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Juan Brenner y su encuentro fotográfico con Pedro de Alvarado
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Pedro de Alvarado es la síntesis de la violencia del proyecto colonial mesoamericano, Juan Brenner desanda la ruta en su foto libro Tonatiuh, conversamos con él para esta entrevista reseña de su trabajo.


JuanBrenner, Tonatiuh

Juan Brenner es fotógrafo guatemalteco, aunque habla de su conexión con el país en relación a poder vivir y trabajar en él. Su trabajo ha sido un largo recorrido en la fotografía y en la dirección de arte. Pero, hablar de él solo a través de su trabajo deja por fuera una personalidad intensa y particularmente expresiva, él asegura que las palabras no son lo suyo, pero escucharlo hablar de su trabajo es una experiencia en sí.

La formación de Brenner como fotógrafo fue en Estados Unidos trabajando en todas las formas de asistente que pueden haber en la creación fotográfica. De eso a su propia voz fue un salto con largos años acumulados de experiencia. “Yo me siento más como un fotógrafo gringo que como un fotógrafo latinoamericano”, sentencia el artista que ha publicado en revistas como Nylon, Vogue, y un largo listado de nombres respetados tanto en el mundo de la moda como en el de la fotografía.

Regresó a Guatemala -a trabajar, enfatiza él- en la década del 2000, y de ahí nacen proyectos clave en el escenario visual de la región, desde la desaparecida Revista Taxi donde era el director de arte, hasta ser cofundador de Ambush, un estudio referencial del diseño y dirección de arte, y Ultra Violeta, un proyecto-galería de arte contemporáneo que aparece en todos los mapas quien desee hablar de arte en la región. En varias de sus biografías aparece como artista multidisciplinario y lo es, y luego de una larga conversación con él también es posible afirmar que sobre todo es un artista apasionado de lo que hace.JuanBrenner, Tonatiuh

En 2019 publica su libro Tonatiuh en la editorial española RM, el primer foto libro del autor y que, para ponerlo muy simple, reventó una bomba en la fotografía contemporánea. Luego de la publicación de nuevo se alarga el listado de medios, revistas y festivales que le buscan, incluido Foto España donde Tonatiuh es uno de los finalistas del mejor foto-libro del 2020.

JuanBrenner, Tonatiuh

Un libro de pasta dura color naranja con una fotografía de una sonrisa con dientes de oro. El nombre del autor y uno de los nombres que Pedro de Alvarado recibió en esta Mesoamérica telúrica todo en minúscula. El libro es un libro de viaje, y como todo viaje es la suma de las impresiones de un mundo que es muchos mundos: esto que llamamos Guatemala. El motivo del libro es reconstruir el recorrido que hizo Pedro de Alvarado en su primera parte de la historia, la de 1524, y el resultado es la visión de Brenner “del poderío indígena” tal cual lo describe él.

“Yo juré que nunca iba a tomar fotos de volcanes, de indígenas riéndose, o de ríos, juré que nunca iba a hacer esa mierda”, y uno entiende por qué un fotógrafo contemporáneo piensa de esa forma luego de ver los posters del Inguat sobre los rostros de los desaparecidos en las calles del centro histórico de Guatemala. Y sin embargo, Tonatiuh es un libro lleno de fotografías de volcanes, indígenas riéndose y de ríos, y su respuesta a la pregunta de qué cambió: “lo que voy a hacer son B sides, pensemos en música, quiero ver el lado B, para mí es una analogía de cómo se ven las fotos, ¿por qué no se ven indígenas riendo viendo a la cámara?, ¿por qué empecé acercarme, a tratar de romper a mi propia aproximación hacia la imagen?, estamos tan anestesiados a la problemática que se enraíza 500 años, porque cuando alguien dice “es que los indios hieden” pensás “ajá es que los indios hieden”, ¿cuánto tiempo tenés vos de oír esa mierda?”. Y sí, el racismo es uno de los problemas esenciales de Guatemala, y uno de sus recursos básicos es la repetición, la reproducción del discurso en todas las formas posibles, incluida, caro está, la fotografía que es el lenguaje esencial del punto de vista, la fotografía responde casi en automático al cómo vemos al otro.

JuanBrenner, Tonatiuh“Estamos en un punto en que la historia es una fotocopia Xerox, que ya se le acabó el toner, entonces las hojas que salen vienen grises, lavadas, ya-no-se-ve, pasa esto enfrente de la mara y a la mara le pela, a la mara ya no le gusta leer, concentrarse, y yo lo que estoy tratando de hacer con este libro escambiarle el toner a mi puta fotocopiadora”. Recorrer el país durante 3 años buscando y buscándose, de eso se trata también el libro, de colocar sobre la mesa esos lados B y el delirio de quien observa.

JuanBrenner, TonatiuhCon una cámara analógica de formato medio, empezó en 2016 a hacer esta investigación que incluyó no solo largos viajes sino profundas conversaciones con profesionales muy diversos, historiadores, sociólogos, pobladores de los lugares, como proceso. “Yo hago investigaciones, con mi trabajo de arte contemporáneo, aunque haya un montón de ficción, o aunque hasta cierto punto acá estoy creando un mito propio, pero todo tiene su backup, y yo te podría decir esto es paja, pero yo sé que es paja”, y este es uno de los elementos más complejos de Tonatiuh, entender esta visión, esta lectura, es un proceso documental, sí, pero deja claro que no hay proyecto documental que no sea un punto de vista, siempre, y para el caso un delirio.

JuanBrenner, Tonatiuh“Explicame ¡qué es esa mierda!”, dice señalando una fotografía de una especie de columna de cemento en el centro de un río. Pero también podría decir lo mismo -y lo dice- de unas gradas que “cruzan”un alamabrado, o de otro alambrado que atraviesa ¡un río! El delirio, el del propio fotógrafo ni qué dudarlo, pero, para usar el mismo tono del artista, por la gran puta qué delirio de país. Y está ahí, en un trago de guaro lanzado por la boca de un guía espiritual, en la mirada perdida de una prostituta de Chimaltenango, y en el imborrable rastro colonial que inicia Alvarado con su ambición por el oro y que termina en los dientes de campesinos y comerciantes del altiplano guatemalteco.    

JuanBrenner, Tonatiuh“Cuando te perdés en el paisaje entrás en un transe hipnótico, lo que hizo fue reconectarme, porque yo nunca he entendio por qué yo puedo vivir en Guatemala, y pues, aquí es la mierda, mi lugar es aquí, y eso nunca lo había identificado, y esto es intangible, es metafísico, paranormal, como querrás, esa conexión con el territorio, con el espacio. Luego siempre he sabido del poder de mi trabajo, siempre he sido un manipulador de la realidad por medio de la imagen, eso siempre lo he sabido, y cuando me empiezo a topar todas las historias circulares que aparecen en el libro pienso, son mis fotos, mi trabajo, es lo que quiero decir: el trabajo de edición y puesta en escena, esa historia que estoy tratando de contar acá”, y entonces podemos decir que Tonatiuh es uno de los libros de ensayo más importantes que se han publicado sobre la identidad guatemalteca contemporánea y su trazo colonial.

“Quién es la epítome del hombre blanco en Guatemala, es Pedro de Alvarado, cuando tenés un cerote que su apodo es Tonatiuh, bróder, el Sol, ¡puta!, solo a Luis Miguel le dicen así, solo él y Pedro de Alvarado se merecen ese apodo. Sigo investigando y sigue apareciendo y reapareciendo la figura de Alvarado como un jugador. Obviamente lo tengo que reducir a Guatemala,  es lo que “conozco”, muy entre comillas, entonces  lo que decido como primera capa de lectura es hacer el mismo recorrido que hizo Pedro de Alvarado durante la conquista, durante la invasión, y recorrer el mismo territorio 495 años después , esa es la primera capa de lectura de mi libro”, y esta clave es esencial, si alguna conmemoración trascendental hay próxima no será el Bicentenario, sino el 2024 y los 500 años de aquella invasión. Pero nada mal salir con este libro cuando inician los festejos de la Independencia, harán falta muchos contenidos críticos para una conmemoración de banderas, cadetes de la politécnica y pirotecnia.

JuanBrenner, Tonatiuh

Como era de esperarse de Tonatiuh dio paso a un nuevo proyecto y Brenner sigue el oro, literalmente, como elemento de poder en la cultura contemporánea del altiplano, publica algunos adelantos en su Instagram, mientras el libro continúa su recorrido, y el fotógrafo en su troca, Mamiya al hombro, también.

JuanBrenner, TonatiuhParece oportuno señalar la extraña y tiránica libertad del arte para andar caminos sinuosos y devolver preguntas y destellos. No es Tonatiuh un libro de fotoperiodismo, no es un libro de historia, ni de antropología visual, a lo mejor es un diario de campo, con un impecable proceso editorial a lo largo de 160 páginas que incluyen más de 80 fotografías, fragmentos de textos de la colonia que aluden a Alvarado y sus “gracias por la región”, una entrevista y un mapa, claro está. De esa misma afilada voz del arte nacen también las preguntas incómodas del punto de vista, de nuevo de la reproducción y de la crítica -o su lapidario silencio en Guatemala-. Puede uno estar o no de acuerdo con la visión de Brenner, pero sin lugar a dudas este registro es clave por el formato, el ensayo visual sigue siendo un género poco explorado en Guatemala que es tan visual y tan delirante. Curiosamente todo lo que de texto tiene el libro está en inglés, el autor lo tiene claro y es parte de su propia narrativa, de hecho, el libro es casi inconseguible en la Guatemala que confrontó al autor, pero bien “solo los fotógrafos compramos foto libros” dice él, ojalá fuera distinto.

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