Hablar del agua es como hablar del universo. Una conversación extensa, con muchos matices y aristas, para profundizar en un elemento que es clave para la vida y que está …
Hablar del agua es como hablar del universo. Una conversación extensa, con muchos matices y aristas, para profundizar en un elemento que es clave para la vida y que está en riesgo a nivel global.
En el especial periodístico La última gota, el equipo de Ocote se enfocó en puntos concretos «para aproximarnos, desde distintas direcciones, a un elemento esencial no solo para la vida, sino para interpretar la realidad que vivimos en nuestro presente. Pero, sobre todo, para entender el futuro», dijo Julio Serrano, coordinador creativo y cofundador del medio en la presentación del especial.

María Olga Domínguez, periodista de Radio Ocote Podcast, moderó una conversación con Ninotchka Matute, concejal de la municipalidad de Guatemala; Alan Gatica, investigador y especialista en calidad de agua; y Juan Carlos Gerónimo de la alcaldía indígena de Chinautla.
¿Qué factores técnicos y científicos están detrás de esta crisis en la región metropolitana?
Alan Gatica: En el área metropolitana se siente más porque la densidad poblacional es mayor, pero es un problema que abarca todo el país.
Existe una falta de administración adecuada y una gestión integral del agua, que tiene que ver con el buen manejo de los desechos. El no contar con plantas de tratamiento de aguas residuales hace que estas sean descargadas en cuerpos de agua, como ríos y que también, en ocasiones, sea infiltrada por medio de letrinas o de pozos ciegos.
Esto provoca que la contaminación fecal descienda y se encuentre con las aguas subterráneas. Y esa es la razón de que, hoy en día, los pozos en el área rural estén contaminados con bacterias. Es una es una situación muy grave, sobre todo para los niños y personas ancianas. Esa factura la pagarán nuestros hijos y nietos.
La falta de elementos y recursos técnicos propiamente de las municipalidades es una de las grandes causantes.
En términos de recursos humanos, las municipalidades no tienen ni un 10% del total de su recurso humano trabajando específicamente en temas de gestión de agua. Podemos pensar de la misma forma con los recursos económicos. Se invierte mucho dinero en construcción de carreteras, de caminos, en obra gris, que es lo que vende finalmente a las Municipales. Pero todo eso es una fracción muy pequeña de lo que se invierte prácticamente en infraestructura para el agua.
Otro aspecto que también cobra mucha importancia es el tema de que las municipalidades desconocen realmente cuánta agua está disponible y la calidad de esta agua. En parte porque no cuentan con personal calificado, pero también porque no cuentan con infraestructura tecnológica que permita tener esos conocimientos. Entonces, prácticamente, no saben cuánta agua hay, cuando ellos son los que, por ley, están obligados a tener esa información.
Entonces, creo que en términos técnicos hace falta bastante mejora, actualización y tecnificación a nivel municipal y en términos científicos, hacen falta muchos estudios, mucha investigación.
Pienso que debería de existir dentro de las Oficinas de Agua y Saneamiento (OMAS) o los Servicios Municipales de Agua y Saneamiento, una comisión permanente que se encargue de hacer balances hídricos y estudios de calidad del agua. No solo para actualizar los acuíferos y la información de los precios actuales, sino también para saber qué disponibilidad tenemos para el futuro y qué alternativas podemos tomar en cuenta.
Se habla de perforaciones, explotaciones, artículos, pero no de cómo compensamos, en términos forestales, estos acuífero de cómo se alimentan y se recuperan. No hay balances hídricos que nos permitan comprender una tendencia hacia el futuro.
En términos técnicos y científicos, estamos con los ojos vendados en este momento.

Según los datos que recopilamos para el especial, entre 2019 y 2023, uno de los lugares que más problemas relacionados al agua padecía era Chinautla. ¿Qué ha significado esto para los vecinos?
Juan Carlos Gerónimo: Ha sido bastante preocupante para nosotros. Como autoridades locales, hemos intentado encontrar una manera para abastecernos de agua. Las personas están muy preocupadas. Hasta ahora, se abastecen con pipas de agua que van desde la ciudad.
En las escuelas a veces no hay agua. También nos preocupa el puesto de salud, que normalmente está cerrado. Ha habido crisis por eso.
También nos encontramos con la deforestación. Las empresas que se han instalado, han deforestado totalmente los cerros y han empezado a excavar de a poco. Ahora hay una empresa que está construyendo bodegas y están cerca de aplanar un cerro, que es una fuente que nosotros teníamos para abastecernos (de agua). Las municipalidades le han entregado la mayoría de fuentes que nos han abastecido a empresas privadas que las compraron. Por ejemplo, la cervecería.
María Olga Domínguez: Ninotschka, como arquitecta y urbanista, ¿cuáles consideras que son los principales desafíos que enfrentamos en cuanto al suministro y el abastecimiento de agua?
Ninotchka Matute: La problemática más grande tiene mucho que ver con el proceso de urbanización y desarrollo de ciudades. La velocidad del aumento de los proyectos de los edificios es enorme, equivalente a la demanda de recursos naturales y de servicios que actualmente no se dan, en el caso específico del municipio de la Ciudad de Guatemala.
La administración actual ha tenido una oportunidad, bastante inusual, de estar prácticamente 40 años (en el poder) en los que efectivamente, teniendo esa continuidad, los mismos técnicos, equipos y visión, podríamos haber transformado esta ciudad en una ciudad para vivir.
Por el contrario, si bien hay algunas normas y un plan de ordenamiento territorial, vemos un abandono, particularmente en el tema de la depredación de los ecosistemas urbanos, que nos está llevando a esta situación dramática. Lo que se ha privilegiado acá es el desarrollo al que yo, como arquitecta, no me opongo. Creo que las ciudades tienen que crecer porque la población crece, porque el proceso de urbanización a nivel mundial es cada vez más grande.
Tristemente, vemos una ciudad segregada donde las calles y los condominios se cierran. Se privilegian los desarrollos privados por sobre el derecho humano de las personas. Lo que se privilegia, y la ley pública lo dice así, es la propiedad privada, pero no se toma en cuenta que aunque tú seas el dueño de un terreno, eso no te da derecho a coartar un bien mayor, que tiene que ver justamente con los servicios ecosistémicos como el agua o los bosques que puedan haber en tu propiedad.
No es llegar y talar. Esta visión de corto plazo se repite tanto en autoridades, como en desarrolladores privados que no entienden que se están poniendo la soga al cuello y que en pocos años no van a tener empresa que heredar a sus hijos y nietos, porque no habrá agua para seguir desarrollando esta ciudad.

María Olga Domínguez: Hablar de agua implica hablar de muchas cosas y una de ellas, es el manejo de desechos sólidos, como lo refleja el caso de Santa Cruz Chinautla. Juan Carlos, ¿cómo se han enfrentado ustedes a la esa contaminación que proviene de todos estos municipios y que terminan en Santa Cruz?
Juan Carlos Gerónimo: Yo, por ejemplo, crecí viendo eso (el río Las Vacas contaminado). Es algo normal para mí y, de hecho, nuestro cuerpo se adapta a este tipo de contaminación. Han llegado personas extranjeras, por ejemplo, a querer trabajar en un documental o hacer un estudio y no duran más de 15 días. Se enferman, se les contamina la piel y el estómago.
Toda la basura de la ciudad va a parar a Santa Cruz. Somos como el filtro. Es muy preocupante, muy triste para nosotros que hemos estado luchando, peleando con los gobiernos de turno y con la municipalidad de Guatemala, con la que hemos tratado de tener comunicación, pero no se nos da audiencia.
Hace poco, ya cansados de eso, tuvimos que tomar una decisión fuerte. Y logramos obligar a la municipalidad a que colocaran agentes en la entrada a la ciudad para que no entraran camiones con desechos. Solo se van los policías a las 19:00 de la noche y empiezan a ingresar los camiones.
Hay personas que empezamos a recibir represalias porque empezamos a cerrar basureros clandestinos. Empezaron como 234, ahora hay 23. También hemos ido al Ministerio de Ambiente, para llevarlos a que vean cómo está la situación.
Hemos sido criminalizados. Los compañeros y compañeras de la alcaldía (indígena) han sido agredidos.
María Olga Domínguez: Y conversando también sobre el manejo de desechos sólidos, en el vertedero de la zona 3, podemos ver cómo este problema físicamente nos afecta. Pero, ¿cómo afecta a la tierra y al agua que está debajo de los mantos?
Alan Gatica: Todos los (productos) plásticos están elaborados con plástico bruto y se le agregan plásticos, que en su mayoría son cancerígenos.
Quizás todos nos hemos dado cuenta de que cuando llenamos de agua un galón que hemos dejado vacío bajo el sol, por varios días, se rompe. Esto es porque todos estos plastificantes, dañinos para el ambiente, se han diluido con el agua o se han evaporado o con el sol.
Eso mismo sucede con el plástico que entra en los ríos. Se degrada y estos químicos (ésteres tálicos) tienen la capacidad de transportarse, pueden evaporarse en el aire, quedarse en el agua e irse a los sedimentos y paulatinamente irse filtrando.
Si alcanzan las aguas subterráneas, la contaminación es inminente y no tiene vuelta atrás. Es muy difícil hacer un tratamiento de remediación para las aguas subterráneas que han sido alcanzadas por estos ésteres tálicos.
Los ésteres de Ftalato están llegando (desde el río Motagua) a los órganos internos de los peces que son parte del ecosistema del sistema Mesoamericano Arrecife de importancia global. Los peces tienen problemas para reproducirse, al igual que los crustáceos y los moluscos. Esto está afectando toda la cadena alimenticia y también a las personas que se dedican o que viven de la pesca.
María Olga Domínguez: Ninotschka, desde la corporación municipal, ¿cómo se maneja el tema del basurero de la zona tres? ¿Cuáles crees tú que deberían ser las acciones a tomar por parte de la municipalidad?
Ninotchka Matute: Por ahí por el 2017, la manera en que se manejaba ese vertedero era lamentable. Era llegar y botar, aplastar, ni siquiera rellenar. Y así fue creciendo. Pero esta administración también empezó a profesionalizar y tecnificar el manejo de los desechos sólidos de manera que el famoso «cierre técnico», del que se viene hablando desde hace años, ya es una realidad en la primera fase, la entrada.
En esta fase se compactó, se rellenó, se volvió a compactar, se niveló y se clausuró. Cuando hoy entras ahí, piensas que no es el relleno sanitario. Ahora ves jardines, un sistema de funcionamiento muy organizado, al punto de que los que recolectan los materiales están debidamente identificados y tienen un registro facial para ingresar. Hay una planta de compostaje bastante organizada, con un huerto y un vivero forestal.
Después está la segunda fase, que es donde se está vertiendo actualmente todo los desechos y la basura, donde el sistema funciona adecuadamente, para el cierre técnico.
Hay una tercera fase, de ampliación del vertedero, que es la que nos preocupa. Si bien el manejo de los desechos en el relleno va bien, no así el manejo alrededor. En la orilla del cementerio y en los otros lados de la comunidad, siguen cayendo, como deslave, los líquidos lixiviados que los desechos sueltan. También se filtran al subsuelo y para el río.
La ampliación, darle vida útil de 10 a 15 años más al vertedero, solo será posible si se realizan las obras que se necesitan para mejorar el manejo real, como impermeabilizar el terreno, que es un proyecto complejo y estructurar.
Hay que construir una serie de colectores para manejar adecuadamente todos los líquidos y las aguas que llegan o que se producen ahí. Ya hay un préstamo en proceso para hacer los estudios necesarios, luego habrá que hacer otro para poder construirlo.
Al vertedero de la zona 3 no solo llegan los desechos de la ciudad, sino también los de 14 municipios más. Pero, de manera totalmente ilógica, la municipalidad no ha cobrado a ningún municipio ni a ningún particular por llevar estos desechos. Y esto, claro, te restringe porque no hay los ingresos para hacer un vertedero autosostenible.
Esto podría cambiar si se empieza a cobrar tasas por tonelada, dándole preferencia a los empresarios, que son privados.
Recientemente, el alcalde (de Santa Catarina Pinula) Sebastián Siero, que es el presidente de la Asociación Nacional de Municipalidades (ANAM), volvió a posponer un decreto que obliga a todos los municipios a construir sus plantas de tratamiento y, más recientemente en el 2021, otro acuerdo gubernativo que impone clasificar la basura y generar ya una cultura de manejo desde nuestros hogares.

María Olga Domínguez: Para terminar, si hablamos de que esta crisis va en cuenta regresiva, ¿qué podríamos hacer? ¿qué podrían hacer las autoridades competentes para frenar el reloj y ganar tiempo?
Juan Carlos Gerónimo: Ser comprometidos. Asumir que es nuestra responsabilidad de velar por esta situación, asumirla y no ignorarla.
Nosotros, como Santa Cruz, pedimos que las municipalidades, por ejemplo, Chinautla, Guatemala y Mixco, vean la manera de proteger la cuenca y el Motagua. Estamos creando un ecocidio, estamos ya en las últimas y si ahora no hacemos una acción concreta para evitar esa parte, sí nos afectará bastante.
Es cierto, la ciudad está creciendo, pero también hay que ver aquí abajo quiénes están siendo afectados.
Ninotchka Matute: Es urgente aprobar la Ley de Aguas porque las municipalidades se amparan y particularmente, la de Guatemala, en que esta no existe y que por eso, ellos no pueden tomar cartas en el asunto.
Hay impunidad total porque nadie hace cumplir las normas y la autoridad municipal tampoco lo hace. Hay varias versiones de la Ley de Aguas en el Congreso, pero es el momento de aprobarla. Está la voluntad, la visión y la capacidad técnica de los ministerios.
No tenemos un Congreso (de la República) adecuadamente enfocado, pero está la ciudadanía y los técnicos que tenemos que aportar para que esas leyes se cumplan, para que no se postergue más los decretos sobre el manejo del agua y para que haya sanciones severas.
Alan Gatica: Considero que algo que está contrarrestando las acciones impunes es la auditoría social. Es a través de ella y del acceso a la información pública, que se puede consultar a los funcionarios por los costos y los contratos administrativos que han sido aprobados a través de compras. Ahí descubre una serie de compadrazgos, muchas veces, con las empresas que son contratadas.
Una de las alternativas es la auditoría social, la participación ciudadana y la rendición de cuentas. Sumarnos es ser parte de la solución, evaluando realmente estos proyectos, auditando estas decisiones y, sobre todo, haciendo valer la decisión asamblearia, la decisión comunitaria, la decisión consensuada sobre los proyectos.
Nos están dando proyectos que no resuelven el problema y que, más bien, nos ponen más riesgos encima. Entonces, la participación ciudadana es sumamente importante.
