Mientras hablaba sobre la migración irregular, las redes de “coyotaje” y la trata de personas, 

Alejandro Giammattei aseguró en la presentación del segundo informe presidencial que:  “El 80% de las mujeres que buscan llegar a Estados Unidos son violadas en el camino”. (Min: 2:46:45 ).

Ocote consultó a la Secretaría de Comunicación de la Presidencia de la República cuál fue la fuente de estas declaraciones. Julio Lara, funcionario de la Secretaría afirmó que se basaban en “testimonios de personas que han sido deportadas, así como en las organizaciones que dan acompañamiento al tema de migración”.

La secretaría remitió al Instituto Guatemalteco de Migración. Sin embargo, la vocera de esta entidad, Alejandra Mena, aseguró no cuentan con estos datos y que no tienen mecanismos de recolección de denuncias de violencia sexual a personas migrantes.

Consultado Pedro Pablo Solares, analista independiente en materia de migración y quien ha trabajado durante más de 20 años en estudiar la migración centroamericana, explica que “en los años que tenemos de ver fenómenos de migración, nunca hemos visto que alguien recoja datos para determinar esa situación, especialmente en Guatemala”.

Úrsula Roldán, directora del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT) de la Universidad Rafael Landívar, coincide con Solares y agrega que no hay cifras que puedan respaldar la afirmación de Giammattei. “Existen muchas denuncias, pero no se puede comprobar”, asegura. La investigadora afirma que algunas organizaciones como Redodem, en México, recogen denuncias, pero no están sistematizadas y solo es posible hacer estimaciones.

Desde Fáctica  buscamos informes de organizaciones y cifras oficiales que tratar el tema. El único dato que coincide con la afirmación de Giammattei es una nota publicada  por Animal Político  en 2014, sobre de un informe de la asociación estadounidense Fusion. En este indican que, para entonces, se estimaba que el 80% de las mujeres migrantes centroamericanas eran violadas en México.

Respecto a eso, Pedro Pablo Solares, asegura que no puede compararse el éxodo centroamericano de los últimos tres años, con la migración del 2014, especialmente por el cambio de la política migratoria mexicana y estadounidense, que obligó a los migrantes guatemaltecos y guatemaltecas a contratar coyotes desde Guatemala.

Solares explica: “antes los migrantes tomaban caminos independientes. Sin embargo, la estrategia estadounidense de darle fondos a México para robustecer las medidas, provocó casi forzosamente que contraten coyotes para cruzar a México. Lo cual entra en las esferas de protección de los coyotes, con sus propias fortalezas y debilidades.”

Y, aunque reconoce que es innegable la violencia que sufren las mujeres migrantes, Solares expone que es imposible comprobar con los datos disponibles la cifra de víctimas de abuso sexual.