Radio Ocote
Dignidad y resistencia // Conocer y escuchar
Por:

El mundo de las mayorías es el mundo menos conocido. los conocimientos ancestrales, las luchas de las mujeres, la vida de los jóvenes. Escuchar, conocer y reconocer ha sido un mecanismo de construcción de comunidad y resistencia para muchas mujeres y jóvenes en Guatemala.



– GUION –

Entrevistador: Mientras hemos estado hablando, el gallo ha estado dándole y dándole …[risas]… ¿Por qué canta el gallo en tu casa? …[risas]…

Marta Tuyuc: Yo siento que ellos siempre nos recuerdan la alegría de la vida. Sí… Para mí, el empezar a observarlos ha sido un proceso bien bonito porque, por ejemplo, no vamos a ver un día a un pajarito al cual se le destroza el nido, llorar, porque se cayó o porque la lluvia lo destrozó o por lo que haya sido, sino que vuelve a empezar y sigue su curso y sigue su curso. Y es, en verdad, para mí, no sé qué palabras utilizar, pero sí siento que sí tenemos grandes maestros y maestras en la vida y es la misma naturaleza, ¿verdad?

Narración: Habrá quien pueda escuchar estas palabras casi como literatura, una voz poética sobre la vida y nuestra relación con el planeta, Alguna de las razones para esa riqueza tienen que ver con que Marta Tuyuc, a quien escuchamos, trabaja desde Comalapa en el arte del sanar desde el teatro.

MT: Por ejemplo, muchos de los que viven en la capital, yo me pregunto a dónde van a ir a cortar hierbitas… ¿Sí?… o a dónde van a ir un rato, por ejemplo, ya no aguanto, siento que me ahogo, bueno voy a ir a un bosque, voy a ir a caminar, o voy a ir a la orilla del río. Cómo están los ríos en la capital, ¿verdad? Llenos de sucio, llenos de basura, ¿a qué espacio voy a ir a tranquilizar mi corazón

N: Es indiscutible es que compartimos un único planeta, pero en este espacio, incluso, en el mismo territorio que conforma lo que ahora entendemos como Guatemala, conviven muchos mundos. Y hay que decirlo, los mundos de la mayoría son los mundos menos conocidos, o a lo mejor menos narrados. La cosmovisión maya y su relación con la tierra y la salud, son temas poco tratados en las historias que leemos o escuchamos todos los días en los medios tradicionales. Tampoco es común hablar los sueños y necesidades de transformación de los jóvenes de los barrios populares de la ciudad de Guatemala. Varias formas de desconexión vivimos y Marta sabe nombrarlo

MT: me di cuenta que, desde siempre, la sanación ha existido, lo que pasa es que no le hemos dado el valor. Trabajar el teatro desde la sanación y la cosmovisión, es algo que, a mí, me llamó mucho la atención porque no… O sea, para mí, es integral. No es algo que solo, por ejemplo, vamos a ir a mover el dolor de las mujeres en el caso de la violencia sexual y las dejamos ahí, sino que estamos trabajando la otra parte. Tal vez no hacemos el cien por ciento de sanación, pero dejamos una semillita ahí y pienso que eso es importante, más que solo mostrar el tema, porque sabemos que existe la violencia sexual, pero qué hacemos frente a eso, ¿verdad? Es como la pregunta que yo me hacía: ¿qué hacemos? Ahí está y lo podemos denunciar, pero qué hacemos con las mujeres que han pasado por ese proceso y, también, dentro de nuestra investigación resulta que, por ejemplo, hay mujeres que llevan, digamos, a partir del conflicto armado, toda su vida ya no han salido a la calle. Entonces, qué se hace con esas vidas, ¿verdad?

N: Decidir qué hacer con la vida, la voluntad en un contexto de relaciones y de encuentros. En este punto es clave entender que desde la visión de los pueblos indígenas, muchas cosas que las clases medias ladinas, mestizas, damos por hecho, cobran profundidades y matices distintos. Norma Violeta Cutzal es una abuela comadrona de Patzún y su trabajo es un claro ejemplo de cómo imaginar de otra manera el concepto de salud

Norma Cutzal: Fíjese que el trabajo de las abuelas comadronas abarca muchos aspectos, porque nosotras tenemos la bendición de que nos busquen desde un resfriado largo, como se le conoce aquí en nuestro ambiente niños con mal de ojo, mujeres y hombres que padezcan empachos, que estén mal del estómago; o simple y sencillo consejería a parejas, jóvenes, adolescentes, incluso niños hemos tenido la oportunidad de platicar con ellos. No solo es atención al parto, al postparto, a la embarazada, tenemos la bendición también de poder ayudar en otros temas de salud.

N: Ahora bien, las distintas visiones y prácticas de la salud en la comunidad de Norma, hacen pensar que estamos ante un fenómeno de soluciones distintas para problemas comunes, y la problemática no distingue contextos sociales, por ejemplo hablemos de salud sexual y reproductiva en Patzún

NM: Sí, la verdad es que está muy difícil tratar estos temas. Todavía en estos tiempos hay mucho machismo. A pesar de que en diferentes medios se nos habla de la planificación o de los métodos anticonceptivos, todavía hay gente que, el hombre machista, lo ve como muy malo para que la mujer lo haga, porque rápidamente viene y dice “si te vas planificar es porque de plano tenés otro”. Entonces sí hemos tenido problemas con parejas, yo he tenido la experiencia de que han venido acá las mujeres solas, y luego que se entera el marido, y hasta a reclamar vienen, que por qué yo le di si eso no es bueno. Entonces sí todavía en este tiempo tenemos que hay hombres que no aceptan.

N: Y esta realidad cruza los mundos. Otto Muralles trabaja en el proyecto educativo laboral Puente Belice, un proyecto que busca dar oportunidades de estudio y trabajo a jóvenes que viven en barrios marcados por la desigualdad y la violencia. Y ahí, la historia no es muy distinta

Otto Muralles: Pues digamos es fuerte porque nosotros, también estamos aprendiendo a sensibilizarnos los varones del equipo educativo en temas de género, porque nosotros también hemos crecido en este contexto y hemos aprendido a ser violentos. Hemos sido violentados y esa violencia la seguimos reproduciendo. Entonces a cuestionarnos en nuestras propias relaciones cómo lo llevamos. Y en el equipo educativo, cuando a veces llegan las familias, sí se da un fenómeno de discriminación hacia las mujeres. Si tienen a dos hijos, una hija y un hijo, y tienen pocas posibilidades, ni siquiera se cuestionan -como nosotros en el equipo educativo a veces no nos cuestionamos nuestros machismos-, los papás dicen “es que quien a estudiar es el varón porque las niñas tienen que quedarse en la casa cuidando a la mamá, y trabajando y torteando, etc”.

N: Marta Tuyuc trabaja en el tema de la sanación, concepto que distintas visiones del feminismo han abrazado -también con enfoques e interpretaciones distintas a cada contexto-. Marta sintetiza tres elementos que ella considera que marcan profundamente a las personas con quienes ella ha trabajado, y que podríamos atrevernos a imaginar como país.

El primero, la niñez:

MT:Yo siento que las más recurrentes que he visto dentro de mi caminar, han sido nuestra niñez, ¿verdad? Por ejemplo, recuerdo que mi papá siempre me pegaba, o recuerdo que mi papá tomaba mucho, o la historia de mi familia es eso, ¿verdad? Y es, para mí, fácil de explicar, porque es ahí donde estamos construyendo nuestra base para nuestra vida, dentro de la cosmovisión, los primeros trece años son nuestra base (…) también hay otras maneras. Hay gente que mira tanto, tanto dolor, que decide no seguir con eso, pero hay gente que mira tanto, tanto dolor, que dice: es lo que mamé, es lo que vibré y así lo voy a hacer porque así me hice. Por ejemplo, cuando se escucha constantemente, yo lo he escuchado en la escuela de mis hijos, por ejemplo, cuando dicen: ¡Ay dios, si les pegamos a los niños van a ver que bien chispudos van a ser! O si les pegamos y les hacemos como hacían antes en las escuelas, van a aprender. Está ligado al dolor, totalmente, ¿verdad? El proceso de aprendizaje, el proceso de ir acompañando a los niños, el proceso de disciplina va ligado al dolor

N: Esta realidad también se vive en el espacio urbano

OM: Si lo viven desde tan pequeños, entonces quienes logran vencer o escabullirse de ser atrapados para pertenecer a las maras, o para extorsión o la distribución de drogas, y superar la misma situación en la familia, desarrollan unos mecanismos de defensa que les hacen ir hacia adelante. Lo que sucede es que esos mecanismos de defensa en cierto punto también de su vida tienen que ser trabajados, ahí es donde nosotros intentamos hacerlo con la formación humana, que también es un eterno cuestionamiento de cómo hacerlo, porque para nosotros es muy fácil y muy sencillo cuestionarlos “ustedes tienen esos mecanismos de defensa y ahora suéltenlas”

N: El segundo elemento es el poder, partiendo de la idea de dominación y dominado

MT: de la inferioridad de nosotras y nosotros como mayas, frente a los mestizos, a los kaxlanes,porque mucho se ha hablado de eso, pero en realidad siento que poco hemos hecho, siento que poco hemos hecho y que deberíamos hacer, ¿verdad? Como sanar esas heridas que han quedado entre estas dos culturas. Y luego, con los gringos, ¿no? Ahí ya hay un patrón y pienso que, estamos hablando ya del poder, ¿verdad? En algunos espacios de sanación he escuchado yo decir: yo desde mi… ¿Cómo es esa palabra que dicen?… Desde mi… ¡Ay, se me fue la palabra!… Desde mi poder, ¿no?… -¿privilegio?… Desde mi privilegio. Yo desde mi privilegio, pero cuando mencionamos mucho la palabra privilegio, automáticamente ya tenemos instalado que yo, soy mayor que. O cuando dicen: vamos a las comunidades a ayudar porque pobrecitos los de allá. Entonces, hemos instalado tanto esas cosas, que ya nos lo creímos; y creo que ese es el problema, el que nos lo hayamos creído, ¿verdad? Entonces nos vemos desvalidos, “y yo… nadie viene a verme, nadie viene conmigo, no voy a poder hacer nada”, ¿verdad? Me estoy quitando a mí misma el poder y se lo estoy otorgando a alguien más. Entonces esa es la otra cuestión recurrente y pienso que viene no sólo del conflicto armado, sino que viene de mucho tiempo atrás y también es algo que ha instalado la iglesia, ¿verdad? En algún momento alguien dijo: “dichosos los pobres porque son los que verán el reino de Dios”… Qué nos están queriendo decir con eso.Yo creo que también el que no analizamos qué ideas nos estamos tragando porque, así como comemos la comida, también nos tragamos las ideas, las materializamos en nuestra cabeza y nos las creemos.

N: Y el poder se manifiesta de maneras distintas, como nos recuerda Norma,

NM: Tanto así que, a partir de hace unos diez años, nosotras pero ni pintadas nos querían ver en la maternidad. Y hasta incluso el mismo personal de ahí le dice a las pacientes que ya no nos busquen, porque nosotras no podemos. Siempre nos acusan que por nuestra culpa se dan las infecciones, se mueren los bebés, que no podemos atender, que somos unas analfabetas. Porque en Patzún hay 48 comunidades, y encada comunidad hay una comadrona, y la mayoría son de la tercera edad, son personas que no saben leer, entonces nos discriminan por el lugar de origen, por no saber leer ni escribir, por ser indígenas, etc.

N: El tercero es la desigualdad de género y nuestra consciencia sobre la identidad

MT: ¿Y a quiénes les conviene que nosotros nos mantengamos siempre vibrando con esa energía y quedarnos sin poder, por ejemplo? Y también la cuestión de género, ¿verdad? También pienso yo que allí haría una crítica hacia nuestra propia cultura, que de alguna manera ahora se llama cultura o se llama como algo que hemos venido heredando, “Ah, porque así era con mi abuela, así lo tengo que hacer yo”, ¿verdad? “Ah porque así era…” Pero era hace cuanto, ¿verdad? Porque anteriormente en nuestra cultura incluso hablan de mujeres lideresas, de mujeres guerreras, o sea, hay mujeres dentro de los códices que nos hablan de que han tenido otros desenvolvimientos en espacios políticos, en espacios de decisión, espacios de toma de decisión, ¿verdad? Esto es reciente y es mucho machismo también arraigado.

N: Y esta consciencia para por no dejar preguntarnos y aprender o desaprender

MT: -Yo quiero hacerte una pregunta a ti. Para que exista la luz, ¿qué elementos necesitamos? Para que se encienda… ¿qué cables necesitamos?

– Mmmm… ¿Energía?… no sé… ¿Electricidad?… Bueno, postes…[risas]… ¿cables eléctricos?

-Ajá, ¿pero siempre hay un…?

-Un… positivo y un negativo. Eso, ah, ok…

Un positivo y un negativo… Y siempre todo nos está hablando. Hablo de eso porque eso es nuestra esencia, nosotros somos energía también; y si somos energía, somos las dos. O sea, yo sí pienso que… Yo no soy solamente mujer, yo también soy hombre. Me he dado cuenta con muchas y muchos que dicen que también no son solo hombres, también son mujeres. A partir de ese principio, yo puedo respetar al otro o a la otra porque sé que soy parte de. Y es un principio tan enorme, puedo decir yo, porque no llega nada más al otro ser humano, sino a las plantas. O sea, por qué para nosotros las plantas y los animales son nuestros hermanos mayores y menores, por qué defendemos el territorio, ¿verdad? Porque es parte de mí, es con lo que convivo y coexisto.

OM: Los últimos años hay una feminista, Carolina Cabarrous, que nos ha estado acompañando al equipo educativo, ha estado cercana para darnos elementos y cuestionarnos en el ejercicio y la implicación de las opresiones que hay, no hay solo una, y que precisamente son las jóvenes las que están en el último peldaño y quienes están padeciendo todas las violencias que se viven.

N: Reconocer las formas diversas de aproximarnos a la vida

NM: Muchos de esos conocimientos yo los perdí, o no los tengo, lo que sí yo tengo en lo que yo puedo decirle de mis ancestros es cuidarme, con algunos “mitos y creencias”, que ellos nos han transmitido ese conocimiento, muchas de las veces sí son ciertas, entonces se les llama “mitos y leyendas” no sé ni por qué, porque sí lo hemos llegado a comprobar que sí existen.

N: En el proyecto del Puente Belice jóvenes en distintas situaciones de riesgo imaginan y buscan nuevas rutas para narrar su realidad, va desde sus propios aprendizajes en el barrio. Hasta maneras creativas de denunciar su realidad

OM: Y el año pasado tuvimos un proceso de teatro con siete jóvenes y  las chicas eran super tímidas, e hicieron un trabajo de cómo eran señaladas por sus propias familias y por nosotros en el equipo educativo y en las colonias. Entonces cuando lo hacían en público se les miraba una fuerza que parecía que se habían sobrepuesto a todo eso y aprovechaban ese espacio para desarrollar sus capacidades.

N: Las realidades de los pueblos indígenas, de las mujeres, de la juventud, las visiones y formas de pensar no son un mundo extraño. La idea de sanar como restaurar la vida, es acaso un concepto esencial para imaginar la historia, y acá Marta, que sabe dar palabra a estas conexiones, vuelve a un espacio esencial para entender estas transformaciones necesarias, la conexión con el planeta, con la vida, con el respeto profundo a nuestro entorno

MT: Yo me he puesto a pensar qué va a pasar con mis hijos y los hijos de mis hijos, y aunque no sean mis hijos, ¿verdad? con toda la humanidad en sí, ¿qué va a pasar con la Tierra? A mí, las abuelas y los abuelos me han respondido de que todo va a seguir su curso, de que todo va a seguir su curso. Es decir, por eso digo que la Tierra tiene su propio proceso de regeneración y, así como pasó con los dinosaurios que ya, cuando ya no, la misma Tierra se va a encargar de limpiar. Y así, va a seguir su proceso. También hay que entender que la Tierra, como un ente vivo, en algún momento va a morir.

Todos, menos el ser humano, están haciendo su trabajo para seguir manteniendo el equilibrio, todos. Porque, por ejemplo, todos nuestros desechos, la tierra sigue haciendo su esfuerzo de seguir volviéndolo o convirtiéndolo en algo que pueda ser útil para la tierra, así como cuando tiramos una cáscara de banano y todo tiene su proceso, se vuelve tierra otra vez, nutre y sigue su proceso, ¿verdad? La tierra sigue haciendo eso con todos nuestros desechos… Los ríos, todo, todo, todo está haciendo su proceso para mantener el equilibrio, menos los seres humanos. Somos los únicos que no estamos aportando en equilibrar este planeta en el que vivimos.

N: Conocernos, encontrarnos, aprender a escucharnos y seguir aprendiendo. El conocimiento de aquella “otra” persona, resulta ser, para el caso de Guatemala, el conocimiento de la mayoría, las mujeres, los pueblos indígenas, los jóvenes, en esas tres visiones de la humanidad sin lugar a dudas se encuentra la gran mayoría de la población de este país. Y nos escuchamos menos de los haría falta para seguir aprendiendo la filosofía profunda de una realidad que existe a pesar de nuestro desconocimiento.


Créditos

La serie Dignidad y resistencia es una producción de Agencia Ocote, y es posible gracias a La Cuerda y el Observatorio “La dignidad emancipa”, con el apoyo de Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo, medicusmundi Bizkaia, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y Paz con Dignidad

Guion, reporteo y entrevistas: Lucía Reinoso, Julio Serrano Echeverría

Edición de guion: Alejandra Gutiérrez.

Diseño de audio y edición: José Monterroso.

Ilustraciones: Maritza Ponciano.

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