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Narradora: Para llegar a la colonia Ciudad Nueva, en la Zona 2 de Ciudad de Guatemala, debes atravesar la calle Martí, una vía periférica, ruidosa, transitada, que recorren los autos y camiones de carga pesada de Sur a Norte.. Después del caos de la Martí o el movimiento alborotado del centro, en una ciudad plagada de vallas, tráfico, colonias cerradas; Ciudad Nueva es casi un oasis.
Su avenida principal, la Avenida Independencia, es ancha, con unas banquetas que aún conservan muchos árboles frondosos. Digamos que en la capital de Guatemala, esto es ya algo que llama la atención.
Es una colonia residencial tranquila, fundada a finales del siglo dieciocho, en 1787. De clase media, de las de vecinos y vecinas de toda la vida, y de otros que llegaron en los últimos años, en busca de lo céntrico de la zona, con la paz de barrio. Con pocos negocios, más allá de algunas tiendas, panaderías y papelerías.
Mientras más avanzas colonia adentro, el sonido de camiones y autos se diluye. En su lugar, se escuchan las risas y los gritos de los niños desde los colegios que se instalaron en la zona, los murmullos de las vecinas que salieron a pasear a sus perros y los pájaros que pían entre los árboles.
Así se escucha un día entre semana, en Ciudad Nueva, al atardecer.
Pero, el 22 de febrero del 2020, Ciudad Nueva se oía diferente.
Son pasadas las cinco de la tarde. Un grupo de unas 20 personas se reúne en la Plaza Guatemala, un redondel casi al final de la Avenida Independencia. Aaron Aguilar, un vecino de la colonia, toma la palabra.
Aaron Aguilar en la manifestación: Que la gente sepa que estamos con problemas de agua y que necesitamos el agua. Antes que nada me gustaría que se diera un fuerte aplauso a todos ustedes que están apoyando, gracias por venir, gracias por estar aquí presentes.
Narradora: Los vecinos escuchan con atención. Asienten. El problema del agua viene de meses atrás y se ha vuelto insostenible.
Llegan más personas, ahora tal vez son unas 30. Niños y niñas que acompañan a sus padres. Ancianos que hace décadas que viven aquí.
Llevan vuvuzelas, silbatos y algunas pancartas. En ellas se lee: «El agua es vida, no la raciones», «Queremos agua con presión como está estipulado», «Ciudad Nueva unida por una misma causa: el agua».
La manifestación avanza casi un kilómetro, por la avenida principal y ocupan uno de los dos carriles, llega a la alborotada calle Martí. No son suficientes como para cerrarla de lado a lado, pero se quedan ahí un buen rato. Quieren llamar la atención.
Aaron Aguilar (en declaraciones a Prensa Comunitaria): Es sobre la falta de agua que desde octubre del año pasado, a finales el agua comenzó a disminuir, de hecho ya no tenemos agua, viene algunos días, casi una vez a la semana viene el agua y como sabemos el agua es un derecho humano, entonces estamos luchando para que ese derecho se cumpla aquí en zona 2, Ciudad Nueva.
Narradora: El medio Prensa Comunitaria dejó registrada la primera manifestación organizada por los vecinos en Ciudad Nueva. La convocaron a través de un grupo de Facebook de la colonia y rápido se regó la voz.
Volvamos al presente. A abril de 2024. Cuatro años después de esa protesta vecinal, el problema del abastecimiento no ha mejorado. Aaron, el hombre que escuchaste hablando por el megáfono, nos recibe en su casa. Tiene dos niveles y por dentro está pintada de beige. Es la misma en la que ha vivido desde niño. Hoy tiene 28 años.
Al inicio del episodio te contaba que Ciudad Nueva es una zona tranquila de Ciudad de Guatemala. Al menos, así lo sientes si llegas desde otros puntos de la capital. Bueno, pues, para Aaron, ya no lo es tanto.
Aaron Aguilar: Claro, mira antes, me recuerdo, cuando yo salía a jugar con mis cuates. Nosotros no teníamos el miedo de que fuera a salir un carro, porque como era tan silencioso, un carro era muy difícil que pasara. Y ahora, lo vemos, y es una colonia muy transitada. Lo mismo que te digo que ha venido mucha gente ahora, pues y pasan muchos carros muchos carros. Y por ejemplo también el ruido antes era muy tranquilo ahora hay demasiado ruido.
Narradora: Y a este nuevo escenario, producido por la construcción de edificios de apartamentos que cambiaron la densidad de habitantes y la estructura de casas con jardínes, en la tranquila vida de Ciudad Nueva se sumó otro elemento. Poco a poco, el agua dejó de llegar.
Aaron Aguilar: Fíjate que en el 2019 me recuerdo que una vez yo me quería bañar y era tipo noche y dije voy a prender la regadera para bañarme y no hubo agua. Qué raro, dije. Seguro hay problemas, verdad, el sistema o algo, normal. Al siguiente día que me quise volver a bañar no había agua, entonces ya me comenzó esa duda de que por qué no hay agua. Yo creo que cuando uno es joven o todavía está en la etapa de juventud y niñez, no se fija de esas cosas. Pero pasó otra semana y seguía la falta agua y seguía la falta de agua. Y pues entonces yo ya vine hice una convocatoria para todos los vecinos me recuerdo que como eso era antes de pandemia sin mentirte llegaron como un como unos 50 vecinos, o sea, hice la convocatoria por Facebook en un grupo que tenemos y era más de 50 personas.
Narradora: Los vecinos de Ciudad Nueva empezaron a hacerse preguntas. La más obvia: ¿Por qué no tenían agua? Luego llegaron otras dudas: ¿Era un problema local? ¿De toda la ciudad? O peor aún ¿de todo el país?
Para entender por qué no había agua en Ciudad Nueva, en este episodio nos vamos a ir a los datos y a los expertos… Hago un spoiler bastante predecible: no, no es un problema de una pequeña colonia de la zona 2. Esto es algo mucho más grande. Y, sin ánimo de alarmar, más grave.
Vamos por partes.
Para empezar, voy a tratar de explicarte de la manera más sencilla posible cómo la Ciudad de Guatemala recibe agua, cómo la recolecta, la procesa y la envía a las viviendas.
Las ciudades suelen recoger el agua de fuentes naturales. Ríos, lagos, embalses o acuíferos subterráneos.
El agua se capta, se trata (o debería tratarse) para eliminar contaminantes y después se bombea a través de una red de tuberías. Así llega hasta tu casa (o debería llegar) para que, cuando abras la llave, salga el agua.
Un dato: según Funcagua (la Fundación para la Conservación del Agua de la Región Metropolitana de Guatemala) la ciudad capital es de los municipios con más agua entubada, casi el 96% de la población tiene agua entubada.
En Guatemala, las municipalidades son las encargadas de hacer que el agua llegue a las casas. Así que para tener más datos del sistema de aguas en la capital, hay que ir a la alcaldía de Ciudad de Guatemala. En concreto, a la Empresa Municipal de Agua, más conocida como Empagua. Hablamos con Álvaro Rodas, gerente general de Empagua desde septiembre de 2023. Con anterioridad había trabajado como Director de Obras y en la Gerencia Municipal.
Rodas nos explica que ahora mismo, se trabaja con dos fuentes de agua:
Álvaro Rodas: Una es la fuente de agua superficial. Agua superficial es el agua de los ríos que se colecta y se traslada el agua… Llega a una presa y de esta presa se manda a una planta potabilizadora. La otra, que ahorita para nosotros está siendo mayoritaria, es el agua subterránea. Guatemala por bendición, tenemos la bendición de estar encima de un acuífero, o sea léase un lago subterráneo que hay abajo de la ciudad, entonces ese es el acuífero del Valle Central, que gracias a Dios ha sido un buen acuífero para la ciudad. Yahí lo que tenemos son varios pozos.
Narradora: Hay un motivo por el que la principal fuente de agua es subterránea: trasladar las aguas superficiales, las que vienen de los ríos, es todo un reto en la capital.
La municipalidad capta esta agua desde cuatro lugares: la que llega al acueducto de Xayá-Pixcayá, que se trata en la planta de “Lo de Coy”, ubicada en Mixco, al Oeste de la ciudad.
Las aguas de la presa Pinula llegan a la planta de tratamiento de “El Cambray”, que está en Santa Catarina Pinula, al Este.
En la zona 16, también al Este, está la planta de tratamiento “Santa Luisa”, donde se captan las aguas de las presas Teocinte y Acatán.
Y en la planta “Las Ilusiones”, que está en la zona 18, al norte, se tratan las aguas de los caudales de cuatro ríos. En la web de Ocote te dejamos un mapa para que no te pierdas.
Lo ideal sería que un alto porcentaje del agua que abastece la ciudad viniera de las aguas superficiales que se tratan en estas cuatro plantas. Pero Guatemala tiene un elemento geográfico característico: los barrancos. Unos desniveles profundos en el terreno, algunos con cierta vegetación y muchas veces con asentamientos de poblaciones marginales que se instalan en ellos. Los barrancos crean pequeñas penínsulas entre zona y zona.
Esto hace que el ramal de tuberías no pueda conectarse entre sí por toda la ciudad y que trasladar el agua de un sitio a otro sea muy difícil y, sobre todo, muy caro.
Hay que invertir en una tecnología y una infraestructura en la que, hasta ahora, no se ha invertido. Por una parte, tuberías y bombas para empujar el agua con presión y que circule. Por otra, el mantenimiento que se le debe dar a los sistemas en las represas y en las plantas de tratamiento.
Además, no se registran muchos avances en infraestructura desde los años ochenta. Por ejemplo, el sistema de Xayá-Pixcayá se terminó de construir en 1979 y desde entonces, no se ha mejorado. Resalto: hace más de 40 años no ha habido mejoras en la red que provee agua a la ciudad de Guatemala.
Álvaro Rodas: Mucha gente dice que tengo el derecho humano de acceso al agua cierto, pero eso no implica que llegue solita el agua caminando, sino hay que hacer toda una infraestructura que se necesita para trasladar el agua desde su punto de origen al chorro que usted abre entonces eso tiene un costo. Entonces lo ahí sí de alguna manera. Esto no puede ser gratuito, sino ahí hay un costo de que para que usted accede a ese servicio, entonces a veces pues se malinterpreta el famoso derecho al agua a todos tienen derecho al agua cierto, pero no es gratuito.
Narradora: Así que, ante la falta de la infraestructura para llevar el agua de las plantas a ciertas zonas de la ciudad, la opción B ha sido una un poco más barata: abrir pozos.
Los pozos mecánicos funcionan así: se perfora la tierra y cuando se alcanza la profundidad necesaria, hasta llegar a un manto de agua, se baja una bomba que normalmente funciona con electricidad, aunque también hay pozos, de menor profundidad que usan bombas externas. Esta bomba es la encargada de succionar el agua a la superficie.
Para darnos una idea de lo que puede llegar a costar la perforación de un pozo contactamos a la empresa privada “Hidroperforaciones Guatemala”. Ahí nos dijeron que, aunque puede variar, la perforación por metro es de Q850. Poco más de 100 dólares.
Según Funcagua, los niveles de los pozos en la zona metropolitana varían entre 25 a más de 600 metros de profundidad. Hablamos con un ingeniero civil, David Soto, que nos explicó que el precio puede variar por diferentes factores pero un pozo de 30 metros de profundidad puede costar alrededor de 32 mil dólares. Incluyendo maquinaria, perforación tubería y bomba de extracción.
Funcagua estima que casi el 83% del abastecimiento del agua de la región metropolitana viene de acuíferos. Del subsuelo. De pozos. De pozos públicos y, ojo, también de pozos privados.
Porque aquí viene un dato clave para entender el problema: no hay forma de llevar un control de la cantidad, ni del consumo de los pozos ajenos al servicio municipal. No existe una regulación.
La municipalidad tiene 97 pozos. Y de manera paralela, empresas privadas, centros comerciales y edificios también perforan los suyos para suministrar de agua a sus clientes y habitantes. No hay un registro de cuántos pozos privados hay en la capital de Guatemala. Pero es que además, para paliar la carencia de agua, la municipalidad también recurre a algo que llaman “compra de agua en bloque”. Que no es más que el traslado de agua en pipas para llenar depósitos en colonias y viviendas. La municipalidad compra el agua de personas que cuentan con pozos privados para suministrar a vecinos y vecinas de la ciudad.
Álvaro Rodas: Hay sectores donde yo no tengo pozos ni tengo plantas, entonces desde hace tiempo, o sea mucho antes de que yo estoy acá, se han sacado procesos comprando agua digamos, de privados que se injertan hacia nuestras redes. Se pone un macro medidor y se compra agua por metro cúbico.
Narradora: Para entender la explicación de Rodas: Empagua conecta sus tuberías a la extracción de agua de estas empresas privadas, por ejemplo un centro comercial. Cuando están conectadas, un contador traduce a quetzales la cantidad de agua que se saca.
Pero el agua no siempre llega a través de las pipas municipales. Muchas veces las personas recurren a comprar pipas de empresas privadas para poder abastecerse. Pudimos corroborar el precio que manejan tres empresas distintas. Por 800 litros, las personas pagan entre 250 y 400 quetzales. La Organización Mundial de la Salud establece que una persona necesita 100 litros de agua diarios, así que una pipa alcanza para pocos días, especialmente si es para una familia de más de cuatro integrantes.
Narradora: El Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente, el Iarna, es una unidad de la Universidad Rafael Landívar. Se dedica a hacer investigaciones sobre la situación del ambiente y los recursos naturales de Guatemala.
Raúl Maas es su director, y nos ayuda a dimensionar el problema de los pozos.
Raúl Maas: Yo la figura que utilizo es un poco que hay una palangana subterránea, en la que todo mundo está metiendo sus pajillas y está succionando, pero nadie se está preocupando de llenar ese depósito subterráneo.
Narradora: Cada pozo, una pajilla. El problema es que ese gran depósito subterráneo no es infinito. Como dice Raúl, hay que llenarlo. O esperar a que se llene.
Raúl Maas: La forma en la que naturalmente se han llenado estos es justamente porque llueve y se infiltra el agua y va a alimentar esos depósitos, subterráneo. Pero la capa de impermeabilizante que le hemos puesto a los valles y a las montañas, ha ido imposibilitando o limitando de manera muy significativa la recarga de esos acuíferos.
Narradora: ¿Qué es esa capa impermeabilizante de la que habla Raúl? En resumen, todo el asfalto y concreto que existen en la ciudad. Esto impide que el agua regrese a la tierra y recargue esas fuentes subterráneas. Entonces, el agua se va a los drenajes y se mezcla con las aguas fecales y las residuales.
Raúl Maas: Nosotros hace un tiempo hemos venido planteando la necesidad de establecer las reservas ambientales estratégicas. Decir esos espacios que deben tener un nivel de naturalidad tal que permitan que se den los procesos naturales procesos ecológicos básicos para que se pueda seguir disfrutando de ciertos, bienes y servicios ambientales fundamentalmente mantener vivo mantener vigente el ciclo del agua.
Narradora: Además de la protección a los pocos espacios verdes o de recarga hídrica en la ciudad, Raúl también habla de otra solución: el concreto verde o concreto permeable. Esto hace posible que la urbanización siga ocurriendo pero utilizando un material que permita que el agua regrese a la tierra y que así pueda reinyectarse en los mantos acuíferos.
Narradora: Regresamos a Ciudad Nueva. El problema del agua en la colonia en 2019 coincidió con la construcción de una primera torre de apartamentos, en la 12 avenida, a seis cuadras de la casa de Aaron. El edificio DUO,
Aaron Aguilar: Ahí fue cuando comenzó la falta de agua, o sea, si nos vamos a ver la realidad, creo que desde que empezaron a hacer los edificios fue que empezó la falta de agua. Pasó pandemia, pararon “DUO” no pudieron seguir, y obtuvimos agua. Como te comento y comenzaron a construir este y comienza otra vez en falta de agua, comenzaban a construir ahorita otro y falta de agua. En las cuadras de abajo hay vecinos que llevan dos semanas sin recibir agua.
Narradora: Cuando Aaron dice que comenzaron a construir “este”, señala un gran edificio de quince niveles en la avenida principal. Fue el primer proyecto de ese tamaño que se construyó en la avenida principal. Tratamos de contactar a sus administradores, pero no tuvimos respuesta.
Ahora, solo en esta pequeña colonia de 58 hectáreas hay ya cinco edificios, algunos con más de diez niveles. Según Aaron, en esa cuadra los vecinos no han podido recibir el servicio de agua con normalidad. Desde 2019, la municipalidad la empezó a racionar. En su casa llega dos veces por semana. Con suerte, tres. Los martes, jueves y a veces sábados a eso de las tres de la mañana es cuando el agua cae.
Aaron Aguilar: Fíjate que arriba en nuestro en el segundo nivel tenemos un tonel y cuatro cubetas. Aquí abajo es donde tenemos una cubeta y ahí atrás tenemos seis garrafones de agua, que lo llenamos, pues cuando no tenemos y tres cubetas. Literalmente nos tenemos que abastecer porque en cualquier momento eso nos quitan el agua por 3 días y si no tenemos ¿qué hacemos?
Narradora: Su papá, de 65 años, se levanta de madrugada para llenar esos toneles, cubetas y garrafones. Se tarda de una hora a una hora y media para captar toda el agua que puede. Después de eso les toca cuidarla con devoción. Racionan cada gota y tratan de reciclarla: el agua de la ducha o de lavar los platos la usan después para llenar el tanque del baño.
Aaron Aguilar: Imagínate el cansancio también físico y cansancio mental de tener que levantarte tan temprano para agarrar agua para poder bañarse y después salir a trabajar, creo que no es justo ahora y lo peor que aun pagando un montón de agua porque hay muchos vecinos que le vienen recibos de 400 quetzales después de dos semanas o tres semanas sin agua.
Narradora: Otros vecinos, optan por otras alternativas.
Carolina Rendón: Mi nombre es Carolina Rendón y vivo aquí prácticamente aquí nacimos, después nos fuimos y regresamos en 1985 hasta la fecha.
Narradora: Carolina tiene 50 años. Vive con su mamá y dos hermanas. Según nos cuenta, ella no ha tenido tantos problemas de agua como sus vecinos.
Carolina Rendón: A diferencia del resto de la colonia, nosotros generalmente a pesar de que la bomba esté apagada si hemos visto que hay agua, aunque sea poco caudal, cae un chorro más pequeño, pero hay agua en cambio en otras viviendas, no les llega durante todo el día y tienen que esperar a la madrugada para tenerla.
Narradora: Carolina menciona una «bomba». Cuando hay poca agua, también hay poca presión y no llega a los chorros. Estas bombas, como la que menciona Carolina, sirven para darle ese empuje extra. Normalmente se usan cuando en casa tienen un depósito de agua. En los dos mil en la casa de Carolina construyeron una cisterna pequeña que almacena el agua y les ayuda a estar más abastecidas.
Carol Rendón: Sabemos que nosotros sin bomba no tendríamos tanta, verdad? Pero aquí si cae un poco más y cuando tuvimos el problema de que no había anteriormente, pues sí, había que organizarse para ver en qué momento lavábamos la ropa, hasta cuando lavábamos los trastos, en qué momento se iba a bañar cada quien y cuánta agua va a usar y llenar un balde.
Narradora: Esta es la explicación del gerente general de EMPAGUA:
Álvaro Rodas: En zona 2 Ciudad Nueva, por ejemplo es un área, es una península que usted tiene barranco de lado que va hacia hacia el área de del Hipódromo por ejemplo y tiene barranco del lado que da Zona Seis, es una península. O sea, entonces ahí tengo un solo pozo y ese pozo es insuficiente para suplir. Entonces estamos viendo lo de un agua en bloque. Hay un privado que tiene un pozo en el sector entonces estamos ahorita haciendo la interconexión para comprarle agua para poder distribuir en ese sector. No tengo otra forma de llevarle agua a esa área.
Narradora: Como te decía al inicio, lamentablemente, el caso de Ciudad Nueva no es el único. El problema es mucho más grande. Quédate hasta después de la pausa. Vamos a irnos al sur de la ciudad, a unos 20 kilómetros. A la colonia Justo Rufino Barrios, en la zona 21. Ahí, los vecinos enfrentan un problema desde hace décadas.
***
Narradora: Estamos en la Séptima calle de la Justo Rufino Barrios, una colonia pequeña, de apenas 10 cuadras en la que viven cientos de familias. Está en la zona 21, un sector en la frontera sur de la capital de Guatemala, del último anillo de la espiral en que están distribuidas las zonas de la ciudad.
La colonia queda a la orilla del río Pinula. Y aun así, desde hace años tiene graves problemas de agua.
Son las 8 de la mañana del viernes 19 de abril de 2024. Estamos a unos cuantos metros de la garita de entrada, a la que solo tienen acceso los vecinos. Quien llega de visita debe identificarse con el guardia de seguridad que cuida de la entrada. Aquí se encuentra el sistema de bombeo que distribuye el agua a la colonia. Hay alrededor de 20 personas reunidas aquí, debajo de un toldo verde de la municipalidad. Los vecinos más veteranos están sentados en sillas de plástico en primera fila, los demás están de pie detrás de ellos.
Frente a ellos, una mesa blanca. Detrás de ella está el gerente general de EMPAGUA, Álvaro Hugo Rodas, el gerente general de EMETRA y exsecretario general de la municipalidad de Guatemala, Héctor Flores y Jorge Fajardo, alcalde auxiliar de la zona 21. Están reunidos porque los vecinos necesitan respuestas sobre un tanque elevado que se colocará en la colonia y, aseguran, que aliviará el problema de agua de la Justo.
Unos días después de esta reunión regresamos a la colonia para hablar con algunos de los vecinos y entender mejor la situación.
Alan Gatica: Mi nombre es Alan Gatica. Soy un vecino de 40 años de acá de la colonia Justo, Rufino Barrios, y vivo en la 7.ª calle de la colonia.
Narradora: Alan estuvo en la reunión del 19 de abril. Es especialista en las ciencias del agua y vecino de la colonia desde que tenía cinco años..
La colonia Justo Rufino Barrios nació en 1972 durante el gobierno del presidente Carlos Manuel Arana Osorio. La idea era que fuera un proyecto residencial popular, para personas de bajos ingresos económicos.
El sistema de bombeo para abastecer a la colonia de agua ha ido cambiando con los años. Al inicio, contaban con pozos propios.
Alan Gatica: En un principio, hace 50 años aproximadamente, pues la colonia disponía de tres pozos que garantizaban un promedio como de 25 a 40 litros por segundo y eso era suficiente para que la colonia tuviera agua prácticamente todo el día. Pero conforme fue avanzando el tiempo ese caudal fue disminuyendo sobre todo también porque los pozos no recibieron, no han recibido mantenimiento y en todo este tiempo que va, pues los pozos han ido disminuyendo su caudal. Hay un dato curioso, pues que es de resaltar y es el hecho de que alguno de los pozos que nos abastecen de agua han estado inactivos desde ya bastante tiempo.
Narradora: Consultamos a Rodas, el gerente de Empagua, para verificar esto, pero no nos respondió la duda.
Evelyn Cardenas es otra vecina de la colonia. Tiene 57 años y casi el mismo tiempo de vivir en la Justo Rufino Barrios.
Evelyn Cardenas: La bendición que teníamos aquí, entre otras cosas, de que teníamos suficiente área verde. Todo lo teníamos cerca y teníamos agua todo el día y ahí es a donde quiero llegar. Nosotros a cualquier hora abríamos el chorro y teníamos suficiente agua. Yo cuando gestioné las escrituras de mi casa, que mi mamá estaba grande y con sus achaques y todo, pues nos dieron un título de 1/3 de paja de agua, que supuestamente es un título que tiene que tener valor. Y me duele tremendamente porque la casa cuando nos la vendieron nos la vendieron con propiedades de agua, pues, ¿verdad?
Narradora: Las reformas a la Constitución de 1879, hechas en 1911, aparecieron las primeras leyes que se refieren al agua. En estas se incluía un artículo en el que se establecía que las aguas pertenecían al dueño del suelo en donde se encontraban. En 1931, la legislación reconoció la existencia de la «paja de agua», conocida como un título que da derecho al que lo posee a cierta cantidad de agua. Tener un título de agua y ⅓ de paja de agua debería de implicar que el servicio no falle.
Evelyn recuerda el título de agua, pero también recuerda que pagaban menos. La factura no alcanzaba los cuarenta quetzales (unos cinco dólares). Con el tiempo ha ido subiendo.
Álvaro Rodas, de EMPAGUA, explica que esta subida se debe al alza en los insumos para operar.
Álvaro Rodas: De hace cuatro años para acá, sí hubo un incremento arriba del 24% de estos insumos entonces si esos insumos se incrementan, pues yo tengo que trasladar eso al costo operativo para por lo menos seguir manteniendo el servicio, entonces son son temas que que tenemos que cumplir va.
Narradora: No solo el precio ha cambiado, también la presión con la que llega el agua a las viviendas. Evelyn recuerda que el agua comenzó a tener menos presión a finales de los ochenta. Luego hubo tiempos dónde cortaban el agua a ciertas horas pero no implicó mayor preocupación. Pero cuando se inauguraron unos complejos de apartamentos en Nimajuyú, a unos dos kilómetros de la colonia, la situación empeoró.
Evelyn Cárdenas: Entonces, ya después del 95, 98 ya era problema del agua, porque ya el agua entonces ya nos no la quitaban. A las once comenzaron a quitarnos la entre nueve y nueve y media y así paulatinamente, hasta tal punto que todavía hace poco todavía se poco. El agua no la quitaban a las siete de la mañana, justo a la hora que todo mundo se está bañando, que es cuando más se requiere del agua, pues de verdad. Y ahí no la ponían como a las 17:00 de la tarde, un ratito, tal vez una, un par de horas y no la volvían a quitar,
Narradora: Abandono de infraestructura y ampliación urbanística. ¿Te suena? Es algo de lo que también nos hablaron en Ciudad Nueva.
Hablamos con la concejala Ninotchka Matute, excandidata a la alcaldía por el partido Semilla, arquitecta y urbanista, para que nos explicara mejor este problema y también para conocer qué ha hecho la municipalidad para solucionarlo.
Ninotchka Matute: Otro es el abandono imperdonable del que yo te hablo, porque en la municipalidad de Guatemala no se han hecho obras públicas que se pongan al día con el crecimiento natural de la ciudad. Por supuesto, tampoco con el cambio climático y entonces lo que tenemos hoy es una infraestructura muy precaria muy deteriorada que se realizó por ahí por la década de los 70. Cuando todavía incluso en los años 80 se hicieron infraestructuras incluso por los gobiernos militares con una visión de futuro, para poder tener realmente espacios, plantas de tratamiento y efectivamente la captación del agua para dotar del vital líquido a la ciudad que han quedado en desuso.
Narradora: Igual que hicieron los vecinos de zona 2 desde 2020, en la colonia Justo Rufino Barrios también se han organizado para protestar y exigir a la municipalidad que arregle esta situación. Marco Galván es otro vecino. Tiene 77 años.
Marco Galván: Hicimos paros aquí en la zona, en la entrada de Nimajuyú, donde es Venezuela y Bellos Horizontes, ahí donde hay unos bomberos, ahí nos paramos a protestar y toda la cuestión para que subiera el abastecimiento. Luego se dieron otros otras situaciones de estas, pero ya la gente se encaminó a la Petapa para que tuviera más realce y así hemos ido supliendo, pues a empujones y trompadas y lo que usted quiera, ahí hemos sido yo sobreviviendo.
Narradora: Habla de las manifestaciones de 2020, cuando los vecinos de zona 21, especialmente del sector de Nimajuyú se quedaron sin agua por varios días. Marco saca algunas de las mantas vinílicas que llevaba en aquellas manifestaciones. Decían: «¡Queremos agua, necesitamos la estabilidad del vital líquido en la zona 21» , «Que renuncie el alcalde auxiliar, es non grato en la zona 21».
***
Volvamos al toldo verde de la municipalidad en la Justo Rufino Hay vecinos molestos, pero escuchan con atención las explicaciones sobre el tanque milagroso.
Aquí dónde estamos, hace dos años, en 2022, la alcaldía detonó un viejo tanque que por 50 años había ayudado a proveer agua a la colonia.
Según los vecinos, nadie les avisó o preguntó, el Consejo Comunitario de Desarrollo, el Cocode, mencionó entonces que harían algunos trabajos en el terreno pero no dijeron cuáles serían. Después de varias solicitudes para que se sociabilizara el proyecto, no fue hasta el 19 de abril que la municipalidad se acercó a explicar lo que había pasado y a hacer una propuesta concreta: el tanque viejo se había quitado para colocar un tanque aéreo que, por la misma gravedad, impulsaría con más presión el agua que se bombea a la colonia.
Alan Gatica: Entonces eso definitivamente nos preocupó porque sabíamos, pues estábamos conscientes de que la solución a nuestros problemas tal, eh, no eran tanto un tanque aéreo como lo o como lo es un nuevo sistema de bombeo. Entonces nos pareció extraño que estuvieran trabajando en cambiar una un tanque aéreo que encima de todo, ya no se utilizaba por más de diez años.
Narradora: Después de esta situación, los vecinos decidieron conformar una nueva Asamblea con una comisión de agua. Así, empezaron a averiguar sobre ese nuevo proyecto. Descubrieron que había problemas de deslizamientos y que colocar un tanque podría ser peligroso. Para ellos, la solución es clara: recuperar los antiguos pozos que dejaron de funcionar por falta de mantenimiento.
Ahora se abastecen, como mucha de la parte sur de la ciudad, de un ojo de agua que está ubicado en San Miguel Petapa. Desde que están conectados a esta fuente subterránea de agua, el servicio ha mejorado un poco, pero ni Alan ni Evelyn se explican por qué depender de otro municipio cuando en su propia colonia tenían sistemas de abastecimiento de agua.
Narradora: Ahora bien. ¿Qué planes hay para solucionar estos problemas? Que no es de una o dos colonias; es un problema de millones de habitantes. Solo durante el 2023, Empagua recibió 20 mil denuncias de personas alrededor del área metropolitana. El gerente general de EMPAGUA, Álvaro Rodas, nos contó que la municipalidad pretende mitigar el desabastecimiento de agua recuperando infraestructura como tuberías, pozos, tanques y sistemas de bombeo. Para ello, EMPAGUA realizó dos préstamos millonarios para tratar estos temas.
Álvaro Rodas: Se aprobaron los préstamos. Uno del Banco Industrial y otro con el crédito hipotecario cada uno de 20 millones de quetzales. Préstamos que está haciendo EMPAGUA, y que va a pagar EMPAGUA que son para cosas más inmediatas. Hay un préstamo que es exclusivamente para colectores y drenajes y hay otro que es para para digamos las redes.
Narradora: Rodas no precisa en cuánto tiempo podrán mejorar la infraestructura de la ciudad para garantizar que el sistema llegue a todas las casas.
Ninotchka Matute: Hablábamos nosotros de lo que hemos estado tratando de poner en el plano o en la mesa de trabajo municipal y específicamente de EMPAGUA de entender cuál es el plan de contingencia. Y las medidas de emergencia. Yo diría que tienen que ver con la recuperación de la infraestructura. Hay varios pozos que actualmente están inutilizados a soldados que se van a recuperar y eso va a permitir entonces tener una mejor un mejor suministro, pero es poco en contraste con la necesidad actual ¿no?
Narradora: La concejala Matute plantea que el crecimiento de la ciudad es evidente, pero considera que debe hacerlo en vertical, con más edificios.
Ninotchka Matute: Es muy importante incentivar que en las ciudades sean compactas para que no se dé esta expansión. Y densas, entonces algo que la cultura nuestra es bien difícil de asimilar. Nos cuesta comprar aire, dice la gente el vivir en edificios en altura, en construcciones de propiedad vertical. Es lo que toca, porque no podemos seguir comiéndonos las áreas de reserva natural que aún nos quedan.
Narradora: Además, Matute, como urbanista, destaca la importancia de la planificación territorial por zonas más pequeñas, para reconocer esas áreas de recarga hídrica, y apegarse a las herramientas que permiten tener una visión de hacia dónde y cómo está creciendo la ciudad.
Hasta que esto no suceda, la población en Guatemala continuará enfrentando un problema histórico, que cada año va a peor. Hoy, mientras escuchas este episodio, seguro alguien alista lo que tenga en casa para prepararse por si mañana, al fin, viene el agua.
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La crisis del agua tiene muchas aristas y necesita que las autoridades tomen cartas en el asunto. Aunque las personas también podemos involucrarnos para ser parte de la solución. Te dejamos algunas ideas:
- Participa en jornadas de reforestación. Más árboles significan más espacios para que el agua regrese a la tierra.
- Sé más consciente de tu consumo de agua
- Fiscaliza, continua expectante y si ves algo anómalo, denunciálo o comunícalo.