Criminalización de la prensa en Guatemala
El juicio contra los agresores del periodista Sonny Figueroa se acerca a su fin
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Sonny Figueroa pudo haber representado un peligro para la seguridad del presidente Alejandro Giammattei. Esa fue la justificación que los militares Jorge Alberto Pereira Godoy y Nelson Geovany Cuc Rax dieron esta semana ante la jueza que lleva el juicio en contra de Angel Isaías Fuentes Navarro y Orlin Alexander Barrientos González, los dos policías acusados de agredir al periodista.

Esta agresión se dio la noche del 11 de septiembre de 2020, cuando Figueroa llegó a la entrada del Palacio Nacional de la Cultura a pedir auxilio, según dijo, luego de ser asaltado frente a la Plaza de la Constitución. 

Los agentes señalaron que en ese momento periodista había alterado el orden público y los había agredido, así que lo detuvieron y lo llevaron a la Torre de Tribunales. Después, señalaron que en ese trayecto habría intentado sobornarlos con un billete de 100 quetzales para que lo dejaran en libertad.  

En minutos, cuentas anónimas en redes sociales difundieron fotografías de Figueroa en la carceleta de Tribunales, engrilletado. 

Marvin del Cid, colega de Figueroa en el medio Vox Populi, señaló ese día que el subcomisario Danny Estrada, quien en ese momento era oficial primero, había sido la persona que tomó esas mismas imágenes. Estrada negó esto. 

Sonny Figueroa durante el juicio contra los agentes que lo agredieron. Fotografía: Vox Populi.

La detención rápido generó sospechas. Figueroa y Marvin Del Cid habían publicado dos días antes un reportaje incómodo para el Gobierno de Alejandro Giammattei. En la investigación, los periodistas revelaron cómo operaba y qué personas conformaban el Centro de Gobierno, una especie de ministerio paralelo creado durante esta administración y que dirigía Miguel Martínez, hombre cercano al presidente.

Menos de dos horas después de la detención, que el periodista catalogó de arbitraria y excesiva, en una inusual conferencia de prensa, la cúpula de la Policía Nacional Civil presentó una serie de argumentos en contra de Figueroa.

El reportero no fue escuchado por un juez de turno hasta el día siguiente. Su defensa logró desvanecer las acusaciones y quedó en libertad inmediata, pero mantuvieron el arraigo en su contra hasta agosto de 2022. 

Figueroa decidió entonces llevar a juicio a sus agresores, para demostrar que su petición de auxilio era cierta y que en lugar de apoyarle, las fuerzas de seguridad lo agredieron. El Ministerio Público anunció dos meses después que había abierto una investigación en contra de los agentes.

Un juez ordenó la detención de Fuentes Navarro y Barrientos González. La Fiscalía de Delitos contra Periodistas encontró indicios que permitieron enviarlos al juicio por abuso de autoridad. El debate está a punto de llegar a la etapa de conclusiones.

Acusaciones que se desvanecen

En la última audiencia que se realizó en el Tribunal Undécimo de Sentencia, los soldados Pereira Godoy y Cuc Rax declararon en defensa de los agentes y aseguraron que el periodista representaba una amenaza para el presidente Alejandro Giammattei y para Miguel Martínez.

Pereira aseguró ante la jueza Miriam García que fue necesario golpear y tirar al piso a Figueroa cuando ya estaba esposado, porque «podría querer atentar en contra del presidente Alejandro Giammattei».

De igual forma, su compañero de Guardia Presidencial, Cux Rax, expresó que «la persona (el periodista) se refirió también al ingeniero Miguel Martínez con palabras soeces y se quería meter al Palacio (Nacional de la Cultura)».

Ambos dijeron que creyeron que Figueroa tenía la intención de ingresar al Palacio y eso ponía en peligro al gobernante. Esa fue la justificación para que, tal como quedó evidenciado en videos presentados en el juicio, en la entrada del Palacio lo golpearan, esposaran, tiraran al suelo, lo patearan y luego lo arrastraran hasta tirarlo a la palangana de una patrulla, en la cual lo condujeron a Tribunales como un criminal.

Sonny Figueroa declara en el juicio contra los agentes que lo agredieron. Fotografía: Vox Populi.

Los relatos de los soldados, policías y guardias presidenciales se contradicen entre sí: unos dicen que Figueroa fue agredido, y otros que no; unos dicen que el periodista fue abusivo, y otros que no. Pero en algo coinciden: todos indicaron que se identificó como periodista, y uno de los guardias incluso reconoció que lo conocía de antes. 

Sin embargo, Oscar Santisteban, el abogado defensor de los agentes juzgados, indicó al inicio del juicio que Figueroa no se había identificado como tal y que no existían pruebas de que fuera periodista.

Acoso a la prensa

Figueroa y Del Cid han denunciado constantemente el acoso de que son objeto debido a las investigaciones sobre actos de corrupción e impunidad que publican sobre el actual gobierno. Y no son los únicos. En una reciente investigación de Ocote, se ha revelado que en los últimos años han sido criminalizados por lo menos 15 periodistas, tanto de la capital como de diversos departamentos. 

Varios de ellos fueron detenidos y acusados de actos criminales que no cometieron y ha sido un juez el que ha determinado que las consignaciones no tenían sustento, como en los casos de Norma Sancir, en Chiquimula; Carlos Choc, en Izabal, o Anastasia Mejía, en Quiché.

Otros han sido notificados de resoluciones judiciales, amparadas en la Ley de Femicidio, para no publicar investigaciones sobre actos de corrupción de personas específicas, como el mismo Marvin Del Cid, de Vox Populi; José Rubén Zamora —quien hoy está en prisión preventiva—, Gerson Ortiz y Cristian Vélix, de elPeriódico, o Pedro Pablo Marroquín, de La Hora

Incluso ha habido periodistas como Francisco Lucas, de Huehuetenango y Michelle Mendoza, corresponsal de la cadena CNN, que debieron salir de Guatemala después de recibir acoso y amenazas constantes.

Sonny Figueroa, un periodista con más de 10 años de ejercicio, la mayor parte en periodismo de investigación, considera que la intención de los grupos de poder es infundir el miedo y con ello lograr que la autocensura se apodere de los comunicadores, a quienes ven como un enemigo por la naturaleza de su trabajo.

Es por ello que el periodista asegura que busca justicia y que peleará por alcanzarla y demostrar que tanto los agentes que lo detuvieron como los policías y militares que son testigos en el caso,  mienten. Una forma de reparar su imagen, aunque el daño por los golpes recibidos y la lesión en una de sus rodillas no se irán fácilmente.


Fotografía de portada: Vox Populi.

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