La Declaración de Chapultepec es un documento clave en defensa de la libertad de prensa en las Américas, adoptada el 11 de marzo de 1994 en la Ciudad de México. …
La Declaración de Chapultepec es un documento clave en defensa de la libertad de prensa en las Américas, adoptada el 11 de marzo de 1994 en la Ciudad de México.
Fue adoptada por la conferencia hemisférica sobre libertad de expresión, coordinada por la Organización de Estados Americanos (OEA), en el Castillo de Chapultepec.
Ha sido Impulsada por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), y establece principios para garantizar el derecho a la libertad de expresión y el acceso a la información.
Puntos principales de la Declaración de Chapultepec:
- Derecho a la información: Toda persona debe poder recibir y difundir información sin restricciones.
- Sin censura: La censura previa y restricciones a los medios de comunicación son inaceptables.
- Independencia: El periodismo debe mantenerse libre de interferencias del gobierno y de grupos privados.
- Protección a periodistas: Los periodistas no deben ser perseguidos por sus investigaciones.
- Transparencia gubernamental: Los gobiernos deben proporcionar información pública de forma transparente.
Estos puntos principales de la declaración son un parámetro de la importancia actual de proteger a las y los periodistas de amenazas y agresiones.
Promueve un entorno donde puedan informar sin temor y con acceso a fuentes esenciales para la transparencia y rendición de cuentas.
Quiénes la firman y se comprometen
Está dirigida a gobiernos, instituciones y actores sociales. Sin embargo, cualquier persona, entidad o líder puede firmarla como un compromiso con la libertad de prensa.
La firma simboliza la adhesión a sus principios y la defensa de un ambiente libre de censura y violencia contra el periodismo.
Entre los firmantes hay presidentes de varios países como Estados Unidos, México, Argentina, comprometiéndose con la defensa de la libertad de prensa y expresión.
También líderes de organizaciones internacionales, defensores de derechos humanos y representantes de medios de comunicación.
Esta firma se realiza en conjunto con la SIP y es vista como un respaldo simbólico y práctico contra la censura y la violencia hacia periodistas.
El compromiso en Guatemala
Varios presidentes y figuras políticas han firmado la Declaración como muestra de su compromiso con la libertad de expresión, aunque algunos no lo cumplen.
Entre los presidentes está Álvaro Colom, quien firmó en 2008, y Jimmy Morales, quien lo hizo tanto como candidato en 2015 y como presidente en 2017.
Bernardo Arévalo firmó el documento el lunes 11 de noviembre de 2024, con la presencia de Jose Rubén Zamora, criminalizado desde 2022 y preso por más de 800 días.
«Esta no es una firma simbólica, está el compromiso personal y de mi gobierno por respetar, garantizar y defender el derecho de la libre expresión del pueblo», dijo Arévalo.
José Dutriz, presidente de la SIP y director de La Prensa Gráfica, de El Salvador, expresó su satisfacción por la firma de la Declaración.
Recordó que la criminalización y el acoso a la prensa no son buenos para una democracia.
«Lo que queremos es entendimiento, diálogo abierto y debate público para ir construyendo de esa manera la estabilidad y el desarrollo democrático en las diferentes sociedades».
Dutriz recordó la crisis democrática de los últimos años en el país. «Estamos contentos por Guatemala. Vemos un avance» y «esperamos un ambiente más propicio para el ejercicio de nuestra labor», dijo.

Varios candidatos presidenciales guatemaltecos también firmaron la Declaración en 2015.
Uno de ellos fue Mario Estrada, condenado un año después en Estados Unidos por financiamiento del narcotráfico.
También Aníbal García, Zury Ríos, Sandra Torres, y Alejandro Giammattei. Este al asumir la presidencia mantuvo un constante acoso y criminalización de medios y periodistas.
Ríos y Torres, que no han asumido cargos públicos desde entonces, han mantenido una relación tensa con la prensa y no han sido nada accesibles, pese a ser personas públicas.
Los 10 principios de la Declaración de Chapultepec
- No hay personas ni sociedades libres sin libertad de expresión y de prensa. El ejercicio de ésta no es una concesión de las autoridades; es un derecho inalienable del pueblo.
- Toda persona tiene el derecho a buscar y recibir información, expresar opiniones y divulgarlas libremente. Nadie puede restringir o negar estos derechos.
- Las autoridades deben estar legalmente obligadas a poner a disposición de los ciudadanos, en forma oportuna y equitativa, la información generada por el sector público. No podrá obligarse a ningún periodista a revelar sus fuentes de información.
- El asesinato, el terrorismo, el secuestro, las presiones, la intimidación, la prisión injusta de los periodistas, la destrucción material de los medios de comunicación, la violencia de cualquier tipo y la impunidad de los agresores, coartan severamente la libertad de expresión y de prensa. Estos actos deben ser investigados con prontitud y sancionados con severidad.
- La censura previa, las restricciones a la circulación de los medios o a la divulgación de sus mensajes, la imposición arbitraria de información, la creación de obstáculos al libre flujo informativo y las limitaciones al libre ejercicio y movilización de los periodistas, se oponen directamente a la libertad de prensa.
- Los medios de comunicación y los periodistas no deben ser objeto de discriminaciones o favores en razón de lo que escriban o digan.
- Las políticas arancelarias y cambiarias, las licencias para la importación de papel o equipo periodístico, el otorgamiento de frecuencias de radio y televisión y la concesión o supresión de publicidad estatal, no deben aplicarse para premiar o castigar a medios o periodistas.
- El carácter colegiado de periodistas, su incorporación a asociaciones profesionales o gremiales y la afiliación de los medios de comunicación a cámaras empresariales, deben ser estrictamente voluntarios.
- La credibilidad de la prensa está ligada al compromiso con la verdad, a la búsqueda de precisión, imparcialidad y equidad, y a la clara diferenciación entre los mensajes periodísticos y los comerciales. El logro de estos fines la observancia de los valores éticos y profesionales no deben ser impuestos. Son responsabilidad exclusiva de periodistas y medios. En una sociedad libre la opinión pública premia o castiga.
- Ningún medio de comunicación o periodista debe ser sancionado por difundir la verdad o formular críticas o denuncias contra el poder público.
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Puedes leer aquí el documento con el preámbulo de la Relatoría de Libertad de Expresión de la Organización de los Estados Americanos: Declaración de Chapultepec
Y aquí con contribuciones de interpretación a cada principio de la Sociedad Interamericana de Prensa: Declaración de Chapultepec
