Oscar Navarrete, fotoperiodista icónico de Nicaragua que documentó desde la guerra en la década de los ochentas, las asonadas de los noventas, la rebelión de abril del 2018 y la …
Oscar Navarrete, fotoperiodista icónico de Nicaragua que documentó desde la guerra en la década de los ochentas, las asonadas de los noventas, la rebelión de abril del 2018 y la pandemia de COVID-19 sueña con ser un «fotógrafo de paz». Así se presentó en el cierre del Festival Expansiva 2025, de Agencia Ocote.
En esta ocasión, habla desde Guatemala sobre su último proyecto Memorias en Resistencia, una exposición que surge de la necesidad de contar la represión de Daniel Ortega y Rosario Murillo desde lo humano y que reúne el trabajo de cuatro fotoperiodistas nicaragüenses.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados compartió en septiembre de este año que, para finales de 2024, había 356,201 nicaragüenses solicitando asilo en el extranjero.
«El Gobierno de Nicaragua está extendiendo su represión contra las personas percibidas como opositoras más allá de sus propias fronteras. Persiguiendo a ciudadanos nicaragüenses en el extranjero en el marco de una campaña cada vez más intensa para silenciar a los críticos en el exilio», afirmaba el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua de las Naciones Unidas el pasado 23 de septiembre.
Es bajo este contexto que se cuenta la historia a través de imágenes. La exposición se encuentra ahora en Casa Ocote, sobre la 12 calle 6-16 zona 1. Cuenta con códigos QR para escuchar las historias detrás de las fotografías.

Durante la curaduría, se toparon con que «la violencia no es el lenguaje apropiado» para contar la historia de la represión en el régimen de Ortega y Murillo desde las protestas de abril de 2018.
Así, el proyecto muestra imágenes desde la vida cotidiana de las personas, con ventas de verduras, ciclistas y helados, pero desde las trincheras de la rebelión de abril de 2018.
La memoria contada en imágenes
Para Navarrete, el fotoperiodismo implica la defensa de los derechos humanos al documentar lo que está sucediendo. También es memoria. Recuerda que ahora hay un esfuerzo consciente para conservar la historia, a diferencia de lo que pasaba en la década de los ochentas.
«Creo que no estamos trabajando en vano como un fotorreportaje. Hay un esfuerzo colectivo y colaborativo de mantener viva la historia, la imagen y no dejar que esto se apague», explica.

Menciona que en el caso de Anastasio Somoza, se trabajó para hacer política a favor del proyecto revolucionario, pero no para la memoria e historia.
Navarrete también aclara que, aunque los fotoperiodistas muchas veces se encuentran en situaciones peligrosas y arriesgan su vida para sacar las historias, en su caso no vio otra opción que salir al exilio. El Estado lo obligó.
«No es culpa de mi trabajo, ni es culpa mía ni de nadie. Eso me hace comprometerme más con mi trabajo y seguir con este tipo de proyectos llevándolos hasta donde se pueda», expresa.
La persecución contra Navarrete comenzó tras haberle dado cobertura a la expulsión de las Misioneras de la Caridad de la Orden de la Madre Teresa de Calcuta ordenada por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en julio de 2022.
El diario La Prensa publicó un comunicado en el que informaba de que su personal había sido obligado a huir del país por la persecución de Ortega.

Exilio, miedo y resistencia
Pareciera que la historia vuelve a repetirse, según cuenta Navarrete. «Nací en una dictadura y no me quiero morir en otra», expresa sobre las similitudes que ve entre los países centroamericanos.
«Estamos repitiendo lo mismo que pasó en los años ochenta, pero de diferente forma. La guerra fría, Centroamérica en conflicto. Ahora el proceso es con gobierno totalitarios y el principal enemigo es la prensa independiente incómoda. No quieren ser auditados ni cuestionados», expresa.
El exilio que vive Nicaragua fue acompañado por el exilio en El Salvador. Navarrete cuenta que «cuando llegamos en el 2019 a El Salvador, nosotros les dijimos a los colegas lo que se les venía y no lo creían. El problema es que El Salvador es joven, puede aguantar 40 años, porque los que llegan con disfraz de democrático van mutando, sacando el colmillo, chupando la sangre del pueblo y asesinándolo».
Reconoce que la labor de los periodistas aún no termina, «Nicaragua sufrió y sigue sufriendo». Aun así, el miedo no es un paralizante, sino un acelerador.
«En mis 41 años que tengo de hacer fotoperiodismo, sería mentira decirte que no siento miedo… El miedo se transforma en adrenalina y yo he capitalizado mis temores en fortalecer y decir “voy a continuar”, a pesar de cosas que están sucediendo».
Texto: Mariana Farfán
Edición: Carmen Quintela
Fotografías: Christian Gutiérrez
¿Quieres conocer el trabajo de Óscar Navarrete? La exposición se encuentra en Casa Ocote, sobre la 12 calle 6-16 zona 1 de Ciudad de Guatemala. Cuenta con códigos QR para escuchar las historias detrás de las fotografías.
Como parte del especial Ir y Venir, Lourdes Álvarez Najera realizó un perfil de Tamara Zamora, una nicaragüense que se exilió a Guatemala y que apoya a migrantes como voluntaria en casas de acogida. Te invitamos a que leas su historia en este enlace.
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