Organizaciones de conservación de la naturaleza acompañaron a diputados del Congreso de la República en la presentación de la iniciativa de ley 6499, la cual dispone reformas al decreto 23-2005, …
En resumen
- Este arrecife tiene la mayor cobertura de coral vivo en el Sistema Arrecifal Mesoamericano y es crucial para la biodiversidad.
- Enfrenta amenazas como pesca no regulada, cambio climático y contaminación como la que le vierte el río Motagua.
- La iniciativa en el Congreso busca prohibir actividades dañinas, regular el tránsito marítimo y fomentar el ecoturismo.
Organizaciones de conservación de la naturaleza acompañaron a diputados del Congreso de la República en la presentación de la iniciativa de ley 6499, la cual dispone reformas al decreto 23-2005, que declaró al Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique como área protegida. La iniciativa, presentada el 31 de enero, propone crear una zona núcleo de conservación marina ubicada en el arrecife Corona Caimán. Abarcaría un área de 10,434.16 hectáreas.
El arrecife Corona Caimán forma parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano. Se ubica en el golfo de Honduras, en el litoral de Guatemala, Belice y dicho país.
«Es tan grande como 90 kilómetros cuadrados», explica Ana Giró, especialista en arrecifes coralinos y monitoreo arrecifal en la organización Arrecifes saludables para gente saludable (HR4HP, en inglés).
Aunque para los pescadores del área no era una novedad, fue descubierto para la ciencia en 2013. Desde entonces, ha sido investigado y analizado por HR4HP.
El arrecife tiene la cobertura de coral vivo más alta de todo el Sistema Arrecifal Mesoamericano, explica Silja Ramírez, bióloga y directora del programa Marino Costero para la Fundación para el Ecodesarrollo y la Conservación (Fundaeco).
«Tiene un buen estado de salud en medio de los ríos más contaminantes a nivel regional, como el Motagua. Es algo impresionante», agrega la experta.

Es una zona de agregación reproductiva de peces, especialmente, de pargos y meros.
Allí, también habitan esponjas de barril, las cuales filtran toneladas de sedimentos y de agua que vienen de los ríos más cercanos, y pastos marinos, reservorios de dióxido de carbono y oxígeno.
Corona Caimán es, además, un área de conectividad de especies y ecosistemas, debido a su cercanía con los arrecifes de Punta de Manabique y Bahía de Amatique.
Las amenazas
Según la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo, más del 90% de las fuentes de agua en Guatemala están contaminadas. El arrecife Corona Caimán no es ajeno a esta situación.
«En Guatemala, tenemos tres grandes cuencas que desembocan al mar. La más cercana es el río Motagua. La calidad de su agua sí afecta al arrecife», explica Giró.
Las altas cargas de sedimentación o el exceso de nutrientes en el agua, por ejemplo, provoca que las algas crezcan muy rápido. Esto mata a los corales.
El cambio climático también los afecta. Si la temperatura del agua aumentara tan solo dos grados en la escala Fahrenheit, provocaría que los corales se estresen y expulsen las algas que viven en su interior y lo alimentan por medio de la fotosíntesis.
Cuando eso ocurre, los corales pierden su color. Este fenómeno es llamado el «blanqueamiento de corales».
Legislar para conservar
La principal amenaza que enfrenta el arrecife es la pesca no regulada, según Ana Giró. Por ello, en 2020 se aprobó el acuerdo ministerial 85-2020, que estableció una veda espacial «para la pesca de todos los recursos hidrobiológicos que se encuentran dentro del polígono que conforma el sistema de arrecifes Corona Caimán».
«Quiere decir que es una zona de recuperación pesquera, donde no se permite la pesca. Pero este acuerdo solo dura 10 años», explica la experta.
Organizaciones ambientales, como HR4HP y Fundaeco, buscaron una solución mayor. El 31 de enero se presentó la iniciativa de ley que dispone aprobar reformas al decreto 23-2005, la ley que declara como área protegida al Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique.
La iniciativa fue presentada por los diputados Karina Paz, Luis Enrique Ventura, Damaris Carolina Cerna, Fidencio Lima Pop, Jorge Estuardo Ayala y Darwin Alberto Lucas.
Propone crear una zona núcleo de conservación marina Corona Caimán, que abarcaría un área de 10,434.16 hectáreas.

La propuesta prohíbe actividades dañinas en la zona núcleo, como la pesca, minería de subsuelo marino y deposición de desechos.
También busca regular el tránsito de embarcaciones y promover el turismo ecológico, pues permite buceo recreativo en áreas específicas.
«La idea es cerrar zonas bien específicas donde tenemos agregaciones reproductivas de peces, donde tenemos como alta cobertura de coral para que repoblen las zonas aledañas. Entonces, se cierra acá para que esta sirva como un efecto de reproducción y rebalse las áreas cercanas, donde y se permite la pesca», explica Ana Giró.
Esta iniciativa ya obtuvo un dictamen favorable de la Comisión de Ambiente, Ecología y Recursos Naturales del Congreso de la República. Ahora, deberá ser conocida por el pleno para su discusión y votación.
Según Silja Ramírez, la iniciativa «fortalecería lo que ya se inició. Haría que hubiera más presencia de las autoridades en el tema de control y vigilancia. Se involucraría más a los pescadores en las iniciativas de conservación y manejo, porque ellos son básicamente los que usan directamente el recurso».
«Vale la pena proteger esta joya, este tesoro que tenemos como guatemaltecos. Yo los incentivo (a los diputados) para que firmen», agrega Giró.
Agenda legislativa ambiental
La propuesta está incluida en la Agenda Legislativa de Desarrollo Sostenible y Cambio Climático. Según la diputada Karina Paz, esta «incluye una serie de iniciativas y temas prioritarios para abordar los desafíos ambientales y promover el desarrollo sostenible en Guatemala».
Esta agenda incluye iniciativas como la Ley Marco de Desechos Sólidos, la Ley de Prevención y Control de Incendios Forestales y la Ley de Aguas, el proceso liderado por el Gabinete Específico del Agua.
Según Paz, hasta 2024, transcurrieron ocho años sin que el Congreso de la República aprobara una iniciativa de ley ambiental. Esto es consecuencia de la falta de voluntad política, la división política y falta de consenso y la falta de conciencia ambiental.
Además, existieron presiones por parte de grupos de interés. «Sectores económicos, como la agricultura, la minería o la industria, pueden haber ejercido presión para evitar la aprobación de leyes ambientales que pudieran restringir sus actividades o aumentar sus costos operativos», dice la diputada.
Esta nota es producto del Diplomado Fundamentos de la Conservación de la Naturaleza, apoyado por la Fundación Luis von Ahn y Defensores de la Naturaleza, coordinado por Laboratorio de Medios.
