Un comunicado lo cambió todo el martes 24 de junio. A cuatro días del desfile del orgullo LGBTIQ+, la asociación Lambda y el colectivo de hombres trans Trans-Formación anunciaron que …
En resumen:
- Colectivos LGBTIQ+ se retiraron de la organización del desfile del Orgullo LGBTIQ+ por considerar que el espacio se volvió excluyente.
- Denunciaron prácticas adultocentristas, exclusión de voces jóvenes y decisiones marcadas por intereses partidistas, especialmente por parte del exdiputado Aldo Dávila y su hermana.
- A pesar de las tensiones, las organizaciones participaron para exigir espacios seguros y seguir visibles como comunidad diversa, en una marcha en la que se estima que hubo cientos de personas.
Un comunicado lo cambió todo el martes 24 de junio. A cuatro días del desfile del orgullo LGBTIQ+, la asociación Lambda y el colectivo de hombres trans Trans-Formación anunciaron que no participarían.
«Nos preocupa profundamente la dirección que ha tomado la organización del desfile: una dirección que consideramos excluyente, violenta y contraria a los principios de justicia social que históricamente han dado vida a nuestras luchas. En lugar de construir puentes, se han reforzado barreras», establecen ambas organizaciones en la publicación, en la que no entran en detalles.
Horas más tarde, la organización Visibles publicó otro comunicado en la misma línea, en el que respaldaban la decisión de las organizaciones. Anunciaron, además, su renuncia al puesto que les correspondía en la caravana por su participación en la planificación.
Visibles rechazó «las formas en las que se han tomado decisiones, excluyendo voces y priorizando intereses particulares y partidistas». «No podemos ignorar ni normalizar prácticas autoritarias dentro de nuestras propias áreas de representación».
El año pasado el comité del @desfilelgbtiqgt me solicitó coordinar la comunicación, mandato de dos años que cumplí en 2024 y actualmente en el ciclo 2025, sin embargo, la forma de trabajo del comité dificulta la articulación, además de otras circunstancias contextuales… https://t.co/4fPN5XP7mh
— JuanPablo HP (@PabloFerpecto) June 24, 2025
Visibles anunció que marcharían como bloque independiente, en la parte posterior de la marcha. A esta también se sumó la Comuna Bisexual. «Los espacios de representación no pueden ser dominios eternos. Deben transformarse y responder a las necesidades reales de nuestra comunidad», establecieron en una publicación.

Hoy, 28 de junio, marchan así: de manera colectiva, pero independiente. Con la esperanza de renovar los espacios para las personas diversas.
Las primeras, las organizaciones trans
Es pasada la una de la tarde y la lluvia apenas terminó de caer. Cientos de personas se reúnen en la Plaza de la República, en la zona 4 de la ciudad de Guatemala. En pocos minutos, marcharán rumbo a la Plaza de la Constitución en conmemoración del día del Orgullo LGBTIQ+.

La movilización inicia con las palabras del Comité Organizador del Desfile de la Diversidad Sexual e Identidad de Género LGBTIQ+. «Somos seres humanos que celebramos la diversidad y el orgullo porque por muchos siglos el heteropatriarcalismo ha sido la única manera de pensar», dice uno de los integrantes.
«¡Gracias, comité!», grita alguien, desde el público. El integrante del comité al micrófono asegura que organizar el evento no es una tarea fácil. La tensión generada por la serie de comunicados presentados los días anteriores es evidente.

Comienza el desfile, encabezado por organizaciones de mujeres trans, como OTRANS Reinas de la Noche y la Red Multicultural de Mujeres Trans en Guatemala (REDMUTRANS). Ellas son parte fundamental de la planificación de la marcha.
«Las organizaciones transhistóricas, OTRANS, REDMUTRANS, Odasa y la Comunidad Amigable de Diversidad Independiente (CADI), todo el bloque trans, son las que más apoyan también en el comité. (…) Ellos no responden a cuestiones partidistas», dice Ámbar Nicté, integrante del colectivo Comuna Bisexual.

Hace 25 años, en el 2000, se celebró la primera marcha del orgullo LGBTIQ+. Tres años antes, en 1997, un grupo de personas se manifestó en el Centro Histórico. Exigían justicia por el asesinato de María Conchita, una mujer transgénero asesinada por dos soldados del Ejército de Guatemala.
Hoy, más de veinte bloques conforman la movilización. Son organizaciones de población LGBTIQ+, empresas —como el restaurante Frida’s, la publicación La Fanzine y el autohotel Blue Paradise— y colectivos de jóvenes. También hay representantes de las embajadas de Canadá y México.

El «poder blando» del comité
Mientras la marcha se acerca a la zona 1, el exdiputado Aldo Dávila recorre los primeros bloques con rapidez. Se detiene para dar instrucciones o preguntar algo a otro integrante del comité organizador. Mientras hace su recorrido, algunas personas le piden tomarse fotografías a su lado.
Dávila era activista de los derechos LGBTIQ+ e integrante de la Asociación Gente Positiva, de la cual su hermana, Gabriela Dávila, es ahora directora. En 2020, fue electo como diputado del Congreso de la República con el partido político Movimiento WINAQ, el cual abandonó. En 2023 trató de reelegirse con el partido Voluntad, Oportunidad y Solidaridad (VOS), pero no fue electo. Hoy trabaja como asesor de la bancada.

Los hermanos Dávila participan en el comité organizador de la marcha, uno de los pocos espacios donde diversas organizaciones LGBTIQ+ «pueden convivir y construir algo en conjunto», dice Juan Pablo Hernández, de Visibles. En él, no existe una dirección o jefatura, que lidere el proceso de planificación.
«Pero sí se ejerce un “poder blando“, señala Hernández. «Hay mucha apatía de las organizaciones participantes para comprometerse y cumplir con el trabajo de las comisiones. Quienes ponen el espacio para reunirse, la responsabilidad civil y el trabajo de gestión gozan de un liderazgo poco cuestionado, por lo que la articulación no es posible», agrega Hernández.
Según Ámber Nicté, las colectivas pequeñas, como Comuna Bisexual, enfrentan dificultades para participar de las reuniones. No tienen el dinero ni el tiempo para hacerlo.
Esto se repite con organizaciones de otros territorios fuera de la ciudad capital. No tienen la capacidad para viajar a las sesiones, así que prefieren no participar en la planificación.
Damon Velarde, un joven que participó en el comité en 2022, también señala que existe adultocentrismo dentro de la organización. «Cuando las juventudes tratamos de tomar la palabra o proponer acciones para la seguridad o incluso para los actos culturales, no se toma en cuenta la palabra. O se nos silencia o bien, (elles) hablan desde su propia experiencia y que saben cómo hacer las cosas y cómo prefieren hacerlo», dice.
En ese 2022, él tenía 21 años y mantenía una postura firme sobre la importancia del bloque trans, dice. Durante el proceso de planificación, personas del comité llamaron a su mamá. «Le dijeron me pusiera un alto, que me controlara y que (ella) tomara responsabilidad de lo que yo estaba diciendo porque yo, al ser muy joven, no sabía cómo manejar las situaciones», señala hoy.
Desde Agencia Ocote tratamos de contactar telefónicamente con Aldo y Gabriela Dávila el domingo 29 de junio, para consultarles acerca de estos señalamientos, pero ninguno de los dos respondió las llamadas. De lograr conversar con alguno de los dos, añadiremos su respuesta en esta publicación.
Señalan «intereses partidistas»
Durante la marcha, un grupo de jóvenes pegó imágenes en una pared ubicada en la 18 calle y sexta avenida. En ella se lee: «Dávila, vendidos, corruptos y cooptadores del Comité de la Diversidad Sexual y de Género», acompañada de fotografías de Aldo y Gabriela Dávila.

En su comunicado, Visibles señaló que, al momento de tomar las decisiones, en el comité se excluyen voces y se priorizan «intereses particulares y partidistas».
Según Juan Pablo Hernández y Ámbar Nicté, este año, el comité propuso que el dinero para financiar el escenario que se colocaría en el Parque Central fuera donado por el partido Vos.
Algunas organizaciones se opusieron y otras, posteriormente, cambiaron su voto, originalmente a favor. El costo, entonces, fue cubierto por Gente Positiva, la organización que dirige la hermana del exdiputado.
Velarde considera que la participación de Dávila y del partido en el comité condiciona a la comunidad. Lo hacen, según el joven, para obtener votos de las personas diversas para las siguientes elecciones.
«Celebramos nuestras vidas»
Visibles y Comuna Bisexual decidieron renunciar al lugar que les correspondía en la desfile por su participación en la organización. En su lugar, marchan al final. Las organizaciones son acompañadas por decenas de personas que, en colectivo, bailan y cantan, al ritmo de canciones pop.
Marchar, consideran, es una acción necesaria. «Cada vez hay más discursos, narrativas de odio y violencias por nuestras diversidades. A pesar de que tengamos nuestras diferencias como organizaciones, el objetivo es el mismo: seguir visibles y tener espacios seguros donde podamos ser nosotros mismos y tener derechos básicos», dice Nicté.
El desfile del Orgullo LGBTIQ+ continúa siendo un espacio en el que jóvenes, como Cristopher Escobar, pueden sentirse seguros y aceptados.
Hasta este año, Escobar asistía a la marcha solo con una amiga. Ella era la única persona diversa que conocía. Aún no cumplían los 18 años y preferían solo observar, desde uno de los costados de la sexta avenida. «Pensaba: algún día voy a desfilar. Lo voy a hacer», recuerda.

Después de cumplir la mayoría de edad, decidió que sería la primera oportunidad. Preparó un traje con alas negras, que hoy tuvo que quitarse por la lluvia. Junto a cientos de personas, desfila con orgullo hacia el Centro Histórico.
Hoy conoció a otros dos jóvenes, con quienes ahora se encuentra a un costado del parque central, al lado de la Concha Acústica. Allí se realiza el festival, donde se presentan actos culturales, debido a que el área frente al palacio está ocupada por el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG).
Marchar fue «algo tan maravilloso, algo tan bonito, que es un sentimiento que no puedo explicar», dice, Escobar conmovido.
Este desfile es el único momento al año en el que la comunidad LGBTIQ+ se reúne de forma masiva. En ella, demuestran que están en todos los espacios y sectores.
«Nunca estamos solxs cuando sabemos que hay miles de personas que nos pueden acompañar. También celebramos nuestras vidas, nuestra existencia y enviamos el mensaje a todas las personas que no se atreven, o que no pueden hacerlo, que muchas personas celebramos nuestras diferencias, que nos unen en la diversidad», finaliza Hernández.
Son las cinco y media de la tarde y la lluvia comienza a caer de nuevo en el Centro Histórico. En el escenario, continúan las presentaciones artísticas, frente a un público que no se retira. La celebración continúa en las carrozas estacionadas en la sexta avenida, en las decenas de fiestas planificadas para la noche y en una comunidad que busca construir espacios renovados.
Texto: Kristhal Figueroa
Edición: Carmen Quintela
Fotografías: María del Carmen Hernández
