilizados como un artículo disuasor y antidisturbios por las fuerzas de seguridad del mundo.  Su uso aumentó durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), y empezó a ser regulado al terminar ésta.  Desde entonces se prohibió la utilización de estos gases en zonas de guerra, pero no fuera de ellas, como en manifestaciones.

En 1925, el Protocolo de Ginebra, en su anexo 7, acuerda que “se prohíbe el uso en la guerra de gases asfixiantes, venenosos u otros gases”. Desde entonces se han añadido nuevos artículos al protocolo, incluyendo la Convención sobre Armas Químicas de 1993 que prohíbe, además, la producción y el almacenamiento de armas químicas. Para julio de este año, 145 países se han adherido al protocolo. Guatemala lo hizo el 3 de mayo de 1983.

A pesar de la prohibición en zonas de guerra, el uso de los gases lacrimógenos no está prohibido o regulado fuera de zonas de guerra.

Según Jorge Aguilar,  vocero de la PNC, el uso de gas lacrimógeno por miembros de la policía se rige por un documento titulado “Protocolos de actuación policial para garantizar el derecho de reunión y manifestación pública”. Este documento fue aprobado en septiembre de este año.

El Anexo II del protocolo detalla el equipo que usarán los elementos de la PNC durante una manifestación. Este varía según el grupo al que pertenezcan. Son los miembros de los núcleos de reserva y la división de fuerzas especiales quienes tienen acceso a “gas lacrimógeno fragmentado para lanzamiento manual y con bocacha”.

Según Aguilar, los agentes son capacitados en la Escuela de Especialidades de la PNC para la utilización de estas armas. El paso #13, según el protocolo, indica que durante una “situación violenta”, el personal de la PNC utilizará, “de ser estrictamente necesario, medios para dispersar a los manifestantes y evitar mayores daños”. Sin embargo, no menciona cuáles son estos medios. Indica, además, que los responsables de esta actividad (como la define el protocolo) son los jefes de los núcleos de reserva, es decir, según indica Jorge Aguilar, son quienes toman la decisión de cuándo usar los gases lacrimógenos.

“Se usa como un medio de disuasión”, aclara el vocero. “Va a ser usado como última instancia.” Añade que los cilindros de gas lacrimógeno deben caer “detrás” de la gente. No hay mención de esto en el protocolo.

Amnistía Internacional ha denunciado el uso indebido de este dispositivo antidisturbios en el mundo. La organización señala que la comercialización “oscura y mal regulada” fomenta la comisión de violaciones a los derechos humanos por la policía, y ha empezó a documentar, en junio de esta año, casos de uso indebido de este tipo de gases alrededor del mundo (Tear GasL An Investigation) , los más recientes en Kenya, Estados Unidos y Bolivia. Por otro lado, el procurador de los Derechos Humanos en Guatemala, Jordán Rodas dijo a Agencia Ocote que este tipo de medidas disuaden a la población de su derecho de manifestar y sugiere otras medidas de control, que no sean nocivas para la salud. “La policía debe resguardar la propiedad pública y privada”, dice. “Y si alguien infringe y daña el patrimonio cultural, pues procesarlo penalmente, pero no de una manera brutal”.

Para protegerse de los gases lacrimógenos, la ONG estadounidense Physicians for Human Rights sugiere el uso de mascarillas, lentes o gafas de protección; cubrir la mayor cantidad de piel posible (camisas de manga larga y cuello alto), evitar usar lentes de contacto y delineador de ojos, pues pueden atrapar partículas de los gases. En caso entrar en contacto con gases irritantes lo primero es alejarse de la nube.

Physicians for Human Rights sugiere caminar, no correr, pues al correr puede aumentar el ritmo respiratorio e inhalar más gas. Según el estudio, ni el vinagre ni el limón brindan una protección significativa contra los gases lacrimógenos. Recomiendan lavar los ojos con agua entre 10 y 15 minutos, cambiarse de ropa lo más pronto posible, dejarla en un lugar ventilado por dos días o lavarla de inmediato; y tomar una ducha fría. Si los síntomas persisten por más de treinta minutos la organización recomienda buscar atención médica. 

Elementos de la Policía en la manifestación del 21 de noviembre de 2020 en Guatemala, previo a que lanzaran bombas lacrimógenas en contra de manifestantes. Foto: José David López

TE PUEDE INTERESAR

Subir
La realidad
de maneras diversas,
directo a tu buzón.

 

La realidad
de maneras diversas,
directo a tu buzón.