Francisco Sandoval: Valor e integridad aún en momentos difíciles

El nombre de Juan Francisco Sandoval resonó a nivel mundial cuando lideró investigaciones contra estructuras de corrupción y crimen organizado en Guatemala. Hoy, repasa lo que implica llevar tres años y medio en el exilio y advierte que aquellas fuerzas evidenciadas en su momento mantienen el control del país, a pesar de haber transcurrido ya un año de gobierno de un presidente democrático.

Juan Francisco Sandoval tiene 42 años. Su trayectoria y su exilio quedarán marcados cuando fue nombrado jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) por la fiscal general Thelma …

El exfiscal Juan Francisco Sandoval nos habla sobre su exilio a un año del gobierno de Bernardo Arévalo.

Juan Francisco Sandoval tiene 42 años. Su trayectoria y su exilio quedarán marcados cuando fue nombrado jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) por la fiscal general Thelma Aldana.

Ese cargo lo hizo trabajar en conjunto con todo el aparato de investigadores nacionales e internacionales de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).

Entre sus logros está la investigación y encarcelamiento del binomio presidencial Otto Pérez Molina-Roxana Baldetti.

Al recordar el trabajo realizado le provoca orgullo, satisfacción y admiración por sus excompañeros, a quienes califica como «el motor» de todo ese proceso.

Sandoval cumple ya tres años y medio en el exilio producto de la criminalización y al menos cinco órdenes de captura en su contra solicitadas por el MP entre 2021 y 2023.

Pero reconoce que no es el único. Muchos de sus excompañeros también han vivido la criminalización y algunos hasta el encarcelamiento.

Es ahí donde reconoce la fuerza de quienes han estado tras las rejas, pues «no les lograron doblar el brazo con presiones y chantajes».

«Lograron demostrar en momentos difíciles, valor e integridad, estando privados  de libertad», asegura.

Sandoval lamenta que aunque en los casos que investigó y procesó siendo jefe de la FECI se logró establecer la maquinaria de cooptación estatal, el peso de otros poderes fue superior.

«Pesó más el poder de la oligarquía, de los militares y de los políticos corruptos».

Son esos poderes los que «no han permitido el desarrollo de la institucionalidad y tienen para sus fines al sistema de justicia», opina Sandoval.

A la expectativa con Arévalo

Desde que Sandoval dejó el país, en la reconfiguración de fuerzas en el Estado una cosa es clara: Bernardo Arévalo ahora es presidente.

Antes de Arévalo, Thelma Aldana, la exjefa de Sandoval, también intentó postularse para la presidencia por el partido Movimiento Semilla. 

No se lo permitieron y ahora, en el exilio, pesan contra ella cuatro órdenes de captura solicitadas por el MP.

Siendo ya presidente electo, Bernardo Arévalo aseguró que trabajaría para que las personas exiliadas regresaran al país. 

Al asumir el cargo Arévalo, el exjefe de la Comisión por la Paz y los Derechos Humanos (Copadeh), Oswaldo Samayoa, indicó que analizaban las acciones en favor de estas personas.

Con el pasar de los meses el ofrecimiento se desvaneció, Samayoa renunció a la Copadeh y nada de lo anunciado se concretó. 

Pero Sandoval es optimista y dice que «por lo menos llevamos un año en que no es el Ejecutivo el que despilfarra recursos con el afán de atacarnos».

Añade que, por el contrario, «ellos (el Gobierno de Arévalo) también han sido víctimas de los grupos que controlan el sistema de justicia».

Afirma que sigue a la expectativa de «acciones en favor de quienes lucharon por la defensa de los derechos de los guatemaltecos».

Sobrevivir para contarlo

El exfiscal cuenta que durante algún tiempo recibió apoyo laboral y académico, pero «como todo migrante, se afrontan muchas dificultades».

Reconoce, eso sí, que ha sido privilegiado en comparación con otros excompañeros de la FECI, por lo que trata de apoyarles en la medida de sus posibilidades.

«Siento la satisfacción de que he realizado esfuerzos y gestiones por apoyar. Tengo en mente que ha sido uno de los propósitos de mi presencia en el mundo».

«De nada me serviría solventar mi situación, si quienes me acompañaron en la lucha por la justicia están mal», reflexiona.

Sobrellevar el exilio es un proceso personal, reflexiona. «Tengo mis propias creencias y practico mi fe en lo privado».

Añade que «respeto las convicciones religiosas de los demás, por eso casi nunca hago alusión pública sobre la mía».

Sobre la fortaleza en medio de la criminalización y acoso en el exilio, el exfiscal indica que le ayudó mucho un reencuentro que tuvo con sus padres.

«El abrazo y lágrimas de alegría de mi madre y las palabras de mi padre cuando le pedí perdón porque su nombre estaba en la primera orden de captura en mi contra, sirvieron de bálsamo».

«Eso me ha dado fortaleza. Lo más valioso para mí es que mis padres se sientan orgullosos de mí y por supuesto, yo de ellos».

Añade que «en la soledad, en la distancia, puede surgir lo mejor o lo peor de nosotros. Soy humano y me he podido equivocar, pero nunca ha habido mala fe».

Enfatiza que en los años que ha vivido en el exilio «he visto muchas deslealtades, maldad, traiciones, pero también he conocido gente maravillosa».

«Es gente que me hace ver que un mundo mejor puede ser posible, a pesar de los golpes de la vida».

La desinformación contra los exiliados

Una característica de la criminalización contra los exoperadores de justicia es el acoso en redes sociales con información falsa o a veces con detalles de procesos judiciales que están bajo reserva.

Consultado sobre el origen de esta desinformación, Sandoval nos dice que se debe poner atención al origen.

«Es importante que -la población- advierta la intención que tienen quienes difunden las campañas de desprestigio».

Afirma que provienen de personas que «fueron señaladas o aparecieron involucradas en actos criminales graves».

Son aquellas personas o sectores «que sufrieron pérdidas económicas al ver descubiertos sus actos criminales».

También señala a «medios de comunicación que mal informan, porque fueron parte de redes de corrupción».

Finalmente, Juan Francisco Sandoval indica que «en un mundo en que todo se mueve a alta velocidad, es bueno hacer una pausa y dar un respiro para comprender todos los factores que encaminan a quienes tratan de distorsionar la realidad».

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Lourdes Álvarez Nájera

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