El día que la poesía de García Lorca se recitó en Kaqchikel

El poema «Grito hacia Roma», de Federico García Lorca, fue traducido a más de 25 idiomas de Abya Yala en una compilación realizada por el Instituto Cervantes. En Guatemala, se tradujo al Kaqchikel por Raxche’ Rodríguez, quien, en el marco del festival Centroamérica Cuenta, conversó sobre el proyecto y su importancia.

En 2024, Raxche’ Rodríguez, recibió una llamada inusual. El instituto Cervantes lo invitaba a traducir al Kaqchikel el poema «Grito hacia Roma», del escritor español Federico García Lorca. La traducción …

En resumen:

  • El lingüista y escritor Raxche’ Rodríguez tradujo el poema «Grito a Roma» al Kaqchikel.
  • La tarea implicó retos, como conocer el contexto del poema y encontrar en Kaqchikel sinónimos para palabras que no existen en ese idioma.
  • Llevar literatura en Kaqchikel a las comunidades es necesario para que la población se reconozca en esas historias.

En 2024, Raxche’ Rodríguez, recibió una llamada inusual. El instituto Cervantes lo invitaba a traducir al Kaqchikel el poema «Grito hacia Roma», del escritor español Federico García Lorca.

La traducción no era algo nuevo para Rodríguez. Es investigador, lingüista y un conocido escritor. En el pasado, tradujo un libro del autor Humberto Ak’abal. «Pero ese proceso es mucho más sencillo porque el K’iche y el Kaqchikel son lenguas emparentadas donde la gramática prácticamente es la misma», dice Rodríguez. 

Traducir «Grito hacia Roma», el poema que la autora nicaragüense Gioconda Belli describió como «fuerte, angustiado y hermosísimo», implicaría otros retos. El lingüista tendría que adentrarse en el contexto y buscar cómo transmitir las metáforas con las que García Lorca reclama al Papa XI por su colaboración con el dictador italiano Benito Mussolini. 

«En teoría, cualquier idioma puede expresar cualquier sentimiento, pensamiento o tecnología. Son muy maleables y son productos de su época. Si eso es lo que dice la teoría, entonces, ¿por qué no podría yo traducir el «Grito a Roma» con todas sus implicaciones?», pensó el lingüista.

Traducir a Federico García Lorca al Kaqchikel

Rodríguez aceptó la tarea. Trabajó en la traducción, durante meses, desde su oficina. Dejó que el proceso fluyera: interpretó lo que pudo y dejó el resto para después. Investigó en diccionarios y libros lo que García Lorca quiso decir con cada frase. 

Había palabras imposibles. El poema mencionaba animales y frutos, como los faisanes y la manzana, que no son originarios de Guatemala. En estos casos, optó por utilizar las palabras más parecidas que existían en Kaqchikel, por ejemplo, manzanilla. 

Otros términos demostraban la distancia física y de maneras de entender el mundo entre España y Abya Yala. La tierra, que en español no significa más que una superficie, en Kaqchikel es la Madre Tierra, parte de su cosmovisión. 

«Estos ejercicios de traducción también nos ayudan a mantener el idioma, a difundirlo y a ampliar el vocabulario para todos», dice ahora Raxche’ Rodríguez. 

El lingüista revisó su traducción una, y otra, y otra vez. Buscó errores gramaticales y de ortografía. Se lo mostró a su hija, con quien comparte profesión. El texto final fue entregado a la editorial en septiembre de 2024. 

Ese año, el compendio de traducciones de «Grito hacia Roma» fue presentado en la Feria del Libro de Guadalajara. En él, la traducción realizada por Rodríguez es acompañada por otras 26 en idiomas nativos como el Aimara de Bolivia, el Pemón de Venezuela y el Totonaco de México. 

Fue, hasta ese momento, que Rodríguez entendió las dimensiones de su trabajo. «Pensé que era una publicación que se haría solo en España y se quedaría allá. No sabía que se iba a presentar en Guadalajara y luego en Colombia. Allí me di cuenta de la importancia. Es un libro hermoso», dice, orgulloso. 

El libro llega ahora al festival Centroamérica Cuenta. Raxche’ Rodríguez narra la experiencia en un conversatorio en el Centro Cultural de España (CCE), en el Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala. 

«Nosotros podemos ver los idiomas como indicadores de democracia. Es decir, si una sociedad es multilingüe, si un país es multilingüe, si es democrático, deberíamos pensar qué tratamiento esperamos los ciudadanos a nuestros idiomas», resume Rodríguez. 

Los jóvenes y los idiomas originarios

«En este libro participaron traductores muy jóvenes. Vemos que los idiomas originarios se mantienen en los jóvenes”, celebra Raquel Caleya del Instituto Cervantes, quien modera la presentación. 

La poeta, pintora, tejedora y gestora cultural Negma Coy lo pone en duda. Desde su lugar en el escenario, explica que a ella su mamá no le enseñó a hablar en Kaqchikel. Sabía que utilizarlo la haría vulnerable al racismo y discriminación en Guatemala. 

Fueron su abuela y bisabuela quienes le enseñaron a hablarlo. De las mujeres de su familia aprendió también a tejer. 

Hoy, desde el escenario de Centroamérica Cuenta, Coy presenta también su poema Cholq’ij, escrito en Kaqchikel. Este es uno de cuatro textos escritos en Guatemala que conforman el libro Voluntad de la tierra, poemas en lenguas originarias que se alzan en 22 voces. 

Coy escribe «sobre todo lo que me acompaña en la vida, sobre el tejido, la familia, nuestra resistencia e insistencia a la vida. Seguimos defendiendo la vida desde nuestro idioma», reivindica. 

Lo hace en Kaqchikel, en comunidad. Asegura que la escritura siempre ha estado en los pueblos. «Tal vez no se han creado libros que se lleven a diferentes espacios, pero sí desde nuestra forma de vivir, de ser. Por ejemplo, en nuestros huipiles que dicen, que hablan, que cuentan historias y que tienen memoria», agrega. 

Según la autora, es necesario llevar su texto y la traducción realizada por Rodríguez en Kaqchikel a las comunidades. 

 «Para que (los niños) vean: “Aquí está mi idioma, este es el idioma que habla mi mamá y mi papá” y que lo recuperen ellos y que vean que su idioma está también en libros, en textos y no son otras historias, sino también las historias de su pueblo», dice. 

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A las afueras del auditorio del CCE, se colocó un mural con el poema de García Lorca. En el lado izquierdo, se lee la traducción en Kaqchikel, con una tipografía de gran tamaño. Al centro, se encuentra retratada una obra de arte de García Lorca que es, también, la portada de la compilación. 

La versión en español se encuentra en el lado derecho del mural, con una tipografía más pequeña. A Rodríguez, esto le emociona, dice que no es algo que suela pasar. 

«Cuando eso sucede (que el texto en español sea de tamaño más grande), yo bromeo. Digo: “Eso refleja la política lingüística del Estado y la sociedad guatemalteca, el español aplastando los idiomas indígenas”», concluye.

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Raxche’ Rodríguez considera que todo el trabajo humano es perfectible. Después de la publicación de su traducción en la compilación, hizo algunos ajustes al texto. Esta es la versión final:

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Créditos:

Texto: Kristhal Figueroa 

Fotografías: María del Carmen Hernández

Edición: Carmen Quintela

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Kristhal Figueroa

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