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Guatemala debe adquirir ya la vacuna bivalente contra el coronavirus, según expertos

Existen dos casas farmacéuticas que producen la vacuna bivalente que protege contra la variante ómicron y sus subvariantes. Estados Unidos y Europa ya la aplican y América Latina empieza a hacerlo. Guatemala recibió a finales de diciembre de 2022 como donación 172,800 unidades con este componente pero, por ahora, no tiene previsto comprar estas vacunas para 2023.

A enero de 2023, Guatemala ha administrado 20.1 millones de vacunas a su población, según cifras oficiales del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) y lo ha hecho …

A enero de 2023, Guatemala ha administrado 20.1 millones de vacunas a su población, según cifras oficiales del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) y lo ha hecho de la siguiente forma: 8.9 millones de personas tienen primera dosis, 7.1 millones cuentan con dos, 3.6 millones han recibido tres vacunas y 500 mil han alcanzado la cuarta dosis, según el tablero COVID.

El portal del MSPAS, que también lleva un registro de contagios y muertes, muestra que, en contraposición, 1.2 millones de guatemaltecos han contraído el virus y las cifras oficiales cuentan 20,084 fallecidos por esta causa; 119 muertes por cada 100 mil habitantes en el país. 

Y aunque contagiarse o no, no depende de la vacuna, los efectos que pueda causar el virus en cada persona sí. Es por ello que un buen inmunizante es indispensable, sobre todo si el servicio público de salud no está en buenas condiciones y asistir al privado es difícil para la mayoría de la población.

Ahí, explican especialistas, radica la importancia de que el Gobierno adquiera como parte de una estrategia actualizada de inmunización la nueva vacuna bivalente contra el coronavirus, que ya se aplica en Estados Unidos, en Canadá y en Europa. Guatemala recibió sus primeras 172,800 unidades como parte de una donación del gobierno de Suiza en diciembre de 2022.

Esta es una vacuna generada contra la variante ómicron, pero que también inmuniza con la variante inicial. Se trata de una dosis que tiene la capacidad de combatir ambas variantes de COVID, la wuhan (o cepa original) y la ómicron con sus subvariantes. 

Hasta ahora, las farmacéuticas que han creado una vacuna bivalente contra el coronavirus son Moderna y Pfizer/BioNTech. Las que llegaron a Guatemala el 24 de diciembre son de la marca Moderna.

Una vacuna bivalente no es nueva. Por ejemplo, la del virus de papiloma humano (VPH) se utiliza en Latinoamérica para las variantes VPH-16 y VPH-18 de esta enfermedad. También existen polivalentes, que sirven para varias cepas o para diversas enfermedades, como la pentavalente, que se aplica en los niños y que previene la difteria, tos convulsa, tétanos, influenza tipo b y la hepatitis B.

Reino Unido, Estados Unidos y Canadá ya aplican bivalentes contra el coronavirus desde septiembre de 2022, cuando las entidades reguladoras de cada uno de estos países aprobaron su uso dentro de su territorio. 

En septiembre pasado, la Agencia Europea de Medicamentos recomendó el uso de la bivalente de Pfizer/BioNTech.  

De América Latina, Chile inició la inoculación con bivalente desde octubre de 2022; esto luego de haber administrado ya a su población la tercera y cuarta dosis. El 90% de la población chilena cuenta con esquema completo.

Carlos Mendoza, médico especialista y consultor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), asegura que «el problema de los países en América Latina que no la han solicitado (entre ellos Guatemala) es que todavía tienen vacuna de la anterior».

«Creen que si compran la bivalente todo el mundo se va a querer poner esa, lo cual es correcto; pero lo ven como una pérdida porque se va a desechar la anterior. Yo no lo veo como una pérdida, sino como una vacuna indicada con la variante que está circulando», asegura el doctor Mendoza.

En opinión de la doctora Nancy Sandoval, experta de Medicina Interna del Hospital Roosevelt y miembro de la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas, Guatemala debió haber pedido a las farmacéuticas que la agregaran entre los países requirentes de esta nueva vacuna desde hace tiempo, ya que tienen listas de espera. 

«Guatemala debería haberse preparado y agregado a la lista de países que esperan poder tenerlas, puesto que es necesario apostarle a la prevención de COVID-19 en nuestro país, que no consigue controlar la pandemia y tampoco puede sostener tanto tiempo sin coste de morbi-mortalidad en los pacientes más vulnerables por edad o por comorbilidad», declara Sandoval. 

Aunque ella también considera que «hasta ahora, la evidencia muestra que las vacunas disponibles de ARNm (Pfizer/Moderna) son eficaces en esquema completo más refuerzo, para evitar complicaciones y gravedad por COVID-19; por lo que debemos insistir en que las autoridades no sigan desatendiendo de manera poco eficiente la disponibilidad y el acceso real de las vacunas a los más vulnerables». 

El ARNm que menciona Sandoval es un agente externo que ayuda al organismo a crear sus propias defensas. Las vacunas convencionales lo que hacen es introducir un germen o virus debilitado o inactivo en el cuerpo, el cual va creando las defensas, pero el ARNm es un mensajero que «enseña a las células a producir una proteína que desencadena una respuesta inmunitaria si la persona se infecta», según el Memorial Sloan Kettering Cancer Center.

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Las últimas vacunas que se vencieron en Guatemala caducaron el 2 de diciembre (705,600) y el 16 de diciembre (550,800). Eran donaciones de Moderna, según datos del Ministerio de Salud obtenidos a través de Acceso a la Información Pública. Tres días después (19 de diciembre) Guatemala compró un lote de 302,400 unidades de Pfizer mediante el mecanismo COVAX de la OPS y el 24 recibió la donación de 288 mil de Moderna, en donde venían las 172,800 bivalentes.

Sin embargo, no se ha solucionado el problema que tiene el país por haber pagado un adelanto de 614 millones de quetzales a Rusia por 8 de los 16 millones de dosis de vacunas Sputnik V, que fueron entrando a cuentagotas al país. Qué hará el Gobierno al respecto sigue en duda, porque el Ministerio de Salud se niega a informar del tema.

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Según el doctor Francisco Coma, ministro de Salud, será en este mes de enero cuando se continúe «analizando el contrato». No ha querido dar detalles del tema y asegura que se debe a que «es parte de lo que estoy esperando, que se nos retroalimente por parte de los abogados que están analizando todos los términos».

En 2022 se vencieron más de 3 millones de dosis de la vacuna Sputnik. También se vencieron otros 3 millones de Astra-Zeneca, Moderna y Pfizer, según las cifras oficiales.

Consultado el departamento de Comunicación Social del Ministerio de Salud sobre por qué Guatemala no adquiere la vacuna bivalente, si está demostrado que es más efectiva que la monovalente y diversos países ya la están aplicando; la institución se limitó a resumir las dosis que fueron recibidas en diciembre de 2022. 

También se preguntó al ministerio por qué no ha respondido más activamente ante la nueva ola de contagios a nivel mundial. El departamento de comunicación indicó que «el aumento de casos en países como China se debe a que después de las restricciones severas que tuvieron, las liberaron de un día para otro, lo que aceleró el incremento de casos».

Y añadieron que: «En Guatemala, al igual que otros países, no se tuvieron esos inconvenientes, porque las restricciones se liberaron poco a poco, lo que ha permitido, aunque con incrementos importantes, mantener el control. Hasta el momento no se ha tenido impactos severos en hospitalizaciones y muertes en el último año».

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