Agustín Laje aseguró en una conferencia en el Congreso de Guatemala que en Canadá se aprobó una ley que castiga a quienes usen pronombres de género equivocados. Esto es falso. …
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Agustín Laje Arrigoni, politólogo argentino, se presentó en el Congreso de la República de Guatemala el pasado 15 de marzo de 2021, para dar una conferencia titulada “El impacto de la agenda globalista en la cultura y política de Guatemala”.
El Congreso retransmitió la conferencia a través de su canal oficial y de sus redes sociales. Según la cuenta de Twitter del Organismo Legislativo, al 19 de marzo, al menos 4,500 personas habían visto la transmisión. Allan Rodríguez Reyes, presidente del Congreso, presentó a Laje y agradeció a la Asociación la Familia Importa (AFI) por la organización del evento.
En su presentación, Laje proyectó una serie de imágenes. En una de ellas, en el minuto 39 de la transmisión en vivo, se lee la siguiente frase: “[Canadá] Se aprobó una ley que castiga severamente a quienes usen pronombres de género equivocados”.
Esta frase es el título de un texto publicado el 19 de junio de 2017 en la página web Fin del Siglo, un sitio creado en 2015 para “compartir noticias de la actualidad y analizarlas a la luz de La Biblia”, según se lee en la misma página.
“Si estuviéramos en Canadá y alguno de ustedes (…) se refiere a mí con el pronombre ‘él’ y resulta que yo me autopercibo como ‘ella’, lo puedo demandar por usar un pronombre de género que no va con mi identidad de género y ustedes pueden terminar hasta seis meses presos”, aseguró Laje en su presentación.
En la publicación de Fin del Siglo, se indica que el Senado de Canadá aprobó el proyecto de ley C-16, que “pone identidad de género y expresión de género en el Código de Derechos Humanos” y “categoría de crímenes de odio en su Código Penal”.
Además, se cita una publicación en Twitter de Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, en la que afirma “Buenas noticias: el proyecto de ley C-16 ha sido aprobado por el Senado, por lo que es ilegal discriminar por motivos de identidad o expresión de género”.
En el texto no se explica cómo se castigará “severamente” a quienes usen pronombres de género equivocados, como indica el título. Únicamente se expone que “los críticos dicen que los canadienses que no se suscriben a la teoría de género progresivo podrían ser acusados de crímenes de odio, encarcelados, multados y enviados a ‘reeducación’” (sic).
Fáctica envió un mensaje a la página de Facebook de Laje y a su correo electrónico, para conocer las fuentes de sus argumentos, pero al cierre de esta nota no había dado respuesta.
También se escribió al correo electrónico que aparece en la página Fin del Siglo, en el que se consultó cuáles fueron las fuentes del texto publicado y quiénes son los “críticos” a los que se menciona. Tampoco se obtuvo respuesta.
El proyecto de ley C-16
En el proyecto de ley C-16, aprobado en 2017 en Canadá, se explica que su objetivo es “proteger a las personas de la discriminación en el ámbito de la jurisdicción federal y de ser objeto de propaganda de odio, como consecuencia de su identidad de género o expresión de género”.
En su página web, el Parlamento de Canadá publicó un resumen legislativo del proyecto de ley C-16 que, explica, incluye enmiendas a la Ley Canadiense de Derechos Humanos y al Código Penal. En ninguna de estas enmiendas se menciona el uso de pronombres.
Después de aprobarse el C-16, en la Ley Canadiense de Derechos Humanos se agregó la identidad y la expresión de género al listado de “motivos prohibidos para cometer discriminación”.
En el Código Penal de Canadá, se añadió la identidad y la expresión de género a dos secciones: una que habla sobre “propaganda de odio” y otra que menciona agravantes en delitos cuando son motivados por el odio.
Así, quedó establecido que entre los grupos vulnerables a un delito de propaganda de odio están también las personas “a las que se distinga por su identidad o su expresión de género”. Originalmente, en ese artículo del Código Penal estaban únicamente las personas a las que se distinguiera por su color, su raza, su religión, su edad, su sexo, su orientación sexual, su origen nacional o étnico o por una discapacidad mental o física.
En Canadá, los delitos por propaganda de odio tienen una pena máxima de dos años y de cinco para quienes promuevan o defiendan el genocidio.
En el Código Penal de Canadá hay una sección que habla de los “principios que debe tomar en cuenta un tribunal que imponga justicia”. En esta sección se indica que la pena debe aumentarse o reducirse tomando en cuenta agravantes o atenuantes. Después de las enmiendas del proyecto de ley C-16, se añadió a los agravantes la evidencia de que el delito haya sido motivado por prejuicios o por odio basado en la identidad o la expresión de género.
Brenda Cossman, docente de Derecho en la Universidad de Toronto, Canadá, asegura en un artículo publicado por esta universidad que ninguna de las enmiendas realizadas a la ley o al código implican la penalización del uso indebido de pronombres de género.
“Esta enmienda de ley no crea una nueva ofensa. Más bien significa que si se comente un delito existente en el Código Penal como asesinato, agresión o agresión sexual, podría recibir una sentencia más severa si estuviera motivada por el discurso de odio. No hay disposición para tipificar el uso indebido de pronombres como un delito”, dice.
Según explicó a Fáctica Léa Lemay Langlois, abogada especializada en derecho internacional por la Universidad de Quebec en Montreal, Canadá, la Ley de Derechos Humanos no es una ley penal. El hecho de no usar pronombres neutros podría ser considerado una práctica discriminatoria en ciertas circunstancias, pero no sería un delito. “No se puede decir que hay prisión para quienes no utilicen pronombres neutros”, enfatiza.
El debate no es nuevo
Crossman relata en su artículo que, en 2016, mientras se debatían las enmiendas, el profesor de Psicología Clínica de la Universidad de Toronto, Jordan Peterson escribió una columna de opinión en el medio estadounidense The Hill en la que aseguraba que las enmiendas eran una “amenaza para la libertad de expresión” porque obligaban a usar pronombres neutros.
Peterson escribió que el hecho de negarse a utilizar el pronombre preferido por una persona sería visto como discurso de odio y añadió que la iniciativa C-16 exigía el uso de palabras y frases “aprobadas políticamente”.
En mayo de 2017, el Colegio de Abogados de Canadá elaboró un documento en el que explicó que el debate relacionado a la obligación del uso de pronombres neutros se originó por un malentendido.
“Recientemente, el debate se ha centrado en si las enmiendas obligarán a las personas a adoptar conceptos, incluso usar pronombres que encuentran objetables. Este es un malentendido sobre los derechos humanos y la legislación acerca de delitos de odio”, se explica en el documento. El Colegio de Abogados remarcó entonces que la iniciativa C-16 no impediría la libertad de expresión.[Lee esta crónica sobre violencia sexual y disciminación: “Las ‘saladas’ del penal”]