Falso // J. Morales: “Hemos incrementado la cantidad de plantas de tratamiento de aguas residuales… de 50 a más de 300 en los últimos tres años”
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Jimmy Morales aseguró durante la Cumbre de Acción Climática en Naciones Unidas, que durante su gobierno se ha alcanzado a construir más de 250 plantas de tratamiento en Guatemala para alcanzar la cifra de 300. Una afirmación falsa, pues según el Ministerio de Ambiente existen 252 plantas en el país, de las cuales 200 están en funcionamiento, cien menos de las que el Presidente afirmó.


En el minuto 2:20 de su discurso en la Cumbre de Acción Climática en Naciones Unidas, publicado en la página de Facebook del Gobierno, el presidente aseguró que desde el inicio de su gestión (2016), se ha aumentado en un 500% el número de plantas de tratamiento de aguas residuales en el país. El control del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) lo contradice. Hay 100 plantas menos que las que Morales afirmó.

El ministro de Ambiente, Alfonso Alonzo dijo al Diario de Centro América, en septiembre, que son 279 plantas las que están funcionando. Una cifra que tampoco coincide con las bases de datos del MARN, la cartera que él dirige.

Hasta mayo de este año, el Ministerio documenta 252 plantas a nivel nacional, de las cuales dos están en construcción, cuatro están pendientes de construir, 200 funcionan total o parcialmente, una está en remozamiento, dos más en periodo de prueba y 43 están inactivas.

Sofía Morales, asesora técnica del Departamento de Recursos Hídricos y Cuencas del MARN, dice que cada municipio debería contar al menos con dos plantas de tratamiento para dar cobertura a sus canales de descargas con mayor impacto. “Muchos municipios no tiene ni una. Algunas tienen más, y no todas funcionan”, comenta.

Gerson Ochaeta Constanza, asesor de la Autoridad para la Cuenca del Lago de Petén Itzá, afirma que “en porcentajes no estamos haciendo absolutamente nada. Estoy seguro que no llegamos a 200 (plantas de tratamiento) que estén funcionando. Y con eso no estamos cubriendo ni el 5% de las aguas residuales que se generan en el país”.

Ochaeta agrega que en los últimos cuatro años, el MARN ha reactivado algunas plantas que estaban olvidadas. Plantas en Suchitepéquez y Amatitlán, “pero en Petén no se ha construido una nueva planta en ocho años”, afirma.

Rubí López Barrios, especialista en agua y saneamiento del Instituto de Fomento Municipal (Infom) explica que las municipalidades poco se centran en el alcantarillado de las comunidades porque son proyectos bajo tierra. “Hay proyectos que sí se ven como parques, escuelas, carreteras, pero al agua no le dan importancia”, explica.

Ejemplifica con el caso de la Planta de Tratamiento Los Cebollales, ubicada en Panajachel, Sololá, en la que el Instituto de Fomento Municipal (Infom) apoyó en su diseño para eliminar el fósforo del agua y así evitar la reproducción de la cianobacteria en el lago de Atitlán. Explica que la municipalidad no cuenta con los químicos para su mantenimiento, por lo que el proceso no funciona correctamente.

Agrega que “no tienen capacidad financiera. Solicitan apoyo al Infom, al BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y demás cooperación internacional, y luego no dan seguimiento”.

Raúl Maas, investigador del Instituto de Investigación sobre Ambiente Natural y Sociedad (Iarna), de la Universidad Rafael Landívar explica que varios de estos proyectos suelen ser financiados por organizaciones o gobiernos internacionales. Para darles continuidad pasan a ser gestionados por las municipalidades, “y muchas se han escudado de decir que no tienen recursos para continuar con el trabajo”, explica.

“Las autoridades no le entran porque consideran que son costos políticos. Al exigirles costos a la población, creen que ya no van a votar por ellos en las próximas elecciones”, dice Ochaeta, quien describe que la situación en el lago de Petén Itzá es preocupante. “Hemos encontrado microplásticos en las aguas y en los tractos digestivos de los peces con los que la gente se alimenta. Las aguas también llevan escherichia coli, una bacteria asociada a excretas humanas. Urge implementar sistemas de apoyo en aguas y en salud pública”.

Luisa Cifuentes, directora de AMSCLAE (Autoridad de la Cuenca del Lago de Atitlán) dice que en Sololá no se logra tratar ni el 50% de las aguas. “El 28% de las aguas pasan por plantas de tratamiento. El 46% tiene un tratamiento natural que no se da a basto. Y el 26% se va directo al lago”. Cifuentes añade que a nivel nacional, hay poblaciones que llevan más de 60 años usando fosas sépticas. “Nos falta muchísimo como país”, asegura.

Todas las municipalidades de Guatemala  están en la recta final de un acuerdo gubernativo que les obliga a cumplir con el desarrollo de “proyectos de infraestructura para el tratamiento de las aguas residuales y la disposición de lodos”. Y según la última prórroga, tienen hasta el 29 de noviembre de este año.

Morales explica que cada municipalidad ya debe tener el estudio técnico de sus aguas residuales. Para el 29 de noviembre deberían tener funcionando sus plantas. El MARN haría una inspección para verificar que estas funcionen, se levantaría un acta y si no cumplen con lo establecido por el acuerdo, el MARN denunciaría. “Esto suponiendo que no van a prorrogar la fecha”, dice. Como ya ha sucedido en años anteriores.

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