Rosario, Isabela, Eleuterio, Fernando. Sus datos y fotografías, así como las de miles de personas, están en documentos conservados cuidadosamente durante 40 años. Entre las hojas, carteles, recortes de prensa, …
Rosario, Isabela, Eleuterio, Fernando. Sus datos y fotografías, así como las de miles de personas, están en documentos conservados cuidadosamente durante 40 años.
Entre las hojas, carteles, recortes de prensa, audios o videos, emergen las historias de las personas detenidas y desaparecidas durante el Conflicto Armado Interno (CAI).
El archivo histórico donde se resguardan esos casos constituye un esfuerzo sostenido por las fundadoras e integrantes del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) durante cuatro décadas.
Esa organización, según dijo su fundadora Nineth Montenegro en una entrevista para Ocote, «nunca debió haber existido».
Para Montenegro, cuyo esposo fue desaparecido en los ochenta, siempre debería prevalecer el Estado de derecho y no la desaparición de personas.
«Un archivo vivo»
Carlos Juárez, responsable del archivo histórico del GAM, comenta que en un inicio las fundadoras documentaron los testimonios de las personas que se acercaban por ayuda.
Llegaban porque no confiaban en el sistema de seguridad y de justicia del Estado, pues en muchos casos eran los responsables de las desapariciones.
Ellas mismas también realizaban monitoreo de medios de comunicación y guardaban recortes de prensa con datos de desaparecidos o casos emblemáticos.

Con los años la información fue creciendo y sigue aumentando con los casos que el GAM acompaña. Por eso se habla de «un archivo vivo».
Actualmente cuenta con unos 120 metros lineales de información.
Mucha de esa documentación ya fue digitalizada y otra sigue en preparación.
Una parte de esa información se encuentra en servidores fuera del país.
Las cifras del archivo
Aunque los documentos siguen en proceso de codificación, el GAM registra 3,291 casos de desapariciones o muertes violentas.
De esta información se conocen algunos datos demográficos.
El 89.1% de las víctimas registradas son hombres y el 21.8% son jóvenes de entre 18 y 25 años de edad.
Además, el 40.3% de estas personas se dedicaban a la agricultura, 29.8% profesaban la fe católica.
De las personas documentadas, el 15.1% fueron asesinadas, la mayoría sigue desaparecida.
«Esto comprende casos jurídicos, afiches, fotos. Lo que no es papel no se ha comenzado a trabajar, nos estamos enfocando en lo documental», según Juárez.
Riesgo de robo de información
Con el pasar de los años el principal usuario de ese archivo ha sido el Ministerio Público (MP), por los casos de justicia transicional que ha judicializado.
Juárez estima que, en promedio, el MP hace unas 3 solicitudes por semana, para que informen si tiene algún dato que aporte a investigaciones en diversas fiscalías.
Ante los requerimientos se hace el proceso de búsqueda y de encontrar información se comparte según la solicitud. Caso contrario se razona.

Pese a la disposición, Juárez indica que «tenemos que estar dando respuesta para evitar que nos emprendan algún proceso de criminalización».
«Nos preocupa que en algún momento el archivo sea objeto de algún allanamiento, como ya pasó en los peores años de la represión».
Juárez recuerda los allanamientos que el GAM sufrió de aparatos del Estado en los años ochenta y noventa, donde fue robada información importante.
Por qué la comparación
Justifica la comparación al asegurar que «lamentablemente el MP de Consuelo Porras se ha dedicado a criminalizar organizaciones de derechos humanos».
«La lucha es judicial y por el mal uso del derecho se están dirigiendo acciones que pueden llevar al secuestro de nuestros archivos».
Debido a la naturaleza «privada» del archivo, el GAM no tiene apoyo más allá del que se gestiona a nivel internacional.
Juárez lamenta que a pesar del potencial histórico del archivo, no cuenta con una protección como la del Archivo Histórico de la Policía Nacional (AHPN).
Aunque el AHPN fue designado Patrimonio Cultural de la Nación desde 2020, el abandono de las autoridades también es evidente.
Todo tipo de violencia
Contrario a los prejuicios que siempre hay sobre estos archivos, el del GAM no solo resguarda casos de desaparición o violaciones cometidas por fuerzas estatales.
Tienen documentados casos cometidos por grupos no estatales, guerrillas y violencia común.
Recuerda Juárez el de un grupo de mariachis que se dedicaba a cometer violaciones contra hombres en los años noventa.
«Conocer esto me ha abierto la mente», comenta Juárez.
Se refiere a casos donde se ha acusado a grupos guerrilleros de cometer crímenes y violaciones a derechos humanos.

Los altos índices de impunidad de la época permitieron violencia de todo tipo y a toda escala, afirma.
Algunos casos contienen datos sensibles, que no pueden ser revelados, asegura, porque ponen en riesgo las investigaciones o en alerta a «posibles perpetradores».
Pero también posee una amplia gama de información en distintas colecciones que sí puede ser consultada. En eso radica su potencial, a criterio de Juárez.
Esa información puede ser aprovechada por estudiantes, investigadores, académicos, escritores y población en general.
«En una sociedad más informada y concientizada existe un Estado de derecho fortalecido, más democrático, que garantiza la paz verdadera».
La historia es fundamental
Sobre la importancia de la conservación de patrimonio documental en general, la historiadora Leticia González dice que es fundamental.
«Es una fuente primaria para la interpretación del pasado y la comprensión de nuestro presente», afirma.
Asegura que los archivos que cuentan con materiales como documentos de gobierno, manuscritos, fotografías, publicaciones periódicas, resguardan la historia de una sociedad.
«Ese patrimonio contribuye a la preservación de la memoria colectiva y es fundamental para el conocimiento de diversos procesos».

Para González también existen amenazas sobre los archivos históricos del país a nivel general y es tajante en su afirmación.
«En el sistema de protección de los bienes culturales (a los archivos) no se les da la importancia que merecen».
La experta señala que «sin ir más lejos, los documentos depositados en el Archivo General de Centro América “sobreviven” en condiciones precarias».
A su criterio, la amenaza más seria que enfrentan los repositorios de fuentes documentales es la escasa importancia que como sociedad se les da.
«Lo anterior está ligado a la indiferencia que como conglomerado compartimos en relación con la historia de nuestro país».
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Quieres conocer parte del archivo digital del GAM, puedes hacerlo aquí: https://archivogam.haverford.edu/es/acceso/
