El 15 de mayo de 2024, 76 niñas y adolescentes de 13 a 17 años llegaron al Hospital General San Juan de Dios. Tenían dolor de estómago, vómitos y diarrea. …
El 15 de mayo de 2024, 76 niñas y adolescentes de 13 a 17 años llegaron al Hospital General San Juan de Dios. Tenían dolor de estómago, vómitos y diarrea. Las jóvenes estaban en el Hogar Zafiro II, un albergue estatal destinado a proteger a adolescentes sobrevivientes de maltrato.
Tras conocerse el incidente, el Ministerio de Salud informó que las niñas habían sufrido una intoxicación alimentaria.
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— Ministerio de Salud Pública (@MinSaludGuate) May 16, 2024
La primera señalada fue una empresa: Banquetes de Guatemala SA. Desde 2018, esta sociedad provee alimentos a hogares de protección y centros de reinserción a cargo de la Secretaría de Bienestar Social (SBS).
Inicialmente la empresa negó su responsabilidad ante la SBS, pero las averiguaciones que hizo el Ministerio de Salud revelan que Banquetes de Guatemala sirvió alimentos en mal estado.
El Laboratorio Nacional de Salud encontró listeria en la remolacha que les dieron a las niñas.
Según el informe de muestras realizado en mayo de 2024, al que Ocote tuvo acceso, la entidad analizó tres alimentos. Remolacha; pan con milanesa de pollo y queso amarillo; y pasta con salsa pesto, pollo y queso.
En los platos no se encontraron ni bacterias E. Coli (escherichia coli) ni Estafilococo dorado (staphylococcus aureus) ni salmonella, pero la remolacha sí tenía presencia de listeria monocytogenes.
La listeria es una bacteria que puede contaminar los alimentos y se encuentra en el suelo, el agua, la vegetación y en los intestinos de algunos animales. Para evitar la contaminación es necesario limpiar bien los utensilios de cocina y los alimentos. Además, cocinarlos adecuadamente y mantenerlos a temperaturas seguras.
La infectóloga Nancy Sandoval explica a este medio que la listeria se elimina con el calor. Por ello, recuerda que la cocción de los alimentos es fundamental. También se debe evitar una contaminación cruzada entre los cocidos y los crudos.
Para la experta, los controles internos y externos son clave: «En la mayoría de los países hay entes reguladores y revisores de controles de calidad», dice Sandoval, que desconoce si en Guatemala se hacen. «Es importante que se caractericen estos brotes y que haya una investigación, que se revise si es un lote, si ha sido una bandeja o si fue algo en concreto. Hay que establecer bien qué es lo que pasó con este alimento», resume.
De acuerdo con información pública proporcionada por el Ministerio de Salud, hasta diciembre de 2024 la empresa posee licencia sanitaria y los empleados tienen tarjeta de salud y carné de buenas prácticas de manipulación de alimentos.

La denuncia en el MP
Tras la intoxicación, la Secretaría de Bienestar Social denunció a Banquetes de Guatemala ante el Ministerio Público (MP). La denuncia quedó recogida en la carpeta judicial MP001-2024-25991.
El 4 de septiembre de 2024, Ocote solicitó información a la Fiscalía para conocer los hechos denunciados, el estado de la investigación y los delitos señalados.
En la solicitud se precisó que la petición estaba respaldada en los artículos 30 y 35 de la Constitución, ya que los hechos ocurrieron en una institución pública y no se requirieron datos sensibles.
El MP respondió que la información era reservada (a pesar de que el caso nunca fue declarado en reserva por un juez) y que para acceder a los datos se debía acreditar un consentimiento por escrito del titular de la información o de su representante legal. Ante la imposibilidad de presentar dicho documento en 10 días, se negó la información solicitada.
Ocote confirmó por otras fuentes oficiales, que el MP promovió una conciliación entre las partes. Así, se evitó avanzar en un proceso penal.
En este momento, la empresa ya se hizo responsable. Según la subsecretaria, la sociedad se encargó de pagar los medicamentos para las jóvenes y aceptó participar en una mesa de trabajo mensual con la SBS para mejorar las condiciones del servicio que presta a las residencias de protección.
Después del acuerdo entre las partes, el MP desestimó el caso.
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Alimentos con moho
A pesar del compromiso de la empresa después de la intoxicación de las niñas, las denuncias a lo interno de los hogares de protección continuaron.
Estas quejas quedaron registradas en documentos de las denuncias que trabajadores de la SBS presentaron ante el Ministerio de Salud, los reportes de los mismos empleados, los resultados del Laboratorio Nacional de Salud y grupos de mensajería del personal de la secretaría.
Ocote tuvo acceso a los mismos por medio de solicitudes de acceso a información pública en el Ministerio de Salud.
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El 4 de julio de 2024 trabajadores de la residencia Diamante IV hallaron cerdas de metal de cepillos dentro de dos tamales. Personal de salud envió pruebas al Laboratorio Nacional de Salud, aunque aún se desconoce el resultado de las mismas.
El 11 de julio de 2024, encontraron un trozo de plástico en los frijoles en la residencia Ónice II de Quetzaltenango.
Ese mismo día, trabajadores de la SBS denunciaron en el Área de Salud de Quetzaltenango que la empresa Banquetes de Guatemala había servido cruasanes de salchicha con moho a los adolescentes del hogar Diamante V y a los niños y adolescentes con discapacidad de los hogares Ónice I, II y III y Nidia Martínez I.
El personal de Salud tomó muestras de los alimentos. La confirmación científica llegó el 23 de septiembre, con los resultados del Laboratorio Nacional de Salud. Los alimentos no eran aptos para el consumo humano. Tenían moho en rangos superiores a los permitidos, principalmente en las salchichas.
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El 12 de julio de 2024, se reportó que 30 adolescentes de los hogares Diamante I y Zafiro I, en ciudad de Guatemala, tenían diarreas frecuentes. Se sospecha que fue debido al consumo de la cena del día anterior.

El 4 de septiembre de 2024 la pasta con mayonesa servida en hogares de Quetzaltenango estaba agria. El personal lo denunció de nuevo al área de salud, pero debido al Día del Salubrista el Laboratorio Nacional de Salud estuvo cerrado el viernes 6 de septiembre. No se pudieron realizar pruebas a la comida. Después, cuando volvió a abrir, no fue posible hacer el análisis, por el tiempo transcurrido.
La respuesta de la Secretaría de Bienestar Social
«No estamos satisfechos con el servicio», admite a Ocote María José Ortiz Samayoa, subsecretaria de la SBS.
Ortiz asegura que después de la intoxicación de las adolescentes en mayo de 2024, hubo algunas mejoras en el servicio, pero aún se presentan situaciones dañinas.
«Sobre todo en cuanto a las condiciones en las que los chicos se comen su comidita. Porque muchas veces ya no está caliente. También a veces tenemos problema con las cantidades: la empresa utiliza unos recipientes donde miden la porción con sus cucharas medidoras pero, cuando nosotros las servimos, no alcanza», añade.
«A veces vemos que la comida, por ejemplo, el pollo, no está bien cocida. Tenemos un registro de toda la comida que se recibe para avisar inmediatamente a la empresa cuando no llegan las porciones completas o algún alimento de forma no satisfactoria para que lo puedan cambiar. Sin embargo, pueden demorarse», concluye la subsecretaria.
Luego de la intoxicación de las adolescentes del Hogar Zafiro II, el personal de los hogares imita el trabajo de los catadores en las monarquías antiguas. Así como ellos probaban los alimentos antes de que los consumiera el rey, las personas responsables de los hogares prueban la comida antes de servirla para intentar detectar irregularidades, cuenta a Ocote la subsecretaria Ortiz.
La sanción y las recomendaciones no escuchadas
Entre la información solicitada a Salud, se pidió el detalle de sanciones impuestas a esta empresa. Hasta el 15 de enero de 2025 había una sanción, pero no estaba firme.
La Dirección Departamental de Salud del Área Central de Guatemala informó que, a partir de una serie de hallazgos tras una inspección sanitaria, abrieron un procedimiento administrativo sancionatorio contra la fábrica de alimentos de Condimenta, propiedad de Banquetes de Guatemala, el 17 de mayo de 2024. La inspección surgió por el incidente de intoxicación en las niñas.

Entre los hallazgos encontraron que los condimentos para preparar alimentos se reembolsan y en este proceso no se identifica claramente la fecha de producción, vencimiento y el nombre del producto empacado.
Además, vieron que la bodega está a la par del área de lavabos, que el alimento seco se elabora en áreas donde hay corrimiento de agua y que el piso de diferentes lugares donde manipulan alimentos está agrietado.
A causa de estos hallazgos, Salud impuso una sanción, según informó a Ocote el Departamento de Comunicación Social del Ministerio de Salud Pública. La empresa planteó un recurso de revocatoria paraq que se revisara la decisión.
Como la sanción no está en firme, el ministerio no detalló a este medio más información sobre la misma.
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El Área de Salud de Quetzaltenango no informó de sanciones, pero Dennis Anleu López, jefe del departamento de vigilancia de cumplimiento de regulaciones sanitarias dijo a Ocote que «se le hicieron sugerencias a la secretaría, que ellos antes de poder recibir este tipo de alimentos tendrían que revisarlos. También se les hizo la sugerencia de que, si tenían tanto inconveniente con esa empresa, que mejor busquen otra para no poner en riesgo la salud tanto de los trabajadores como de los niños».
López indicó que los inspectores de saneamiento ambiental son los encargados de darle seguimiento a los casos y decidir si se impone una sanción.
A pesar de la denuncia y de los resultados del Laboratorio Nacional de Salud, la Secretaría de Bienestar Social no suspendió el servicio con la empresa. Hoy por hoy, Banquetes de Guatemala aún es la encargada de llevar los alimentos preparados a los hogares de protección del Estado.
¿Por qué Banquetes de Guatemala sigue prestando el servicio?
En 2018 Banquetes de Guatemala obtuvo un contrato para prestar el servicio de alimentos a la SBS. Este contrato se alargó por cuatro prórrogas. La última venció el 7 de junio de 2023, pero la SBS no encontró otra empresa que la sustituyera.
Aunque hizo un evento en Guatecompras, solo ofertó otra empresa, Sistemas Nutricionales SA, una compañía que ha recibido mil millones de quetzales del Estado en 20 años. En ese momento la junta de licitación consideró que no llenaba los requisitos para prestar el servicio y el evento no fue adjudicado.
Ante la falta de otro proveedor, en 2023 la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), a cargo de José Alejandro Córdova Herrera, presentó dos amparos y la Corte Suprema de Justicia los concedió.
Dio un plazo de cinco días a la SBS para que agilizara los procesos administrativos y garantizara los alimentos para la niñez y adolescencia a su cargo.

Aunque la CSJ no ordenó que fuera Banquetes de Guatemala la empresa seleccionada, como había prestado el servicio hasta ese momento, la SBS se lo adjudicó de nuevo con dos contratos de 10 meses y 23 días que firmaron el 14 de agosto de 2023.
Uno de los contratos fue para la alimentación de los hogares y otros programas a cargo de la Subsecretaría de Protección y Acogimiento a la Niñez y Adolescencia por Q21,073,257.25.
El otro para los centros de reinserción a cargo de la Subsecretaría de Reinserción y Resocialización de Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal por Q31,468,192.40.
En total, ambos sumaron Q52,541,449.65.
Los contratos firmados en agosto de 2023 terminaron el 30 de abril de 2024 —los 10 meses y 23 días se empezaron a contar desde junio de 2023—, pero la Secretaría lo volvió a renovar hasta febrero de 2025.
La renovación por ambos contratos suma Q48,596,699, distribuidos de la siguiente manera: el servicio para los hogares de protección Q23,755,499.5 y para los centros de privación de libertad Q24,841,200.
María José Ortiz Samayoa, subsecretaria de protección y acogimiento de la niñez y adolescencia, justifica que la prórroga se concedió porque cuando tomaron posesión las nuevas autoridades de la SBS, en enero 2024, se encontraron ante la necesidad de hacer un nuevo evento en Guatecompras, una vez finalizara el contrato en abril.
Por los plazos que establece la Ley de Contrataciones del Estado concluyeron que sería imposible firmar un nuevo contrato antes de que el anterior venciera. Según Ortiz Samayoa, necesitaban al menos seis meses para cumplir con todos los requerimientos y procesos para montar en Guatecompras un nuevo evento
Las autoridades de la SBS vieron que una alternativa accesible, que podía garantizar el servicio de alimentación era prorrogar los dos contratos con Banquetes de Guatemala. En ambos contratos, en la cláusula 21 se especifica que pueden ser ampliados o modificados siempre que exista acuerdo entre las partes.
Así, se estableció que Banquetes seguiría prestando el servicio bajo las mismas condiciones por 10 meses más.
El contrato con la subsecretaría de protección indica en la página 12 que ante una intoxicación o infección alimentaria la empresa será la responsable del 100% de los costos del tratamiento médico y hospitalización.
También exime a la SBS de responsabilidad civil y penal por enfermedad o muerte a causa de una intoxicación o infección alimentaria por la alimentación suministrada por la empresa.
Sobre esta última cláusula, Jaqueline Noemí Reyes López, abogada experta en derecho constitucional, explica que se debe separar la responsabilidad civil de la penal.
«Desde el punto de vista civil el contrato le da una protección civil a la Secretaría de Bienestar Social, pero la responsabilidad penal de una muerte puede ser tanto para la empresa como para la secretaría. La secretaría tiene ciertos fines y obligaciones que cumplir y dentro de esto es elegir una empresa que esté cumpliendo con los estándares de salud y seguridad para las personas que están bajo su guarda», dice Reyes López.

El documento del contrato especifica que solo se pagará las raciones recibidas. A partir de la prórroga de mayo de 2024 y tras la intoxicación de las niñas, la SBS redujo la compra de refacciones.
Esto se debió, según la subsecretaria Ortiz Samayoa, a que la comida ofrecida por la empresa no llenaba los estándares nutricionales de la institución. De hecho, incumplía el acuerdo del menú elaborado por la nutricionista de la SBS.
Personal de la secretaría criticó y tomó fotografías cuando en una ocasión la refacción consistió en un yogurt y una golosina. El valor estimado por cada una de estas refacciones era de poco más de Q11, mientras que la empresa lo vendió por Q19.50.
Para sustituir el servicio, la secretaría empezó a comprar alimentos al por mayor, que se entregan a cada hogar.
Se consultó a la subsecretaria por qué no se rescindió el contrato tras los hallazgos. Ortiz Samayoa aseguró que, a pesar de las deficiencias en el servicio y los incidentes de alimentos contaminados, no es posible prescindir del servicio de la empresa porque hay una prórroga del contrato vigente y no se puede dejar a la niñez sin alimento. Antes de hacerlo deben tener alguna alternativa.
Una opción es la propuesta de que los hogares cocinaran su propia comida. Esto implicaría hacer cambios en la infraestructura de los espacios y contratar a personal.
«Instalar la capacidad para cocinar dentro de las residencias es un reto. En el proceso de compra de los alimentos, la carne, pollo, res, papas, todo esto implica una logística retadora. También la contratación de personal de cocina», concluye la funcionaria.
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Banquetes de Guatemala no respondió a las consultas para este reportaje. El 5 de octubre de 2024, Ocote se acercó a las instalaciones de la empresa en la zona 14 de Ciudad de Guatemala para entrevistar a quién en ese momento era su representante, Socer Arnoldo de León Gómez.
Una de las trabajadoras informó que León Gómez no se encontraba en el lugar y facilitó un correo electrónico para solicitar la entrevista. La respuesta de Banquetes de Guatemala a la solicitud de una entrevista fue el teléfono de la persona encargada de la comunicación, Gloria Morán.
Morán indicó que el vocero autorizado se encontraba de viaje por lo que no sería posible realizar una entrevista.
De acuerdo con documentos del Registro Mercantil, el 22 de octubre de 2022 llegó un nuevo gerente general a Banquetes de Guatemala: Erwin Otoniel Belteton Fajardo.
Créditos:
Investigación y redacción: María José Longo Bautista
Edición: Carmen Quintela
Diseño: Oscar Donado
