Alcalde de Santiago Atitlán pierde el pulso, por ahora, contra su comunidad

Banderas, nailon y globos azul y blanco siguen colgados en la municipalidad de Santiago Atitlán, Sololá. No se usaron para conmemorar la independencia del 15 de septiembre. Son testigos silenciosos de un hecho histórico. Ese día, más de 7 mil personas pidieron la renuncia del alcalde Francisco Coché Pablo por corrupción. Un mes después, el alcalde apareció. Ahora, más de 10 mil personas lo rechazan.

El 15 de septiembre, una asamblea comunitaria solicitó a las autoridades indígenas maya Tz’utujil de Santiago Atitlán, en el departamento de Sololá, que se pidiera la renuncia del alcalde municipal …

Fotografía: Lourdes Álvarez

El 15 de septiembre, una asamblea comunitaria solicitó a las autoridades indígenas maya Tz’utujil de Santiago Atitlán, en el departamento de Sololá, que se pidiera la renuncia del alcalde municipal Francisco Coché Pablo. 

Lo hicieron con acompañamiento del «Cabecera del Pueblo», un sistema de representación y delegación del poder comunitario. En la época Colonial, en el caso de Santiago Atitlán, se expresó a través de las cofradías. 

Los cambios del último siglo en la representación de las comunidades han permitido que el poder y toma de decisión no se exprese sólo a través de las cofradías. También a través de liderazgos religiosos, locales, pescadores, comerciantes, entre otros.

Según el historiador y antropólogo, Diego Vásquez Monterroso, esa transformación es un proceso similar al que sucedió hace tres décadas en la cabecera de Sololá (Kaqchikel) y en San Miguel Totonicapán (K’iche’) «donde el sistema tradicional se “abrió” para permitir la participación de los liderazgos emergentes».

El problema de las dos cabeceras

En 2024, cuando falleció Nicolás Sapalú, entonces cabecera del pueblo, Santiago Atitlán inició un proceso para determinar quién sería su sucesor. Este asumiría la figura principal del sistema de cabecera, un cargo vitalicio.

A lo largo de los años, bajo esa figura está el resguardo de la «Caja Real» donde se guardan los documentos antiguos del pueblo. Estos documentos incluyen el período Colonial y Republicano y son importantes por la certeza del territorio.

Según la investigadora comunitaria Mayalitza Sosof, la comunidad acusó a Francisco Coché Pablo, quien era alcalde municipal —electo en 2023 por el partido Cabal— de aliarse con algunas cofradías para imponer a Juan Tziná como cabecera del pueblo. Tziná aceptó el cargo, incluso fuera de la fecha tradicional en que se realiza, el 1 de noviembre de 2024.

En paralelo, familiares del fallecido Nicolás Sapalú y otros liderazgos comunitarios y religiosos, convocaron a la comunidad a una elección para determinar quién sería el cabecera. En ese proceso salió ganador Juan Mendoza, quien también aceptó el cargo en la fecha tradicional.

Sosof explica que por eso se dice de manera popular que en un momento existieron «dos cabeceras» en el pueblo. 

Finalmente la comunidad sólo reconoció a Juan Mendoza y asumió el cargo. Prometió un papel más activo de acompañamiento y respuesta a la comunidad.  

«Anteriormente, el papel de cabecera se venía manejando como algo únicamente espiritual, cuando su papel es también es moral y de beneficio a la comunidad», señala Sosof.

El 21 de abril de este año, en Santiago Atitlán se realizó la primera asamblea comunitaria para abordar el tema y otros señalamientos contra Coché.

Los señalamientos de corrupción contra Coché Pablo

En la asamblea, además, miembros de la comunidad expusieron varios señalamientos contra Coché: sobrevaloración de líneas de mototaxis,  instalación de jaulas con peces tilapia en el lago, obras inconclusas….

Los señalamientos sobre «malos manejos de fondos» contra el alcalde municipal encuentran eco unos 20 años atrás, cuando Coché formaba parte de los liderazgos locales de Panabaj y atendieron la emergencia por el deslave en octubre de 2005, durante la tormenta Stan.

Según Mayalitza Sosof, vecinas y vecinos de Panabaj comentaban que se quedaba con los víveres que se donaban y los vendía. También que no era transparente en la rendición de cuentas sobre el dinero que se recibió para ayuda.

Aunque no existen denuncias por ese caso, personas reunidas este lunes en la plaza central del pueblo comentaban que «el poder corrompió a Coché» y le señalaban de «darles la espalda» con promesas falsas.

Sobre el problema con las líneas para mototaxis, dicen que Coché prometió investigar y denunciar al alcalde anterior por unas 35 líneas con anomalías. Pero no lo hizo y entregó otras, más de 200.

Según Diego Petzey, escribano de la cabecera del pueblo, bajo el sistema de resolución de conflictos que implementan las autoridades indígenas, se solicitó a Coché aclarar las denuncias de haber cobrado hasta Q90 mil quetzales por cada línea y solo haber reportado Q2 mil.

«Nunca aclaró nada. Desapareció y se dedicó a publicar videos en redes sociales donde amenazaba y criminalizaba a la asamblea comunitaria que le pidió la renuncia desde el 15 de septiembre», indica Petzey.

Desde el 16 de septiembre, Coché ha publicado diversos videos donde se niega a renunciar y señala a un grupo de intentar sacarlo de la municipalidad.

El 15 de septiembre, la comunidad tomó la alcaldía en señal de protesta contra Franciso Coché.

El viernes pasado, luego de tomar una decisión colectiva, una delegación de las autoridades indígenas, concejales municipales, el abogado que les representa, vecinas y vecinos, llegaron a la sede del Tribunal Supremo Electoral (TSE) en la ciudad de Guatemala.

Ahí presentaron un recurso ante el TSE, en el que solicitaron que se iniciara un proceso ante la ausencia del alcalde, porque desde el 15 de septiembre no desconocían su paradero y tampoco llegó a la municipalidad. 

De no participar en las sesiones del concejo, ese órgano puede solicitar que se declare el puesto como vacante, según el Código Municipal.

También se acordó reabrir el edificio municipal el 13 de octubre.

Semana decisiva: abren la muni y aparece el alcalde

El lunes 13 de octubre, las autoridades indígenas, concejales y pueblo de Santiago Atitlán abrieron nuevamente la sede municipal e indicaron que todos los días, al final de la tarde, la volverían a cerrar. Esto, para evitar que en algún momento alguien ajeno a la institución intentara ingresar.

Permitieron el ingreso de empleados municipales y poco a poco se retomaron las actividades operativas. También comenzaron a funcionar la biblioteca, el juzgado, la sede de la Policía de Tránsito, etc, ubicados también en las instalaciones municipales.

Ese día, en una sesión del concejo municipal, Andrés Ajuchán Coo, concejal I, asumió como «alcalde interino».

Luego de una reunión entre la cabecera de pueblo y los Consejos Comunitarios de Desarrollo Urbano y Rural (Cocodes), se acordó que también se organizarían en turnos para hacer vela frente a la municipalidad, que ya venían realizando como rondas comunitarias organizadas.

Según las autoridades indígenas, estas acciones buscan reestablecer la armonía en la comunidad, garantizar que no ingresen personas ajenas a la municipalidad y también brindar seguridad. Se han reportado incrementos considerables de asaltos que no son atendidos por las fuerzas de seguridad ni la alcaldía.

Algo muy significativo, que para Sosof es importante, por el nivel de respuesta organizada de la comunidad, de manera pacífica y unida. 

«Esta acción recuerda dos momentos importantes y similares, cuando en 1990 la comunidad sacó al Ejército por las masacres durante el Conflicto Armado Interno y por las protestas del 2023», señala Sosof en referencia al Paro Nacional en defensa de la democracia.

Las autoridades indígenas también pidieron a la población estar presente y acompañar todos los días a las seis de la mañana, para ser testigos cada vez que se abrieran las puertas de la municipalidad.

«Nosotros cumplimos como autoridades indígenas y ancestrales, con el mandato que el pueblo nos ha delegado», indica Miguel Pablo Sicay, segundo fiscal de la cabecera del pueblo.

Establecieron que la vela del lunes 13 al martes 14 de octubre estaría a cargo de la comunidad Tzanchaj; de martes a miércoles 15, Panul; de miércoles a jueves 16, Xechivoy; del jueves al viernes 17, Panaj; del viernes al sábado 18, Tzanjuyu; del sábado al domingo 19 Pachichaj; y del domingo al lunes 20 de octubre Chuul y Chukmuk.

Durante toda la jornada del lunes, la música de marimba y orquesta amenizaba. A través de bocinas, constantemente se recordaba a la población mantener la calma y evitar confrontaciones.

Para Micaela Pop González y Juanita Chiviliu, dos mujeres con liderazgos reconocidos en Santiago, también es relevante destacar que a lo largo de la crisis política la población nunca ha recurrido a la violencia y las mujeres han estado al frente.

Agregan que, el miércoles 8 de octubre, cuando se esparció el rumor del ingreso de un contingente antimotín al pueblo, las mujeres se colocaron en primera fila portando flores. «Porque estas son nuestras únicas espadas, dijeron», según Chiviliu.

Grupos de diversas expresiones de fe también han manifestado unidad y apoyo con oraciones, comida y agua.

El martes 14, las actividades transcurrieron con normalidad, pero las autoridades indígenas acudieron a una audiencia por una denuncia que interpusieron en su contra los dueños de las jaulas de tilapia la comunidad retiró del lago.

Aunque este problema ya era conocido desde varias administraciones anteriores,  nunca se habían logrado acciones para retirar las jaulas, según cuenta Sosof.

Con una caminata, entre algarabía y aplausos, la población celebró que el Juzgado de Primera Instancia Penal del municipio declarara sin lugar la denuncia y la desestimara.

Al final de esa tarde, Coché publicó un nuevo video que transmitido en un una radio nacional, donde mostró su credencial como alcalde y aseguró que no renunciaría.

Coché llega a la municipalidad

En la vela de esa noche, entre la población se esparcía el rumor de la llegada de Coché el miércoles, para intentar ingresar a la sesión del concejo municipal y así evitar que se ratificara su ausencia del cargo y se diera el corrimiento que establece la ley.

El miércoles, cerca de las 8 de la mañana, Coché llegó a la sede municipal. A su par, el abogado Marlon García, un grupo de personas que no se identificó y agentes uniformados de la Policía Nacional Civil. 

La comunidad y sus autoridades indígenas ya estaban frente a la municipalidad y comenzó una reunión pública, con un careo entre Coché y las autoridades indígenas.

Juan Mendoza, cabecera del pueblo y Diego Petzey, el escribano, reiteraron los señalamientos por corrupción y dijeron que tienen las denuncias documentadas con pruebas de transferencias bancarias. 

También señalaron que hubo varios intentos por resolver la situación, pero la negativa del alcalde a resolver los problemas solo incrementó el descontento popular.

El abogado de Coché dijo que él sigue siendo «jurídicamente» el alcalde municipal. Pidió que se utilizara el «sistema legal formal» del Ministerio Público para presentar las denuncias en su contra, porque al momento no existen.

También preguntó si Coché podía ingresar a la sesión del concejo municipal, a lo que la población respondió con un sonoro «¡No!».

En su lugar, las autoridades indígenas le mostraron los documentos que «con nombre, apellido y huella dactilar de 10 mil firmas recopiladas a la fecha, piden su renuncia», aseguró Petzey. 

También le pidieron que entregara su vara y el sello que le fueron otorgados al asumir el cargo, a lo que Coché se negó.

Al tomar la palabra, Coché habló en Tz’utujil e indicó que ante la negativa de la comunidad para poder ingresar a la municipalidad se retiraría. 

En su recorrido de salida por las calles del pueblo, mientras era escoltado por la PNC, Coché dijo a Agencia Ocote que «no ha recibido ninguna notificación por parte del TSE sobre la destitución. Esto debe quedar claro porque fui electo por el pueblo y por ley».

Señaló que están documentando el proceso y por eso la presencia de su abogado. También dijo que la autoridad ancestral y una parte del concejo municipal hablan de corrupción y otros temas, pero no lo han aclarado ante los tribunales.

Añadió que existe presión y coacción para removerlo del cargo, pero recurrirá a su derecho a defensa.

Mientras se alejaba del centro del pueblo, en uno de los callejones, un grupo de unas 10 personas esperaban a Coché para abrazarlo y expresarle su respaldo. Él se detuvo un momento y les agradeció.

Frente a la sede de la municipalidad, la música y los gestos de celebración continuaron. Hubo otra reunión entre autoridades indígenas, abogados y el concejo municipal. 

«Es un corrupto, nosotros ya tenemos nuevo alcalde y Coché Pablo ya no puede regresar», comentó una de las mujeres Tz’utujil.

Al caer la noche, la lluvia comenzó a empapar los globos, las banderas y el nailon. Algunas personas permanecían frente a la municipalidad, tomaban café y conversaban con las autoridades indígenas. Todos se preparaban para una nueva ronda y vela.


Texto: Lourdes Álvarez Nájera

Edición: Carmen Quintela

Lourdes Álvarez Nájera

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