Lo que sabemos sobre la alerta de tos ferina en Guatemala

Luego de tres años que no se tenían casos confirmados de tos ferina en Guatemala, una enfermedad respiratoria que solo se encuentra en humanos, ahora hay una positividad del 50% en casos analizados. El Ministerio de Salud relaciona el problema con las bajas coberturas de vacunación.

El 14 de febrero, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) emitió una alerta epidemiológica por tos ferina en el país, y desde entonces ha compartido información sobre …

Salud alerta sobre casos de tos ferina en Guatemala

En resumen

  • Las autoridades vinculan el repunte con la baja cobertura de vacunación, afectada por la pandemia, la desinformación y el rechazo a las vacunas.
  • Es altamente contagiosa y peligrosa en menores de 5 años. Comienza con síntomas leves y evoluciona a tos intensa que puede causar asfixia en bebés.
  • El MSPAS insta a la población a estar alerta y revisar su esquema de vacunación, además de vacunar a niños y embarazadas.

El 14 de febrero, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) emitió una alerta epidemiológica por tos ferina en el país, y desde entonces ha compartido información sobre cómo identificar la enfermedad. 

Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) por sus siglas en inglés), la tos ferina es una enfermedad causada por la bacteria Bordetella Pertussis. 

Esta enfermedad respiratoria, que puede llegar a ser mortal en niños recién nacidos y sin vacunación, sólo se encuentra en humanos.

Ericka Gaitán, responsable de la vigilancia de enfermedades prevenibles por vacunación o inmuno prevenibles de la Dirección de Epidemiología y Gestión de Riesgo del MSPAS, explica que los más vulnerables son los menores de 5 años.

Son especialmente vulnerables quienes no tienen un esquema de vacunación adecuado, según la epidemióloga.

«La tos ferina se caracteriza en población menor de 5 años, pero no quiere decir que la población adulta no la tenga». 

«Incluso hay una fase asintomática en donde el paciente adulto es el principal portador de la bacteria y transmite la enfermedad al pequeño», explica Gaitán. 

Síntomas de la enfermedad

Los síntomas de la tos ferina son muy parecidos a los de una gripe común, como moqueo, congestión nasal, fiebre leve y tos leve. 

Pero tras dos semanas, la tos se vuelve más fuerte, causando episodios repetitivos e intensos.

También un sonido agudo al respirar después de toser, vómitos tras ataques de tos y dificultades para respirar, según el MSPAS.

Los adultos pueden pasar por cuadros característicos de tos persistente, aunque no tan molesta, entre 14 a 21 días.

En el caso de los pequeños la tos es sofocante y prácticamente los ahoga. 

No cede o en ocasiones termina en vómito. Hay momentos en donde la madre puede notar que el niño deja de respirar.

Afiche de alerta sobre los síntomas de la tos ferina. Foto: ALMA

Antes de las vacunas, la tos ferina tenía una alta mortalidad y los registros reflejan que es más grave en niños y recién nacidos.

Esta enfermedad se registró por primera vez en 1578 en Francia, pero su vacuna se desarrolló hasta en las primeras décadas del siglo XX en Estados Unidos.

Cómo se transmite

La bacteria que causa la tos ferina solo se transmite de humano a humano, pero es necesario tener contacto con un portador. 

Ericka Gaitán menciona que «de forma general, todos deberíamos tener cierta inmunidad natural».

Afirma que es «porque tuvimos contacto con la bacteria en algún momento de la vida o porque fuimos vacunados». 

El problema de los contagios se debe a la proximidad con alguien portador. «Por eso es que la población a la que llamamos contactos directos deben estar separados por un metro de distancia». 

«No puedo decir que “no me di cuenta de que alguien estaba tosiendo” porque si hubo alguien tosiendo alrededor del círculo del paciente positivo», asegura.

Tres años sin casos registrados

El Ministerio de Salud mantiene vigilancia en las enfermedades inmunoprevenibles de forma constante a través del sistema hospitalario nacional.

Para lograrlo toman muestras de casos sospechosos y tras los análisis del Laboratorio Nacional de Salud se comienza a hablar de positividad y a tomar las acciones necesarias.

De 2012 a 2020, se llegó a registrar entre 161 y 354 casos sospechosos.

Sin embargo, la positividad más alta fue en 2016 cuando llegó al 42%.

Entre 2021 y 2023, periodo pospandemia, la positividad fue de 0 casos. 

Esos años el total de casos sospechosos en el sistema hospitalario fue menor de 30 por año. 

El rechazo post COVID a las vacunas

El MSPAS incorporó a finales de 2018 una estrategia de vacunación contra la difteria, tos ferina y tétanos (DPT por sus siglas en inglés) en mujeres embarazadas, niños de 10 años, adolescentes y trabajadores de salud. 

Según los tableros de vacunación del MSPAS, ese año se obtuvo una cobertura de la vacuna pentavalente (difteria, tétanos, tos ferina, hepatitis b, influenza tipo b) en la primera dosis del 94.2%.

En 2019 llegó al 96.2% y el registro de 2020, primer año de la pandemia por COVID-19, fue del 100%.

La segunda y tercera dosis también tuvieron una cobertura superior del 90%. 

Las dosis deben aplicarse a los 2, 4 y 6 meses de nacidos y en la actualidad se recomienda una cuarta dosis a los 18 meses.

En los años siguientes a la pandemia hubo factores adversos para su aplicación como: esfuerzos centrados en el coronavirus y descuido al sistema nacional de vacunación, además de la desinformación y el rechazo a las vacunas.

En 2021 la aplicación de la primera dosis de pentavalente cayó al 90%, la segunda al 84% y la tercera al 79%. 

Los demás años ha mantenido una variabilidad.

En 2024 se llegó a una cobertura de la primera dosis de pentavalente de un 85%, la segunda del 83% y la tercera dosis se mantuvo en 80%.

La teoría del Ministerio de Salud es que el rechazo a las vacunas tiene que ver con las bajas coberturas en inmunización.

«Como no se llega a la cobertura necesaria, hay más niños que en algún momento no tuvieron la vacunación, lo que los hace susceptibles a la tos ferina», teoriza la epidemióloga Ericka Gaitán. 

También está la cobertura de vacunación en embarazadas. 

«Después de la era COVID, hay mucho rechazo y recelo de la población a querer vacunarse, sobre todo en la población adulta».

La alerta epidemiológica

Luego de no reportarse casos entre 2021 y 2023, en 2024 se analizaron 65 casos sospechosos y 9 dieron positivos, lo que representó una positividad del 14%.

Sin embargo, en 2025 para la semana epidemiológica nueve (finales de febrero) se habían registrado 13 casos sospechosos y 6 habían dado positivo, lo que representa una positividad del 50%.

Gaitán explica que las alertas epidemiológicas se comparten para que la población tenga contexto de que algo fuera de lo normal está sucediendo. 

Aunque aclara que «No es una declaración de pandemia como para el COVID».

«En el caso de la tos ferina, decidimos lanzar esta alerta porque ya teníamos tres años sin tener casos positivos, y los de años anteriores eran muy pocos». 

«El mensaje que tratamos de enviar a la población es que revisen su carnet de vacunas, el de sus hijos». 

«Que las mujeres embarazadas estén atentas cuando se cumpla el segundo trimestre del embarazo y asistan a los servicios de salud». 

«Exijan su vacunación, es un derecho», finaliza la epidemióloga.


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