Radio Ocote Podcast
Centroamérica Cuenta: radiografía y antídoto
Por:

Uno de los festivales de literatura más relevantes de la región, sino el que más, ocurrió en Guatemala. Después de dos años de organizarse en internet ─con actividades continuas─, en mayo de 2022 volvió a reunir a escritores y escritoras de Iberoamérica. En este episodio de Radio Ocote Podcast hablan sobre la realidad de una región amenazada por regímenes políticos totalitarios, las violencias, la censura y la migración. Además de conversar sobre su trabajo, reflexionan sobre la realidad y sobre el evento que marcó los últimos años: la pandemia.


Este es un episodio de podcast. Para escucharlo, dale play al enlace de abajo.

Si quieres leer la transcripción de este episodio, la dejamos aquí.

Sergio Ramírez: Este es un tiempo, quizás, que muchos pensarán que no es propicio para festivales literarios. Tiempos de incertidumbres, tiempo de superficialidad cultural, tiempo de falsa propaganda, tiempo de guerra, de agresión, tiempos de terribles polarizaciones en América Latina, tiempo de falsos profetas, tiempos de revoluciones que un día fueron utopías y se convirtieron en distopías. Pero, precisamente, en estos tiempos es donde la palabra es el soporte verdadero de la libertad y la democracia, frente al silencio que tratan de imponer los tiranos, la voz que alzan los escritores será una voz crítica, una voz alerta.

Narrador: Escuchas al escritor nicaragüense Sergio Ramírez Mercado, creador y presidente del Festival Centroamérica Cuenta, en la inauguración de su última edición. En los últimos ocho años, el festival literario más relevante de la región se ha convertido en un espacio para hablar de literatura, para narrar y poner en la mira a Centroamérica. Es el espacio para el encuentro literario, sí, pero también para el optimismo.

En 2022, después de dos años del inicio de la pandemia que nos obligó al encierro, después de dos años en los que el festival resistió, en la virtualidad, Centroamérica Cuenta volvió al plano de lo físico. Por unos días, en el Centro Cultural de España en Guatemala, se hablo de la realidad, de la ficción, de memoria y justicia, de violencias, de género y del tiempo, del silencio y la censura; y de cómo narrar, con literatura o periodismo, ayuda a salvarnos.

La alianza de la Librería Sophos, dirigida por Philippe Hunziker, fue clave para realizar un festival que reunió a decenas de escritoras y escritores como Cristina Rivera Garza, Aroa Moreno, Arnoldo Gálvez, Luis Chaves, Laura Restrepo, Paco Inclán, Emiliano Monge, Cristian Alarcón, Selva Almada y Fernanda Trías.

Soy Angel Mazariegos Rivas, periodista de Ocote, y en este episodio de Radio Ocote Podcast te llevo al que ha sido, por cuatro días, el epicentro de las letras de Iberoamérica. Vamos a la capital de Guatemala, al espacio donde se encontraron algunas de las voces fundamentales de la literatura hispanoamericana.

Conversaremos con algunas de ellas sobre la necesidad de contar y escuchar esta región marcada por la violencia, la desigualdad, la migración irregular y los ataques a los derechos humanos. 

Sobre la literatura que sobrevive en los contextos más adversos. Ya sea una crisis política o una pandemia, de cuyo encierro salieron, saldrán, letras que nos ayuden a entender.

***

Estamos en Ciudad de Guatemala, a 540 kilómetros de Managua. Ahí, en la capital de Nicaragua, nació en 2013 el Festival Centroamérica Cuenta, país de origen de su fundador, Sergio Ramírez. Hoy, nueve años después, no se realiza más ahí. 

Cristian Alarcón: Centroamérica Cuenta se ha convertido en un espacio de resistencia, teniendo en cuenta, sobre todo, que se trata de un festival cuyo creador vive el exilio y el destierro por lo que escribe.

Narrador: El periodista y escritor chileno Cristian Alarcón se refiere a Sergio Ramírez Mercado, quien fue vicepresidente de Daniel Ortega en los ochentas y que ahora vive en España. 

Cristian Alarcón: En una situación que habíamos creído olvidada desde las dictaduras de los setentas y que obliga a muchos nicaragüenses, en este caso, a tener que dejar su país, su tierra, sus casas, sus vidas cotidianas, sus familias, para refugiarse de la opresión de un gobierno autoritario. Centroamérica Cuenta es también de alguna manera una radiografía y un modo de volver a mirar las heridas de la región que siguen abiertas.

Narrador: Sergio Ramírez no puede volver a Nicaragua porque hay una orden de detención en su contra. Se emitió hace unos meses, en septiembre de 2021, por supuesta provocación, conspiración, lavado de dinero y menoscabo a la integridad nacional. Cuando emitieron la orden de captura, él ya estaba fuera de Nicaragua. Había salido en junio de 2021. 

No ha podido regresar. Ni él, ni el festival. En 2019 decidieron volverlo itinerante, un año después de que tuvieran que cancelar la edición de 2018, por la crisis política en Nicaragua.

Desde entonces, el avance dictatorial y la persecución no se han detenido. De hecho, días después de haber concluido la última edición de Centroamérica Cuenta, el 31 de mayo de 2022, el Parlamento de Nicaragua cerró la Academia Nicaragüense de la Lengua, de la que Ramírez formaba parte. También se cerraron 82 organizaciones, que se suman a las decenas que han sido clausuradas. 

La primera edición de Centroamérica Cuenta fuera de Nicaragua se hizo en San José, en Costa Rica, en 2019. En 2020 se planificó para Guatemala, pero hubo que esperar un par de años, por la pandemia.

La directora del festival, Claudia Neira Bermúdez, tampoco vive en Nicaragua, igual que las otras tres personas del equipo. No pueden volver porque no hay condiciones que garanticen su seguridad. 

Para Neira, Centroamérica Cuenta es un encuentro con las letras. Un faro de ideas que da luces en una región atravesada y complicada por la tiranía. El objetivo, dice ella, es: 

Claudia Neira: Ser un puente que te permita que en Centroamérica suceda un festival de primer nivel de literatura. Eso es lo que queremos hacer y esto no se circunscribe únicamente a autores centroamericanos o a autores jóvenes, autores emergentes o autores de otros países, es un centro de encuentro. Un punto de encuentro de la literatura en español.

Narrador: Así nació el festival y así sobrevive. En un momento político en el que se volvió fundamental. 

Claudia Neira: En este momento en la región yo creo que estas literaturas que están basadas en hechos reales, literaturas que tienen que ver más con tu proximidad, con tu cotidianidad, con lo que pasa todos los días, es más importante que nunca que sean escuchadas leídas y vistas.

Sergio Ramírez: En este momento, tanto problema que tiene que ver con el narcotráfico desafiando al Estado político, es una realidad que no la podemos ocultar. Las migraciones masivas hacia Estados Unidos, el problema de las pandillas juveniles, la pobreza, la corrupción… eso es Centroamérica.

Narrador: Es 27 de mayo de 2022, segundo día del Festival Centroamérica Cuenta en Guatemala. Sergio Ramírez, uno de los escritores más reconocidos de la región, novelista, cuentista, político y abogado nos espera. Está en una sala de prensa provisional en un salón del hotel Biltmore, en la zona 10 de Ciudad de Guatemala. Viste traje gris y lleva el cabello liso, canoso, con raya al lado, como siempre. Toma un café negro, cargado. 

Se arregla las gafas antes de conversar, sonríe y dos profundos hoyuelos aparecen. Le alegra volver al encuentro, estar presente, aquí, en Centroamérica. Luego se pone serio, precisamente, para hablar de la región. 

Sergio Ramírez: El desastre que ha sido Centroamérica desde la independencia en cuanto a la fragmentación, el encono en su historia, pero que sin embargo ha producido una cultura de relieve que no debe esconderse ni debe dejarse de lado. Y eso es lo que Centroamérica Cuenta ha pretendido siempre exaltar: esta identidad, que Centroamérica tiene su propia diversidad y una gran riqueza cultural que se expresa en su literatura.

Narrador: Una región acechada por las tiranías, la corrupción y las injusticias, que según el escritor y politólogo mexicano Emiliano Monge, comprende más territorio del que oficialmente conocemos como “Centroamérica”. 

Emiliano Monge: México, por azar del destino, dicen que es Norteamérica pero Centroamérica yo siento que empieza en el río Bravo y termina en Colombia. Yo creo que tanto México como Colombia tienen una identidad muy similar, muy cercana a la identidad centroamericana.

Narrador: Monge, que retrata la violencia en sus novelas, lo tiene claro: 

Emiliano Monge: Yo siempre pienso que la literatura latinoamericana es una sola. Por supuesto que tenemos países, por supuesto que está la literatura chilena, mexicana, de Argentina, la colombiana, la guatemalteca, la costarricense, pero somos una literatura que comparte una serie de… compartimos un mismo territorio de caza. Después cada quien puede elegir el arma con la que va a cazar y el animal que quiere cazar, pero el territorio de caza es el mismo. Eso nos hace compartir una identidad literaria desde muchos lugares.

Narrador: En este continente, inmenso, hay una región que a veces queda olvidada.

Emiliano Monge: Es verdad que Centroamérica muchas veces se voltea a ver menos de lo que se debería de voltear a ver.

Selva Almada: De repente sabemos todo lo que pasa entre Ucrania y Rusia, pero no sabemos lo que pasa en Guatemala… 

Narrador: Selva Almada es una escritora argentina, de Entre Ríos, conocida por sus cuentos y novelas escritas desde la narrativa y la visión de las provincias del país. Admite, con una mezcla de pena y autocrítica, que no tiene un gran conocimiento de la literatura centroamericana.

Selva Almada: Como que no hay una circulación fluida de los libros y de los autores. Entonces lo que me gusta de venir a estos festivales es justamente eso, como decir: “Ah, bueno, ahora conozco varios escritores de Guatemala, de El Salvador, de Costa Rica que de verdad no conocía antes de venir”. Pero bueno, no los conozco porque tampoco llegan sus libros, porque si no los invitan a una feria o festival y justo coincidimos, bueno, es como difícil esa comunicación, pero es algo que paradójicamente ocurre incluso con los países que están al lado del nuestro ¿no? Como que no circula la literatura.

Narrador: Por esto, la importancia de un festival como Centroamérica Cuenta, que desde hace casi una década ha puesto a dialogar a las letras, a que se encuentren las palabras y a que, como menciona Ramírez, sean el soporte de la libertad y la democracia.

Sergio Ramírez: La literatura da esperanza o enseña las desesperanzas. Si hay esperanza, hay que mostrar la literatura para mostrar esperanza. Si no, la desesperanza también es didáctica, es una lección de buscar el camino en medio de la oscuridad, por eso te decía que la literatura es una radiografía, no es un antídoto.

Narrador: Momentos como las crisis políticas de la región o como una pandemia mundial, que resultó ser un motor de creatividad para muchas autoras y autores. Al regreso de la pausa hablamos de cómo fue ese tiempo para quienes suelen tener como hábitat laboral el encierro. ¿El encierro dentro del encierro?

***Pausa de Radio Ocote Podcast***

Claudia Neira: Yo creo que la pandemia, si algo tuvo, es que nos movió el piso a todos y nos permitió darnos cuenta de que la única certeza que tenemos es hoy, el resto no sabes qué va a pasar.

Narrador: Claudia Neira dice que ha escuchado con frecuencia cómo para muchos escritores la pandemia fue un espacio de creación. Algunos de quienes participaron en Centroamérica Cuenta lo confirman.

Francisco Goldman: Es muy perverso. Los escritores estaban contentos con la pandemia, porque es lo que les gusta hacer: estar encerrados trabajando, entonces para muchos, estaban en su sopa.

Narrador: Escuchas a Francisco Goldman, escritor nacido en Boston, en Estados Unidos, de madre guatemalteca. Goldman publicó hace un año su último libro, Monkey Boy, con el que fue finalista del Premio Pulitzer de Ficción 2022. También es autor de El arte del asesinato político, una novela basada en el asesinato a Monseñor Juan José Gerardi en Guatemala.

Goldman terminó de escribir Monkey Boy en 2020, encerrado, en un Airbnb en Ciudad de México, a una cuadra del bosque de Chapultepec.

Francisco Goldman: No nos dificultó la vida. Fue muy raro. Yo me sentí muy bien encerrado con mi familia. Tuve o tengo gratitud. Creo que fue horrible. Cuando empezó, bueno, cuando arrancó la pandemia, yo estaba en Nueva York, porque tengo que dar clases allí tres meses al año. Mi familia estaba en México, o sea, bueno, yo pude volver a estar con mi familia pero jamás en mi vida voy a olvidar esas primeras tres semanas de marzo.

Narrador: El confinamiento era obligado esta vez. Pero Goldman asegura que la escritura suele ser en sí, digamos, introvertida. Como dice Sergio Ramírez…

Sergio Ramírez: El hecho de que te impidan salir de tu casa porque anda una peste suelta por las calles, pues a un escritor le abre un espacio inmenso de tiempo para escribir. Es lo que pasó conmigo. Generalmente una novela me toma tres, cuatro años, y la última novela que escribí me tomó año y medio, porque estaba encerrado en mi casa escribiendo.

Narrador: En el caso de Cristian Alarcón, el encierro le permitió saltar de las historias periodísticas a la ficción. Su primera novela de este género: El tercer paraíso, que le convirtió en ganador del Premio Alfaguara de Novela 2022, fue escrita durante el confinamiento. Lo hizo en una cabaña en las afueras de Buenos Aires, en Argentina, mientras cultivaba un jardín en homenaje a su abuela.

Cristian Alarcón: En el caso de ‘El tercer paraíso’ estamos ante una historia que utiliza dos planos narrativos distintos. El presente de un narrador privilegiado, un escritor en la medianía de la edad que dispone de un espacio propio en las afueras de la ciudad y encuentra el placer y el goce, no en la fiesta o en el aturdimiento digamos de los tímpanos y el estertor del perreo, sino en el ver crecer sus flores y sus plantas y el descubrir el poder de la naturaleza.

Narrador: “Un confinado libre”. La periodista española María José Fernández llamó así a Alarcón durante la entrega del Premio Alfaguara, en marzo de 2022. 

Un ejercicio por el que también pasó la escritora guatemalteca Vania Vargas. En El cuaderno del fin del mundo, publicado por Celsius 232, el sello editorial de Ocote; Vargas escribe sobre el encierro social, emocional e imaginativo. 

Vania Vargas: Para mí, el encierro es una especie de religión y, de alguna manera, pues sí, me servía para leer, me servía para pensar, me servía para analizar, para escribir para crear, digamos, para llevar todos esos procesos incluso sin mucha conciencia de ellos. Sin embargo, este encierro estaba no solamente lleno de gente. Yo estaba en la casa familiar. Estaba lleno de nuevas actividades, de nuevas responsabilidades y también estaba lleno de incertidumbre, estaba lleno de temores y también estaba lleno de información constante cada vez más oscura.

Narrador: Y en ese cúmulo de incertidumbre y de temor fue fundamental…

Vania Vargas: Sentarse en medio de todo eso, hacer un espacio en medio de todo eso, hacer un encierro dentro del mismo encierro para escarbar y para encontrar realmente qué estoy sintiendo, qué estoy pensando, qué me hace pensar todo esto. Para mí narrar ese encierro fue realmente liberador. Yo creo que a mí me regaló la posibilidad de un cable a tierra. Me regaló la posibilidad de sentirme despierta, de sentir que estaba con los ojos y los sentidos bien abiertos.

Narrador: No fue así para todos, claro.

Selva Almada: Desde que terminé ‘No es un río’, que es la última novela, a principios de 2020, hasta ahora no estoy escribiendo otra cosa, no empecé a escribir otra cosa. No le puedo echar la culpa a la pandemia, porque también me pasa eso, como que termino un libro y no es que voy corriendo a empezar otro, sino que al contrario, como me gusta que haya un espacio de silencio entre un libro y otro, entre una idea y otra. Entonces justo coincidió con la pandemia. No podría decir que fue por la pandemia, que no escribí más.

Narrador:  Lo que es seguro es que en muchas personas, la pandemia sí que ha provocado un cambio. No somos las mismas y los mismos que antes de la Covid. 

Emiliano Monge: Es obvio que la pandemia nos va a cambiar como personas primero, y después como filósofos, como pensadores, como escritores, como pintores. Sea lo que sea que seamos nos tiene que afectar de algún modo y nos tiene que cambiar de algún modo y nos tiene que hacer ver el mundo de un modo distinto. Yo, además de ficción escribo en un periódico de manera asidua, digamos, tengo una columna. Y en ese aspecto me afectó muchísimo. Ver la realidad quebrada como se quebró. La evidencia de las diferencias sociales. Y también de la soledad en la que estábamos habitando todos, me hizo ver que hay una suerte de duelo mucho más profundo que el de la pandemia, que compartimos todos.

Narrador: Para Emiliano Monge, esos cambios también se reflejaron en la forma de narrar.  

Emiliano Monge: Me cambió los ritmos de escritura, me cambió la manera de enfrentarme, me cambió quizá el modo de contar también, es decir, no me afecta qué quiero contar pero quizá en cómo lo quiero contar porque me hace ser otra persona. Estoy seguro de que lo que queda de este año y lo que seguirá en los años próximos van a ser muchos libros atravesados por la pandemia. Libros que seguramente tratarán sobre la pandemia y libros que la pandemia será un personaje más, como lo son los aspectos de nuestra realidad.

Narrador: Tiempos imperfectos, variables, cambiantes. Así es la escritura literaria. La pandemia significó un punto de inflexión para la humanidad y será un suceso más para las historias. Uno al que, quizás, algunos regresen. Uno que, quizás, otros eviten. 

Francisco Goldman, además de terminar Monkey Boy, también ha empezado con la construcción de personajes para su nueva novela. En ella narrará la migración de la población maya guatemalteca a una ciudad estadounidense. Aún analiza si la historia sucederá durante la pandemia o no.

Francisco Goldman: No sé todavía, yo pienso que va a terminar en 2020. Cuando ya sientes que va a estallar esto. No sé…

Narrador: La certeza está en que momentos como una pandemia global, como la ola autoritaria de una región usualmente olvidada, la polarización de las sociedades, las guerras… pueden ser un origen, un punto de partida, para la literatura. Como dice Sergio Ramírez, seguirá siendo la palabra el más fuerte soporte de la libertad. 

***

Las entrevistas de este episodio las hicimos Melisa Rabanales, Carmen Quintela y yo, Angel Mazariegos Rivas. El guion lo trabajé yo. 

La edición es de Carmen Quintela. La producción y el montaje sonoro de Isaac Hernández, con el apoyo de José Manuel Lemus y Lucas Zapiola. El diseño gráfico es de Alejandro Spillari.  La voz institucional de Radio Ocote Podcast es de Lucía Reinoso Flores. Julio Serrano Echeverría es el coordinador creativo. Alejandra Gutiérrez Valdizán es la directora general y editorial de Ocote.

TE PUEDE INTERESAR

Subir
La realidad
de maneras diversas,
directo a tu buzón.

 

La realidad
de maneras diversas,
directo a tu buzón.