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Parto Nacional I: El tiempo

En esta primera entrega de la serie «Parto nacional: crónicas imaginarias de un tiempo que nace» hablamos de un concepto en su sentido práctico y filosófico. Hablamos del tiempo, como unidad de medida, como un acuerdo, una negociación, una manera de entendernos.

Es sensato empezar hablando del tiempo en una crónica de un paro nacional liderado por pueblos indígenas en Guatemala. Del tiempo en su sentido práctico y en su sentido filosófico.  …

Es sensato empezar hablando del tiempo en una crónica de un paro nacional liderado por pueblos indígenas en Guatemala. Del tiempo en su sentido práctico y en su sentido filosófico. 

Ante el hecho de pensar que unidades de tiempo como «semana», «mes» o «año», sea un «asunto universal», es oportuno pensar que un conteo del tipo «lunes, 2 de octubre de 2023» no es más que un acuerdo

Acuerdos que no son novedades en la humanidad (entre otras cosas porque muchas veces no son acuerdos sino imposiciones). Nuestra historia está llena de negociaciones de mundos, de visiones, de maneras de entendernos.

Pensemos así, rapidito: siete días a la semana, basados en los astros entonces conocidos. Doce meses al año, que eran diez cronológicos más dos emperadores en medio. 

¿No es acaso bastante creativa esa manera de contar el tiempo? Para el caso, el valor está en la pregunta, porque contar el tiempo es importante, nombrar las cosas es importante, nombrar a las personas, contarlas y sostenerlas en el tiempo.

El 2 de octubre de 2023 inició en Guatemala el paro nacional del que hablaremos en estos textos. Ese lunes, alcaldes indígenas de 48 cantones y la alcaldía indígena de Sololá llegaron a la sede del Ministerio Público en la zona 1 de Ciudad de Guatemala. 

Ese día era el día 2 n´oj en el tzolkin, el calendario ceremonial-social maya. El calendario que las alcaldías indígenas del país suele conocer, consultar y que dominan: ellos que convocaron al paro nacional aquel 2 n´oj. 

Ese día también era 13 baktún, 0 katún, 10 tun, 16 winal y 17 kin de la Cuenta larga maya, calendario que cayó en desuso cotidiano, pero que movilizó al planeta entero el 21 de diciembre de 2012. Y la extrañeza de este párrafo se parece a cierta sensación vivida en esta semana de manifestaciones.

Le llamo extrañeza porque la emoción, la curiosidad, el respeto, el intercambio, las dudas, los acentos, los rostros que se han encontrado en las calles y carreteras en estos días ha sido un evento inesperado en la agenda de cualquier persona de este país

Por ejemplo, nadie hubiera marcado en su calendario el 8 de octubre de 2023 «100 paros de carreteras» —o «100 bloqueos en carreteras» dependiendo de quién sea el dueño de la agenda—.

Pero no es tema exclusivo de una visión cronogramática, también es un asunto de memoria

Marcamos y contamos el tiempo para poder recordar, para conmemorar. Y acá estaría la entrada más expedita para hablar de tiempo en este contexto: la inmensa mayoría de personas en Guatemala sabe que el 20 de octubre es el Día de la Revolución.

Una revolución, la de 1944, que fue un levantamiento ciudadano. Que incluyó a estudiantes, obreros y facciones del ejército. Que fue un movimiento casi exclusivamente ladino y coordinado y dirigido por la élite intelectual y política de la época. 

Así, podemos seguir desatando las hebras y pensar que el año que viene, el 29 de junio de 2024, se cumplirán 70 años del golpe de estado contra Jacobo Arbenz. Que en octubre, el 20, habrá fiesta por los 80 años de la Revolución. Y el 4 de ese mismo mes se hará una ceremonia en el kilómetro 169 de la Interamericana, la cumbre de Alaska, por los 12 años de la masacre contra el pueblo de Totonicapán perpetrada por el Ejército de Guatemala siendo presidente Otto Pérez Molina.

Curiosamente, el gran capital del siglo XXI es el futuro, de una forma muy literal. Desde la especulación financiera, el desarrollo tecnológico y sus tendencias y usos, al precio de la gasolina, pasan por el futuro. 

Y el paro que se inició el 2 de octubre de 2023, también trata sobre el futuro. El reclamo es muy concreto: exigir la renuncia de la Fiscal General, Consuelo Porras, los fiscales Rafael Curruchiche y Cynthia Monterroso, y el juez penal Fredy Orellana. ¿Qué tienen estos cuatro personajes en común? Obedecen, coordinan, ejecutan, allanan, persiguen un proceso electoral que sí estaba agendado.

El lunes 26 de junio amanecíamos con la noticia de que pasaban a segunda vuelta Sandra Torres y Bernardo Arévalo. El 6 de julio atardecíamos con Rafael Curruchiche anunciando el caso “Corrupción Semilla”. 

Y, desde entonces, una batalla contra el tiempo para defender el futuro cercano: amparos, manifestaciones, póker político; la OEA, la UE, la CC, la CSJ, el TSE.

Y entonces, la competencia de competencias apunta a una fecha específica, el 14 de enero de 2024, cuando Alejandro Giammattei tiene que entregar la presidencia a Bernardo Arévalo de Léon

Eso es lo que defiende el paro que inició el 2 de octubre de 2023, eso es lo que defienden los 100 puntos de paro en carreteras el 7 de octubre, noche en la que frente a la sede central del Ministerio Público en la zona 1 de ciudad de Guatemala, ante aproximadamente un millar de personas, un alcalde comunitario dijo en un micrófono: «¡Esto no es de ahora!»

Y no, no lo es. 

Podríamos añadir algunas fechas que no aparecen en el calendario oficial y que nos recuerdan desde hace cuánto y desde dónde han venido los movimientos que convocan a la población guatemalteca en este 2023:

20 de febrero de 1524: A partir del próximo año, muchos lugares y eventos en Centroamérica cumplirán 500 años. El 20 de febrero en el calendario oficial se conmemora el día de la marimba y, a la vez, el día de Tecún Umán. Este día se conmemora la muerte de uno de los dirigentes de las fuerzas k´iche´s en el occidente del país. En esta fecha se dio el primer combate entre las fuerzas indígenas de lo que ahora es el territorio guatemalteco y las fuerzas españolas-tlaxcaltecas. Aunque los libros de historia siguen llamando a este periodo «la conquista», existe suficiente literatura escrita por intelectuales mayas en las que este periodo es conocido como «la invasión».

9 de julio-3 de agosto 1820: «Las rebeliones indígenas han sido sostenidas por el cuerpo, la energía, el trabajo y las palabras de las mujeres (…). Algunas como Felipa Tzoc, que estuvo presa junto con su compañero Atanasio Tzul, o María Hernández que acompañó en varios eventos a su compañero Lucas Aguilar, son historias que nos muestran la complejidad organizativa de un levantamiento indígena en los primeros 20 años del siglo XVIII en Chuimeq’ena’». Esto nos recuerda la escritora y socióloga Gladys Tzul sobre las rebeliones en Totonicapán durante el siglo XIX, de aquel movimiento reprimido militarmente por el ejercito colonial: 26 días de gobierno de Atanasio Tzul

Además Severo Martínez, en su libro Motines de indios, profundiza en los siguientes levantamientos:

Santa María Chiquimula, 1802: la muerte de Diego Chixoy, contra repartimientos.

Cobán, 1803: las exacciones en nivelación de tributos.

Chichicastenango 1813: el conflicto por tierras entre pueblos y entre clases de indios.

Quetzaltenango, 1815: la contra brutalidad en medidas sanitarias por epidemia.

21 de julio 1936: Alzamiento ixil contra finqueros en Nebaj, expulsándolos del pueblo. Ubico envió al ejército, arrestaron a 150 ixiles y fusilaron a los siete principales en memoria de quienes en esta fecha se celebra el Día de la dignidad ixil: Pap Xha’p Ak’ul (Sebastián Cedillo), Pap Lu Ch’ib’ (Pedro Guzmán), Pap Ve’s (Vicente Guzmán), Pap Xhun Ijom (Juan Brito), Pap Xhun (Juan Brito Brito), Pap Te’k’a’ch (Diego Cuchil) y Pap Lu’ (Pedro Cedillo).

11 de abril de 2016: La Marcha por el agua, la madre tierra, el territorio y la vida salió de distintos puntos del país. Los más lejanos, Tecún Umán, San Marcos, La Mesilla, Huehuetenango y Purulha, Alta Verapaz. Durante más de 10 días cientos de personas, la gran mayoría indígenas, caminaron por las carreteras de Guatemala desde los cuatro puntos cardinales, y recorriendo aproximadamente 30 kilómetros al día hasta llegar a la capital. A su ingreso, distintas organizaciones, estudiantes, universidades y ciudadanía en general se sumaron a esta marcha masiva convocada por la Asamblea Social y Popular y que reivindicaba los derechos de las comunidades, los territorios y la naturaleza sobre los intereses de explotación de recursos.

Julio Serrano Echeverría

Es cofundador, coordinador creativo de Ocote y editor de la sección cultural del medio. Poeta y artista multidisciplinar. Poeta y artista multidisciplinario. Ha publicado varios libros de poesía, crónica y literatura infantil. Su obra ha sido traducida a varios idiomas como el q´eqchí, inglés, francés y bengalí. Además trabaja diversos proyectos entre las artes visuales, la fotografía, el cine y el periodismo. Junto al equipo de Ocote ganó el Premio Gabo de Periodismo en 2022.

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