Explora aquí el especial completo de La última gota Este es un episodio de podcast. Haz click en este reproductor para escucharlo: Lee aquí la transcripción del episodio: Narradora: El …
Explora aquí el especial completo de La última gota
Este es un episodio de podcast. Haz click en este reproductor para escucharlo:
Lee aquí la transcripción del episodio:
Narradora: El lago Atitlán es un lugar de postal. Cuando el cielo está despejado, el sol brilla y se refleja en un enorme manto de agua, que se transforma con las horas del día del azul más profundo a un plata cegador. En las mañanas, el lago suele estar manso. Los pescadores aprovechan para sacar sus cayucos, que flotan, mientras los hombres esperan pacientes a que algún pez muerda el anzuelo o caiga en sus redes.
Si lo observas desde Panajachel, el municipio más turístico, puedes ver el anillo de volcanes de Guatemala. El Atitlán, el Tolimán y el San Pedro.
En la playa se instala el muelle público que sirve de plataforma de salida para las lanchas. En un afinado mapa de ruta, interconectan a turistas, vendedores y vecinos entre los pueblos que rodean el lago.
El Atitlán se encuentra en Sololá, un departamento al occidente de Guatemala. Si vas en auto, desde la ciudad capital, y no encuentras mucho tráfico, llegarás en unas cuatro horas. En este departamento conviven tres pueblos mayas, el k’iche’, el tz’utujil, y el kaqchiquel.
Alrededor de la cuenca del lago Atitlán, hay once municipios: Panajachel, Santa Catarina Palopó, San Antonio Palopó, San Lucas Tolimán, Santiago Atitlán y San Pedro, San Juan, Santa Clara, San Pablo, San Marcos y Santa Cruz la Laguna. Según el censo de 2018 en los municipios que rodean el lago viven casi 154 mil personas.
Este lugar está, además, en el cuarto puesto de los destinos turísticos más visitados en Guatemala. Según el Instituto Guatemalteco de Turismo, en 2022 al departamento de Sololá llegaron más de 200 mil turistas.
Esta población flotante, sumada a la que ya vive en estos municipios, tiene un efecto directo en el lago: la contaminación.
Un problema que hace 15 años llegó a un punto crítico.
En 2009, el lago amaneció de un color verde fangoso. También desprendía un olor fétido.
Prensa Libre: El lago de Atitlán, una de las maravillas naturales de Guatemala está enfermo. Ya no es el mismo desde que el florecimiento de una peligrosa bacteria le ha cambiado el tono a su característico color azul.
Narradora: Prensa Libre publicó esta nota en octubre de 2009. Grandes parches de color verde aparecieron en la superficie. En las orillas se juntaban algas que, con el calor del sol, provocaban un olor putrefacto. La gente estaba muy preocupada.
Wendy López, una vecina de San Pedro la Laguna, lo recuerda.
Wendy López: Ver el lago de un color horrible que olía mal… algunas personas tenían contacto con él, algunas no todas, les daba alergias. Mucha tristeza, impotencia porque sabes que no es algo que tú solito puedes resolver, que es de todos, es un problema grande de todos. Y cada día estaba peor y la gente lloraba, gente que rezaba, gente que iba a limpiar o sea cada quien veía la forma cómo pero sí nos afectó ver así el lago, nos asustamos.
Narradora: Ese verde intenso y ese olor se debían a la propagación de la cianobacteria.
La cianobacteria es un tipo de microorganismo acuático. Aunque se parece a las algas; en realidad son bacterias que se alimentan a través de la luz del sol.
Francis Santos, bióloga e investigadora del Centro de Estudios del lago Atitlán de la Universidad del Valle de Guatemala, nos explica:
Francis Santos: Aparecen en todos los cuerpos de agua como en el lago Atitlán. Es algo natural, sí de por sí son parte de la vida en el agua, como decía, parte del fitoplancton, que es esta parte como las plantas microscópicas del agua.
Narradora: El fitoplancton es crucial para el ecosistema acuático porque alimenta a organismos más grandes, como los peces. También juega un rol importante en la producción de oxígeno. Lo liberan igual que lo hacen las plantas en la tierra. Las cianobacterias, como explica Francis, forman parte de este plancton. Y, en un principio, no tendrían por qué ser dañinas.
Francis Santos: El problema para nosotros ocurre cuando empieza a haber un exceso en el crecimiento de ellas. Porque ya no hay diversidad de este fitoplancton, sino que ellas empiezan a dominar el ensamble de fitoplancton del lago.
Narradora: Si la cianobacteria domina y crece en exceso, puede formar grandes manchas, enormes parches que afectan la calidad del agua y de la vida en ella. Pero, ¿qué provoca que haya más cianobacteria?
Francis Santos: Prefiere el ambiente que esté como con altos índices de nitrógeno y de fósforo, porque los utiliza como alimento. Entonces, entre más de estas sustancias tengamos en los cuerpos de agua, pues más cianobacterias vamos a tener.
Narradora: Cuando las aguas que llegan al lago, como las residuales, no están tratadas, hay un nivel mayor de nitrógeno y de fósforo. Eso fue lo que pasó en 2009.
Según AMSCLAE y el Centro de Estudios Atitlán, de la Universidad el Valle, que han estudiado el fenómeno por más de diez años, estos brotes son más comunes cuando inicia la temporada de lluvia, entre mayo y julio. También cuando hay cambios en las corrientes del lago, como se observa entre agosto y noviembre.
La situación que encendió las alarmas ocurrió en 2009, y fue el punto de partida para tener más información científica, pero el desarrollo de cianobacteria también se ha reportado en 2011, 2012, 13, 15, 17, 18 y 19.
Esto responde a lo que decía Francis: que la cianobacteria es parte del lago. Lo preocupante es cuando esta se apodera del ecosistema.
Francis Santos: Esta es una cuenca endorreica, lo que quiere decir que no tiene una salida aparente. El agua se mantiene en el lago mucho tiempo. No sabemos cada cuánto cambia, pero es demasiado tiempo porque no tiene una salida. Solo entra agua y no se drena. Entonces esto causa que en algún punto se haya saturado y estos contaminantes hayan estado concentrados en esos lugares por estas dinámicas que ocurren como corrientes internas…
Narradora: El tratamiento de aguas residuales en el lago Atitlán es algo más complejo que en otros lugares de Guatemala, porque hay varias instituciones responsables. Por una parte, existe un acuerdo gubernativo de 2006 que estableció que todas las municipalidades deben tratar las aguas de sus municipios.
Pero en 2011 se creó otro acuerdo, que planteó normas y parámetros para la gestión de aguas residuales en Atitlán. Este nuevo acuerdo se firmó para prevenir la contaminación y proteger el ambiente y quien debe hacerlo cumplir es el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales.
Él es Jaime Luis Carrera, viceministro de aguas del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales:
Jaime Luis Carrera: Es importante hablar de las competencias. Si bien nosotros acompañamos algunos procesos, sobre todo para asegurarnos que las plantas cumplan con los parámetros, que la normativa se muestra e identifica con los parámetros adecuados, no somos competentes en las plantas de tratamiento. Este es un tema de las municipalidades. También es un tema de los dictámenes el Ministerio de Salud y lo que hacemos nosotros es acompañar para poder asegurarnos de que la eficiencia de las plantas finalmente en la descarga es la adecuada con respecto a las normas que hemos generado como ministerio.
Y aunque existen dos acuerdos, e instituciones responsables, no todos los municipios alrededor del lago tratan las aguas residuales.
Narradora: Y aunque existen dos acuerdos, e instituciones responsables, no todos los municipios alrededor del lago tratan las aguas residuales.
En 1996 se creó la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago Atitlán y su Entorno, para su conservación y cuidado. La AMSCLAE, como se le conoce, es una entidad gubernamental que busca dar asistencia técnica a las municipalidades de la cuenca. Mervin Pérez es su director.
Mervin Pérez: Al momento se tienen reportadas 26 plantas de tratamiento en la cuenca. De estas le voy a mencionar ocho plantas no están operando. Y esto es porque hay algunas que las construyeron y están abandonadas prácticamente entonces lo que nosotros estamos haciendo ahora es trabajando con algunas municipalidades para poner a funcionar estas plantas
Narradora: Estas plantas de tratamiento las construyó cada municipalidad y son quienes deberían darle mantenimiento. Sin embargo, así como en el resto del país, muchas de estas municipalidades dicen no poder hacerlo por falta de fondos y capacidad técnica.
Una de las plantas que sí está funcionando es la de “Los Cebollales” en Panajachel. Al entrar al terreno se siente un olor a cloaca. En esta planta se intentan filtrar y quitar los desechos sólidos, las bacterias y nutrientes del agua que ingresan por la tubería a la que están conectadas la mayoría de casas, hoteles, restaurantes y bares del municipio.
Narradora: En esta planta hablamos con Francisco Ordoñez, técnico de saneamiento ambiental en AMSCLAE:
Francisco Ordoñez: Había muchas plantas que no tenían la capacitación, los operarios para poder mantener la planta. Entonces las plantas se vinieron abajo y hay otras plantas que también se construyeron, póngale, pero se construyeron y ahí se dejaron ya no se conectaron…
Víctor Barreno: Aquí lo que buscamos en algún momento es mejorar las características del agua, o sea, nos entran aguas con características, con altos contaminantes y lo que buscábamos en algún momento es poder eliminar un alto porcentaje dichos contaminantes y que el agua no va a salir nunca apta para el consumo humano, pero sí para poder reutilizarla en otros ambientes.
Narradora: Escuchas a Víctor Barreno, síndico de la municipalidad de Panajachel y uno de los ingenieros que se involucraron en la inauguración de esta planta de tratamiento en 2007.
Víctor Barreno: Esta planta está diseñada con un nivel de eficiencia del 95%. Ese es el diseño original de la planta para poder disminuir el grado de contaminantes. Sin embargo, le decía, tampoco no es que vengamos y se cumpla en algún momento el 95% de acuerdo a los parámetros que establece el Acuerdo Gubernativo 12-2011 que es específico para las descargas de aguas residuales.
Narradora: Barreno explica que la planta de los Cebollales tiene un nivel de eficiencia alto, que incluso cuando no puede darse abasto, cumple con los requisitos que establece este acuerdo gubernativo. Aun así, no puede procesar toda el agua que proviene del municipio.
El agua que pasa por esta planta viene de Panajachel y luego regresa al lago. En un principio,fue diseñada para tratar alrededor del 40% de las aguas residuales de Panajachel, pero hay momentos en los que el sistema no se da abasto, especialmente cuando llueve, porque las aguas pluviales se juntan con las residuales.
Por la capacidad y el nivel de eficiencia de cada planta no es funcional que haya solo una por municipio, especialmente en un poblado como Panajachel, en el que hay 80 hoteles, y decenas de restaurantes y bares. Así que, en enero de 2024 , en el mismo municipio, el Ministerio de Ambiente y la municipalidad inauguraron otra planta de tratamiento. Pero siete meses después, aún no empieza a funcionar. Según David Reyes, presidente del COCODE del sector, la información que les compartieron desde el Ministerio de Ambiente y de la municipalidad es que falta la conexión eléctrica.
David Reyes: Tiene que ver con la conexión eléctrica y detalles que tienen que afinar para que la planta se eche a andar. Lo último que tenemos es que no podría estar finalizada tal vez hasta el siguiente año. Entonces está llevando mucho tiempo. Igualmente la gente de este sector o de esa calle ha estado muy afectada durante los años porque se ha levantado, no sé cinco veces seis veces la calle y nunca se ha finalizado.
Narradora: En la inauguración de esta planta de tratamiento estuvo presente el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, entonces a cargo de Gerson Elías Barrios Garrido . En una publicación mencionaron que con esta planta podrían tratar el 60% de aguas residuales restantes del municipio. Esta planta está a unos cuantos metros del embarcadero público de Panajachel, en dónde locales y turistas toman las lanchas que les llevan a otros municipios.
Justo debajo de los muelles se ve un gran tubo metálico que escupe agua negra durante todo el día. Es el agua que esta planta debería de tratar, pero aún no lo hace.
Víctor Barreno: Lo que buscamos en algún momento es cómo poder captar de repente no el 100% pero arriba del 90-95% del total de las aguas que se deshoja en el municipio, que sí puedan recibir al menos un tratamiento y que no se desfogue en tal y como salen desde las casas al de manera directa ya sea el río o al lago de Atitlán.
Narradora: Este solo es el caso de Panajachel, pero, en realidad, todos los municipios que están alrededor del lago desfogan el agua que ya utilizaron: de los baños, los lavatrastos, la lavadora… Las aguas residuales, que generan más alimento para la cianobacteria. Pero, hay otros factores que también contribuyen a su propagación, y uno en específico se da en Santiago Atitlán.
***
Santiago Atitlán está en la orilla suroeste, al otro extremo de Panajachel, entre el volcán San Pedro y el Tolimán. La ruta más corta es lacustre. La lancha se toma en el embarcadero público de Panajachel por 25 quetzales, poco más de tres dólares, y en menos de veinte minutos, dependiendo del clima, llega a Santiago Atitlán.
El embarcadero de Santiago es mucho más grande que el de Panajachel. Hay decoraciones a la orilla de la playa del lago para que los turistas se tomen fotografías.
Está lleno de tuc tucs o moto taxis, el transporte más eficiente y trepidante para recorrer algunas de las calles empinadas del casco del pueblo. Los vendedores ambulantes se acercan para ofrecer llaveros o imanes, y cerca del embarcadero hay una calle llena de negocios que venden playeras, hamacas, vestidos y pulseras.
En Santiago Atitlán nos recibe Xelani Luz, panadero y vecino del municipio desde que tiene uso de razón. Nos cuenta que aquí, en Santiago, uno de los problemas que ha aumentado la contaminación es la crianza de tilapia dentro de las mismas aguas del lago.
Xelani Luz: Estos pequeños productores de tilapias, actualmente ya tenemos como 17 diferentes productores, ¿verdad? O lo que sea que tienen así en conjunto, es cómo 242 o algo jaulas es casi 4.000 metros cuadrados del espejo del lago cubierto con estas tilapias solo aquí en Atitlán y si es un problema grave porque cada semana en algunos estos entran como 100 quintales de concentrado y lo tiran todo en el lago.
Narradora: Este concentrado para peces tienen una alta carga de nutrientes, como nitrógeno y fósforo. Justo los elementos que mencionaba Francis como el alimento perfecto para la cianobacteria.
El nitrógeno y el fósforo también se liberan a través de los excrementos de los peces y los restos de alimentos no consumidos. Y pueden llegar a provocar que las algas y las plantas acuáticas crezcan sin control frente a Santiago.
La crianza de tilapia es un tipo de acuicultura muy rentable porque es un pez de rápido crecimiento. Puede llegar a aportar a la seguridad alimentaria y el sustento económico de las personas porque permite a los agricultores diversificar sus ingresos. Para 2014 el Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación reportó que existían 185 hectáreas con cultivos de tilapia en toda Guatemala. En 2017, este ministerio publicó un estudio que mostraba las zonas geográficas del país que se podían prestar para esta práctica de acuicultura. Sololá no figuraba en el mapa.
Mervin Pérez, director de AMSCLAE, explica por qué:
Mervin Pérez: Especies introducidas a nivel del país que la tilapia la tienen como en la lista negra implica que tiene un impacto significativo en la biodiversidad de los ecosistemas y es esos dos esos dos argumentos los que prevalecen en cada uno de los dictámenes jurídicos y técnicos entonces prácticamente esto no debió haberse permitido.
Narradora: La AMSCLAE dirigió una mesa técnica para tomar decisiones sobre el tema. En ella participaron también autoridades del Ministerio de Agricultura y Ganadería, del Ministerio de Salud, del CONAP y de la municipalidad de Santiago Atitlán. A partir de estudios e investigación se ha concluido que el cultivo de tilapias no es favorable. Especialmente, porque contradicen las normativas de las áreas protegidas que se establecen en el Plan maestro de la reserva de uso múltiple cuenca del lago de Atitlán y que hacen menciones sobre la preservación del ecosistema en las actividades económicas, como la acuicultura .
Mervin Pérez: en su momento entiendo fue un proyecto en el tema de seguridad alimentaria, pero realmente ha sido un proyecto que son 14 los propietarios. Entonces tampoco es que tenga un impacto significativo en reducir o tener esa disponibilidad de alimento para la población.
Narradora: Ya hablamos de dos de las causas de la contaminación del lago: el desfogue de aguas residuales y la crianza de tilapia, que alimentan la cianobacteria.
Pero el Atitlán también está lleno de residuos, en especial plásticos.
Después de la pausa te cuento cómo en San Pedro la Laguna el plástico y la contaminación por desechos sigue siendo un problema, a pesar de las iniciativas ciudadanas.
***
San Pedro la Laguna se encuentra al noroeste del lago Atitlán. Se puede llegar hasta ahí en lancha, desde varios de los municipios, y también por carretera, conocida por los lugareños como «la culebra».
A medida que el carro serpentea cuesta abajo, el calor arrecia. Atravesamos San Pablo la Laguna y San Juan la Laguna para llegar hasta San Pedro. En el punto más alto del pueblo está la iglesia, la municipalidad y el mercado. Luego las calles y callejuelas peatonales se ramifican en pequeñas y empinadas pendientes que conducen a la orilla.
Ahí, en un diminuto malecón hay bares, hoteles y negocios. Casi todos tienen un espacio para que las personas puedan acceder al agua. Las personas nadan, lavan, se bañan en las rocas que caracterizan a esta parte del lago.
San Pedro la Laguna ha sido conocido por su turismo mochilero y las fiestas. Pero hace más de diez años comenzó a sonar también como un ejemplo de cultura de reciclaje.
Josué Chavajay: Acá en San Pedro logramos clasificar la basura en distintos botes. Fue un trabajo arduo otra vez desde sociedades civil, desde organizaciones comunitarias, me acuerdo cuando empezó esa campaña hace unos 10 o 12 años o 15, no me acuerdo. Veía a los jóvenes y a las señoras detrás del camión de la basura revisando si habías clasificado tu basura.
Narradora: Él es Josué Chavajay, sociólogo, vecino de San Pedro la Laguna y miembro del colectivo Tz’unun Ya’, que busca atender problemáticas socioambientales del municipio. Josué cuenta que esta iniciativa de la población de San Pedro nació en 2009, con el surgimiento de la cianobacteria. El susto fue tal que supieron de inmediato que algo debía de cambiar. Así, comenzaron a reciclar. Wendy López, a quien escuchaste al inicio del episodio también lo recuerda.
Wendy López: Al menos nosotros aquí sí, trabajamos mucho y empezamos con el tema de la separación de desechos, lo que después cuando el alcalde hizo el decreto en el 2011 vino como a reforzar y a decir como; «Bueno, empecemos a bajar el uso de plástico». Y la verdad es que con los años sí vimos el cambio.
Narradora: Wendy menciona el 2011 porque fue el año en el que San Pedro la Laguna vetó el plástico de un solo uso. Esto hizo que hasta las industrias más grandes del país voltearan a ver a este pequeño municipio a las orillas del lago.
Este decreto se implementó como parte de un esfuerzo más amplio para proteger los recursos naturales y promover prácticas sostenibles en la región. La decisión fue impulsada por la comunidad local, que reconoció el impacto negativo que los plásticos desechables tenían en el ecosistema. A partir de esto, la municipalidad instaló una planta de tratamiento de desechos sólidos.
Josué Chavajay: Con el anterior alcalde, antes de la pandemia, porque hay que decirlo, antes de la pandemia, teníamos una de las mejores plantas de tratamiento de la cuenca, incluso el país. Uno podía hasta comer ahí. No se da cuenta que era un basurero porque había un buen manejo de la basura.
Narradora: Josué habla con nostalgia de los tiempos antes de la pandemia de COVID-19. Entonces, por un asunto sanitario, muchos negocios comenzaron a usar platos y bolsas desechables. Así que la basura plástica y los tapabocas empezaron a verse esparcidos por las calles de San Pedro.
A partir de la pandemia, todo se estancó. Casi como si el decreto no hubiera existido.
Aun así, la cultura del reciclaje permanece. Las personas siguen separando su basura en orgánica, vidrio, plásticos y no reciclables. El tren de aseo, los camiones que recogen la basura, sigue pasando y tiene días específicos para cada tipo de residuos. Pero ahora el sitio de disposición final, el vertedero, ya no funciona.
Josué Chavajay: Nosotros no negamos que la población tiene una responsabilidad en el tema de la generación de desechos sólidos que afectan la calidad del lago. En este sentido, la calidad del medio ambiente, pero es ínfima comparado a la responsabilidad de las empresas. De ahí como colectivo hemos impulsado o hemos esgrimido una de las proclamas de responsabilidad extendida del productor
Wendy López: Aquí, por ejemplo cuando yo era pequeña, tú ibas a la tienda, había solo cinco productos con empaque, entonces no se generaba esa cantidad de basura. Ahora tú vas a una tienda y es los que consumen que son como los niños, la familia, las personas tenemos que crear esa conciencia desde pequeños desde pequeños, a ver qué tenemos que cuidar el lago porque el agua pues está contaminado que no podemos seguir tirando la basura, que debemos ser conscientes con él, cuidarlo…
Narradora: Wendy describe las tiendas o abarroterías que se replican en toda Guatemala, pequeños locales que suplen de productos de primera necesidad a las vecindades; pero que, en general, están abarrotadas de bolsas de frituras, golosinas, refrescos carbonatados, detergentes, e incluso agua purificada en bolsas y botellas… Todo empaquetado en plásticos.
La contaminación por plásticos en ríos, lagos y mares es un problema ambiental crítico a nivel mundial. Estimaciones del Parlamento Europeo indican que entre 4.8 y 12.7 millones de toneladas de plástico ingresan a los océanos cada año. Esto altera la vida y los ecosistemas acuáticos, especialmente porque este plástico tan poco resistente se convierte en pequeñas partículas que son casi imperceptibles dentro del agua. Los peces, de hecho, las suelen consumir.
Francis Santos: Eventualmente con el sol con las lluvias con este arrastre de los ríos que se van topando en piedras o se quedan en las playas, lo único que pasa con eso es que se degradan a esto es microplásticos que ahorita están considerados como contaminantes emergentes. Los microplásticos pueden estar asociados a otro tipo de contaminantes desde que ellos mismos los liberan porque en su hechura, utilizan ciertos con ciertos químicos para que sean más moldeables que tengan colores ese tipo de cosas que eventualmente también con este rompimiento y todo se van liberando y pues se liberan al ecosistema.
Narradora: Otra bióloga de la Universidad del Valle, Ninoshka López, reveló en un estudio que el lago se encuentra altamente contaminado por partículas y micropartículas de plástico. Por eso, para personas cómo Josué, la mirada debe estar puesta en la producción y distribución; y no en lo qué se hace cuando el producto ya salió de la fábrica y fue consumido.
Josué Chavajay: Hay que alcanzar, otros plásticos principalmente los plásticos de un solo uso del PET, hay que alcanzarlo principalmente el de las gaseosas, el del agua pura hay que alcanzarlos porque son un problema.
Narradora: Las personas siguen usando plástico y las empresas lo producen. El tema del manejo de desechos y residuos sólidos sigue sin avanzar a nivel nacional. Pero eso no detiene la convicción de las guardianas del lago para seguir recogiendo la basura que encuentran en las playas.
María Tay Quiacaín: Ahora por limpiar nuestra madre de la naturaleza, porque es antes saber cuántos años era cuando vino una enfermedad se puso muy el agua se puso todo espeso y todo amarillo y verde hasta cuando sacamos a la orilla del lago se pone rojo puro sangre uno ya se ponen a llorar ver a uno pero ahorita, que pero lo más que tiene la culpa miro yo los empresarios que venden agua pura en bolsas y venden jugo en lata y en frasco en botella y todo se viene y cuando llueve viene de una vez al lago y no todos tenemos posibilidades pero venimos a limpiar.
Narradora: María, a quién escuchaste hace un momento, es una de las más de 100 mujeres que se juntan una vez al mes a limpiar las orillas de San Pedro. Muchos las conocen como las «Guardianas del lago». Si eres oyente de Radio Ocote Podcast, quizás escuchaste su historia en nuestro episodio “La procesión de la basura”.
Ellas acompañaron una acción de pronunciamiento frente a la Cámara de industria en 2022. Junto a otras personas llevaron canastos cargados de envases, bolsas y botellas que habían recogido una semana antes como una forma de denuncia al sector empresarial. Si quieres conocer esta historia más a profundidad, puedes leer y ver los otros materiales sobre el lago de Atitlán que se han preparado como parte del especial “La última gota”.
La contaminación continúa, y el reloj va en cuenta regresiva, acelerado. Al escuchar todas estas historias, estos datos, y contemplar el lago, nos preguntamos ¿qué sucederá si no hacemos nada para frenar el deterioro del ecosistema del Atitlán?
Francis Santos: El oxígeno es lo que mantiene vivas a las especies que viven en el lago y varias de las dinámicas que ocurren, ocurren bajo el oxígeno. Del lago se espera que sea un lago profundo y llegamos a un poco más de 300 metros, entonces esperamos como que las partes más profundas no haya oxígeno, pero cada vez se ha visto que la capa esta que no tiene oxígeno ha ido subiendo entonces eso quiere decir que entre más arriba esté menos probabilidades tienen las especies de vivir en las partes bajas del lago. Pues, si las cosas siguen igual, eventualmente lo que va a pasar es que nuestro lago se va a convertir en un lago de eutrofizado, que es con una mayor producción de estos florecimientos que tenemos un claro, ejemplo que es Amatitlán verdad entonces, pues cabal si no, si no hacemos como cosas ya como tratamiento de agua, residuales tratamientos de desechos sólidos, pues creo que se vamos a tener un gran basurero y un pantano; un pantano basurero.
Narradora: Es casi inevitable pensar en este otro lago que menciona Francis, el Amatitlán, a 130 kilómetros de la capital de Guatemala y en una situación aún más crítica. Los residuos sólidos, las aguas negras, el arrastre de sedimentos y la cianobacteria han vuelto este lugar en una masa viscosa de agua verdosa, llena de toxinas.
La contaminación del Atitlán, además, puede causar grietas en el tejido social para las personas que viven alrededor, ya que toda su dinámica cultural gira en torno a él.
Tan simple como ya no disponer de una fuente de agua. Actualmente hay municipios que todavía dependen al 100% del agua del lago, que aunque no es apta para el consumo humano, es filtrada para beber y usarla para bañarse o hacer otras tareas del hogar.
Las sequías y los problemas de abastecimiento que se viven en buena parte de Guatemala empiezan a afectar también a los municipios de alrededor de Atitlán. Así que el no poder usar agua del lago agrava la supervivencia de miles de personas.
Panajachel, el municipio del que te hablamos al inicio, ha presentado problemas de abastecimiento desde hace algunos años. Hablamos con dos vecinos que nos contaron cómo han vivido esta crisis hídrica.
Giovanni López: Sí, bueno, como todos sabemos bien, pues el vital líquido es de suma importancia y pues con años anteriores podría decir yo que no se tenía problemáticas de escasez, de agua ya en los últimos años pues hemos visto la carencia del vital líquido. En mi caso, pues no es al 100%, pero si en algunas ocasiones pues nos hemos visto en la necesidad de solicitar agua a través de pipa.
Narradora: Giovanni, junto con otros vecinos, decidieron cambiar las tuberías de su sector. Ellos pusieron los materiales y la municipalidad la mano de obra. Querían cerciorarse de que, cuando hubiera agua, llegara a sus casas y que no hubiera alguna fuga o que estuvieran tapadas, ya que las tuberías antiguas eran de concreto.
Esta escasez también ha representado pérdidas para los negocios, como el de Blanca y su familia, que tienen propiedades en alquiler.
Blanca Cojún: Los arrendatarios empezaron a comunicarse con nosotros a llamarnos escribirnos diciendo nos de que no había agua y normalmente todas las casas que nosotros tenemos pues prácticamente cuentan con cisterna y depósito. Entonces se nos hizo muy raro y el escuchar las llamadas, que decían que no había agua, que ya llevan como semanas no teniendo agua. Fue un tema bastante incómodo, pero también preocupante porque se supone que en todos los años que he vivido yo he nacido acá y he vivido acá en un caso nos había presentado un problema tan grave como lo que acabamos de pasar.
Narradora: La municipalidad comenzó a paliar el problema llevando agua en pipas, pero no se daban abasto porque sólo contaban con un camión que repartía agua. Incluso había una lista de espera.
Blanca Cojún: Implicó que dos arrendatarios se salieran de la casa y pues también implicó subirle la renta a todos, porque incluso en un cierto momento lo platicamos con mi mamá, dejar de alquilar cierta casa en cierta zona porque estar comprando una pipa de agua por cada semana al valor de lo que es la renta, pues obviamente nosotros salíamos perdiendo.
Narradora: Para la municipalidad de Panajachel el problema es la alta demanda de agua en este municipio. Le preguntamos sobre esto a Víctor Barreno, el síndico:
Víctor Barreno: Recordemos que el municipio tiene mucha población fluctuante por el tema de los turistas, los hoteles, los restaurantes todo el área comercial demanda mucha más agua que la que en un momento se demanda de manera domiciliar esa es una de las mayores problemas, que nos toca o qué se está trabajando para este año la perforación de dos nuevos pozos para inyectarle un mayor caudal al sistema con el objetivo de ir paleando y le digo paleando porque esto no lo vamos a lograr controlar hasta que no pongamos los medidores
Narradora: Los vecinos con los que platicamos comentaron que en ocasiones han visto a personas, que no cuentan con los recursos, ir a traer agua al lago. Incluso han visto que la pipa de la municipalidad, en ocasiones, ha extraído agua de ahí. Pero, ¿qué pasa si la contaminación aumenta? ¿Te imaginas tener una fuente tan cerca y no tener agua para la subsistencia?
Josué Chavajay: La contaminación debe ser un buen momento pedagógico para comprender la problemática y es tan didáctico porque lo vemos si es si yo no quiero la basura en mi casa porque es hedionda y es molesta ¿por qué la tiene que querer el río porque este tiene que ir a mis mantos freáticos entonces no? Entonces creo que es un buen momento pedagógico. Este problema del agua, problema de la contaminación del agua para entender que necesitamos una nueva cultura del agua.
Narradora: La pregunta es: ¿realmente aprenderemos a tiempo?
***
Llegamos al final de este episodio, el último de la serie “La última gota”, pero queremos pensar que aún es posible hacer cambios. Sabemos que el Gobierno, las municipalidades, la misma legislación es la encargada de regular y garantizar el derecho humano del agua. Pero también queremos pensar que como ciudadanía podemos hacer algo.
Si te interesa contribuir a las jornadas de limpieza y apoyar a las Guardianas del lago, puedes seguir al colectivo Comunidad Tz’unun Ya’ en Facebook y estar pendiente de sus publicaciones para saber cuándo harán actividades. Te dejamos el enlace en el sitio web de Ocote y en la descripción de este episodio.
Hay otras organizaciones que también trabajan para mejorar las condiciones del Atitlán de otras formas, como el festival cultural “Voces del lago”.
En el Amatitlán, que está en condiciones aún más críticas, también hay organizaciones que ayudan a su conservación como la Fundación Crecer, que se ha involucrado en proyectos de reciclaje.
Recuerda que ante todo es importante no contribuir a la contaminación. Si visitas alguno de estos lugares, no sólo puedes tirar la basura en los lugares correspondientes, sino también recoger la que encuentres. Reduce tu consumo de plásticos. Y procura unirte a las iniciativas y organizaciones que trabajan arduamente para proteger un bien colectivo.
También puedes acercarte a negocios locales que trabajen de manera sostenible y tomen en cuenta el cuidado del ambiente, como la Reserva Natural Atitlán.
