#Fotogalería
El vacío como símbolo patrio
Por:

Las banderas son iconografías de identidad, signos que revelan y aglutinan el sentir común, de ahí que las banderas blancas y el hambre sean también elementos de reflexión e identidad. Este texto-fotogalería para sumar a la reflexión del vacío y el hambre.


Banderas blancas
Foto: Julio Serrano Echeverría

El amor llega como el hambre, me dijo mi papá alguna vez, y este símil ha sido una de las formas más claras en que se me ha explicado tan complejo secreto. No es en lo absoluto una romantización –terrible, horrenda palabra de moda- del hambre, al contrario, es colocar al amor en las tripas, en la angustia, en su inevitable devenir y la condición que, como el hambre, nos obliga a resolver, a ver qué-pu-tas-ha-cer con tremenda condición. Funciona sí para entender de cierta forma algo que, a lo mejor, nunca entenderemos del todo. Pasar hambre no es vivir con ella. Momentos duros todos hemos pasado, no es exageración aquel chiste de la vida de estudihambre, pero su verdadera angustia no necesariamente la conocemos, de ahí que la peor de las angustias amorosas sea una comparación que, eventualmente, podría darnos algunas luces.

De un día para otro la ciudad de Guatemala se llenó de banderas blancas. El sistema, sin querer, otorgó un espacio simbólico al hambre, le “autorizó” un símbolo para hacerse visible, en un claro gesto populista el gobierno convocó a la luz algo que, sistemáticamente, se ha empeñado en ocultar. Todos los gobiernos hablan de la pobreza y de la desnutrición en índices durante 3 años y 9 meses, y luego durante 3 meses le ponen rostro alrededor de sus candidatos, se rodean de personas que viven en situación de pobreza a quienes saludan de antebrazo, y luego ven fijamente a las cámaras y balbucean alguna de las versiones del mismo discurso electoral. Trabajo, salud, seguridad, vaya pues, agua, ni siquiera potable, agua corrida para uso esencial, nada, los pobres de este país son cazadores recolectores, día a día pensar qué va a pasar, y luego la noche y la lluvia, todos los días.

Hambre
Foto: Julio Serrano Echeverría

Q218 de luz, 95kw para una familia obrera que durante esta crisis logra juntar Q800 al mes. El 25% del presupuesto total de una familia en una factura de luz. Pensemos en el 25% de nuestros ingresos para un único servicio. Es compleja la ecuación pero la comparación es útil.

Las banderas blancas son un código de guerra elemental, cuando menos en el imaginario popular, uno ve a los caballeros de Hollywood con sus escudos, pectos y caballos, llegando a parlamentar con el rey enemigo sobre algún pacto pre combate. Es señal de ayuda sí, un S.O.S universal, a lo mejor, o el nuevo signo normalizador de un infierno. Los índices nunca han sido suficientes, jamás ha bastado que la mitad de la niñez de este país crezca con desnutrición crónica, ni que cada gobierno prometa bajar puntos porcentuales de algo que solo manipula para que parezca que ya no está, nos gobierna Micky Vainilla desde hace largos años, para fines prácticos desde hace siglos.

Banderas blancas
Foto: Julio Serrano Echeverría

Las banderas son símbolos de identidad, todas las culturas tienen emblemas que portan para identificarse y pues, la tela azul y blanco que la niñez relaciona con aburridos actos cívicos, y la adultez con la visión más barata del nacionalismo, se yergue inmaculada en el centro de la plaza. No hay que ser un genio para reconocer que es perfectamente comprensible que muchas personas no se identifiquen con una bandera que los gobiernos se han encargado de usar como distractor ante sus fechorías, otros como argumento para su discriminación y racismo, y otros como elemento mercadológico para venderte una fritura. Daría lo mismo que el envase de tetrapack se volviera símbolo, de ahí que tantas banderas blancas sean bolsas plásticas. Contenedores vacíos, la red sin fruto, la compra sin dinero y sin compra, se sostienen por las orejas y se inflan de aire, se agitan en los puentes, se yerguen en las plazas, en lo semáforos, habría que declarar al vacío también como símbolo patrio.

Banderas Blancas Guatemala
Foto: Julio Serrano Echeverría

Cazadoras recolectoras, así será la descripción más honesta de las personas de este país. El famoso “día a día” con el que resulta “más fácil” identificarse. Somos una sociedad que o vive en el hambre o está a una generación de ella. Por lo tanto, se puede inferir que de alguna manera se han encontrado mecanismos de resistencia, de solidaridad, de conexión con el entorno –la montaña, la comunidad, los vecinos- que han sostenido la vida con dignidad, con una entereza que jamás van a conocer quienes han dedicado su vida a defender su privilegio espurio. Una de las obras musicales más importantes de la historia del país, la Sinfonía desde el Tercer Mundo de Joaquín Orellana es, en sus propias palabras, la investigación de cómo suena el hambre. Es bella y dolorosa. Y sí, muy probablemente quienes leemos esto la vemos desde las ventanas, por ahora. De ahí que la bolsa blanca llena de aire sí debería de ser un símbolo provocador que nos cuestione a los ojos, que redistribuya la angustia, que no nos deje en paz la pregunta, cómo vamos a defendernos del sistema que nosotros mismos creamos, cómo vamos a construir otra máquina que no se alimente de los huesos nuestros. Al hambre también le acompaña la rabia, ojalá nos muerda con fuerza.

El vacío como símbolo patrio
Foto: Julio Serrano Echeverría

TE PUEDE INTERESAR

Subir
La realidad
de maneras diversas,
directo a tu buzón.

 

La realidad
de maneras diversas,
directo a tu buzón.