Casi la mitad de los reportes de acoso en universidades privadas son contra catedráticos
Por:

La organización Red Universitaria Seguras y Educadas (RISE) presentó los resultados de un formulario para ingresar reportes de acoso, que distribuyó entre jóvenes de universidades privadas de Guatemala. Las respuestas de 156 personas revelaron que el 45.5% de los casos de acoso sexual reportados en centros de estudio privados fueron cometidos por catedráticos. El estudio también muestra que apenas 34 de estas personas presentaron denuncias formales. Solo cinco consideran que su caso fue resuelto.


Al menos 156 estudiantes de universidades privadas han sido víctimas de acoso en los últimos años. Así lo evidenció un estudio realizado por la Red Interuniversitaria Seguras y Educadas (RISE), publicado en noviembre de 2022. 

Este es el primer paso que se da en las universidades privadas para recopilar datos sobre acoso y violencia sexual en estos espacios. Un primer paso para identificar patrones de un fenómeno del que ni los mismos centros de estudio ni el Estado han generado información que permita entenderlo.  

El esfuerzo se suma al trabajo del Observatorio Contra el Acoso Callejero en Guatemala (OCACGT) en la Universidad San Carlos de Guatemala (Usac), donde ha hecho un mapeo para identificar casos en la única universidad pública del país.

Durante cinco meses —de octubre de 2021 a febrero de 2022— RISE realizó un cuestionario virtual dirigido a personas que hubieran sufrido algún tipo de acoso dentro de los campus de universidades privadas guatemaltecas. 

Los resultados mostraron que 156 personas enviaron 174 reportes (cada persona podía enviar un máximo de tres reportes) en los que relataron casos de violencia. La gran mayoría de quienes respondieron el formulario —el 94.9%— son mujeres. 

La urgencia de los datos

«Todo empezó hace dos años», dice por teléfono Claudia Morales, coordinadora del estudio de RISE. En 2020 se hizo público el caso de Andrés Álvarez, entonces decano de Antropología de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG), quien fue señalado por alumnas y exalumnas de abusos sexuales

[Lee aquí: Señalan a decano de la Universidad del Valle por abusos sexuales]

En ese momento, Morales y su compañera Lucía Sierra cursaban la carrera de Antropología. «Estábamos estudiando cuando nos dicen: su decano es un acosador. Así que nos agrupamos con otras estudiantes y graduadas para exigirle a la UVG que hiciera un proceso justo y digno», explica hoy Morales. 

Inconformes con un proceso que consideraron poco transparente e insuficiente, Morales y Sierra empezaron a reunirse con colegas de otras facultades. «Hablando entre nosotras vimos que había otros casos de otros profesores», dice. 

Así, decidieron hacer un estudio en la universidad. Querían conocer cuántas personas habían sufrido algún tipo de acoso o violencia. Demostrar que no eran situaciones aisladas; que era algo sistemático.

Pensaban centrarse solo en la UVG, pero cuando empezaron a llegarles casos de otras universidades, decidieron ampliarlo. 

Así que después de que en abril de 2021 el OCACGT presentara los resultados de su mapeo de acoso en la Usac, desde RISE se apoyaron en el observatorio y su asesoría técnica para replicar los esfuerzos en los centros de estudios privados.

[Quizás te interesa leer: Casi una de cada tres denuncias de acoso en la Usac es contra profesores]

Catedráticos y personal de las universidades, los principales señalados

En el mapeo realizado por el OCACGT en 2021 se evidenció que el 30% de reportes de acoso sexual en la Usac fue contra profesores de la universidad. El porcentaje es mayor en el estudio realizado en centros de estudio privados. 

Según el estudio de las universidades privadas, un 45.5% de las personas señaladas de haber ejercido algún tipo de violencia o acoso eran catedráticos. Si se suman auxiliares, personal de seguridad, personal administrativo, de mantenimiento, directores y personas en prácticas, el porcentaje sube a 56.8%. Más de la mitad de los reportes.

En cambio, la mayoría de las personas que respondieron el cuestionario —el 88.5%— era estudiante de licenciatura cuando fue víctima de acoso. 

Dos de cada tres personas conocían a la persona por la que se sintieron acosadas y habían convivido con ella en espacios académicos.

El estudio menciona las universidades en las que se registraron más casos de acoso: la Universidad Rafael Landívar (URL), con 59 reportes; la Universidad Mariano Gálvez (UMG), con 43; la Universidad del Valle, con 37; y la Universidad Galileo, con 16.

Claudia Morales, de RISE, recalca que esto no significa necesariamente que en estos centros sucedan más casos de acoso o de violencia. Los resultados pueden responder al acceso que tuvieron las estudiantes a la encuesta, que se distribuyó virtualmente.

Ocote buscó una entrevista con responsables de las cuatro universidades con mayores reportes en el estudio. De estas, únicamente la URL y la UVG respondieron a la solicitud. La URL a través de una entrevista presencial. 

La UVG solicitó que se enviaran las preguntas escritas y respondió con un documento de dos páginas en el que omitió dar alguna de la información consultada, como el número de denuncias que fueron recibidas en la universidad en los últimos años, el proceso que se llevó para investigarlas y la conclusión del mismo.

Ambas universidades explicaron a Ocote que en los últimos años han hecho una serie de avances para mejorar la seguridad en sus campus. 

En relación con los señalamientos contra docentes, según la Universidad del Valle, sus contrataciones pasan por un proceso de revisión y verificación de referencias y se solicita a los trabajadores la Certificación del Registro Nacional de Agresores Sexuales (RENAS)

La UVG asegura que han realizado charlas y capacitaciones sobre «la importancia del día internacional de la mujer, promoción de la cultura ética dentro del Campus (…), prevención del acoso, relaciones de poder y hostigamiento». Estas actividades están destinadas a docentes, investigadores, personal administrativo, proveedores externos, equipos de seguridad y mantenimiento, estudiantes y auxiliares de cátedra.

Aunque aseguran que están incluidos en el plan anual de capacitaciones y este año se han realizado al menos dos talleres para cada grupo de personas, no especificaron si estos cursos son obligatorios u optativos. 

Martha Pérez de Chen, vicerrectora académica de la Universidad Rafael Landívar, asegura que también han hecho capacitaciones puntuales, pero hasta ahora no han sido obligatorias. Según explica, aún diseñan estrategias de formación a docentes: «Seguramente tendríamos que construir algo más sistemático y permanente, que sea obligatorio para todos los profesores, porque estos encuentros quedan a discreción».

Pocas denuncias, pocas garantías

Los datos del estudio también muestran que la mayoría de las personas que aseguraron haber recibido algún tipo de violencia prefirieron no denunciar. De las 79 personas que reportaron sufrir acoso por docentes, solo 15 presentaron una denuncia y solo una percibió que su caso se había solucionado. Según el estudio, esta persona fue un alumno que denunció a una catedrática.

Los estudiantes, expone el estudio, «se encuentran en panoramas poco favorables para denunciar, donde las universidades se paralizan u operan con negligencia provocando resultados adversos y violentos para quienes deciden hablar».

La situación es similar en los casos en los que las personas señaladas son estudiantes. «Los datos recolectados señalan la ineficiencia de las autoridades universitarias ante las denuncias de acoso, pues del 19.5% que sí denunció, solo el 11.1% percibió que su denuncia había sido resuelta o brindado algún tipo de reparación», señala el documento. 

En su respuesta por escrito, la Universidad del Valle indicó que cuentan con un comité de ética de comportamiento que recibe denuncias presenciales, telefónicas y electrónicas. Después de recibir estas denuncias, explican, hay un proceso de investigación y reparación. «Estamos en el proceso de realizar mejoras en los mecanismos de recepción y captura de datos y diseñando un programa de fortalecimiento de la cultura de valores», añadieron.

La Universidad Rafael Landívar aprobó en marzo de este año una política de espacios seguros y en octubre presentó un protocolo de ambientes seguros. La política abrió la puerta para crear la Dirección de Convivencia y Ambientes Seguros (Dicas), que centraliza la recepción de denuncias desde 2022.

Antes, explica Martha Pérez, la vicerrectora académica, las denuncias contra estudiantes se presentaban en una unidad y las denuncias contra catedráticos en otra. Además, los estudiantes que no estuvieran en el campus de Ciudad de Guatemala tenían que trasladarse si querían plantear una denuncia presencialmente, o hacerlo por teléfono o correo electrónico. 

Ahora, dice José Antonio Rubio Aguilar, vicerrector de integración universitaria, hay una persona en cada campus que actúa de enlace con la Dicas. 

Según indica la vicerrectora, la universidad trabaja ahora en un formulario web para que cualquier persona que estudie o trabaje en la universidad pueda hacer las denuncias en línea.

Aun así, Pérez Chen admite que falta bastante por hacer y los avances están en una primera fase. Todavía deben trabajar en los procesos de comunicación interna para hacer llegar toda esta información de manera continua a estudiantes, docentes y administrativos. 

Según el estudio de RISE, el 80.7% de las personas que respondieron la encuesta desconocen si su universidad cuenta con algún tipo de mecanismo de atención.

***

Tanto la Universidad Rafael Landívar como la del Valle aseguran que han trabajado encuestas internas para verificar la percepción de la seguridad de estudiantes y personal. La URL explicó que lanzó la suya a mediados de octubre y esperan tener los resultados a inicios de 2023. 

La UVG indicó en su documento que en 2020 contrataron una consultoría externa para hacer una encuesta cuyos resultados «fueron positivos» y brindaron evidencia para formular «un plan de acción que incluye la sensibilización y la capacitación en prevención de hostigamiento y acoso, así como el seguimiento en la atención de denuncias».

Según la universidad, los resultados fueron compartidos con colaboradores y estudiantes, pero no se adjuntaron en la respuesta que enviaron a Ocote, aunque se había solicitado previamente.

A pesar de los avances que mencionan los centros, Claudia Morales, coordinadora del estudio de RISE, recalca que, en general, hay una falta de interés de las universidades en relación con el acoso sexual y no existen investigaciones, mecanismos y protocolos para atender estos tipos de violencia, lo cual aumenta la falta de seguridad y certezas entre el alumnado y el personal.

Morales asegura que esta falta de interés se evidenció en la presentación del estudio. La organización invitó a todas las universidades de Guatemala, pero únicamente asistieron tres (la URL, la UVG y la Universidad Internaciones) y según la investigadora, solo la URL envió a una persona con capacidad de toma de decisiones; la vicerrectora académica Martha Pérez Chen.

Cómo es el acoso

En el estudio se evidencia también cómo es el acoso y la violencia que reportan las estudiantes y dónde es más común que sucedan.

Los espacios académicos como los salones, los laboratorios, las bibliotecas y los auditorios son los lugares donde se registran más casos. Casi el 40% de los reportes se identificaron en estos ambientes. 

Después, las áreas sociales de los campus, como las cafeterías, las plazas, las tiendas; los pasillos; parqueos y los alrededores de los espacios universitarios. 

Además, nueve estudiantes (el 5.2% del total) aseguraron haberse sentido acosadas durante sus prácticas o proyectos fuera de las instituciones, como excursiones, viajes de trabajo de campo, conferencias y congresos.

Un 16.7% de los reportes de acoso se dieron en espacios virtuales; a través de servicios de mensajería como Whatsapp, Signal, Snapchat y Telegram; de redes sociales como Facebook, Instagram, TikTok o Twitter; y softwares de video conferencia, como Zoom, Bluejeans, Jitsi Meet y Google Meet.

Más de la mitad de las personas aseguraron que en el momento del incidente había otras personas en el lugar.

***

En la encuesta se mencionaron casi una veintena de diferentes tipos de acoso sexual, pero los más mencionados fueron los comentarios, los chistes y las bromas de índole sexual; las miradas morbosas o los gestos sexuales sugestivos; los acercamientos físicos no consentidos; las invitaciones insistentes a salir; los tocamientos sexuales; y los piropos, silbidos y jadeos

Además, 34 personas (el 5.1%) dijeron haber sido arrinconadas y perseguidas y 24 (4.2%) aseguraron que fueron besadas sin su consentimiento

Casi la mitad de las personas aseguraron que la situación de acoso se repitió más de dos veces con la misma persona señalada

Las consecuencias: problemas de salud mental y deserción

El estudio recoge también las consecuencias que las personas reportaron después de haber sufrido situaciones de acoso sexual

El 44.3% aseguró haber sentido la necesidad de estar acompañada dentro del campus y un 29.9% presentó cambios o malestares de salud mental, como la ansiedad o la depresión

Además, varias personas indicaron que tuvieron que modificar sus hábitos y que su rendimiento académico cambió. Por ejemplo, el 27% cambió los horarios y lugares que frecuenta dentro de la universidad y el 4.6% tuvo que cambiarse de carrera, de facultad o de universidad

Este mismo porcentaje se vio obligado a modificar sus números de teléfono, su correo electrónico, a cerrar sus redes sociales o incluso a cambiar de domicilio. 

El 4% de las personas aseguró haber sido víctima de amenazas después de no aceptar propuestas sexuales. Así, se enfrentaron a trabas administrativas, a malas calificaciones o a la reprobación de cursos y a la difamación

Al menos 13 personas —el 3.7% de las personas que respondieron la encuesta— desertaron temporal o permanentemente de la universidad.


Si quieres registrar algún caso de acoso sexual en la Universidad San Carlos de Guatemala (Usac), puedes llenar este formulario del Observatorio Contra el Acoso Callejero. Si quieres apoyar a la organización o hacer un voluntariado, puedes comunicarte con el OCACGT.

Si eres estudiante o exestudiante de una universidad privada de Guatemala y quieres presentar una denuncia, puedes comunicarte con RISE a través de sus redes sociales. La red cuenta con una ruta de acompañamiento para personas que quieran hacer denuncias.

¿Conoces algún caso que nos quieras compartir? Puedes escribirnos a info@agenciaocote.com

TE PUEDE INTERESAR

Subir
La realidad
de maneras diversas,
directo a tu buzón.

 

La realidad
de maneras diversas,
directo a tu buzón.