SUSCRÍBETE A NUESTRO BOLETÍN

‘Tzijonem’, de MAIA, un programa para inspirar a la juventud

Las jóvenes pioneras del colegio de impacto MAIA organizan unas charlas cada tres o cuatro meses en las que invitan a personas que consideran agentes de cambio. Estas conversaciones se transmiten en sus redes sociales y canales locales, con el objetivo de inspirar a la juventud local a transformar su realidad y amplificar las voces de las estudiantes.

«Uno, dos, tres, cuatro… Uno, dos, tres… Uno, dos... Uno», dicen tres adolescentes, rápidamente, al unísono. Se encuentran de pie y forman un círculo, junto a las tres mujeres que …

«Uno, dos, tres, cuatro… Uno, dos, tres… Uno, dos… Uno», dicen tres adolescentes, rápidamente, al unísono. Se encuentran de pie y forman un círculo, junto a las tres mujeres que conforman el equipo de comunicación del colegio MAIA

El ejercicio cambia. Inhalan profundo, mantienen el aire en sus pulmones unos segundos y exhalan despacio.

Una vez relajadas, se sientan frente a sus computadoras, ubicadas en el centro de la biblioteca del colegio y se colocan sus audífonos. La charla está por comenzar. 

Dulce y Lucy en la biblioteca del Colegio MAIA. Fotografía: Christian Gutiérrez.

Dulce, Ana y Lucy, las tres adolescentes, son estudiantes del Colegio de Impacto MAIA, un proyecto diseñado para jóvenes mujeres indígenas. Se ubica en la cabecera municipal de Sololá y prioriza la parte académica, la cultura, el bienestar, la salud sexual y reproductiva, la inteligencia socioemocional y el desarrollo personal de su estudiantado.

MAIA se fundó en Guatemala en 2010 para promover que las adolescentes puedan concluir su educación secundaria en un país en el que las mujeres no siempre pueden seguir estudiando más allá de la primaria. 

Las tres jóvenes que hoy se sientan frente a sus computadoras son también conductoras de Tzijonem, voces de cambio

Este es un programa que surgió en 2020, «como una necesidad de exponer y difundir las voces de las jóvenes, pero que también tuvieran interacción con personas que estuvieran generando cambios transformacionales», explica Guadalupe Natareno, gerente de comunicación y recaudación de MAIA.

Guadalupe Natareno en las instalaciones del Colegio MAIA. Fotografía: Christian Gutiérrez

Tzijonem significa «conversemos», en kaqchikel. «La mayoría de las jóvenes y más del 87 o 90% del equipo son kaqchikeles. Para MAIA es muy importante que no olvidemos nuestras raíces, para poder llegar más lejos», precisa Natareno. 

La «voz empoderada» de MAIA

En estas conversaciones, las jóvenes practican una metodología clave en la educación en MAIA: lo que llaman «la voz empoderada». Un ejercicio que les permite comunicarse con asertividad

«El colegio me ha impulsado a tener una voz empoderada, moderada y utilizada para el bien. Los conversatorios han sido el ejemplo de eso, de que la utilizo para mi bien, mi desarrollo y para ayudar a alguien más», dice Dulce, una joven de 16 años. 

Las alumnas de MAIA tienen claro el impacto que sus voces tienen en la sociedad. 

«En Guatemala, se dice que no podemos hacer lo que otros lo hacen, pero no es así. Es lo contrario. A nosotras se nos ha enseñado que hay que impactar, hay que usar nuestra voz. Ya que han excluido a las mujeres indígenas acá, entonces hay que promover el feminismo en la sociedad», señala Lucy, que también tiene 16 años. 

Lucy, en las instalaciones del Colegio MAIA. Fotografía: Christian Gutiérrez

En total, se han producido seis temporadas del Tzijonem, cada una, con una temática central. Esta temporada, decidieron centrarse en «liderazgos transformacionales». 

Las charlas se realizan cada tres o cuatro meses. La moderación se reparte entre las jóvenes. Una vez el equipo de comunicación elige el tema de la temporada, solicita al equipo del colegio que le recomiende a tres estudiantes que cumplan con dos requisitos: que les interese el tema y que tengan su «voz empoderada».  

Charlas con actores de cambio

El equipo de comunicación de MAIA selecciona a los invitados. Son personas que consideran «actores de cambio», que inspiran a las jóvenes. «Son personas que estén generando liderazgos transformacionales. De preferencia, que sean guatemaltecas y mujeres», explica Natareno. 

Las jóvenes que moderan la charla se reúnen unos días antes para trabajar en las preguntas que le harán. «Ellas (el equipo de comunicación) pulen las preguntas y deciden en qué lado (sección) irán», explica Dulce. 

El guión final es compartido con las moderadoras. Lo dividen, de manera que cada una pueda realizar preguntas a la invitada. El día de la transmisión, se reúnen en la biblioteca del colegio, donde realizan sus ejercicios de «voz empoderada», que les permiten relajarse y calmar los nervios. Se graban durante la mañana y se transmiten en vivo en el Facebook y Youtube del colegio, donde también reciben preguntas del público. 

Las charlas también se retransmiten en un canal de televisión local de Sololá. «Siempre nos preguntan cuándo vamos a hacer el próximo conversatorio. Para nosotras, eso es una muestra de que sí está llegando a las comunidades y a las personas que están afuera de MAIA», dice orgullosa Guadalupe Natareno. 

Las jóvenes han entrevistado a mujeres como las cantautoras Sara Curruchich y Gaby Moreno; la actriz María Mercedes Coroy; y la antropóloga social, Irma Alicia Velásquez Nimatuj

Realizaron también una edición electoral, con candidatos a diputados de Sololá. El invitado del último Tzijonem fue Luis Von-Ahn, empresario guatemalteco y creador de Duolingo. Él es aliado del proyecto MAIA.

Una de las experiencias favoritas de Dulce fue la conversación con Luis Zea, un doctor en bioastronáutica, ingeniero aeroespacial y científico de microbiología gravitacional guatemalteco. Hablaron sobre la importancia de la equidad de género en las ciencias. 

«Entrevistar a alguien que trabaja en la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos) es ya un nivel súper alto. Yo me emocioné mucho. Le dije a mi papá: «Mira, me va a pasar esto», y desde una semana antes, ya lo tenía todo planificado. Mis papás me han apoyado siempre. Me encanta mucho esto», dice, con emoción.

Dulce en las instalaciones del Colegio MAIA. Fotografía: Christian Gutiérrez

Participar en estas conversaciones impacta en el desarrollo de las jóvenes. «Puedo alzar mi voz y opinar acerca de los temas que están afectando nuestra realidad y que muchas veces no nos damos cuenta. Nos está formando como personas, nos está dando información para crecer y para ser también grandes agentes de cambio y poder impactar como las personas con las que tenemos los conversatorios». 
Los Tzijonem finalizan siempre con una premisa: «Mujer empoderada, impacto infinito».

Kristhal Figueroa

También te puede interesar

CONTAMOS LA
REALIDAD DESDE MIRADAS DIVERSAS

SUSCRÍBETE A NUESTRO BOLETÍN

La realidad
de maneras diversas,
directo a tu buzón.