Las pantallas faciales sirven, pero deben complementarse con las mascarillas. No cubren la cara completamente y podríamos contagiar a las demás personas. Republicamos esta nota de Maldita.es donde lo explican.
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Como explicamos aquí, los protectores faciales, al cubrir los ojos, se asocian con un menor riesgo de infección.
La COVID-19 se propaga principalmente de persona a persona a través de las gotículas que salen despedidas de la nariz o la boca de una persona infectada al toser, estornudar o hablar, según la Organización Mundial de la Salud. Una persona puede infectarse si estas gotículas llegan a sus ojos o si tras tocar una superficie infectada luego se tocan los ojos, la nariz o la boca.
Una revisión de 13 estudios (en los que han participado 3,713 personas) publicada en la revista científica The Lancet concluye que el riesgo de infección o transmisión al usar protección ocular es del 6% frente al 16% de quienes no usan ningún protector facial o gafas.
Gemma del Caño, farmacéutica especialista en seguridad alimentaria, subraya que estas pantallas protectoras en ningún caso sustituyen a las mascarillas. “Son un elemento complementario pero no sustitutivo, es imprescindible utilizarlo con una mascarilla ya que no cubren la cara completamente y podríamos contagiar nosotros a los demás”, afirma.
¿Para quién son recomendables las pantallas protectoras y en qué situaciones? En entornos donde no es posible mantener los dos metros de distancia de seguridad y no tenemos otro equipo de protección individual (EPI) que nos proteja, según Del Caño. Es decir, si estamos permanentemente expuestos incumpliendo la distancia de seguridad.
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Holger Schünemann, uno de los autores de la revisión publicada en The Lancet, recomienda estas pantallas a los trabajadores de la salud. A la hora de elegir una, aconseja asegurarse de que cubra bien la cara y los ojos, que sea cómoda y que no impida ver.
En entornos sanitarios donde se necesite que los ojos estén totalmente cubiertos y que no entre nada por ningún lateral, sería la misma norma pero en vez de para pantallas, para gafas integrales.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos recomiendan limpiar este tipo de protectores varias veces al día. Para ello aconsejan usar guantes. El primer paso es limpiar con cuidado primero el interior y luego el exterior con un paño limpio mojado en una solución de detergente neutro o con una toallita limpiadora.
Después, hay que limpiar el exterior del protector con un paño limpio empapado en una solución desinfectante. Una vez hecho, hay que lavar otra vez el exterior, pero con agua limpia o alcohol “para eliminar los residuos”. Finalmente, hay que dejar que se seque al aire o usar toallitas absorbentes limpias, quitarse los guantes y lavarse las manos.
Este texto fue publicado originalmente en Maldita.es. Puedes leer la publicación original en este enlace.
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