Explora aquí la serie de «La promesa» completa Este es un episodio de podcast. Haz click en el reproductor para escucharlo: Aquí puedes leer la transcripción del episodio: Patricia Orantes: …
Explora aquí la serie de «La promesa» completa
Este es un episodio de podcast. Haz click en el reproductor para escucharlo:
Aquí puedes leer la transcripción del episodio:
Patricia Orantes: Las golondrinas suelen aparecer entre las letras de grandes escritores como Gustavo Adolfo Bécquer, Alfonsina Storni y Oscar Wilde. Anuncian la llegada del verano.
Los machos adultos son de un negro azulado, brillante en la parte de la cabeza, que contrasta con el grisáceo del cuello y del pecho. El resto del cuerpo es blanco. Las hembras son menos brillantes.
Tienen unas alas anchas que les ayudan a planear. Las golondrinas pechigris pasan en el aire la mayor parte del tiempo. En su vuelo, se alimentan de pequeñas moscas y mosquitos.
Son muy buenas para adaptarse al ambiente en el que viven, desde bosques húmedos, pastizales y arroyos, hasta ciudades y áreas urbanas. Esta especie suele habitar en Argentina, Chile y Venezuela y vuela hacia Centroamérica, después de reproducirse, para evitar el crudo invierno del sur. Lo hacen siempre en bandada. Siempre en familia.
***
Guatemala es un lugar de paso para los migrantes que viajan desde el sur hacia el norte de América. En la última década, hay un acento que destaca entre las personas que llegan a Centroamérica: el venezolano.
Después de caminar miles de kilómetros, de atravesar la peligrosa selva y de enfrentarse a la burocracia y la inseguridad; cientos, miles de personas de Venezuela suelen llegar en grupo a Guatemala. Un país que no está listo para recibirles.
***
María Olga Domínguez: Hola, soy María Olga Domínguez, periodista de Ocote. Antes de dejarte con esta historia, la quinta de la serie de La promesa, quería comentarte algo. Grabamos estos audios en Casa Mirna Mack, que funciona como un centro de atención integral a migrantes, así que el sonido no es todo lo limpio que nos gustaría. Escucharás algunos niños que protestan, perros que ladran, vehículos y las voces de otras personas que estaban en el lugar. En fin, el día a día en un sitio por el que pasan decenas de migrantes que buscan un espacio para descansar, bañarse y comer algo.
***
Israel Pérez: Mi nombre es Israel Pérez y vengo de Venezuela. Yo vengo con mi esposa y mi hijo Dominic.
Bueno, primeramente, yo soy de Caracas, de la capital de Venezuela. Bien, una Venezuela chévere, bonita. Antes del problema político, que para nadie es algo oculto, sí tuve problemas políticos en Venezuela, yo era funcionario policial en Venezuela.
Mi esposa, bueno, a ella yo la conocí en San Felipe. Yo la conocí a ella fue ya hace cinco años allá, cuando salí de Caracas por los problemas políticos que tuve con mi trabajo.
Cuando los problemas políticos subieron de nivel porque yo fui víctima de dos atentados contra mi integridad física después cuando me voy de la capital, que busco como refugio en otra ciudad del país, la conozco a ella y también hasta esa ciudad fui perseguido y en ese momento aumentaron los niveles de persecución hacia mi persona y decidimos salir del país ya ella como mi pareja. También aparte de los problemas económicos que tiene Venezuela también fue como que una oportunidad también para ella salir conmigo del país.
Nosotros salimos con las expectativas de buscar como que no quedarnos en Colombia, ni quedarnos en Ecuador, o sea nosotros teníamos esa expectativa de llegar a Chile. Nos hablaron muy bien del país, de Chile, nos hablaron de la economía en Chile que era como más organizada a nivel latinoamericano y nosotros teníamos esa expectativa y teníamos esa meta de llegar a Chile.
Nosotros salimos mochileando de Venezuela pero no, sí fue como… la travesía de Barquisimeto hacia Guasdualito que es la frontera con Colombia por el lado de… ¿cómo se llama? De Arauca, si era como de cinco, seis días mochileando. O sea mochileando un rato caminando otro rato con aventones que nos daba la gente.
Porque nos quedamos trabajando en Colombia. No nos quedamos porque queríamos quedarnos en Colombia sino porque Colombia es muy grande. Para atravesar Colombia fue… guau. O sea, mochileando un poquito rudo, sabes.
En Ecuador nos establecimos en un sitio, es como una casa hogar. Pero ahí nos dieron trabajo, nos dieron empleo ahí y nos quedamos por ocho meses ahí, reuniendo plata para subir como que un poquito más cómodos hacia Chile. Pero sí fue como un año. Un año y algo, un año y tres meses más o menos duramos nosotros desde que salimos de Venezuela hasta Chile.
Llegamos a Chile sí, con esa fe de que íbamos a estar tranquilos allá, también que naciera mi hijo en un ambiente más agradable, un ambiente menos agresivo. Entonces ya Chile era como… ya como un lugar como que de más tranquilidad para formar una familia, un hogar.
Nos establecimos en Santiago, nunca salimos de Santiago Centro. Estábamos en la capital de Chile. Hubo problemas también allá en Chile a nivel político hacia mi persona, hubo agresión. Estuve hospitalizado por la agresión que hubo en esa marcha que hicimos por Venezuela.
Había personas que estaban con el gobierno venezolano y me agredieron a mí con un arma punzo-penetrante a nivel del tórax. Y ahí empezamos a ver que Chile empezó a cambiar también la economía, empezaron a cambiar las leyes hacia nosotros los migrantes. No había renovación de documentación en Chile. Ya estábamos en un sitio ya ubicados, pero empezamos con esa sensación de que ya no podemos estar aquí.
A principios del año pasado empezamos a recoger todas las cosas allá, a entregar la casa donde estábamos arrendados, a vender las cositas que habíamos comprado con tanto esfuerzo allá, porque ya no quisieron renovar documentación. Entonces sí decidimos el año pasado volver a tener ese viaje pero ahora de retorno hacia Colombia para ver si podíamos optar por lo que es la movilidad segura para un tercer país.
Volvimos a bajar, la misma ruta subiendo, la misma ruta bajando igual, también. Un poquito más cómoda porque traíamos un poquito más de dinero. Volvimos a pasar por Perú, Ecuador y llegamos a Colombia. Allí, que está ubicada la oficina de ACNUR donde estaban dando el proyecto de la movilidad segura.
Lo que pasa es que el proyecto ya de un día para otro cerró y quedamos por fuera varias personas que no teníamos como que el tiempo suficiente en Colombia para para que entráramos en el proyecto como tal.
Nos sentimos vulnerables en Colombia y decidimos, como la mayoría de los migrantes, buscar el horizonte del Darién.
Y bueno, eso también lo planificamos, lo conversamos bastante, por ser un trayecto muy peligroso y muy delicado, pero al final sí vi como mucho asedio ahí en Colombia y ya personas que le habían pasado cosas que venían de Venezuela con la misma problemática mía y ahí fue donde decidimos también ya empezar también la otra odisea que es el Darién hacia Centroamérica.
***
Necoclí es un sitio turístico. Normalmente es un sitio turístico, pero cuando empezó la migración empezamos a ser un comercio para ellos. Hay muchos comercios, muchos hoteles, pero sí la mayoría de las personas que no llevan dinero dormimos en la playa, dormimos en carpa cada quien compra su carpa y duerme a orilla de mar.
Ese es el principio de la parafernalia de lo que es Panamá, Costa Rica, pero es el principio de allí es donde salen las lanchas hacia la selva del Darién, hacia Acandí. Tienes que pagar un paquete que le dicen ellos, «un paquete turístico», que son 350 dólares.
Cuando ya entras a lo que es la selva del Darién, hay mucha gente que puede pasarlo en un día y medio. Mi amiga aquí lo pasó un día medio. Nosotros como grupo familiar lo pasamos en tres días, cuatro días. Porque nos llovió mucho, creció mucho el río y nosotros…
Prácticamente en el Darién (lo que) te recomiendan es ir por el medio del río, orilla de río, pues. Pero cuando crece el río tienes que montarte hacia la montaña y nosotros nos tocó esos cuatro días de camino que nos llovió todos esos cuatro días en la cabecera del río y estaba el río bastante… tenía bastante corriente y muy, muy crecido.
Nosotros fuimos víctimas de robo, con la culata de la pistola, nos dieron por la cabeza. No dispararon dos veces, yo con el niño en los brazos.
Ahí robaron a muchas personas también, no nada más nosotros, pero ese fue como que el momento, el mal rato que pasamos de lo que fue el Darién fue ese. Un buen mal rato, porque nos dispararon, nos maltrataron, nos robaron, abrieron unos bolsos. Y un momento cuando ella se me cayó por un risco que de broma no sé, se va ahí y se lesiona bastante fuerte, porque se hubiera matado pues porque era un risco bastante alto.
Ya en la mañana ya llegan las primeras piragua, lo que le dicen las primeras piraguas que te llevan. Ahí también hay un cobro, la piragua también tenían un cobro de 25 dólares por persona.
***
Mira, Panamá es un país muy rudo ahorita para los migrantes. Te comento que nosotros llegamos después de lo que es el Darién, cuando llegamos a la ONU de Panamá, todavía es Darién. Ahí también hay un hacinamiento de personas, ahí también hay un costo para salir de ahí. Si no tienes 60 dólares, no sales.
Hay unos baños que son paupérrimos. Ahí hay comida, te dan comida. Te dan los como dicen aquí los tres tiempos de comida, te dan las tres comidas al día, pero esa comida… viene carne ya como que descompuesta y esa cosas y ya ahí hay como que una epidemia de los niños con diarrea, personas adultas o sea, personas muy enfermas.
Entonces necesariamente tienes que tener tus 60 dólares para salir de ese infierno, porque eso es un infierno así como que chiquito. A las personas las agreden, ahí.
Por querer sobrevivir, hay muchas personas que te roban también tu pertenencias allí, pero sí es bastante fuerte después que uno sale de la selva y llegas a la ONU de Panamá.
Lo sacan a uno en unos autobuses particulares este que tú pagas los 60 dólares te sacan de ahí. Eso me imagino que la ONU no tiene, no tiene conocimiento de esto porque eso no debería de ser sino debería de ser gratis, la salida de ahí.
Y de allí llegas al CATEM (Centro de Atención Temporal para personas Migrantes). CATEM es un sitio, ya es el gobierno ya la ciudad el país de de Costa Rica, el CATEM es como un galpón donde también entran todos los migrantes es un filtro.
Es como decirte un filtro que ahí entran personas la persona que están enfermas las ponen a un sitio, las personas… pero igual tiene un costo para salir de allí, si tienes si llevas los 30 dólares para salir de ahí, el mismo día, sale el mismo día y te llevan hacia Los Chiles, que casi ya a dos horas de la frontera con Nicaragua.
Todo el trayecto de lo que es Colombia hacia acá todo es rudo. O sea, la parte de Centroamérica, la que más es como que más tranquila ya más relajada que tú te sientes así como que es aquí donde estamos dando esta entrevista.
No sé si voy a hablar por todos, pero yo por lo menos con mi familia me he sentido mucho más tranquilo aquí en Guatemala que en otros países que ya venimos dejando atrás.
***
Nosotros ya nosotros este estamos en proceso de asilo aquí en Guatemala, hay organizaciones que nos han apoyado con lo que la alimentación con por lo menos la casa nos estamos ahorita nos ofrece alimentación, desayuno y almuerzo.
Tenemos otro otro sitio donde donde nos quedamos que tenemos la estadía que nos ofrece la cena y entonces estamos así hasta que tengamos la documentación para empezar a elaborar y arrendar algo para estar más tranquilos aquí más cómodos.
Lo primero es la protección, ¿sabes? Lo primero es la protección de mi familia. Eso es lo primero que yo estoy pendiente esto, por supuesto ya crear un patrimonio o estar más tranquilo, mi hijo una educación que tenga accesibilidad una educación, salud nosotros como como familia, pero lo primero es si me veo, es que me sienta protegido con mi familia en el sitio donde esté.
***
Hasta abril de 2024, 7.7 millones de venezolanos han dejado su país debido a la crisis económica y política, según datos de la ONU. Esta es una de las migraciones más grandes en la historia reciente de América Latina. Las personas viajan rumbo a Colombia, Perú o Chile, aunque muchos también buscan llegar a Norteamérica. Para ello deben tomar complejas rutas migratorias. Entre ellas, la selva del Darién, donde suelen ser víctimas de robos, violaciones, agresiones e incluso asesinatos.
Luego de atravesar Centroamérica y llegar a Guatemala, muchas personas quedan varadas debido a la falta de recursos o el endurecimiento de las políticas migratorias. Guatemala, un país de tránsito, carece de la infraestructura y el apoyo para atender adecuadamente a las miles de personas que se quedan varadas en el camino.
