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“EL COMBO”: MARVIN Y SONNY
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El presidente Giammattei ha señalado, incómodo, el trabajo de dos periodistas que le cuestionan regularmente. De ahí esta columna sobre la crisis de los medios y la fuerza de los periodistas.


El ser periodista independiente en Guatemala, exige sacrificios, desvelos y mucho oficio, cuya recompensa pueden ser insultos y descalificaciones. En los últimos años los medios tradicionales pasan por una crisis que los golpeó hasta dejarlos al borde de la extinción, tanto en el mundo como en Guatemala. Así que, el tránsito hacia los medios alternativos (digitales), se convirtió en la única opción, no solo por estar señalados de “conflictivos”, sino porque para ellos no hay espacio en la nueva etapa periodística del país.

En los últimos dos años, más de 250 periodistas han sido despedidos, producto de la crisis económica, también por la lucha en contra de la impunidad y la corrupción que obligó a los medios a tomar postura: unos en la denuncia y, otros, en el silencio, para poder subsistir. Así que la diáspora empezó hace años y alcanzó su cúspide en la pandemia del coronavirus.

En medio de este escenario, dos periodistas comprometidos con esta profesión, van más allá de ser observadores pasivos: es el nuevo “combo” de valientes y honestos reporteros que con sus trabajos de investigación demuestran que aún subsiste gente valiosa: Sonny Figueroa y Marvin del Cid, el dúo dinámico, son los mejores representantes de esa nueva generación que rompe con los moldes del conformismo y la autocensura. Representan a esos periodistas quienes ven la realidad, la cuentan, la reportan y, ante eso, les toca enfrentar a quienes ostentan el poder político, económico y religioso. Porque la base fundamental de su oficio es la credibilidad y el compromiso ético.

El periodismo contemporáneo que realizan en Internet medios como Nómada, Plaza Pública, Factor 4, No Ficción, Artículo 35, Agencia Ocote, Gazeta de Guatemala, Prensa Comunitaria, Ojo con mi pisto, Vox Populi, Público GT, y otras páginas digitales más, complementa a los medios tradicionales. La diferencia es el enfoque periodístico entre ambas corrientes. En lo digital hay más libertad de expresión, al no existir ninguna presión (económica), para abordar temas “espinosos”.  

La misión del trabajo periodístico es la búsqueda de acercarse a la verdad, aunque esta moleste a personajes públicos, pues los periodistas ante la realidad que le rodea tienen que tomar partido cuando se trata de temas como el racismo, la discriminación, la impunidad y, sobre todo la corrupción en el Estado.

Periodistas como Marvin y Sonny, representan lo mejor del contrapoder. Ellos jamás han aceptado ser voceros ni portavoces de quienes mandan en el país. Desde la campaña electoral pasada, iniciaron investigaciones que golpearon a quienes se vieron señalados por su trabajo. Eso sí: jamás inventaron nada y todo está comprobado. Son serios, profesionales, entregados a su oficio, honestos y sinceros.

Desde su seria investigación en torno a los asesores, Poll Anria y Kif Nava, dos estrategas de campaña del partido Vamos en las elecciones de 2019, sacaron a la luz cómo evadieron la Ley Electoral y de Partidos Políticos para posicionar a Giammattei entre los votantes. Sonny y Marvin, reconocieron en un acto público que Anria y Nava se burlaron de las prohibiciones electorales con tácticas de propaganda solapada. A los reporteros, esto les valió ser blanco de ataques, no solo de estos dos extranjeros (panameño y mexicano), también de los net center pagados para descalificar, desprestigiar y destruir a quienes se atreven a cuestionar los hechos anómalos que los periodistas descubren y hacen público.

Al estar frente a los funcionarios hacen las preguntas que nadie se atreve a formular, cuestionan y aprovechan la oportunidad porque ahora son muy escasas las conferencias de prensa del gobierno. La última vez, cuando Giammattei tuvo contactos con la prensa, Sonny y Marvín, en ese orden, preguntaron y el mandatario tuvo ese comentario sarcástico de llamarlos “El Combo”, porque es evidente que no son de su agrado, no son de los periodistas que le soban la leva y se ponen de alfombra a cada oportunidad que tienen.

Las nuevas generaciones de periodistas, representados en “El Combo”, son más directas, no vivieron la represión de la guerra interna, son más valientes, más confrontativos y se muestran incluso, impacientes por ver más cambios en la sociedad, en sus comunidades, en sus vidas. Así que: ¡Viva por siempre “El Combo”! Y ojalá, se repliquen cada día más periodistas independientes, como Sonny y Marvin.


*Haroldo Sánchez es escritor y periodista. Ha coordinado varias de las redacciones más importantes del país, y actualmente es fundador y director del medio digital Factor 4


Las opiniones emitidas en este espacio son responsabilidad de sus autores y no necesariamente representan los criterios editoriales de Agencia Ocote. Las colaboraciones son a pedido del medio sin que su publicación implique una relación laboral con nosotros.

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