Entrevista con Bernardo Arévalo (transcripción)

El presidente de la República, Bernardo Arévalo, fue entrevistado por Pepa Bueno, periodista y directora del diario El País, en el cierre del festival Centroamérica Cuenta. En el diálogo, «Guatemala y su lugar en el mundo», el político conversó sobre los ataques a su gobierno, política exterior y su relación con los pueblos indígenas. Esta es la transcripción completa de la entrevista.

Lee aquí las claves de la entrevista: Vuelve a ver aquí la entrevista completa Pepa Bueno: Miguel Ángel Asturias dejó dicho: «Toda obra, cualquiera que sea, literaria, política, científica, debe …

Lee aquí las claves de la entrevista:

Vuelve a ver aquí la entrevista completa

Pepa Bueno: Miguel Ángel Asturias dejó dicho: «Toda obra, cualquiera que sea, literaria, política, científica, debe estar respaldada por una conducta». Estamos aquí en un encuentro en el que hemos disfrutado y hablado de obra literaria, también obra periodística y en esta clausura vamos a hablar de obra política.

En estos tiempos de incertidumbre y contradicciones, ¿es posible materializar, llevar a la práctica esa reflexión del nobel guatemalteco, hacer que la acción política que esté siempre respaldada por la ética, no solo desde el punto de vista personal, sino también desde la responsabilidad social?  

Bernardo Arévalo: Yo diría que ese es el compromiso que tenemos que adoptar y la lucha que hay que hacer para regresar a la recuperación de la función pública como un deber de servicio. Para nosotros ha sido muy importante como partido político y hay aquí compañeros con los que estuvimos trabajando en la organización de un proyecto que planteaba, desde el comienzo, que era necesario reunir la ética con la política.

En el marco de un sistema político que ha sido secuestrado por la corrupción en todas sus expresiones, de distintas maneras, era necesario identificar que lo que había que hacer era tener un compromiso fundamental con esa reunión entre ética y política y convertirlo en la línea central en la que nosotros íbamos a posicionar nuestros esfuerzos por rescatar las instituciones democráticas y ponerlas a trabajar al servicio de la población.

Con la claridad de que no debíamos caer en esas justificaciones, autojustificaciones que maquiavélicamente, «el fin justifica los medios, entonces puedo tomar un atajo por acá, puedo hacer un recorte por allá, porque el fin va a justificar lo que estoy haciendo». 

Teníamos una compañera que siempre hablaba, nuestra querida Lucrecia Hernández Mack ya fallecida, que, para nosotros en esta tarea, «la herramienta fundamental era tener una brújula ética bien calibrada» para nunca perder el norte. 

Pepa Bueno: Año y medio después de su llegada al poder, de la asumpción de la responsabilidad (que provocó una enorme expectativa, no solo en Guatemala sino en el resto del mundo, pero en lo que han podido esas elites económicas, esa justicia penetrada cooptada por redes de corrupción, siguen acusando, asediando, sería la palabra a este gobierno. ¿Va a poder cumplir su misión? 

Bernardo Arévalo: La primera misión ha sido impedir que estas élites lograran revertir la voluntad popular expresada libremente en las urnas durante el proceso electoral. Estuvieron insistiendo hasta el día mismo de la juramentación y es un esfuerzo, es un mérito del pueblo de Guatemala, de un liderazgo indígena que se tiró a las calles y que generó después ecos dentro de una sociedad que lo que dijo era que necesitamos reivindicar esos principios democráticos y poner uno hasta acá.

Nosotros, de ahí en adelante, estamos haciendo un trabajo en donde tenemos muy claro que el objetivo nuestro es el fortalecimiento de las instituciones democráticas. Lo hacemos en un contexto en donde estas redes político-criminales que antes tenían el poder absoluto y controlaban el poder, están presentes, siguen intentando lograr de alguna manera sus objetivos, no cejan en ese empeño, pero al mismo tiempo se han venido debilitando. Ese debilitamiento que se ha visto en distintos eventos políticos también generan a este punto desesperación y agresividad.

Entonces es un momento en donde de aquí hasta que haya cambios que nos permitan recuperar para la gente decente, para la justicia, las instituciones de justicia, el Ministerio Público, etcétera, hasta entonces va a seguir siendo una tarea complicada porque vamos a tener que estar resistiendo esos esfuerzos mientras cumplimos con lo que de verdad, para nosotros es fundamental, y es generar los resultados que a la gente los convenza de que en la próxima elección quede demostrado que no hay por qué seguir votando por partidos y por gente corrupta y aceptarlo como una maldición. 

Pepa Bueno: ¿Pero comprende, presidente, el desaliento, la frustración de algunos guatemaltecos que se desesperan ante la lentitud de esa recuperación de las instituciones para la democracia y que año y medio después dicen no haber tiempo, va a poder culminar su mandato, hay riesgo de que eso no sea así? 

Bernardo Arévalo: No, voy a culminar mi mandato, es más, por ejemplo, yo le he dicho, reconociendo que el Ministerio Público es uno de los focos centrales de este asedio a la democracia, yo voy a nombrar a la próxima o próximo fiscal general, de eso no me cabe duda, y yo voy a terminar este gobierno. Hay gente que piensa que nosotros estamos actuando tibiamente y que no nos atrevemos a dar golpes de efecto y muy duros. Nosotros tenemos muy claro cuál es el tablero y la correlación de fuerzas que está planteada.

La esperanza de esas élites es que nosotros cometiéramos algún tipo de error que nos pusiera a merced de estas instituciones y una posible defenestración del presidente por un juicio político. 

Pepa Bueno: ¿Un error hubiera sido cesar o sacar de aire a la fiscal?

Bernardo Arévalo: Totalment porque, aunque nos hemos reunido con abogados para ver, podría existir, o sea, existe interpretación jurídica suficientemente sólida de que sí es posible hacerlo en el marco de la Constitución, pero en un sistema donde hay una Corte de Constitucionalidad, la Constitución dice lo que la Corte de Constitucionalidad dice que dice. Entonces, cometer un acto sin tener la garantía de cuál va a ser la interpretación constitucional es posiblemente darles la salida más corta para ponerle fin a este periodo y es, sencillamente, colocarse en frente y decir, «bueno el presidente ha violado la ley, ha abusado el poder y, en consecuencia… 

Pepa Bueno: ¿Como colocarse en una diana? 

Bernardo Arévalo: Sí, «voy a salir con muchos pueblos artificiales y…», pero el sistema se cae y no es mi gobierno lo que está en juego. Es la posibilidad de que este país de verdad recupere el sentido de sí, recupere las instituciones y continúe en una ruta que cada vez nos vaya alejando más de este tétrico pantanal, de esta corrupción desatada que hemos tenido durante dos décadas o más. 

Pepa Bueno: Por ir cerrando este tema, ha dicho que confía en que siguiendo el procedimiento, es decir, el año próximo toca renovar los órganos judiciales…

Bernardo Arévalo: Bueno, hay una salida previa. Si el Congreso de la República hace la reforma que nosotros hemos solicitado del artículo 14, tenemos una salida que va a ser legal y constitucional y sin ningún problema, pero depende de un Congreso que nosotros nos… 

Pepa Bueno: Si no ocurre y sigue el procedimiento, tiene garantías, presidente, de que va a poder elegir entre personas que no han sido cooptadas por las redes corruptas, de que va a haber un plantel suficiente? 

Bernardo Arévalo: De hecho, nosotros tenemos muy claro que parte de la estrategia política de estos grupos, porque no es un grupo, es una serie, una red de intereses, es el control que tienen de una serie de instituciones que están involucradas en el proceso de nominación de los candidatos iba a garantizar que los seis nombres de los que el presidente de la República tiene que escoger a la próxima fiscal general, iban a ser controlados por ellos.

Los últimos resultados que ha habido en las elecciones de cortes, en las elecciones del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (CANG), lo que está sucediendo en la Universidad de San Carlos, demuestra que esa gente ha perdido el control. Seguramente va a haber un par de personas que van a estar ahí y seguramente va a haber alguien que uno no sabe dónde está, pero estoy seguro que va a ser posible colocar también candidatos decentes de los que se pueda seleccionar a un fiscal o a una fiscal que rescate la autonomía, la independencia y la objetividad del Ministerio Público.

Pepa Bueno: Un ejemplo claro de venganza judicial es el encarcelamiento del periodista José Rubén Zamora. Ayer un grupo de colegas, fuimos a verlo.  Más de mil días en prisión sin ningún tipo de garantía jurídica. Su relato es el relato de un proceso que no tiene nada que ver con un Estado de derecho realmente. Es decir, aunque consiga el próximo año que el Ministerio Público esté en manos decentes, el trabajo aquí es largo. El trabajo para la recuperación del poder del Estado que representa la justicia no se acaba solo con que cambie a la fiscal.

Bernardo Arévalo: No, bueno, Roma no se construyó en un día y los trabajos de construcción institucional son trabajos de largo aliento. Lo que es muy importante es asegurarse que las bases sean sólidas, que sean legítimas, que tengan el nivel de respaldo amplio dentro de la población para que las defiendan como se hizo durante la resistencia del año 23, en donde la gente salió.

Por supuesto que no va a terminar. Nosotros estamos muy claros, por ejemplo, y esta es una demanda del sector justicia de los abogados, de fiscales, de jueces, se necesita una reforma en el sector justicia de amplio calado, una reforma que tiene que ser discutida, ampliada, no una reforma que tiene que ver con el problema político que hay ahora, sino una reforma que tiene que ver fundamentalmente con la calidad de la justicia y la prontitud de la justicia que se extiende en Guatemala.

Porque hoy, además de los problemas políticos que existen por una justicia cooptada, existe un problema de disfuncionalidad que afecta a el guatemalteco y la guatemalteca de a pie, que no tienen garantías de que, efectivamente, van a encontrar jueces atentos, que no haya alguien que pueda comprar un fiscal, que no haya alguien… O, inclusive, que sus procesos avancen con la velocidad adecuada, de manera que los problemas no se van a terminar, (pero se va a abrir la puerta para ir los resolvientos.

Pepa Bueno: Por cerrar este capítulo, ¿confía en que nuestro colega, el periodista, pueda abandonar pronto la prisión?

Bernardo Arévalo: Yo espero… Bueno, en primer lugar, ya hubo una medida sustitutiva que fue revertida arbitrariamente, porque todo lo hacen arbitrariamente… 

Pepa Bueno: Por un juez que denunció amenazas, además, de sus superiores. 

Bernardo Arévalo: Efectivamente, sí, ya la relatora de Naciones Unidas ha hecho muy claro el nivel de amedrentamiento en el que viven los jueces dentro del sistema judicial, de manera que nosotros haremos todo lo que está de nuestra parte para seguir, bueno, primero garantizando las condiciones en las que él se encuentra en este momento, pero tratando de lograr condiciones en los que se logre. Esperemos que suceda antes y que no haya que esperar tanto, como tantos otros compañeros, amigos, personajes, que están siendo criminalizados espuria y arbitrariamente. 

Pepa Bueno:  Me ha llamado la atención, estos días aquí, que Guatemala vive un proceso en dirección contraria a la tendencia global de gobiernos autoritarios, gobiernos que violan la separación de poderes, gobiernos que encarcelan opositores o ciudadanos indefensos. Aquí hay un gobierno legítimo que hace prácticas democráticas, que ha descrito muy bien el presidente Arévalo, «con una mano atada a la espalda», como dicen Leviski y Siblad, que se defienden las democracias, sin desatarse, sin romper las costuras constitucionales o no rozándolas al menos. Y sin embargo, el asedio viene y la invasión de poderes, desde un poder del Estado, como es la justicia. Viven ustedes el asedio en dirección contraria, proceso lliberal en dirección contraria a la del resto de Centroamérica y, por desgracia, al resto del mundo.

Bernardo Arévalo: En efecto, tal vez, al final el proceso tiene más similitud con procesos que hubo en Bulgaria o en otros lugares en su momento, donde el asedio ha sido no necesariamente siempre desde el ejecutivo, si no ocurre desde otros poderes. La lógica que tienen estas redes de corrupción es penetrar al sistema político y lo van haciendo sencillamente como el agua: encuentran el camino más fácil.

Así es por el lado de la justicia, por el lado del Ejecutivo, por el lado del Legislativo. A nivel de poder local, hay muchísima penetración. En el caso nuestro, que estamos desde el Ejecutivo, yo lo pondría al revés. Nosotros estamos recuperando esa justicia y creo que el asedio lo tienen que sentir ellos ahora porque el reloj va en su contra. Nosotros estamos avanzando y ellos están un día menos en el nivel de control. Nosotros vamos a llegar al momento en donde las instituciones van a estar funcionando. 

Pepa Bueno: ¿Pensó que iba a ser así de difícil, cuando el movimiento indígena estaba en la calle reclamando al presidente electo sus derechos? Cuando el resto del mundo tenía los ojos puestos en Guatemala, ¿qué idea tenía que se iba a encontrar del gobierno, de la capacidad ejecutiva, de la rapidez a hacer reformas y qué se ha encontrado que le haya sorprendido, presidente?

Bernardo Arévalo: Sabíamos que íbamos a encontrar instituciones destrozadas. No teníamos claro la profundidad del problema. Nosotros siempre tuvimos la idea de, inclusive cuando nos vamos a organizar, en la campaña hablábamos de las 3 R’s: la primera era rescatar, la segunda reformar, la tercera responder.  Se rescatan con la victoria electoral y la fase de reforma y respuesta es la que toma más tiempo porque, como no se trata de una estructura claramente identificada y centralizada, sino se trata de una red de intereses que opera en todas partes y a todo nivel, cuesta ir haciéndolo. 

Nos hemos encontrado con, por ejemplo, la dificultad, y ya estamos saliendo de ese periodo, nos hemos retrasado mucho en la inversión en carreteras, por ejemplo, porque el corazón del sistema corrupto que entrelazaba diputados, funcionarios del ejecutivo, constructores, era los contratos de obra pública y, evidentemente, el Ministerio de Comunicaciones y Obras Públicas no estaba construido para funcionar, estaba construido para repartir el pastel.

Entonces, cuando se llega, hay que reconstruir una capacidad ejecutiva y hay que empezar a identificar… A veces hay ministros, por ejemplo, el ministro actual tuvo que botar un sistema completo de licitaciones porque se dio cuenta que estaban desde los niveles técnicos cometiendo faltas, en el sentido de violar la objetividad de estos procesos de licitación.

Es lo que hemos encontrado, eso es lo más, yo diría, lo más notorio. Estamos resolviendo y enfrentando los problemas en las distintas carteras y bueno, también estamos claros de la necesidad de darle respuesta a las expectativas que hay sobre este gobierno, que era el resultado de que durante los últimos 25, 30 años la gente ya no tenía expectativas sobre los gobiernos porque había un cinismo instalado de que «todos van a venir, todos van a hacer lo mismo, no van a responder», etcétera. Entonces ahora nosotros venimos y sí se pudo hacer, «qué bueno que tenemos gente honrada y que está haciéndolo. Qué bueno, pero ahora yo quiero esto, que se me acumuló durante 20, 30 años, que me lo resuelvan ahora». 

Pepa Bueno: Los periodistas preguntamos, insistentemente, ¿pero cuándo, cuándo, cuándo, no? 

Bernardo Arévalo: Exacto. Y vamos avanzando. Yo creo que está bien y nosotros tratamos de avanzar y hacer ver. A veces yo uso las cuestiones comparativas: «Es que no están haciendo nada», ah, muy bien, perfecto. ¿Cuántos puestos de salud construyó el gobierno anterior? Cuatro.¿Cuántos llevamos nosotros? Creo que 30. Y cuando hacemos el comparativo, pero no es un tema de comparación, es un tema de una expectativa que está dada porque «si se supone que esto tiene que funcionar, queremos que funcione» y el funcionamiento tiene que estar expresado cuestiones concretas. Este es nuestro reto y eso es lo que vamos a lograr.

Pepa Bueno: El problema de las expectativas es que, efectivamente, si hay que afrontar un problema de décadas en año y medio de legislatura es muy difícil, si hay que desmontar hasta el sistema de licitaciones de obra pública porque estaba penetrado, como contaba, desde los primeros movimientos para una licitación… Pero el problema de las expectativas es que su frustración, en el contexto actual, puede llevar a votar soluciones mágicas. Estamos viéndolo a nuestro alrededor, es decir, vemos que hay una parte de nuestras sociedades, sobre todo  las castigadas por la violencia y por la inseguridad, que están dispuestas a entregar un porcentaje de libertades públicas y de derechos humanos a cambio de conseguir un perímetro de cierta seguridad para su vida, eso es el Bukelismo. ¿Teme el contagio? 

Bernardo Arévalo: Por eso, nosotros tenemos muy claro que con toda la importancia que le tenemos que asignar a la defensa de los intentos desestabilizadores, de este golpismo que tenemos enquistado, la tarea principal es responder con obra. Es únicamente generando resultados tangibles de la gestión de gobierno, hechos concretos que le permitan a la gente darse cuenta que las cosas están cambiando y que puedan continuar cambiando, que podemos legitimar que la continuación del camino deben ser más gobiernos democráticos, más gobierno decentes.

Y entonces para nosotros la orientación a generar una transformación concreta es fundamental. Nos damos cuenta que hay un retraso de 40 años. Estamos empezando a hacer reformas en infraestructura estratégica que se deberían haber hecho hace 25, 30 años. Estamos recuperando un ferrocarril que ya no existe porque entre corrupción e incompetencia se perdió y estamos viendo que es cómo lo rescatamos porque necesitamos tener un ferrocarril.

Estamos haciendo las reformas en el tema aeroportuario que se necesitan porque no se han invertido a pesar de que los planes estaban presentes desde hace 30 años. Y sin embargo, esa lógica de tratar de tener el rédito inmediato

impedía que las cosas se hicieran. Nosotros tenemos que generar esos cambios y que la gente empiece a ver que el país avanza en esa visión de modernización estratégica y tenemos que empezar a dar resultados para las personas que normalmente han sido marginadas, excluidas y discriminadas por un proceso de desarrollo absolutamente desigual y marginado.

Pepa Bueno: Infraestructuras estratégicas… Ya hablaba de las carreteras, ha mencionado la salud. La batalla contra la desigualdad, ¿qué prioridades tiene para usted? 

Bernardo Arévalo: Bueno, mucha. Nosotros tenemos dos proyectos fundamentales en donde creemos que vamos a ser mella en el tema de la pobreza. Tenemos un programa que se llama «Mano a mano», que está

focalizado en los 114 municipios más pobres del país. 

En estos 14 municipios que son los más pobres del país, estamos coordinando procesos de integración de la respuesta del Estado, de una manera concentrada para poder, efectivamente, generar resultados concretos. El Ministerio de Comunicaciones, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación, el Ministerio de Desarrollo Social… De manera que en esos 114 se pueda lograr resultados como, por ejemplo, declarar municipios libres de piso de tierra.

Ahorita estamos empezando, ya tenemos dos o tres que se han declarado libres de piso de tierra. El objetivo es avanzar hasta donde podamos logrando ese objetivo. ¿Por qué el piso de cemento? Porque el piso de tierra no es únicamente un indicador de pobreza, es un vector de enfermedades, es un vector de desnutrición, es un foco para la enfermedad. 

La inversión es muy bien… se pone el piso de cemento, pero además se trabajan las paredes, entregan filtros de agua, se hace un trabajo. Ese es un proyecto que tiene precisamente como objetivo atacar a la pobreza en los lugares donde se está concentrando. El segundo es un programa que se llama «Rutas para el desarrollo». 

Este programa acaba de ser nominado para un premio de la International Road Federation por el diseño y la visión. lo que hace es que identificamos, por ejemplo, que los mapas de pobreza coincidían con las zonas más abandonadas de infraestructura de caminos del país. Y entonces hemos identificado las tres zonas más abandonadas por la inversión pública históricamente en carreteras que son en la zona de Huehuetenango y el Altiplano, la zona de Alta Verapaz y el Corredor Seco.

Y en estas zonas estamos haciendo unos proyectos donde combinamos la construcción de carreteras secundarias con cientos de kilómetros de carreteras de terracería para conectar a la población a facilitar la entrada, la salida de productos, la llegada a la escuela, etcétera. 

El otro día estuve en en Alta Verapaz, en Cobán. Este año vamos a trabajar una zona del municipio de Cobán en donde va a haber 69 kilómetros (km.) de una carretera que estaba abandonada, que hacía que la gente tardara horas de horas en llegar a las ciudades más cercanas. Pero alrededor de ella hay 300 km. de carreteras secundarias. O sea, se va a convertir en una nervadura. 

Eso va de la mano, otra vez, con puestos de salud, con escuelas. Estamos viendo cómo concentramos atención focalizada nuevamente en las zonas más pobres del

país. Nosotros creemos en la inversión en infraestructura pública, no solo de los proyectos estratégicos, sino nosotros tenemos uno de los presupuestos de inversión en donde el reto que tenemos ahora es invertir el dinero que se ha destinado para obra pública en todos los lugares… 

Pepa Bueno: Ejecutar. 

Bernardo Arévalo: … Ejecutar, porque estamos convencidos de que eso lo que va a hacer es generar empleo y el empleo va a lograr ir permitiendo que las personas vayan saliendo adelante. Podría hablar de otros programas, pero…

Pepa Bueno: Sí, claro, porque la defensa de la democracia y de la calidad de la democracia ocupa tanta atención en este momento de políticos y analistas, y con razón, porque sin democracia no hay nada de todo lo demás, que a veces nos olvidamos que hay políticas públicas imprescindibles de de ir ejecutando, mientras se libra la otra batalla hasta donde se pueda… 

Bernardo Arévalo: No hay democracia sin justicia social y no hay justicia social sin democracia.

Pepa Bueno:  Estamos clausurando el festival Centroamérica Cuenta. ¿Es posible ir más allá en la integración de la región, teniendo una dictadura en Nicaragua y teniendo un gobierno autoritario en El Salvador? ¿Qué obstáculos tiene la integración con esas dos realidades? ¿Cómo avanzar? ¿Qué se puede hacer y qué no se puede hacer?

Bernardo Arévalo: La integración siempre ha sido una aspiración y un sueño regional que nuestros estados no han logrado conducir de una manera adecuada. Alrededor del proceso de paz de Centroamérica, del proceso de contadora Esquipulas, se logró retomar una visión de integración que empezaba a identificar objetivos concretos para lo que la integración puede ser en estos tiempos.

Evidentemente es un proyecto político, pero sus expresiones no son exclusivamente políticas. Tienen que tener expresión práctica en la integración de las comunicaciones, en la integración del comercio, en la integración de los pueblos, en la integración de la cultura.

El primer problema que hemos tenido en Centroamérica es que los gobiernos centroamericanos no hemos dedicado suficiente atención a los objetivos de la integración en estoy hablando de proceso de décadas. Fundamentalmente, porque estaban preocupados por sus propias condiciones internas.

Es decir, es distinto construir un proceso integración cuando se está haciendo

desde estados sólidos que entonces acuerdan los mecanismos mediante los cuales van a ir creando esos pisos y esos niveles para facilitar esa  integración que hacerlo desde países donde todavía hay un esfuerzo considerable en la construcción de estados internos.

Eso implica limitaciones. 

Detrás de eso vino esta condición política en donde ahorita. No hay una visión común sobre el destino de Centroamérica. El protocolo de Tegucigalpa, que es, digamos, la piedra angular del sistema de integración centroamericano contemporáneo, habla de la vocación democrática de los pueblos centroamericanos y de sus gobiernos, no existe en este momento. 

Y entonces, a nivel político, tenemos claro que la integración no va a poder avanzar porque no existe esa comunidad de visión política que es la que se necesita para poder ir facilitando. Pero podemos también evitar que se pierda por completo si seguimos trabajando las integraciones a nivel técnico, integrar el comercio, integrar el mercado, la comunicación de las personas, integrar la cultura, integrar los pueblos.De esa manera vamos a poder seguir avanzando… 

Pepa Bueno: ¿Independientemente del régimen que haya en cada país? 

Bernardo Arévalo: Independientemente del régimen que hay en cada país hasta el momento en el que se den las condiciones para que ya con una visión, todos comprometidos nuevamente con esa visión democrática, esa visión de construir países de basados en el ejercicio de los derechos humanos, de las libertades públicas como están en el en el protocolo de Tegucigalpa, se pueda llevar a cabo. 

Pepa Bueno:  Usted se ha visto ya con el secretario de Estado estadounidense, con el señor Rubio, ¿no? ¿Cómo son las relaciones con la administración Trump?

Bernardo Arévalo: Bien, tenemos relaciones muy cordiales. Yo había conocido anteriormente al secretario Rubio. Siendo presidente electo, yo hice una visita a los Estados Unidos para entrevistarme con miembros de ambos partidos para empezar a preparar, para presentar nuestra visión de trabajo, parte importante también del trabajo de resistencia que estábamos haciendo en ese momento.

Ahí tuvimos una entrevista con él y con otros senadores y representantes republicanos y demócratas. Fue ya un primer contacto donde tuvimos un intercambio. Y la visita a Guatemala fue una segunda oportunidad donde ya, a partir de la visita que habíamos hecho, los equipos habían seguido avanzando en el contacto. 

Cuando viene el cambio de administración, nosotros teníamos claridad alrededor de cuáles iban a ser los temas centrales que estaban sobre la mesa, porque eran muy claros durante la campaña, y la necesidad de prepararnos para poner propuestas que nos permitan tener una conversación concreta sobre la base de intereses comunes. Eso fue lo que hicimos. 

Cuando llegó el secretario Rubio, nosotros teníamos lista una serie de propuestas en temas de migración, en temas de seguridad, en temas de combate al narcotráfico, en temas de comercio, que fueron la base de una reunión muy buena. Ahí fue donde se identificó, por ejemplo, el nivel de cooperación que tenemos ahora para todo este desarrollo de infraestructura estratégica por parte del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, a quienes nosotros, como gobierno, estamos contratando para que hagan esos estudios y esos desarrollos. 

Tenemos una relación,  que se ha venido desarrollando y que tiene que ir enfrentando los distintos temas que van surgiendo. La próxima semana empiezan las negociaciones sobre los temas arancelarios. Hay una delegación de gobierno que va a Washington, precisamente, con claridad sobre una serie de temas que queremos poner sobre la mesa y vamos a ver. 

Pepa Bueno:  Ha dado la impresión de que la nueva administración estadounidense, la del señor Trump, ha planteado menos exigencias a Guatemala que a otros países de Centroamérica, ¿no? Exigencias concretas, algunas, como a Panamá, en un tono de amenaza, incluso. ¿Ha ocurrido aquí? 

Bernardo Arévalo: De entrada, nosotros entendimos claramente que en ese cambio de política migratoria, «okay, no vamos a poder contener una política de este tema. Entonces, ¿cómo podemos manejarla de una manera que sea lo menos traumática e, inclusive, que pueda ser aprovechada positivamente? Y con lo que nosotros llegamos es con una propuesta en donde dijimos: «Miren, nosotros entendemos, vamos a atender a las personas que regresen de nuestro país, pero estamos abiertos a atender centroamericanos»… Bueno, los nicaragüenses, quienes no puedan regresar a su país, aquí tienen su hogar hasta que se den esas condiciones. Y en la base de eso, entonces, llegamos a un acuerdo que hemos mantenido hasta este momento.

Pepa Bueno: ¿Han aceptado vuelos de deportados, entonces?

Bernardo Arévalo: Bueno, deportados han estado viniendo de Estados Unidos a Guatemala, últimos 8, 10 años. No es algo nuevo. Lo que cambia son las preparaciones para la posibilidad de que los volúmenes sean más altos y que implica que nosotros tenemos que tener un mejor alineamiento institucional para poder acogerlos de manera y que se logren insertar más efectivamente en la sociedad guatemalteca. 

Pepa Bueno: Perdone porque no la he entendido, pero no solo guatemaltecos,

¿no? De otras nacionalidades también.

Bernardo Arévalo: Centroamericanos. ¿Usted sabe que, de acuerdo a nuestra Constitución, los centroamericanos son guatemaltecos de origen? Entonces, cualquier centroamericano puede cruzar la frontera, llegar a Guatemala y hacer

su reclamación de su derecho a ser considerado un guatemalteco? Entonces no tenemos con eso ningún problema.

Pepa Bueno: Junto a la desigualdad, las migraciones señalan en este momento de la historia los más vulnerables, ¿no? Y la migración es un derecho humano, no hay quien lo pare. Me gustaría escuchar su reflexión sobre cómo enfrentar el desafío que representa para nuestras sociedades en todas las direcciones, las que pierden población, las que la migración humana.

Bernardo Arévalo: La migración es inherente a la civilización. Desde que Lucy empezó a caminar afuera del Valle del Rift, la migración es la característica de la

civilización humana y cualquiera que lea historia lo entiende. Nosotros lo que creemos es que, dentro de ese derecho a la migración,  hay una necesidad de lograr que haya mecanismos para que esta migración sea segura, sea

ordenada y evite la aparición de fenómenos como, por ejemplo, el coyotaje, el tráfico de personas con las tragedias que hemos visto que han estado pasando en distintos lugares. Y nuestra estrategia es colaborar, en el sentido de trabajar para que esa migración se dé de manera regular, ordenada y segura.

Pero tenemos que entender que, en nuestro caso, la migración existe fundamentalmente porque es la única respuesta que la pobreza le deja a cientos de miles de guatemaltecos a los que el país no le ha ofrecido otro tipo de respuestas de desarrollo, que no han tenido apoyo para poder quedarse.

La gente quisiera quedarse con sus familias, quisiera tener oportunidad para estar en su comunidad. Si no lo hacen es porque no encuentran otra salida y se van en lo que es esta ruptura, desgarramiento familiar para enviar, desde allá, las remesas, que para nosotros son una parte importantísima dentro de la economía.

Pero la verdad es que creemos que la solución, todo lo que se pueda hacer para normar, regular, manejar la migración, en este momento, es simplemente un trabajo de contención porque la verdadera respuesta a la migración es el desarrollo y en la medida en que nosotros logremos ir generando oportunidades de desarrollo para la población del país en los distintos niveles, se va a poder ir haciendo mella a la migración de una manera estructural y definitiva. En el ínterin hay que buscar formas para proteger a la gente en ese proceso de migración.

Pepa Bueno: Se asiste en el mundo entero a un cambio abrupto en el orden internacional en el que se saltan todas las reglas conocidas hasta ahora, las que alumbró el final de la Segunda Guerra Mundial. Tenemos ejemplos evidentes de la ley del más fuerte en Ucrania primero, ahora en Gaza de una manera trágica. Esto, alimentado ahora por la nueva administración estadounidense, pone al mundo ¿al borde de qué, presidente Arévalo? ¿A qué nos estamos enfrentando cuando se invade otro país por la fuerza, se comete la limpieza étnica de un pueblo o se anuncia que se quiere comprar una isla?

Bernardo Arévalo: Nosotros hemos, desde el primer momento, insistido en la

necesidad de proteger el multilateralismo y no renunciar al principio del derecho internacional, la convivencia pacífica y armónica entre las naciones sobre la base del Derecho Internacional. Creo que, efectivamente, a partir de la guerra de Ucrania tal vez vimos violaciones gravísimas de estos principios porque no sucedían en los márgenes periféricos del sistema, sino en su corazón. 

La implicación de eso para el sistema internacional es gravísima porque implica regresar a la «ley de la selva» y a los países como Guatemala no les conviene vivir en ese mundo de grandes animales y pequeños animales que circulan en esa selva. El sistema multilateral es la solución para tratar de participar en un proceso de creación de normas de convivencia internacionales en todos los temas que hay: derechos humanos, transporte… 

Pepa Bueno: Pero la ONU (Organización de Naciones Unidas) no tiene ninguna autoridad, el Consejo de Seguridad acaba boicoteándolo todo, ¿no?

Bernardo Arévalo: Bueno, por eso hay que reformar el Consejo de Seguridad, cosa que nosotros hemos planteado absolutamente de una manera transparente. Las Naciones Unidas son necesarias, pero, para que funcionen, hay que reformarlas. Un Consejo de Seguridad con un poder de veto de cinco países, que está construido sobre la base de la correlación de fuerzas militares y políticas al fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando ahora es un escenario absolutamente distinto, no va a ningún lado. 

Hay que reformar las Naciones Unidas, pero para reforzar el multilateralismo, para reforzar la vigencia del Derecho Internacional, porque es ese el escenario en donde países como Guatemala mejor pueden encontrar la protección a sus derechos y la proyección de sus intereses. 

Es muy interesante esto que dice, presidente, porque es verdad que planteamos la construcción de un nuevo orden internacional desde la mirada de los grandes bloques que se están configurando, que ya no son grandes bloques, son potencias con áreas de influencia o, por lo menos, eso es lo que pretenden, ¿no? 

Y claro, la perspectiva de los países más pequeños en regiones que son áreas de influencia, pero no integradas estrictamente en una de las potencias, está muy poco encima de la mesa, está muy poco en el análisis… 

Bernardo Arévalo: Pero es precisamente lo que yo creo que nosotros podemos hacer, por ejemplo, a nivel latinoamericano. Hay espacios para promover integración que se han anunciado, no hemos sido muy buenos en América Latina en lograr que todas estas visiones de integración trasciendan lo retórico y que realmente empiecen acrear esos espacios comunes, como por ejemplo se ha dado en Europa, donde ya hay una identidad europea anclada en una sociedad, en todos los países… 

Pepa Bueno: Tenemos caballos de Troya. 

Bernardo Arévalo:  Es la época de los caballos de Troya. Yo quisiera pensar que lo que estamos es en una época del mundo, efectivamente, donde tenemos un retroceso que es sencillamente la emergencia de problemas no resueltos en el proceso de construcción institucional que estamos teniendo. 

Es una etapa muy peligrosa, muy volátil, muy incierta, pero muy inestable. Y si uno ve con una mirada un poco histórica, el resultado muchas veces de estas crisis es, cuando llegan a su fondo, generar un nuevo nivel de estabilidad que idealmente tiene que ser superior en término de lo que nosotros entendemos como un mundo de derechos, un mundo de estabilidad que lo que se venía alcanzando anteriormente. La historia nunca se desarrolla linealmente y progresivamente. Siempre son retrocesos, crisis, pero al final, hoy estamos en muchos sentidos mejor que hace 200 años, a pesar de las crisis, a pesar de una Segunda Guerra (Mundial) que fue una tragedia inenarrable para la humanidad, 

Creo que lo que tenemos que hacer es tratar de visualizar no tanto el deterioro que está pasando, que es evidente e innegable, sino empezar a identificar qué es de esto lo que necesitamos rescatar para poder llevar el sistema a un nivel superior. 

Pepa Bueno: Le veo en el optimismo de la razón, presidente. Da alegría alegría en medio de un contexto cargado de incertidumbre… 

Bernardo Arévalo: Si no fuera optimista, no podría estar dedicado a lo que me dedico. 

Pepa Bueno: … y con un derrotismo ambiental, se agradece ese optimismo. Tenemos que terminar y no quiero hacerlo sin mencionar a las comunidades indígenas, al movimiento indígena, que fue tan importante, tan determinante en que usted esté hoy aquí, haciendo esta entrevista como presidente. ¿Cómo va su relación con ellos? han empezado a saldar, si me permite la expresión, la deuda por aquel apoyo? ¿Se puede evitar, en esta democracia asediada, que los criminalicen? 

Bernardo Arévalo: Por supuesto que tenemos que impedir que se criminalicen y en eso estamos trabajando juntos con el liderazgo indígena. De hecho, uno de los primeros resultados de la criminalización que se ha hecho de Luis Pacheco y de Héctor Chaclán (de Luis Pacheco, que además es funcionario de mi gobierno) ha sido una reunión del gobierno con los pueblos originarios alrededor de que no podemos permitir que eso siga adelante y que vamos a hacer todos los esfuerzos necesarios para poder hacerlo. 

De hecho, tenemos una hoja de ruta conjunta que hemos discutido con ellos y que estamos trabajando en donde hemos acordado una serie de medidas que estamos llevando cada uno lo que le corresponde para enfrentar este hecho que creo (es mi interpretación y la de muchos) son los actos de desesperación de quienes intentaban jugarle a la desestabilización y que felizmente no tuvieron el resultado que esperaban. 

Pero la relación con los pueblos indígenas no es exclusivamente como resultado de una crisis. Nosotros, de hecho, mantenemos todos los meses una reunión entre el presidente de la República y la Asamblea Nacional de Pueblos Indígenas y Originarios. Es los primeros jueves de cada mes, antes eran los terceros. Nos reunimos a partir de la discusión de temas concretos de la agenda de desarrollo a nivel general, porque la asamblea es entre todos los pueblos y es una diversidad enorme de pueblos con problemas muy diferentes. 

Se plantean problemas comunes a resolver y hemos reformado juntos instituciones que eran resultado de los procesos de paz y que estaban totalmente ya cooptadas y disfuncionales. Las hemos reformado en consulta con ellos y se han hecho los procesos de elección de acuerdo a estos nuevos mecanismos como ellos han acordado. 

Estamos discutiendo reformas legales y los temas de reactivación económica, pero, adicionalmente, nosotros tenemos reuniones a nivel de distintos grupos indígenas, ixiles, los xincas, los chortíes, con la alcaldía indígena de Sololá, con la Alcaldía Indígena de Santa Lucía Utatlán… 

 Tenemos como 12 acuerdos (se llaman agendas de desarrollo) que el gobierno de la República firma con el liderazgo indígena de esa comunidad, donde se identifican objetivos concretos de desarrollo que son los que ellos plantean y que nosotros identificamos los que tenemos que responder. Son cosas prácticas como carreteras, puestos de salud, educación o resolver problemas de tierras ancestrales, etcétera.

Llevamos ahorita esos 12 acuerdos y van a seguir creciendo porque no estamos esperando a que el desarrollo eventual que surja por la activación económica los beneficie. Estamos buscando formas concretas de ir respondiendo a necesidades inmediatas con la conciencia de que 500 años de discriminación no las vamos a poder resolver en 4 años.

Kristhal Figueroa

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