Amar en Centroamérica | Terminar y volver a empezar

El amor y las relaciones no son un camino que va en línea recta. Karin y Alejandro han estado juntos por seis años. Como pareja han pasado por diferentes etapas y en algún momento estuvieron a punto de divorciarse y terminar la relación. La distancia y las pláticas incómodas los han llevado a reinventar su amor desde la honestidad y el constante compromiso. A volver a empezar.

«Terminar y volver a empezar» es un episodio de podcast, de la serie Amar en Centroamérica. Para escucharlo, haz click en este reproductor: Aquí puedes leer la transcripción del episodio: Karin: …

«Terminar y volver a empezar» es un episodio de podcast, de la serie Amar en Centroamérica. Para escucharlo, haz click en este reproductor:
Aquí puedes leer la transcripción del episodio:

Karin: Y creo que el evento más fuerte fue el año pasado con el divorcio. Pagamos el abogado, ya solo faltaba firmar.

Alejandro: Ella estaba en la casa todo el tiempo estresada, claramente deprimida, ansiosa y entonces requería más de mi atención y yo nunca tenía tiempo para vivir, para descansar, para tener mi espacio y fue un momento en que ya no pude.

Karin: Desde mis ojos yo sentía que yo no estaba haciendo nada mal y fue una época dura porque yo me quedé sin trabajo como por ocho meses, casi un año. Y no encontraba y no encontraba y no encontraba y no encontraba. Yo estaba sumamente desesperada, creo que entré en un cuadro depresivo bien duro y aquel me decía: «Mira, yo te apoyo, anda a terapia». Yo no quería y no me movía.

Alejandro: Sentía que no me escuchaba cuando le decía algunas cosas. Mi única salida fue eso. Fue durísimo. O sea, yo llegar a eso, el día de la separación, fue durísimo separarnos y llevarse cada quien un perro… Eso fue durísimo también.

Narración: Las relaciones de todo tipo, incluso de pareja, no suele ser lineales y mucho menos predecibles. Hay momentos que pueden romper con todo… pero también volverlo a construir. 

A Alejandro y a Karin les pasó. 


El amor se manifiesta de mil maneras. Es ese lazo que une a una pareja, que fortalece a una familia o que construye amistades profundas. Es el cariño por una mascota o por un país. Puede ser fugaz o tan sólido que recorre décadas. Y en medio de las dificultades y desigualdades, el amor también nos puede salvar. En este especial sonoro de Ocote te contaremos cómo es Amar en Centroamérica.


Karin: Yo me llamo Karin, tengo 28 años y la verdad es que soy literata y un poquito de comunicación, pero mi vida ha sido el mundo de las letras desde hace muchísimos años y curiosamente la literatura, aunque uno no lo crea, me abrió puertas a trabajar en publicidad. De hecho, a eso me dedico ahorita, pero también me dedico a hacer un montón de cosas como el dar talleres de escritura para escritores,  y también pues dar apoyo a universidades para que los chicos pues intentan a redactar un poco mejor en este mundo tan tan lleno de tecnología. 

Narración: Así es como Alejandro ve a Karin. 

Alejandro: Es eso, mi compañera que se engloba la amistad, aparte del amor, de que somos un equipo, una pareja que va ahí echando punta en las buenas, en las malas, en las caídas, en las subidas, en las separaciones, en las reunidas. Y lo que me gusta de ella son un montón de cosas, pero bueno, una es que me ha demostrado quererme como soy. 

Me acepta como soy, me quiere mucho y me alienta a que sea yo mismo y que sea feliz y eso me gusta mucho. Que también me hace ganas con un montón de cosas.

Alejandro: Soy Alejandro, tengo 33 años. Soy biólogo pero que nunca me me apasioné por algo en específico. No conozco, aunque me gusta de todo, pero Casualmente me volví bueno con la estadística, el programa y los datos, entonces por ahí la entrada. 

Narración: Y así es como Karin ve a Alejandro. 

Karin: Para mí Ale es un amigo, es un compañero y es un apoyo. Es curioso porque el el término pareja, esposo, novio, etcétera, realmente a veces engloba más cosas que solo el amor mismo o el amor solo del romántico como lo pintan arriba. También requiere de muchas cosas y entre esas pues está el poder tener conversaciones incómodas, tener esa comunicación que tienen los amigos, que no solo es de: «Ay, sí, te amo».  Sino también es: «Ay, sí, te molesto un poco porque necesito joder a alguien» o «te molesto porque necesito ayuda o cositas así como detalles». Y mucho de lo que me gusta de Ale es que tiene un corazón sumamente noble. 

Con él no te aburrís, y hay muchas cosas que son demasiado espontáneas que te matás de la risa. Entonces, yo me río y aprendo y son de las cosas que creo que mantienen estimulada mi cabeza.

Narración: Karin y Alejandro viven en una casa de dos niveles de Ciudad de Guatemala junto a sus dos perros, Jimbo y Ru. Dos pastores belgas cariñosos y juguetones, que ladran para llamar la atención de sus dueños. Seguro escucharás sus jadeos en este episodio. 

Karin y Alejandro se sientan juntos y hablan de su relación entre risas. Complementan los recuerdos con sincronía. Se conocen desde 2015. Primero fueron amigos y luego comenzaron a salir. Ambos se adentraron en el mundo del otro, donde la concepción del amor y las relaciones eran diferentes. 

Karin: Yo crecí en una familia súper católica, pero católica no de esas rematadas, sino católica estudiada.

Es gente que ha estado muy, muy metida y en principio te estructuran a que las relaciones tienen cierto orden, tienen que sentirse de cierta manera y para más fregar, yo estudié en un colegio solo de mujeres sumamente católico, sumamente estricto en donde el contacto masculino era nulo. Entonces, entre todas teníamos en nuestra mente una idea super distorsionada de qué diablos será el amor. 

Narración: La idea de Karin era que las parejas debían estar juntas una cantidad de tiempo prudente y luego daban el paso de casarse, después vivían juntos y por último los hijos. La clásica estructura de «familia tradicional». Alejandro lo veía muy diferente, también por influencia de su propia familia. 

Alejandro: Siempre tuve papás separados, cada quien con sus parejas y todo. Y normal. Crecí con mi mamá, iba de vez en cuando a casa de mi padre algunos fines de semana y así.  Y  también cada quien tenía su pareja, mi mamá incluso con su pareja actual, que llevan a añales juntos, tampoco se casaron.

Entonces para mí esa idea de tener que ser esposos para mostrar amor, compañerismo, para mostrar compromiso de todo… Al final lo de casarse es eso, un constructo, una gana de tirar plata por la ventana y para mí no era necesario. O sea, tampoco te puedo decir que estaba en contra de pero no hacía falta, entonces tampoco nunca me iba a mover eso. 

Karin: Sí hubo bastante fricción y mucho conflicto, pero al final de cuentas aquel me decía: «Mira, honestamente si querés que esto funcione y si queremos que esto funcione, necesitamos encontrar un equilibrio y aquí Perdón, pero yo no voy a cumplir ningún rol. Aquí no vamos a cumplir roles, ni yo te voy a proponer, ni yo voy a hacer esto, ni… o sea, si lo estás esperando, no va a pasar»

Karin: Entre mi gana de necesitar esa estructura porque de cierta forma sentía esa presión tanto familiar como también de cierta forma religiosa que poco a poco me lo fui sacando de la cabeza porque al final de cuentas dije: «Ya no vivo en ese techo, ya no vivo con esas personas, las sigo amando, sí, pero lo que me corresponde a mí es hacer mis propias cosas de cero».

Narración: Contra la opinión de la familia de Karin, ambos decidieron ir a vivir juntos en 2020, en medio de la pandemia.

Karin: De por sí durante la pandemia también fue bien complicado porque habían demasiados conflictos y  en principio era porque no teníamos espacio para estar cada quien de forma individual.

Alejandro:  Sí, es que era un apartamento chiquito que también estábamos con un cuate. Que la idea era realmente cada quien se va a su trabajo y aquí es para venir a dormir, cocinar, platicar un rato, pero cada quien tiene su trabajo.

Alejandro: Nos pasamos en marzo con aquel y el 20 de marzo empezó la pandemia y vos te pasaste en abril, mayo y sobre todo los primeros seis, siete meses que era 100% encierro en un apartamentito chiquito

Karin: Cuando nos pasamos a vivir juntos y conseguimos a nuestro primer perro. La llegada del Ru fue de las cosas que en principio nos unió, pero un montón. 

Alejandro: Sí, era una locura y este chuchito nos ayudó. Nos ayudó por otra cosa, nos empezó a dar estructura. En ese momento ninguno de los dos sabía que tenía TDAH, pero esto nos empezó a dar estructura en la vida, algo por lo cual movernos. 

Narración: Alejandro y Karin desconocían que tenían Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. El diagnóstico llegaría tiempo después, primero para Alejandro y luego para Karin. Este TDA complicaba que se organizaran con tareas de la casa y hacía la convivencia difícil por momentos. Aunque, al principio, no entendían por qué.

***

Narración: Después, llegó Jimbo, y durante casi dos años, Alejandro y Karin continuaron construyendo esa familia de cuatro. 

En Karin, comenzó a madurar una idea: quizás ya era el momento de dar un paso más y  casarse. Un día de diciembre de 2021, mientras veían una serie, volvió a preguntarle a Alejandro sobre el matrimonio. 

Karin: Fue un momento bien íntimo entre nosotros dos y yo le dije: «Mira, ¿vos qué pensás del matrimonio?» Y de nuevo tener la discusión. No recuerdo muy bien cómo fue el asunto, pero hubo lágrimas, hubo de todo, de sí, de que no y que no sé qué, hasta llegar a un consenso

Karin: Entonces ya le propuse matrimonio y le dije: «Mira, yo ya estoy lista para dar este paso, me gustaría que lo compartiéramos juntos y que entendás que también este rito de paso legalmente nos sirve porque si algún día nos si algún día nos llegamos a faltar, yo no voy a poder tener tu respaldo cuando no estés y viceversa».

Narración: Después de entender que el matrimonio también tenía beneficios legales para ellos como pareja, Alejandro aceptó. 

Karin: Y ambos dijimos: «No queremos una fiesta, no queremos esto de la vida del bodorrio porque nos parece un despilfarro de dinero que honestamente no tiene sentido para nosotros».

Narración: Así que en 2022 se casaron. 

Karin: Fue en la muni un jueves de septiembre, 29, al mediodía creo yo. Y en la noche pues vino su papá de México y era de juntarse con las familias. Mi papá no fue y un comentario que me dijo fue: «Es que la razón de que te casaste ya está,  ya te fuiste a vivir con él, yo no tengo porqué estar ahí».

Karin: Ya con los amigos eso fue súper súper alegre porque entre amigos se organizaron para hacer las actividades, para dar palabras, para felicitarnos,

***

Narración: Hay dos momentos que Alejandro y Karin destacan de su vida como pareja. El primero, cuando Jimbo y Ru llegaron a sus vidas. 

El segundo fue la decisión de divorciarse. Pasó en 2024. Apenas llevaban dos años casados. 

Alejandro fue quien puso la propuesta sobre la mesa. 

Entre las complicaciones de la convivencia, las tareas y las responsabilidades de sostener un hogar, todo se había vuelto cuesta arriba. 

Vio que separarse era la opción más lógica en ese momento. A Karin la tomó por sorpresa pero aceptó. Ese mismo día se fue a casa de sus papás.

Karin: Durante los primeros días era un fracaso. Es como: bueno, qué horror decir que ni siquiera tengo 30 años y me estoy divorciando. Y mis papás: «No, hombre, intentalo que no sé qué».  Y en algún punto sí me tuve que sentar con ellos a decirles: «Miren, muchá, yo no voy a estar en un lugar donde ya no se me quiere. No lo voy a forzar y no me voy a forzar». 

Pero mi papá fue como: «Okay, si ese es el caso, pues que no te estén mangoneando como títere de mira ahora sí, mira ahora no, sino ahorita pensar en que si es una decisión formalizada, pues ya no hay vuelta atrás». Y si fue un «¿Será que ya no hay vuelta atrás?»

Narración: La palabra «divorcio» suena gigante. Y en sociedades como la centroamericana, tiene un peso social. Es algo de lo que nadie quiere hablar. Se suele ver algo así como un fracaso.

Karin: Entonces, fue duro al principio. No me molestaba la soledad, solo me molestaba el hecho de decir: «¿Qué hice mal? ¿Por qué no lo pude rescatar?» 

Narración: Pero, de alguna manera, la misma distancia sirvió. 

***

Narración: Alejandro y Karin estuvieron separados  cuatro meses. En ese tiempo ambos reflexionaron, pudieron hablar con otras personas sobre lo que estaba pasando. Hubo mucho enojo y mucha tristeza, que poco a poco se fue transformando. 

El tiempo separados también les permitió trabajar en ellos mismos. Karin comenzó a ir a terapia y ahí llegó el diagnóstico: tenía TDAH. Alejandro también estaba viendo a una psicóloga que lo había diagnosticado del mismo trastorno meses antes. 

Un día, después de un tiempo de no platicar, tuvieron una llamada.

Alejandro:  Escuché que finalmente fue a terapia que ya estaba medicada. Que estaba aprendiendo un montón de cosas. Empezó a reconocer un montón de cosas así. Eh, Entonces ya que yo tenía ese contexto fue bueno, vamos a probar platicarle, o sea, si me dice que no, pues también es válido. Como que volver, obviamente no fue de un día para otro, fue platicar un montón. 

Karin: Y me dice: «Mira, yo también siento que yo no estoy bien o sea, emocionalmente hablando, creo que también tengo cosas que trabajar, no solo de nosotros, sino también mías».

Karin: Pero luego se dio la oportunidad de: «¿Sabes qué? Creo que creo que podemos reconstruir estas cosas« y yo decirle, «Es que eso fue lo que te dije».  Y volver a platicar y volver a andar.

Narración: Las pláticas incómodas fueron necesarias. Hablaron sobre las expectativas que tenían y que no se habían cumplido. También del dolor que el proceso de divorcio les había provocado. La idea de regresar los encaminó a iniciar terapia con una psicóloga para comenzar a reconstruir la relación. 

Karin: Y  ella nos llevó así de la manita de: «Miren, su pro sus problemas yo los escucho». Ella se rió y dijo: «Muchá, sus problemas son de pura convivencia». O sea, no es cosa que no se pueda resolver. Que sí, que fue precipitado, que sí, que va a ser doloroso, que sí, pero ningún camino es recto. Hay torceduras, hay hoyos en el proceso, hay piedras, hay lo que sea.

Narración: Hablaban sobre su relación al menos una vez a la semana. 

Alejandro: En su momento creo que era todos los domingos o sábados dependiendo cómo era, juntarnos, tal vez almorzando o comiendo un helado o algo así para explicarlo. Al inicio eran horas de horas, de ahí se fue haciendo más corto y últimamente ya casi ni hemos tenido esos espacios, pero sí fue mucho de platicarlo incluso antes de que regresara otra vez a la casa, pero incluso ya cuando regresó siento que ese orden ayudó porque también el resto de la semana era como: «Va, es espacio para cada quien tenga su vida». 

Karin: Y fue echar penca y aquí y allá y bueno, la tarea es que por lo menos ustedes hablen de estas cosas una o dos horas máximo, un día a la semana, pero que se lo dediquen sin ningún tipo de distracción y que haya esa confianza mutua para decir: «Mira, esto me molesta por esta y esta razón sin llegar a un conflicto de herir al otro o necesito imponerme». Entonces eso era de las cosas más complicadas porque los dos teníamos miedo a hablar porque eran cosas bien dolorosas

Narración: Después de estas conversaciones, decidieron que no se divorciarían. Que seguirían construyendo la relación. Cuando regresaron, ya sabían que ambos tenían TDAH. 

Karin: Y en parte sí nos sirvió para ser más empáticos y  dejarnos de echar culpas de: «¿Por qué se te olvidó esto? Mmm… ¿Por qué no hiciste esto, o por qué tal? La respuesta es se me olvidó…

Alejandro:  Y también nos ha hecho conectar muchísimo. Porque además literalmente sí sabemos cómo se sienten muchas cosas. O sea, tal vez no tenemos la misma emoción por las mismas cosas, pero sí sabemos lo que se siente tener como esa emoción intensa por un hobby nuevo y que lo vamos a dejar porque el TDAH es así, solo estamos luchando por ya no gastar tanto dinero lo tonto en cosas que sabemos que vamos a dejar.

También entender que hay días que uno está con un montón de energía y después pasas tres días sin nada de fuerzas. O sea, y eso, permite tener el otro espacio por si coincidimos con energía, compartirla.

***

Narración: Reconstruir su relación también se ha tratado de elegir los caminos que quieren seguir, sin que estos correspondan a una norma ya establecida. 

Alejandro: Esas exigencias podían venir de tu parte, de tu familia, pero también del medio, de otras amistades que bueno, cuando cuando se casan, bueno, y qué parranda me va a ver y bueno, y ¿Para cuándo los hijos? Y bueno, y no sé qué y no sé cuántos o ahora que estás subiendo de trabajo, bueno, que qué más toca y O sea, sí sí ha sido duro como empezar a quitar las expectativas que otros tienen de uno que no es decir que si uno no las cumple, los otros los van a odiar, pero si se siente ese ese peso, cabal de que al final de cuentas te terminan queriendo y aceptando, pero si uno siente esa presión.

Karin: Entonces, moldear el molde que también habían pensado para uno ha sido difícil, pero no es imposible, solo creo que mucho de lo que conviene es pensar que uno tiene que tener mucha convicción y ser eh muy fiel a esas creencias de, okay, esta es mi vida e independientemente de que no me vayan a entender, lo que estoy haciendo está bien.

Y creo que eso ha sido creo que de las cosas más difíciles de entender de lo que estoy haciendo está bien. 

Karin: Es importante y entender que el amor evoluciona también. Unos días se va a sentir super intenso y otros días se va a sentir como una brisa tranquila.

***

Amar en Centroamérica es una serie sonora producida por Ocote, para narrar, cómo el amor, las diversas formas de amor, germina en una región turbulenta y desigual. 

Las entrevistas y los guiones de esta serie los realicé yo, María Olga Domínguez. La edición y coordinación editorial es de Carmen Quintela y el montaje y la producción sonora son de Isaac Hernández, con apoyo de José Manuel Lemus. 

El diseño de Amar en Centroamérica lo hizo Oscar Donado. Ixmucané Us es coordinadora de comunidad y audiencias y María del Carmen Hernandez la gestora de comunidades de Ocote. 

Nicole Jacobs es coordinadora institucional. Alejandra Gutiérrez Valdizán es la directora general de Ocote

Imagen de portada del episodio. Karin y Alejandro son una pareja que vivieron una ruptura y después se reencontraron. Volvieron a empezar. Diseño: Oscar Donado.

María Olga Domínguez Ogaldes

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