La jornada de charlas del último día del Festival Expansiva 2025 inició con la conversación «Contra el machismo, el conservadurismo y otros ismos». Sofía Menchú, Norma Sancir y Carmen Valeria …
La jornada de charlas del último día del Festival Expansiva 2025 inició con la conversación «Contra el machismo, el conservadurismo y otros ismos». Sofía Menchú, Norma Sancir y Carmen Valeria Escobar subieron al escenario del Centro Cultural de España para compartir experiencias y reflexionar sobre el papel de las mujeres periodistas en contextos rudos.
Carmen Valeria Escobar rompió el hielo con una pregunta: «¿Por qué decidieron ser periodistas?». Sofía Menchú contó que su vocación nació frente a la televisión, viendo CNN durante la guerra de Irak. Sintió que, a través de las y los periodistas podía «descubrir cosas» y los vio «como una especie de héroes». Al mirar esas coberturas ella pensaba que quería estar ahí.
Norma Sancir contó que desde niña le gustaba «dibujar historias». La fotografía le llamó mucho la atención y comenzó a contar historias con fotos. Recuerda que su mamá alguna vez le dijo: «Cuando te dé hambre, ahí te comes tus fotos», por lo caro del revelado. Con el tiempo entendió que podía tomar otros caminos dentro del periodismo y siguió el periodismo comunitario.
Así se iniciaron en un mundo que puede llegar a ser hostil, en especial para las mujeres. Según datos de la Deutsche Welle Akademie y la Casa para Libre Periodismo, cerca del 83% de los periodistas centroamericanos asegura haber recibido violencia, insultos, acoso en redes sociales por su trabajo.
En esta investigación también se encontraron seis patrones de violencia que viven las mujeres periodistas, como la violencia violencia sexual, lapsicológica, la física, la política y la estructural.
Los «ismos» en las redacciones
Sofía Menchú describió el machismo cotidiano en redacciones y coberturas. Su trabajo siempre iba acompañado de comentarios o «bromas» de sus colegas que cuestionaban su capacidad: «Decían que era porque seguro andaba con el jefe» o que «tenés algo con la fuente». Comentarios que en algún momento la hicieron llorar.
También, desde el ambiente familiar, le recordaban y cuestionaban por no estar ocupando el rol que «debía» ocupar. «Me criticaban por irme días de cobertura y dejar a mis hijas».
Para Norma Sancir, el contexto durante los años que ella ha ejercido el periodismo, ha sido una constante pelea por cubrir temas que normalmente no se le asignan a las mujeres.
«Las mujeres todavía estamos luchando para poder ganar esos espacios. No solamente de poder trabajar libremente sin todos esos problemas que ya existen por el machismo, sino también seguimos luchando por esos espacios de libertad de expresión para nosotras mismas», mencionó.
Sancir no solo ha vivido el machismo, también el racismo. «Me han dicho: “Usted no es de aquí, es de Cobán”». Norma explicó que en oriente, por el mestizaje, ese comentario es racista y lo han utilizado para cuestionar su experiencia y rigurosidad como periodista. En diferentes momentos ha tenido que confrontar a fuentes e incluso a autoridades, para hacer respetar su identidad y su trabajo.

Lo que todavía hace falta
Ambas coincidieron en que faltan protocolos claros para coberturas de violencia y desastres. Menchú relató riesgos en campo, desde amenazas en zonas controladas por pandillas hasta evacuaciones durante la erupción del Volcán de Fuego. Cuestionó la idea romántica de la «corresponsal Indiana Jones»: «Las redacciones no se preguntan qué pasa si algo nos ocurre en una cobertura peligrosa», lamentó.
Sancir sumó su experiencia en conflictos socioambientales y la necesidad de poner límites para resguardar la vida propia y la de la familia. Y, junto con esos protocolos, todavía hace falta que las mujeres periodistas se organicen más entre sí y consoliden grupos de apoyo.
Menchú habló de pocas pero valiosas aliadas y nombró el «rivalismo» como un obstáculo que mina la solidaridad. Sancir, en cambio, destacó que está hoy aquí gracias a redes de mujeres que la acompañaron incluso en procesos judiciales y de sanación integral. Aun así, recordó, en territorios conservadores, colegas hombres sostuvieron muchas veces el día a día.
Cambios urgentes
Ante el ascenso del conservadurismo, que refuerza roles y limita el trabajo de las mujeres, la «medicina» también está en el periodismo hecho por ellas: reporteo con perspectiva, redes de apoyo, liderazgo en redacciones y protocolos que protejan la vida y la integridad.
Para Sancir, urge que las mujeres periodistas se organicen y que el gobierno implemente la política y los protocolos de protección a periodistas. Menchú valoró que hoy existan más mujeres en puestos de decisión y medios dirigidos por mujeres, lo que abre espacios más seguros y con reglas claras.
Carmen Valeria Escobar cerró con un recordatorio: que las redacciones reflejan la sociedad. Si no hay suficientes mujeres en espacios de poder, el acoso y la desigualdad persisten.
La conclusión del panel fue tajante: abrir brecha exige organización, protocolos efectivos y el impulso de más mujeres en decisiones editoriales.
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