ExPAC culpables de crímenes de lesa humanidad contra mujeres Achi

La justicia llegó para un grupo de seis mujeres maya Achi que lograron una sentencia contra los expatrulleros de Autodefensa Civil (exPAC): Pedro Sánchez Cortez, Simeón Enríquez Gómez y Félix Tum Ramírez, culpables de delitos contra los deberes de humanidad en su manifestación de violencia sexual durante el Conflicto Armado Interno en los ochenta. Esa resolución ya no pudo ser escuchada por otras siete víctimas que murieron en el proceso, iniciado en 2011, pero abre la esperanza de un camino de reparación digna y no repetición de lo ocurrido.

Son las 8 de la mañana. Es un día gris y la lluvia amenaza con caer temprano. El bullicio capitalino de personas, comercios y vehículos se incrementa, mientras un grupo …

Mujeres Achi se encuentran en la sala de audiencias en el momento que se leen las últimas declaraciones del juicio.

En resumen

  • Pedro Sánchez Cortez, Simeón Enríquez Gómez y Félix Tum Ramírez, fueron condenados a 40 años de prisión por violencia sexual contra seis mujeres maya Achi.
  • Este juicio (el segundo que las mujeres Achi impulsan) inició en enero de este año e incluyó 14 audiencias, 168 medios de prueba, 12 testigos, 10 peritos, entre otros.
  • Siete de las 36 mujeres maya Achi que iniciaron este proceso en 2011 ya no pudieron ver la sentencia porque fallecieron sin alcanzar justicia.

Son las 8 de la mañana. Es un día gris y la lluvia amenaza con caer temprano. El bullicio capitalino de personas, comercios y vehículos se incrementa, mientras un grupo de mujeres maya Achi se preparan para una jornada histórica.

Son adultas mayores, algunas usan bastón para poder caminar y otras lo hacen tomadas del brazo de sus familiares. 

Viajaron desde sus comunidades en Rabinal, Baja Verapaz. Están reunidas en la plaza de los Derechos Humanos, frente a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en la ciudad capital. 

Algunas complementan su indumentaria Achi con rebozos o tocados de vibrantes colores sobre su cabeza. También portan una rosa roja entre las manos.

Juntas encienden fuego, colocan velas, flores e incienso. Hacen una invocación ante la energía del nahual Aq’ab’al, para que «la luz llegue». También para que el nuevo amanecer marque el inicio de «una era de justicia».

En una conferencia de prensa que brindan antes de la audiencia, sus palabras resuenan. Piden que los exPac Pedro Sánchez Cortez, Simeón Enríquez Gómez y Félix Tum Ramírez sean condenados por el tribunal. 

Saben que ellos son culpables. En reiteradas ocasiones han dicho públicamente: «No hemos mentido, hemos dicho la verdad», sobre la violencia sufrida en su juventud.

Los expatrulleros son acusados de violencia sexual y física. También de someterlas a trabajos domésticos mientras masacraban a los hombres de sus comunidades, bajo el aval del Ejército, durante el Conflicto Armado Interno (CAI).

Este juicio, que inició en enero de 2025, es el segundo que las mujeres Achi impulsaron luego de ganar un primer caso en 2022 contra otros cinco exparamilitares.

Desde el inicio, las abogadas y las sobrevivientes han lamentado que siete mujeres que sufrieron esas violencias hayan fallecido en el proceso sin alcanzar a ver la justicia.

Según un informe de la oenegé Impunity Watch, ambos casos surgen de las denuncias que 36 víctimas presentaron entre 2011 y 2015 contra exmilitares, comisionados militares y patrulleros de autodefensa civil.

Los medios de prueba

Durante el segundo proceso se realizaron 14 audiencias y el Ministerio Público (MP) y las abogadas de las víctimas presentaron 168 medios de prueba contra los acusados.

«12 testigos, 10 peritos, 139 documentos y 7 discos compactos con vídeos y documentos», fueron presentados, según la organización.

Entre los peritajes «se aportaron elementos científicos para comprender el contexto histórico del conflicto, los impactos físicos, emocionales, sociales y culturales para las víctimas».

Al encaminarse a la sala de audiencias, donde el Tribunal de Mayor Riesgo B daría a conocer su veredicto, Paulina Ixpatá, una de las sobrevivientes, enfatiza: «No fuimos solo nosotras, hay otras mujeres».

En la sala de audiencias del nivel 15 de la Torre de Tribunales, antes de argumentar la sentencia, el tribunal concedió la palabra al acusado Pedro Sánchez, quien reiteró su inocencia y que dejaba todo «en manos de Dios y de la jueza».

Posteriormente, la presidenta del tribunal anunció la sentencia para las 14 horas, para que las tres juezas pudieran deliberar su resolución.

«El tribunal no duda de las víctimas»

Pasadas las 14:00 horas la sala estaba repleta. Frente a víctimas, sobrevivientes, abogados, familiares, medios de comunicación y organizaciones, las juezas iniciaron sus argumentos.

El Tribunal de Mayor Riesgo B, integrado por la jueza María Eugenia Castellanos Cruz como presidenta, y las vocales Marling Mayela González Arrivillaga y Missulla Eunice Solís Rodas reconoció la importancia de algunos peritajes presentados.

Se indicó que para la sentencia se tomaron en cuenta los peritajes elaborados por Irma Alicia Velásquez Nimatuj, Aura Cumes y Arsenio García.

Estos abordan y explican el origen de la violencia sexual contra las mujeres maya Achi por las PAC en los años ochenta y su impacto en individual y colectivo.

Pedro Sánchez Cortez, Simeón Enríquez Gómez y Félix Tum Ramírez fueron condenados por delitos de lesa humanidad. Fotos: María del Carmen Hernández

Además, se reiteró que «el tribunal no duda de las víctimas» así como de la veracidad de sus testimonios, por lo que «se valoran sus relatos».

La jueza presidenta aseguró que se está juzgando a los expatrulleros por delitos contra deberes de la humanidad, aunque a veces se cuestione a los tribunales por juzgar delitos del pasado.

Añadió que «Guatemala ha adoptado instrumentos que otros países no, en materia de protección de derechos humanos y ya se entendió que teníamos que ponernos a la vanguardia».

«Las víctimas han sido muy valientes en venir a declarar», indicó.

Indicó que como se demostró en otros casos como el juicio Molina Theissen y Genocidio Ixil, las políticas contrainsurgentes que se usaron contra la población civil para someterla, incluyeron violencia sexual como arma de guerra.

Ante ese contexto, de manera unánime, el tribunal encontró que los tres exparamilitares señalados por las mujeres Achi son culpables.

La condena

Su sentencia fue de 40 años de prisión inconmutables a cada uno por delitos contra los deberes de humanidad en su forma de violencia sexual.

Se ordenó que los implicados sigan sujetos a la medida sustitutiva con que cuentan, mientras la resolución queda en firme, ya que su defensa apelará el fallo.

El tribunal también fijó el 4 de junio para la nueva audiencia en la cual se resolverá sobre la reparación digna a las víctimas.

Luego de conocer la sentencia, varias mujeres se abrazaron, lloraron y la sala se llenó de aplausos.

Finalmente, las mujeres Achi se encaminaron de nuevo a la plaza de los Derechos Humanos frente a la CSJ, donde recogieron las velas y las flores de la invocación espiritual matutina.

La lluvia finalmente no cayó. Cerca de las cuatro de la tarde, el sol se asomó entre unas nubes blancas.

Tal como las mujeres Achi pidieron a Aq’ab’al,  «la luz llegó». Se sienten orgullosas porque juntas han trazado una nueva ruta en la justicia por crímenes de lesa humanidad.


Si quieres conocer detalles de las audiencias y transmisiones en vivo puedes seguir las redes sociales de Memoria, Verdad y Justicia.

Lourdes Álvarez Nájera

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