Los casos graves disminuyeron en algunos hospitales, aunque Salud no entrega datos consolidados
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Francisco Coma, ministro de Salud, aseguró en la última cadena nacional del Gobierno que los casos graves por COVID-19 han disminuido. Sin embargo, aunque sí se redujeron los ingresos en algunos hospitales, el Ministerio de Salud no entregó datos consolidados que muestren un panorama nacional.


“Guatemala registra un descenso sostenido en el número de casos de COVID-19”, aseguró Francisco Coma, ministro de Salud, el 27 de abril. Este dato fue el argumento del Gobierno de Guatemala para reducir el uso de la mascarilla y la eliminación de límites de aforo, como parte de las medidas de desescalada de la pandemia de COVID-19. 

Esta no es la primera vez que el ministro hace referencia a la bajada de casos de coronavirus. A inicios de este año, en un evento celebrado en San Rafael Pie de la Cuesta, en San Marcos, Coma aseguró que la vacunación ha contribuido a que disminuyan los casos graves en Guatemala.

“Hemos logrado ver cómo la pandemia se está controlando y los casos graves disminuyen, sobre todo en las personas de la tercera edad, cuando estas personas están vacunadas”, aseguró Coma el 27 de enero, durante la presentación del Programa del Aporte Económico del Adulto Mayor (minuto 11:41). 

Para verificar la afirmación de Coma en San Rafael Pie de la Cuesta, Fáctica solicitó a través de la unidad de acceso a la información pública del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), las hospitalizaciones por COVID-19 desde marzo de 2020 (mes en que se hizo público el primer caso en Guatemala).

La información se pidió desglosadas por mes, edad y sexo de los pacientes y también se solicitó la fecha de ingreso y la de egreso de cada persona. Además del número del número de pacientes que se encontraban en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), por COVID-19. 

Esto se solicitó así para comprobar si existe una tendencia en las hospitalizaciones que pueda relacionarse con la vacunación, sobre todo en el caso de personas de la tercera edad, como afirmó el ministro en enero. 

Los ingresos en la UCI, el número de hospitalizaciones y el tiempo que las personas estuvieron ingresadas por COVID-19 podrían ser también indicadores de si se diagnosticaron más o menos casos graves. 

Sin embargo, el Ministerio de Salud no tiene toda la información sistematizada, o al menos eso argumentaron. Para generarla, según indicaron en la resolución de información pública entregada el 24 de febrero, la institución debe pedir los datos a cada hospital de Guatemala, que no siempre la registra de la misma manera y no siempre la envía a tiempo, a pesar de que la Ley de Acceso a la Información Pública establece que debe enviarse en 10 días hábiles.

En la carpeta de información entregada a Fáctica, algunos hospitales no habían desglosado la información según se solicitó. 

Por ejemplo, el Hospital de Retalhuleu entregó datos de hospitalizaciones desglosadas únicamente por año y por sexo, mientras que el Hospital de Barillas, en Huehuetenango, sólo entregó información de la edad de las personas y la fecha en la que habían ingresado al centro. 

Además, el Ministerio de Salud no entregó los datos de 25 hospitales de los 45 que hay en el país, porque, según indicó en la resolución, no habían sido enviados por los establecimientos de salud. 

Uno de los centros que no entregó la información fue el Hospital Temporal del Parque de la Industria, que se creó en marzo de 2020 para tratar a pacientes con COVID-19 y que actualmente cuenta con capacidad para atender a 380 pacientes, aunque el presidente Alejandro Giammattei aseguró entonces que albergaría “a más de 3 mil pacientes”.

Fáctica solicitó en dos ocasiones (el 8 de marzo y el 28 de abril) datos actualizados de ocupación y diagnósticos a Edna Marroquín, encargada de comunicación del Hospital Temporal del Parque de la Industria, pero al cierre de edición de esta nota no había entregado la información.

La falta de datos consolidadas imposibilita hacer un análisis de cómo ha sido la tendencia de casos graves en todo el país y dificulta verificar las afirmaciones de Coma. 

Según los datos recibidos, pudimos analizar la tendencia en 20 hospitales, dejando fuera la variable edad, pues pocos entregaron este dato. 

A partir de lo obtenido, se puede comprobar cómo los ingresos de pacientes en algunos hospitales, efectivamente, disminuyeron a finales de 2021, aunque según los mismos médicos ha habido algún aumento a inicios de 2022. 

Los picos de hospitalizaciones

Según los datos de los 20 hospitales que segregaron la información por meses, las hospitalizaciones aumentaron en dos períodos clave: entre junio y julio de 2020, y entre junio y septiembre de 2021. Esto coincide con el aumento de contagios en Guatemala:

En el Hospital Nacional de Amatitlán, 142 pacientes fueron ingresados por COVID-19 en junio de 2021, 198 en julio, 6 pacientes en diciembre de ese mismo año y 30 en enero de 2022.

En el Hospital de Malacatán, San Marcos, ingresaron 54 pacientes en julio de 2020 y a 50 en agosto de 2021, pero en enero de 2022 ingresaron 34. El Ministerio de Salud asegura que esto se relaciona a la presencia de síntomas leves en pacientes vacunados.

Además, al 15 de marzo, el ministerio informó que las UCI de pacientes COVID-19 tenían una ocupación del 12%. Se solicitó la misma información un mes después, el 25 de abril, y había disminuido a 6%. 

La tendencia en 2022

Según el registro del Ministerio de Salud, el 7 de febrero de 2022 fue el día con más alto número de contagios por COVID-19 en los meses que van del año: 5,023 positivos. Este ha sido el segundo pico más alto durante la pandemia, solo superado por agosto de 2021.

Desde entonces, las cifras han disminuido. En las dos primeras semanas de abril los casos no han superado los 200 diagnósticos diarios, con cifras similares a las del inicio de la pandemia. 

En la declaración que hizo Coma en cadena nacional no mencionó desde cuando han observado la disminución de casos. Y aunque los datos del Ministerio reflejan esa disminución, según datos recabados por Ocote, en la tercera y cuarta semanas de abril (después de Semana Santa) la positividad de las pruebas realizadas ha aumentado de un 1.18% el 17 de abril a un 9.87% el 27 de abril. 

Zulma Calderón, médica y defensora de la Salud en la oficina del Procurador de los Derechos Humanos (PDH), asegura que ese aumento de positividad evidencia que aún no es momento para relajar medidas de seguridad. “En otros países han vuelto a los confinamientos por el aumento de casos”, recuerda.

Hospitalizaciones y vacunación

El ministro Coma aseguró a Fáctica el 28 de marzo, dos meses después de su declaración en San Marcos, que “entre enero y febrero de 2022, el 80% de las personas que ingresaron a hospitales por COVID-19 no estaban vacunadas contra la enfermedad”. “Muchos pacientes además presentan comorbilidades, lo que les hace más vulnerables ante el virus”, añadió. 

Agregó que aunque los porcentajes de vacunación son bajos a nivel nacional (para el 31 de marzo el 37% contaba con esquema completo y 15% tenía dosis de refuerzo), “los territorios con mayor nivel de población son los que más porcentaje de vacunación presentan y eso es lo que ayuda”.

Al 27 de abril, un mes después de estas declaraciones de Coma, la cifra de población vacunada con esquema completo no había variado y la de personas que se habían aplicado la dosis de refuerzo había aumentado a un 16%, apenas un punto porcentual más.

Para hacer un análisis de si la vacunación influye en la disminución de hospitalizaciones, el 28 de marzo, Fáctica solicitó a la Dirección de Comunicación las cifras de contagios y vacunación diarias en los municipios de los que se había obtenido información, pero el Ministerio de Salud no entregó los datos. 

“Si bien la ocupación hospitalaria está cerca del 5% (dato del Ministerio de Salud), el Gobierno invisibiliza las secuelas respiratorias, psicológicas e inmunológicas que genera la COVID-19 en muchos pacientes. Contagiarse es algo que se debe tratar con seriedad”, explica la defensora Zulma Calderón). Dice que aunque los casos disminuyen, relajar las medidas puede tener consecuencias en pacientes vulnerables. 

Carlos Grazioso, infectólogo pediatra del Hospital San Juan de Dios, aseguró a Fáctica que, según lo que ha visto en este establecimiento y lo que le han comentado otros colegas, la capacidad de los hospitales públicos y privados de Ciudad de Guatemala no está tan saturada como en el segundo semestre de 2021. 

Asegura que, aunque en el primer trimestre del año hubo aumento de contagios, la vacunación ha demostrado tener efectos en la disminución de síntomas. Además, la cepa con mayor presencia en la actualidad (ómicron) provoca síntomas más leves que las otras variantes, aunque es de las más contagiosas.

Calderón y Grazioso coinciden en que flexibilizar el uso de mascarilla en espacios públicos y eliminar los aforos limitados para ciertas actividades es arriesgado con el bajo porcentaje de vacunación. 

La defensora de PDH agrega que, si bien ha habido países que han reducido medidas de seguridad, tienen mejores servicios de salud y mayores porcentajes de vacunación. Perú, Chile y España, por ejemplo, que han eliminado la obligatoriedad de la mascarilla en diferentes niveles, tienen porcentajes superiores al 80% de vacunación.

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